El paseo transcurría tranquilo hasta que lo vio entre la maleza, la figura de un pequeño conejo blanco corriendo a gran velocidad, largo rato lo fue viendo, escondiéndose entre los árboles, pequeño ,blanquito y regordete la dejo realmente sorprendida, ahí volvió a aparecer, justo en el borde de unas ruinas, relamiéndose sus blancos cabellos y largos bigotes, volvió a verlo de nuevo, sobre un pozo la miro mientras empujaba con ambas patitas la madera, lanzándose dentro, se acercó corriendo…
¡Chooof!!!
Preocupada se asomó en el pozo, solo pudo ver unos pequeños ojos azules entre la oscuridad, el animal lentamente iba ahogándose, chapoteaba con fuerza luchando por su vida, una gran pena la envolvió, rápidamente lanzo la cuerda y bajando con suma destreza fue a ayudarlo, pero la pequeña sintió como la cuerda iba cediendo, empezó a caer, el pozo no parecía tener fin, cayo inconsciente al golpearse la cabeza.
La lamida de una enorme y suave lengua hizo que despertara, lentamente abrió sus ojos, el majestuoso unicornio le hablo con mucha calidez, el animal emanaba una aura resplandeciente llena de bondad.
- Bienvenida pequeña, te estaba esperando.-
- hace tiempo que te vamos siguiendo.-
- La razón por la que te he traído aquí es porque nos preocupas, sabemos que eres de alma pura, pero un alma maligna quiere apoderarse de ti por la pureza de tu alma.-
- Cuídate de aquellos que traen el mal consigo, cuídate de la dama helada pues ansia tu alma, ella es aquella que pretende tenernos bajo su dominio.-
Sonrió cuando dos unicornios mas se acercaron rodeándola.
- por eso debes mantenerte bien cauta, ojos abiertos y mente clara, solo tu corazón puro podrá salvarte.-
De pronto uno de los unicornios se altera al sentir que el peligro acechaba, del suelo empiezan a alzarse sombras que se lanzan sobre los unicornios envolviéndolos con ellas, otras se alzan, asustada solo una cosa pudo hacer, corrió y corrió pero la sombra se iba acercando para cogerla, retrocedió hasta caer y golpearse contra el suelo, al despertar se encontraba sola bajo la sombra de un árbol.
¡Chooof!!!
Preocupada se asomó en el pozo, solo pudo ver unos pequeños ojos azules entre la oscuridad, el animal lentamente iba ahogándose, chapoteaba con fuerza luchando por su vida, una gran pena la envolvió, rápidamente lanzo la cuerda y bajando con suma destreza fue a ayudarlo, pero la pequeña sintió como la cuerda iba cediendo, empezó a caer, el pozo no parecía tener fin, cayo inconsciente al golpearse la cabeza.
La lamida de una enorme y suave lengua hizo que despertara, lentamente abrió sus ojos, el majestuoso unicornio le hablo con mucha calidez, el animal emanaba una aura resplandeciente llena de bondad.
- Bienvenida pequeña, te estaba esperando.-
- hace tiempo que te vamos siguiendo.-
- La razón por la que te he traído aquí es porque nos preocupas, sabemos que eres de alma pura, pero un alma maligna quiere apoderarse de ti por la pureza de tu alma.-
- Cuídate de aquellos que traen el mal consigo, cuídate de la dama helada pues ansia tu alma, ella es aquella que pretende tenernos bajo su dominio.-
Sonrió cuando dos unicornios mas se acercaron rodeándola.
- por eso debes mantenerte bien cauta, ojos abiertos y mente clara, solo tu corazón puro podrá salvarte.-
De pronto uno de los unicornios se altera al sentir que el peligro acechaba, del suelo empiezan a alzarse sombras que se lanzan sobre los unicornios envolviéndolos con ellas, otras se alzan, asustada solo una cosa pudo hacer, corrió y corrió pero la sombra se iba acercando para cogerla, retrocedió hasta caer y golpearse contra el suelo, al despertar se encontraba sola bajo la sombra de un árbol.