Sunak, Nacida para la Guerra del Norte

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Gunak
Tejón Convocado
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Sunak, Nacida para la Guerra del Norte

Mensaje por Gunak »

El sol había caído, la noche era oscura aunque indiferentes a este hecho, el clan orco festejaba su victoria, con hogueras, festines y sangre. Habían resistido la audaz pero inútil acometida de un destacamento de la legión Argéntea, sus chamanes habían provocado lluvias de rocas en llamas sobre sus enemigos, los arqueros abatieron a sus caballos y por ultimo sus guerreros habían dado cuenta de los pocos supervivientes, de hecho, solo quedaba uno solo en pie, enjaulado como un perro, el Capitán del destacamento de la legión, Marnus Rednak.
Las cabezas de los soldados de la legión Argéntea adornaban junto a las hogueras, el campamento, sus caballos alimentaban a los victoriosos orcos y su sangre manchaba sus cuerpos. Entre gritos y reproducciones causadas por el fervor de la victoria, el líder del clan orco que apoyaba a los colmillos rojos se alzó para ensalzar a sus camaradas.

-*Mientras bebía alcohol de la calavera de uno de los soldados caídos* Hoy hermanos, nosotros dar Gran victoria a clan, hombres débiles de armadura brillante, solo servir como adornos bonitos y... *mientras reía* ¡como jarras!

Después de su discurso el líder del clan se dispuso a violar a su hembra, pero se sorprendió de que esta no estaba a su alrededor, dispuesta a entregarse a él. Furioso, empezó a buscarla con su gran hacha en la mano…

Antes de todo esto, nuestra mirada se centra en una solitaria mujer orco que oraba en la orilla de un estanque en la que se reflejaba la luz de la luna, hora sagrada de su culto secreto.
-*Murmurando en orco de rodillas en el estanque* Como ordenaste mi señor, he aconsejado al inútil de mi líder como actuar y protegerse del ataque de la legión Argéntea, sus dones solo le permiten saber que el hacha corta a sus enemigos, pero no sabe cómo posicionar a sus hombres, ni a qué hora rechazar los ataques, ni como dirigir…pues no es tu guía la que busca, solo la del Falso Rey Tuerto. Toda la gloria, ha quedado en su persona, porque yo no soy digna de reconocimiento, solo soy un mero recipiente para sus hijos, pero tú me iluminaste, me diste un propósito, y cumpliré con el…no engendrare a nadie más, salvo a quien tú me has ordenado…creare a “Guerra”…
Fue entonces después de recibir una última iluminación en la noche sagrada de su dios, que esta mujer orco, partió hacia una tienda en la que estaba el capitán de la legión, capturado y encadenado, antes de entrar la mujer, grabo en su vientre unas runas orcas sagradas, con su propia sangre. Una vez dentro, se desnudó y se dirigió al hombre encadenado…
-Tu no ofrecer resistencia, ser tus últimos momentos de vida en la tierra, y tener un propósito divino dijo en un común fluido aunque algo torpe
-Que dices mujer orco, no oses acercarte, tus designios oscuros, no se verán alimentados por mi cuerpo, ¡antes prefiero morir!
Entonces la mujer orco violo en contra de su voluntad al capitán Marnus Rednak, usando la fuerza y embrujos que uso en su mente, extrajo su valiosa semilla y entonces poco después….
Aquí es donde se enlazan ambos momentos…
-*Entrando en la tienda con el hacha preparada para rajar lo primero que viese* ¡Mujer!, ¡tú estar aquí!, deber estar en el círculo de sangre para recibir mi hijo, ¡mover o degollarte junto a este perro humano brillante…!
Poco sabia el líder del clan, que ese útero, ya había recibido su verdadero propósito minutos atrás…

El tiempo paso y aquella mujer llamada Runak dio a luz a una niña, mestiza entre humano y orco, el clan recibió a aquel ser como si fuese una maldición, ninguno entendieron por qué había sucedido, sus cerebros vacíos y violentos solo entendieron que debían sacrificarla para que la maldición acabase ahí mismo. Fue entonces cuando el líder del clan mantuvo aislada y encadenada a Runak en una tienda hasta que la aberración llamada Sunak, fue lo suficientemente consciente para ver la ejecución y entenderla.
-*con el hacha ensangrentada aun después de decapitar a su madre* Ella ser maldición, y traerte al mundo…no sufrir mismo castigo por que quizás aún servir de algo….Gruumsh aun decidirá tu destino, ¡engendro!.

Sunak nació con grandes capacidades intelectuales, ocultas a sus “hermanos y hermanas”, su mente no era tan básica como la de cosa-matar, ella era capaz de ver intenciones, planes e incluso en alguna ocasión, cambio el curso de algunas incursiones sin que sus hermanos lo supiesen, incendiando cosechas de sus enemigos, provocando disputas entre grupos de ogros para allanar el terreno o simplemente sugiriendo los posibles emplazamientos para su clan antes de una batalla. Sus ojos ámbar eran capaces de ver lo que los demás, solo entendían por cortar y rasgar, no podía combatir porque ella era una mujer y como tal, solo debía limpiar, cuidar, cocinar y por ultimo…engendrar.
Pero su vida de “Paria”, estaba por llegar a su fin, su madurez había pasado inadvertida en el clan, ya que todos los orcos “puros” ignoraban su presencia, ella era un engendro a sus ojos, aunque su aspecto y cuerpo estuviesen bien cultivados y esculpidos. Solo hubo un orco en todo el clan, que había posado sus ojos en aquella mujer, su intelecto, algo superior, por poco, se había percatado de que sus ojos ámbar, no estaban muertos como el del resto de hembras, ella…entendía la batalla, su pulso se aceleraba con la sola mención de la guerra y producía ese olor que al orco, tanto le atraía.
Después de una larga cacería de humanos por el curso del Rauvin, el clan volvía victorioso y empapados en sudor y sangre de sus enemigos, Sunak, de hecho había acompañado a esta partida para cargar con heridos o suministros, pero presencio la batalla, el acero chocar, la sangre brotar y los gritos ensalzar. Sus ojos ámbar brillaban tenuemente durante aquel espectáculo, su sangre hervía en su interior, pero ella…no podía ni debía hacer nada…Fue entonces que aquel pobre orco llamado Drak´hul, pudo oler a Sunak y sus sentimientos. La excitación fue tal aquel día, que el orco ignoro todo el desprecio que desprendían hacia la mestiza. Según llegaron al campamento del clan, Drak´hul agarro a Sunak de su camisa de lino y la arrastro hasta su tienda, con gran ferocidad y la lanzo sobre un lecho de paja…
-*Sonriendo cruel mientras se desnudaba* Tu…hoy tener el gran honor de ser recipiente de mi legado, perra mestiza.
-No eres digno, perro rabioso…aléjate de mí…*con pose y mirada desafiante*
-*esto no solo excito aún más al orco, si no, le doy mayor determinación* Tu hoy ser mi Perra, montarte hasta que acerté sangrar, hasta que tu cuerpo ceder ante mi…*acercándose y propinándole un fuerte puñetazo*
Sunak y Drak´hul forcejearon durante varios minutos, fuera de la tienda, este hecho, no llamo la atención, más bien, se vio como una buena procreación. La lucha fue intensa, pero según avanzaba, los ojos de Sunak brillaron con más intensidad, cada golpe, encendía el fluido en sus venas, cada brote de sangre hacia fulgurar su corazón, oía tambores en su cabeza, escuchaba los campos de trigo quemarse, alguien la estaba llamando…y Guerra, acudía a la llamada….
Como si una fuerza divina la invadiese Sunak rápidamente alzo al orco y lo lanzo hacia un lado de la tienda, al intentar levantarse este, ella le propino una fuerte patada en la mandibula partiendo uno de sus grandes colmillos orcos, en ese momento agarro dicho colmillo y se abalanzó sobre Drak´hul, clavándole con ambas manos el colmillo en el corazon, con gran fuerza mientras disfrutaba cada segundo de aquella perforación….
-Sirves al dios equivocado…perro sarnoso…disfruta de tu regalo…tu sangre…regara tu cuerpo y corromperá esta tierra…y a los tuyos. Tras este rezo, el cuerpo del orco, empezó a descomponerse quemando la tierra debajo de sí, una terrible agonía divina lo consumió.

Una vez reducido su problema, Sunak, sabía que debía huir de aquel campamento, o su cabeza, sería lo siguiente en rodar…busco una apertura en la parte trasera de la tienda y huyo por ahí, cuando escucho un festejo del clan, con solo una camisa de lino y unos pantalones de cuero. Bajo montaña abajo tratando de llegar al camino de la bifurcación, esquivando fauna montañosa, consiguió bajar hasta casi el camino, y justo al horizonte, consiguió ver un carro escoltado por un soldado de la legión argéntea, poco pertrechado, pero armado. Sunak rodeo el carro, que iba al paso y acecharlo desde los arboles lanzo una roca con todas sus fuerzas al lado opuesto del carro, cerca de un lobo que se alimentaba de un ciervo, este a la defensiva empezó a gruñir en dirección al carro y llamo la atención del soldado, cuando este viro su cabeza hacia el lobo, Sunak apareció de su contraria golpeándole fuertemente con una roca en la cabeza, con el soldado inconsciente Sunak se dispuso a golpear el cráneo para rematarlo, pero cuando se encontraba con ambas manos alzadas con la roca, para dejarla caer con toda su ira…algo la retuvo…algo en sus sangre amanso su furia al ver a aquel nuevo recluta de la Legion Argentea. Dejando a un lado a aquel soldado, Sunak subio al carro y vio que portaba armamento para los novatos de la orden de caballeros de Nevesmortas, armaduras y armas de baja calidad, pero equipamiento al fin y al cabo, se hizo con una de las armaduras, una espada larga y un escudo y una mochila y dejo a aquel carro y su “custodio” abandonados en el camino.

Camino durante varios días, aprendiendo a manejar las correas de las placas de la armadura, las del escudo y practicando con la espada larga en el bosque, como si de ella brotasen ciertas aptitudes marciales, pero aun así, defendiéndose torpemente. No sabía dónde ir, que hacer…se paró en la noche de luna llena al borde de un estanque en el bosque a descansar y bajo aquella luz, escucho una espada desenvainar…Sunak entonces se levantó como un resorte con la espada en una mano y el escudo en la otra, encarando a aquel ser. Era grande, vestía una túnica marrón de la que se asomaban unos brazos gruesos de color gris, con una espada larga sostenida con ambas manos en una pose desafiante y marcial, la capucha no permitía ver el gran rostro que se ocultaba bajo la oscuridad. La figura cargo sobre Sunak y esta se limitó a parar los golpes con su gran escudo, no parecía entender bien la técnica de su rival, el movimiento de sus golpes, su brazo izquierdo se cansaba y la armadura paso poco a poco ser la que resistiese los embates de aquella gran figura…
-*con una voz ronca y severa* ¡Lucha o muere como una cobarde!
-*aquellas palabras hirieron a Sunak más que cualquier filo* Te destrozare, ¡nadie me llama cobarde!
-Eres torpe, solo paras mis golpes, es para eso para lo que naciste, ¡¿para ser otra hembra más que solo se dedica a recibir golpes y hombres!?
-¡No!, yo no soy una mula o una vaca…yo soy algo mas…
-*con una leve risa cruel mientras golpeaba su escudo* oh….el cachorrito cree tener un propósito mayor…¿Qué puedes tu…dar a cambio?
-Mi voluntad…es inquebrantable, ¡no permitiré que tu ni nadie me doblegue!
-*algo exaltado* ¿¡Por qué…por qué cachorro!?
-Yo no soy…un cachorro…*según iba recibiendo golpes seguidos cargando su sangre e ira de férrea voluntad*…yo….soy…¡LA GUERRA!*como si de una revelación fuese, sus ojos ambar brillaron, sus musculos se tensaron con una fuerza casi divina, su voluntad la doto de fuerza, destreza y gran iniciativa y justo en aquel momento, logro tumbar a su rival usando el paves como un ariete y lazo un gran corte que rasgo la túnica de aquella figura y alguno de sus negros cabellos*.
La figura cubierta dio un grácil salto hacia atrás y parecio destensarse, estiro su cuerpo orgulloso y como si estuviese satisfecho, asintió repetidas veces.
-Esto quería ver…que eras digna, que mis designios…eran acertados.
-*Jadeando y con los ojos bien abiertos* ¿Qué quieres decir, a que viene todo esto?
-Tu, eres mi creación, mi arma secreta…yo te infundí de esos dones, planifique hasta el ultimo detalle de tu nacimiento, eres mestiza por yo asi lo quise, posees esos ojos determinados para la Guerra por tu naturaleza divina…Tu…me otorgaras el Norte.
-*Como si pudiese sentir una gran revelación, Sunak, observo a la figura más calmada y atendiendo a todas sus palabras pregunto*…¿Eres a quien he sentido en mi interior, desde que naci?
-*Mientras se bajaba la capucha que le cubria y se desvelaba un rostro Orco de piel gris con grandes colmillos y tez marcada por la guerra* Asi es, mi cachorro…Yo le ordene a tu madre, obtener la semilla de un gran guerrero, concebir un hibrido perfecto entre la sangre orca pura y la sangre de un guerrero nato, algo que mi hermano Gruumsh, no pudiese mancillar, que pasara inadvertido ante su ojo y el de sus seguidores, que fueses ignorada y entre ellos creciese una digna emisaria de mi voluntad. Tu intelecto y voluntad, no tiene precedentes entre los hijos de la sangre orca, pues eres hija de Ilneval, digno heredero del trono de nuestra raza.
-Siento haberme enfrentado a ti mi señor*afirmaba arrepentida*
-No…hija mía, esperaba que lo hicieses y no me has decepcionado, aun siendo un dios, te has enfrentado a mí, mostrándome tu ira, apretando tus colmillos, planeabas luchar hasta el fin, pero no como una descerebrada, si no, una combatiente digna y con orgullo.
-¿Cuáles son tus ordenes, Dios de la guerra?
-Tal y como vas, viajaras a Nevesmortas, allí, reclutaras a poderosos aliados, te harás más fuerte, reunirás el mejor ejercito jamás concebido, dando igual su raza u origen, siempre y cuando sean dignos de la Guerra, ellos serán tu Clan, tus hermanos y hermanas de batalla, bajo tu guía y mando, purgareis el norte de la influencia de mi hermano, el falso rey Tuerto y cuando eso ocurra, yo, tomare este territorio y tú, serás mi emisaria en el norte. Pero recuerda, jamás debes nombrarme, nadie debe saber quién soy ni a quien sirves, eres mi único agente aquí, pero tú sola te bastaras para ejercer mi palabra y voluntad. Ahora, álzate Sunak, hija nata de la Guerra, blande mi fe, Inhala mi saber y exhala mi voluntad, que nuestros enemigos, tiemblen con solo oírte…

Mientras Ilneval marchaba hacia el bosque recitando esas palabras como unas oraciones y guardaba su espada en la funda, desaparecio. Fue entonces cuando Sunak, con órdenes claras, voluntad fortalecida y cuerpo restaurado por su dios, partio hacia aquella villa nombrada por él….Nevesmortas, allí, comenzaría su sagrada misión y no descansaría hasta purgar el Norte de la pestilencia de Gruumsh.
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