Arsys
Arsys, una semielfa lunar con piel pálida y de toques azules, su melena posee un color negro profundo, nació en la vibrante ciudad de Baldur's Gate.
De madre elfa y padre humano, Arsys siempre demostró ser una chica muy activa, le encantaba la música, el baile y cualquier fiesta.
A temprana edad demostró ser una joven de demasiada curiosa, se colaba por los tejados de la ciudad como cual gato y se pasaba horas observando el comportamiento nocturno de la gente.
Una noche, en una de sus escapadas, vio algo que no debería haber visto. Cuando regresaba a casa por su camino rutinario, unas figuras oscuras rodeaban a un hombre, encapuchados que portaban máscaras que ocultaban sus rostros. El hombre cayó fulminante al suelo. Arsys impulsada por el susto soltó un leve grito que, apenas pudo tapar con sus manos. Sintió que las figuras alzaron la vista y la miraron. En pánico, comenzó a correr sin rumbo y una de las figuras comenzó a seguirla.
Aunque estaba acostumbrada a andar por esos lugares su miedo era demasiado intenso para trazar una ruta de escape con claridad, corría casi en círculos, la figura alcanzaba… Con lágrimas en los ojos empezó a perder esperanza y sus pasos se enlentecían. Y sin esperanzas un gato oscuro saltó de lado a lado atravesando la trayectoria de Arsys, se detuvo un momento y tal vez fue el instinto y otra cosa, pero parecía que el gato le invitaba a seguirla. Así lo hizo, se deslizaron hasta las calles y entre callejones y sitios estrechos consiguieron darle esquinazo a la figura.
Arsys se encariñó de esa gatita ala que llamó Kis, era una gata negra con una mancha muy curiosa en la el lomo de color blanco.
Pasaron algunos años y Arsys ya era casi adulta y tenía claro dónde tenía que estar. Junto a Kis, partieron en barco hacía Waterdeep, con la intención de iniciarse como novicia en el culto de Sharess.
Allí fue acogida y aprendió justo lo que el faltaba en la vida, ahora estaba completa, solo le importaba tener una vida llena de hedonismo. Así fue pero, mientras estuvo en el templo conoció a Brindis Cabelloplata, la enana más hermosa que halla visto en su vida, compartieron muchos momentos y ella rendía culto a Sharess a su modo. Arsys rechazaba la violencia y solo le gustaba el placer pero Brindis le enseñó que en ocasiones hay que luchar, era una grandiosa forjadora, sus armaduras eran esplendidas y con su magia aplicada a las runas la hacían ser un pilar poderoso en momentos de lucha. Brindis pertenecía un grupo algo mas selecto del clero, escapadas junto a otras hermanas y hermanos de armas, parecían hacer incursiones de las que Arsys desconocía, pero a su vez, Arsys estaba siendo preparada.
Así Arsys aprendió lo necesario para luchar y forjar cuando llegase el momento, a pesar de su negativa. Estudió los cultos de Shar y cómo combatirlos.
Finalmente, cuando Arsys ya estaba totalmente adaptada en Waterdeep, Brindis Cabelloplata, después de una extraña incursión de la que algunos de los compañeros jamás regresaron, la mandó de viaje. Obviamente no quería ir pero, pero algo iba mal, así que tomó rumbo a las tierras frías del norte con la atenta mirada de Kis en su partida…