Ritos menores - Roles de aprendizaje arcano de Arctur

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Enky

Ritos menores - Roles de aprendizaje arcano de Arctur

Mensaje por Enky »

Una tarde más, el joven aspirante a estudiante arcano llegaba a su pobre habitación tras una intensa jornada recorriendo la ciudad de Nevesmortas, cubriendo pequeños encargos de mínima relevancia (y mínimo salario, dicho sea de paso). Sabía que mientras no encontrara un empleo estable y acorde a sus cualidades, tendría que aceptar cualquier trabajo, por sucio y degradante que fuera, para cubrir sus necesidades básicas y el gasto del material que necesitaría si le llegaran a aceptar en la Escuela de Magia.

Después de tanto camino recorrido para llegar a la afamada institución arcana, podría haberle resultado molesta o decepcionante la indiferente reacción del funcionario que le invitó a realizar su solicitud vía misiva, en lugar de atenderle directamente; no obstante, el no haber dado con una puerta completamente cerrada, era suficientemente motivador para el joven. Además, mientras esperaba pudo conocer a un aprendiz, un tal Leoric, que accedió a prestarle a cambio de un precio asumible, un pergamino en el que se describía uno de los primeros conjuros que enseñaban en la Escuela. Portando su inestimable adquisición a cuestas, regresó a la habitación que había rentado en La Rosa y el Martillo.

Después de reposar unos minutos, desenfundó el pergamino y empezó a prepararse para la serie de intensas sesiones de práctica y estudio que le llevarían a realizar su primer conjuro de la 1ª esfera de poder… Concretamente, en el pergamino estaba inscrito un conjuro de la escuela del Encantamiento, Dormir.


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Mientras dibujaba una X en el aire con una mano y sostenía un pequeño prisma de cuarzo en la otra, pronunció las palabras “Legere magicae”. Al momento, notó un refrescante hormigueo que nació en la mano que sujetaba el mineral y le recorrió todo el brazo hasta la nuca. Ese era el primer truco que había aprendido de su padre, sin duda, de gran importancia para un mago, ya que sin la ayuda de ese conjuro era mucho más difícil descifrar cualquier texto mágico. Aunque el mecanismo le resultaba desconocido, Arctur notaba que su mente tenía mayor facilidad para comprender los extraños símbolos arcanos cuando estaba bajo sus efectos.

Sólo necesitó una hora para descifrarlo por completo, ya que el muchacho que le prestó el pergamino le dio algunas directrices para ayudarle a comprender el código de representación que se había utilizado en él. No obstante entender y repetir con cierta soltura todos los pasos que tenía que tener en cuenta a la hora de memorizarlo/almacenarlo le llevo siete tardes más de intensa práctica.

En síntesis, para memorizarlo debía crear una imagen mental, conformada por multitud de figuras dispares, en una disposición determinada, ser consciente del material que utilizaría como reagente cuando fuese a liberar el conjuro, y concebir “el objetivo”. El maldito objetivo… para crear ese concepto, el pergamino decía que debía imaginar una criatura cualquiera, del tamaño de un piojo y concebir al menos otras 101 veces la misma criatura con tamaños cada vez mayores para posteriormente superponer todas esas imágenes. Pero la clave no consistía en crear esa escala de tamaños en una sola imagen, como se ve en la ilustración que sucede a este parrafo, sino en crear todas esas imágenes por separado y unirlas, todo en el mismo instante… De esta forma estaría indicandole a la porción de energía que almacena en forma de conjuro, que en ese momento desconoce el tamaño del objetivo al que afectará, y que podrá ser de cualquiera de los que incluya en ese rango. Un trabajo titánico, que requería una concentración inmensa y que tuvo que detener en más de una ocasión cuando los dolores de cabeza se volvían insoportables.


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- La primera vez que noté que había conseguido almacenar el hechizo – a la enésima vez que repitió el proceso mental - lo que me hizo darme cuenta de que lo había conseguido fue un dolor de cabeza bestial. Además, se me puso el corazón a latir como si quisiera abrirse paso a traves de mi tórax, y sudaba más que un orco en una sauna.

Lleno de orgullo y con gran emoción, contaba al que esperaba que fuera su futuro compañero, y a otro amigo suyo en la taberna su primer éxito con un conjuro de la 1ª esfera, aunque omitía los detalles menos… envidiables.

Aunque había conseguido almacenar el hechizo antes de lo esperable para un neófito, aun le quedaba pendiente la tarea de ponerlo en práctica.

A la vuelta del trabajo, recogió diez hormigas en una cajita, cuatro rosas y volvió con sus victimas y sus reagentes a su habitación para hacer la primera prueba. Traspasó una hormiga a otra caja. Mientras ésta correteaba por el fondo, se concentró en evocar la imagen mental con la que había almacenado el hechizo, trazó una imagen en el aire con su mano libre, pronunció la palabra “Somnus”, todo ello simultaneamente; extrajo la energía latente del petalo de rosa y finalmente enfocó todo ese ritual sobre el pequeño insecto. Un débil escalofrío le recorrió el brazo con el que sostenía el pétalo, y al momento una tenue lucecita se encendió en el culo de la hormiga durante 2 segundos, mientras seguía correteando. Algo había conseguido, pero desde luego dormir a la hormiga no.

Estuvo varios días más repitiendo el ciclo de memorizar el conjuro, tratar de ponerlo en practica al día siguiente y volver a memorizarlo la misma noche, con diversos resultados. Que el joven no recuerde lo que sucedió tras el segundo intento y despertase al día siguiente con la cabeza sobre la mesa, incrustada en la caja donde guardaba las hormigas, implica que por primera vez había conseguido el efecto que buscaba, pero en el individuo equivocado. En los sucesivos intentos empezó a obtener pequeños éxitos: el sueño que inducía en las hormigas cada vez era más duradero y profundo, y tras una semana empezó a aumentar el tamaño de sus objetivos, probando con ratas, gatos y perros, sin un solo fracaso. Y aunque cada vez que liberaba el conjuro quedaba algo mareado y débil, esa especie de resaca fue apareciendo con menos intensidad a medida que iba repitiendo el proceso.

- Al primer intento de liberar el conjuro, conseguí un efecto de dos horas en dos hormigas a la vez, y como me resultó tan fácil, al día siguiente probé con un perro que encontré a las afueras de la ciudad Mintió mientras fingía no darse importancia.

Sus dos compañeros le escuchaban ligeramente impresionados

- ¿Y cayó?

- Sí, claro… aunque sigue dandome ese dolor de cabeza raro cada vez que uso ese conjuro, ¿a vosotros os pasaba?

- Yo lo conseguí memorizar hace dekhana y media, pero aún no he conseguido liberarlo…

Arctur esbozó una sonrisa amable, y sacó a relucir toda su falsa modestia – Supongo que habré tenido suerte con este conjuro, seguro que el próximo se me resistirá mucho más

No me gustaría parecer excesivamente fanfarrón, pero extender ese tipo de rumores e historias me ayudarían a ganarme el respeto de mis futuros compañeros… Estoy sólo en esta ciudad todavía, y sé que ser relativamente respetado puede dar mucha más protección que cualquier coraza, ya que disuade actuando directamente desde la mente del potencial enemigo … La vida en las calles de Suzail me regaló esa lección, y no volveré a demostrar tanta debilidad al mundo… Ahora soy fuerte, y sé que además cuento con vuestra fuerza y os enorgulleceis de cada paso que doy, padres. Y para que engañarse, el muchacho gozaba con la admiración de sus compañeros.


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El joven pasó la última noche inscribiendo en su recien adquirido grimorio todos los detalles y aspectos que había que tener en cuenta y repetir, tanto para memorizar el conjuro como para liberarlo; más las distintas características del hechizo. El código que utilizó fue el que aprendió de su padre, y que desde entonces tomó como suyo. Incluía todo tipo de imágenes, desde figuras geométricas, runas, dibujos, codigos matemáticos y signos hasta palabras en distintos idiomas… resultaba francamente complicado representar conceptos tan abstractos como la disposición de los flujos energéticos del Tejido que había que canalizar, la porcion y cantidad del mismo a la que debías acceder… es por eso que la escritura arcana es considerada en si misma practicamente un arte, personal para cada mago, y en ocasiones incluso bonito de ver.



Resultado
Aprendido conjuro Dormir

Coste - 16 días + 10pc
Descifrado: 1 hora
Memorizado/Almacenado: 7 tardes
Puesta en práctica: 8 tardes
Inscripción en grimorio: 1 tarde
Material: 10 cobres (tinta, los otros reagentes eran facilmente accesibles)
Daños físicos: Leve contusión al dormirse a si mismo

Reagentes
Leer magia: Somático + Verbal + Foco (mineral de cuarzo o cristal)
Dormir: Somático + Verbal + Material (arena fina o petalos de rosa o grillo vivo)
Silvanus

Re: Ritos menores - Roles de aprendizaje arcano de Arctur

Mensaje por Silvanus »

Enhorabuena por la historia y el detalle con el que está escrita. Nos vemos dentro del servidor.
lordvimes
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Registrado: Vie Oct 02, 2009 12:14 pm
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Re: Ritos menores - Roles de aprendizaje arcano de Arctur

Mensaje por lordvimes »

:o :o :o
Ardo en deseos de ver la descripcion de un conjuro de 9º esfera, debe ser la caña
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Enky

Re: Ritos menores - Roles de aprendizaje arcano de Arctur

Mensaje por Enky »

Jajajaja anda que no le quedan primaveras al pobre para llegar a la 9ª Esfera, que se acaba de estrenar en la 1ª :)
Gracias por los ánimos ^^
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