Charla con Nathaniel Havemayer

[Vauluu]

(Nota del autor: Esta historia tiene un formato de escritura extraño, se supone que alguien habla con Nathan, pero no conocemos lo que dice el desconocido interlocutor aunque se puede intuir por lo que habla Nathan. Por otro lado es una historia en primera persona... al no ser de viva voz se pierden muchos detalles y elementos, pero recordad que quien habla es alguien de alto carisma con una actitud inspiradora para los demás: es algo más que letras )


Capítulo 1: Hablemos de mis orígenes y cuando sentí la busqueda



Vaya...quieres saber de mi vida, eh? -el paladín te mira sonriente- Podría empezar por el principio, hablarte de las rectas calles de Everlund, la infinidad de frascos en estantes y armarios de la apoteca de mis padres, de las riñas con mis hermanos, la furia del Rauvin a su paso. Pero no te hablaré de nada de eso...bueno, bueno, no es que no quiera hablar de ello, lo haré luego, no te enfades. -Nathan se pone en pie de un pequeño salto.

Todo eso es muy importante para mi, muchísimo, pero no tanto como el día que empecé mi búsqueda. ¿Que si fue de un día para otro? No, no lo fue. Bueno si, pero no, ya de pequeño era el único que intentaba mediar entre mis cuatro hermanos: Alya, Askold, Hiriom, Dayana. Y claro que se me daba bien, ahora me ves con armadura, armas y piensas: oh, otro loco fanático dispuesto a trocear cualquier cosa que se le ponga por delante que no sea totalmente buena y pura. -Niega con la cabeza- No. No es así -amplía su sonrisa- yo inicie esta vida con intenciones de construir no destruir. Entiendo que no te lo creas. Me ves con diversos de tipos de armas preparado para el combate... realmente preferiría no usar la violencia pero a veces es necesario.

Me has desviado y quería contarte como sentí la llamada definitiva. ¿Cómo crees que fue? No, pero me hace gracia que lo digas, no fue defendiendo a una anciana que la asaltaron para robarle. Prueba de nuevo. Tampoco -niega con la cabeza- No salvé a mis hermanos de unos malvados trasgos que los amenazaron mientras recogían valiosas y extrañas hierbas. Aunque podría haber sido... pero la verdad es que fue algo más espiritual. -el paladín hace una pausa solemne y te mira a los ojos antes de continuar- Una noche me dormí en el tejado de mi casa, siempre he sido bastante travieso y solía trepar al tejado para descansar del eterno conflicto de ser cinco hermanos con pocos años de diferencia. Allí en el tejado tenía mi santuario y mi refugio donde podía descansar y pensar en total paz y armonía. Recuerdo que me dormí mirando las estrellas del cosmos, todas ellas.. me imaginé formas que no eran las convencionales y con esas ideas pasé al mundo de los sueños. En ese sueño, si es que era un sueño, vi como las estrellas se acercaban hasta ver diferentes escenas o mundos o trozos de realidad. Había zonas de absoluta tranquilidad, reverdecidas, otras había seres hechos de energía en palacios de cristales donde reinaba la armonía, seres alados, espíritus en concordia con el universo. No sé que eran esas visiones, mi padre piensa que eran algunas capas de Elysium o Arvandor. Lo que si entendí es que eran posible otros mundos, supongo que también peores. Pero merece la pena luchar por hacerlos mejores.. y concretamente, hacer mejor este.

¿Bahamut? -se mira el colgante- veo que has reconocido la estrella. No estoy seguro si fue el quien me guió en la visión. Puede. Es un gran poder en favor del bien pero es bastante reservado no tengo muy claro si intervendría en algo similar.... si me lo encuentro algún día se lo preguntaré. Pero no es lo importante. Oh no. Es importante también, mi familia lo ha adorado milenios, o eso me dijeron mis padres. Su guía es importante, pero no tanto como el camino. Lo importante es que siguiera el camino, no quien me lo mostrara. No. No pongo a otros dioses por encima de él, pero también siento simpatía por otros dioses del bien y la justicia. Estoy seguro que el lo entiende, al fin y al cabo sólo soy un joven mortal que vivirá un instante en la historia que no será nada para los dioses, pero espero que cuando muera el mundo será un sitio mejor.

¿Para mis hijos y nietos? Es posible. ¿Como me veo de viejo? Gran pregunta. Si es que llego... seguiré luchando física y mentalmente. ¿Y si consiguiera mis objetivos ? No lo creo, un mundo mejor no se puede construir en el tiempo que dura la vida de un simple humano. ¿Que por qué no? Para un cambio tan radical, tendría que haber una lucha final entre el bien y el mal....y el resultado sería el fin del mundo, no quedaría nadie para disfrutar el resultado, pues la batalla desgajaría Faerun.


No me mires sorprendido, tendrán que pasar milenios para hacer un mundo justo sin destruirlo... así es, como tu sugieres, el bien está en las pequeñas cosas: el tendero que le devuelve a la anciana ciega el cambio sin estafarle, el guardia que no acepta sobornos incluso exponiendo su vida por ello, el padre que perdona a sus hijos que han traído la deshonra a la familia, quienes ayudan sin esperar nada a cambio y en definitiva todas aquellas personas que esperan hacer un mundo mejor. Eso es el bien, y la justicia. Y como ves no hay violencia... por eso la violencia solo debe usarse contra criaturas ciertamente malvadas cuya redención es imposible por su naturaleza.
¿Cómo se lleva eso de saber que vas a morir sin cumplir tus sueños? Se lleva bien, mejor de lo que piensas..si preguntas a cualquiera de los paladines que ha vivido en el pasado te garantizo que ninguno se arrepiente de nada.

Si no hubiera sido paladín... que habría sido... Es una pregunta trampa?-dice el paladín bromeando- Pues seguramente un simple apotecario de Everlund, incluso hoy hago pociones muy de vez en cuando. Mis padres lo son, además de innatos, y Askold se hará cargo del negocio cuando mis padres no estén. Así es, innatos. Mis padres y todos mis hermanos son innatos. Yo no heredé ese don. No, claro que no me siento inferior. Lo que si es que si fuera hijo de un herrero tendría más fuerza y un cuerpo más ancho... pero no, no cambiaría nada de mi niñez. Que si guardo recuerdos? Fue hace nada! Me acuerdo como si fuera ayer, y además como olvidar, si es de lo que más echo de menos.