La barcaza se movía lentamente en contra de la corriente.
Los dos pares de brazos la impulsaban con pértigas, haciéndola avanzar lenta y firmemente sin retroceder.
Tres eran sus ocupantes, pero solo uno echó el pie al muelle cuando llegaron a su destino.
El lugar lleno de gritos, risas y peleas enmudeció poco a poco.
El ojo sano del visitante recorrió el lugar. Una amplia variedad de alcohol, mesas de apuestas y juego, ...
La guardia del lugar se aprestó a acercarse cuando una figura se encaminó hacía el orog.
- No esperaba visitas que no fuesen invitadas.
El orog como única respuesta dejó caer un saco que se abrió al chocar con el suelo, desparramando oro y algunas gemas que brillaban por si solas.
El hombre sonrió levemente y dio un nuevo sorbo a la copa.
- Claro que algunas visitas no invitadas pueden ser bien recibidas. ¿Puedo hacer algo por ti asumo?
- Necesito información. - el orog tuerto avanzó a una mesa y barrió con el grueso brazo lo que había sobre ella, luego dejó un libro y lo abrió por una página ya marcada. El dedo se plantó sobre la hoja. - Sobre donde encontrar esto.
Copa en mano el hombre se acercó . Echó una rápida lectura y miró el saco aún en el suelo.
- Supongo que un favor rápido. - Hizo un gesto y al poco una tiefling trajo un rollo de papel.
La tiefling colocó unas jarras para sostener los pliegues del rollo y un mapa quedó a la vista del orog y el hombre que sostenía la copa.
- Lo que buscas, está aquí - Dijo mientras señalaba un lugar en el detallado mapa.
El Orog observó el punto señalado largamente.
- ¿Estás seguro?
- Dije que era un favor rápido. No que te fuese a resultar sencillo. Esa es la casa.
El Orog asintió y se dio la vuelta sin agregar nada más hasta subir a la barcaza.
- Sundbarr.
Y de los cielos surgiran rayos que iluminaran hasta la más oscura sombra... y los truenos acallaran los gritos de panico y dolor.
- No tienen Honor ,ni Fuerza - Bramó el orog levantándose de la mesa donde había estado siendo atendido.
El Chamán emitió un quedo susurro mientras se retiraba.
- ¡Déjame ir de nuevo! Balkorg aún lo tiene marca..agh - Una manaza se cerró sobre el cuello del orog y lo alzó del suelo.
- ¿No he sido permisivo contigo? Pusiste tus condiciones y las he cumplido. - los ojos de Talonar miraron a Cor Zal mientras la mano continuaba asfixiándolo.
Cor Zal asintió como pudo y la presa se aflojó.
- Has tenido tu oportunidad. Si quieres tomar algo más que los despojos del mestizo... hazlo solo.
Cor Zal notó como sus pies tocaban el suelo nuevamente y la mano de Talonar se retiraba.
Hincó una rodilla en el suelo y golpeó con ambos puños el suelo.
- Haré lo que digas... pero él y esa tuerta son míos. Les demostraré lo que es el Honor y la Fuerza.
Una risa sonó a sus espaldas.
- ¿Te han pateado el culo, pringao? - un orog palmeó la cabeza de Cor Zal. - Ya te los pondremos en bandeja si no sabes hacerlo tú.
Y de los cielos surgiran rayos que iluminaran hasta la más oscura sombra... y los truenos acallaran los gritos de panico y dolor.
V - Llama ha muerto.
T - ¿Creéis qué lo habrá conseguido?
C - Quien sabe. Si salió de allí...
P - Pero el muy idiota quiso ayudar a Cor Zal o fanfarronearse de él.
C - ¡Yo no le pedí nada!
P - peor para él. Se lo tenía muy creído.
V -¿vais a seguir con tonterías?
Las puertas se abrieron con fuerza mientras Talonar y Balkorg se abrían paso dentro de la ostentosa cámara.
El Orog miró a los cuatro allí reunidos.
- Llama ha cumplido su parte. Lo que sigo sin entender es como os dejáis arrastrar a juegos tan tontos. - Bramó Talonar.
Todos guardaron silencio.
- Bien... Siguiente paso. Prestad atención.
Y de los cielos surgiran rayos que iluminaran hasta la más oscura sombra... y los truenos acallaran los gritos de panico y dolor.
Ese había sido el resultado.
Los golpes resonaban por los túneles.
La furia del orog no conocía limite en ese momento y todos parecían mantenerse cuanto más lejos mejor.
T- ¿Cómo ha podido matarlo?
P - Creo que eso no entraba en la previsión de sus planes.
Los golpes continuaron mientras las maldiciones seguían.
Y de los cielos surgiran rayos que iluminaran hasta la más oscura sombra... y los truenos acallaran los gritos de panico y dolor.