Imagen idealizada de Puma
_ _ _ Estoy con Cyrus, y le pregunto si conoce a Puma, dicen que la han visto por la villa. No sabe nada. Llega Marappi e intento ponerme al día con ella, respecto a la Serpiente Azul. Veo pasar a Puma, la sigo, pero la pierdo la pista. Cyrus y Marappi, miran si ha entrado en el Blasón, después de un rato buscando entro donde ellos.
_ _ _ Dentro del Blasón, veo a Marappi interpelar a Puma, esta dice que no sabe nada, del tumulto que montamos, no le interesa al dueño, salimos todos fuera.
_ _ _ Fuera, Marappi vuelve a enfrascarse con Puma, un guardia nos vigila, e intentamos que Marappi se relaje. Al final, la seguimos, unos ocultos otros con un poco más de ruido.
_ _ _ Llegamos a su tienda. Entramos y la interrogamos. Ella pasa totalmente de nosotras, se centra en Cyrus. Es más que probable que si les dejamos a los dos a solas, consigamos más información, pero el tiempo apremia. Veo un tarro de miel junto a unos grilletes. Me acerco a coger el tarro, y en mis pensamientos alocados, casi pierdo el hilo de la conversación.
_ _ _ Cansada de todo o por hacerle un “favor” a Cyrus. Puma cede, y a cambio de nuestro silencio y gemas por valor de 1.000 monedas está dispuesta a hablar. Yo pago la mitad del trato en gemas y sigo pensando en la miel, intento comprobar que no haya nada dentro. Llegando a la conclusión de que no hay nada, la pruebo por si es algún calmante, droga, veneno, o algo peor (¿afrodisíaco?).
_ _ _ Nos habla de Biagra, que se encuentra en el pueblo de Marappi. Cerca del comercio de abastos. Hacia allí nos encaminamos, mientras la escucho decir algo sobre unas fresas con nata, y… ¿la miel?.
_ _ _ Nos encontramos con Anadriel a la salida, no hizo casi falta de ponerla al día, escuchó todo desde fuera de la tienda. Nos encaminamos hacia la ciudad, y ya pararíamos por el camino, para no dar opción de que se nos adelantase alguien. Por el camino sigo pensando cosas que hacer con la miel.
_ _ _ Llegamos a la casa de Biagra, fue más fácil de encontrar de lo esperado, aunque no tan fácil la casa de abastos, y eso que la teníamos delante de nosotros. Llamé y nos dejaron entrar, cuando dije que íbamos por negocios, cosa que era verdad.

_ _ _ Allí estaba el gnomo, con dos enormes guardaespaldas, en vista de la belicosidad de Marappi, al final nos enfrentamos contra ellos. Bueno, todos no, yo “hice un Rupio” y conseguí apresar a Biagra. Quien confirmó que llevaba los pagos y negocios de muchos grupos. Pero no quiso decir nada más. De repente, su cara se tornó blanca como la tiza, e intentó huir de mis brazos, fue tal su afán por escapar, que acabé ahogándole. Por mi culpa perdimos una pista, cuando me di la vuelta, me encontré con una imagen de pesadillas, que aún sueño por las noches, todos esos tentáculos, me hicieron caer en un terror tan fuerte, que aparecí repentinamente en las escaleras de la casa y me agazapé en el rellano. Tras esperar un tiempo prudencial, me asomé y Anadriel ya no estaba. Cuando bajé, dos noticias, una mala y otra buena. La mala, Anadriel marchó, además, era la que se convirtió en una especie de ser, de lugares insondables. La buena, Cyrus encontró unas pistas. Hacia allí nos encaminamos.
_ _ _ Al llegar cerca de nuestro destino, amparados por la frondosidad del bosque, Cyrus y yo avanzamos ocultos, pero unos arqueros, vieron a Marappi. Los tres fuimos corriendo a por ellos. Pecamos de novatos, caímos en todas las trampas, incluso en una que era para conejos. En vista que me encontraba sola, con mis atacantes, opté por ocultarme, regresar a por mis compañeros, pisar de nuevo las trampas para recogerles, y alejarme lo suficiente para tratar sus heridas.
_ _ _ Al volver Cyrus y yo, creemos que mejor preparados, vimos que había otro camino, que parecía más fácil. Supongo que con la imagen aún en la retina, del terrorífico ser, pisé todas las trampas. Dejé paso a Cyrus, aunque seguí inquieta.
_ _ _ Un grupo de mercenarios de la Serpiente Azul, nos estaban esperando, lógico. Pues hicimos saltar todas las alarmas, más trampas pisadas. Luciano se frotará las manos conmigo.
_ _ _ Una vez acabó todo, rodeamos lo que parece ser un pabellón donde podía estar Kolmillo y Víbora. Marappi se lanzó en pos de la venganza, y nosotros fuimos tras ella. Dentro, vimos un combate desigual de dos contra uno. A pesar de nivelarlo, Marappi se llevó la peor parte. Acabamos con ellos. Cyrus encontró pruebas de que pensaban rearmarse y volver a tomar el control. Yo me hice con suficientes pruebas para demostrar que la amenaza había terminado.
_ _ _ Si nada más que hacer en el pabellón, salimos a la casa, de la que, Cyrus, había encontrado información en los cuadernos contables. En mi ansiedad, pisé nuevamente trampas. Finalmente, dejando que Cyrus revisase todo, encontramos más pruebas y un cuantioso botín.
_ _ _ Esa noche… soñé con un ilícido sorbiendo el tarro de miel.
_ _ _ Al día siguiente, le enseñé las pruebas a Cara, que lejos de recompensarme, fue suficiente para restaurar la cordialidad, por la muerte de sus compañeros por nuestra culpa.
_ _ _ También llevé las pruebas a la guardia, quienes suspicaces por mis intenciones, toman registro de la información y una palmadita de agradecimiento.
_ _ _ Queda pendiente pues, zanjar el tema con Puma.
Personajes participantes: Cyrus, Marappi y Dahyâ
Escena guionizada por: QM-Hial y QM-Kelemvor
Dahyâ.