Vivencias de Trisviel

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Braxle
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Vivencias de Trisviel

Mensaje por Braxle »

Descripcion actual del personaje:
Una figura delgada, con dos estoques a la cintura, con ropas oscuras ocultando todo su ser, con capucha y con una bufanda tapandole la mitad de la cara, lo unico que se ve son sus ojos color ambar claro y un mechón de pelo negro azabache que cruza uno de los ojos.
Las raras veces que va sin nada tapándole el rostro, se puede ver una elfa de piel pálida, caballo azabache, con rasgos muy afilados y ojos ámbar.
Imagen de Tris

Historia

Trisviel se crió en Puerta del Oeste, no tiene recuerdos de otro sitio y su madre Vierna, nunca quiso contarle cómo acabaron allí, ni tampoco hablarle de si tenía más familia.
Su madre, Vierna era hermosa, tenía una belleza élfica deslumbrante, sabía comportarse en todo tipo de situaciones y además poseía una voz angelical. Allí donde estaba generalmente solía ser el centro de atención.
Para su desgracia o su suerte, según se mire, Trisviel no heredó la belleza de su madre, siempre fue una muchacha escuálida y desgarbada, su cara solo destacaba por sus rasgos muy afilados, además su piel era bastante pálida, de cabello azabache y ojos color ámbar claro. Siempre fue una niña revoltosa desde pequeña y muy curiosa. Habitualmente se metía en peleas cuando jugaba con otros niños, eso cuando no la pillaba en sitios donde no debía estar.
Vierna trabajaba en la Dama Púrpura como cantante y camarera. Esto les daba las ganancias para poder vivir cómoda y tranquilamente en la ciudad. Tris más de una vez intentó colarse infructuosamente en el local donde trabajaba su madre para verla.

Años después, cuando Trisviel tendría unos 15 años, una noche su madre no regresó a casa, en primera instancia Tris no le dio mayor importancia, ya que de vez en cuando su madre se quedaba haciendo horas extras o alguna otra cosa, aunque solía avisarla.
Cuando a la mañana siguiente seguía sin aparecer, Tris empezó a preocuparse.
Así que se vistió con sus ropas oscuras, se colocó una daga oculta en una funda del cinto en la parte de la espalda, salió de casa, se subió la capucha para ocultar parte de su rostro y se encaminó hacia La Dama Púrpura.
Cuando llegó a la puerta, el local estaba cerrado, lo que no hizo más que aumentar su preocupación, pero Tris se dirigió hacia la puerta de servicio y llamó a la puerta. La abrió uno de los guardias del local, que ya la conocía perfectamente, Tris le preguntó por su madre contándole que no había regresado a casa todavía
- humm *se rasco la cabeza y se le puso cara de confusión * no me suena haberla visto por aquí, juraría que se fue ayer de madrugada al acabar su turno, pero puedo echar un vistazo y ver si sigue por aquí *le abrió la puerta a Tris para que entrara a la trastienda*
- espera aquí mientras miro.

Tris aceptó la invitación y entró a la trastienda a la vez que de ella se iba apoderando un sentimiento de desasosiego, para intentar calmarse jugaba nerviosamente con un colgante igual que el que tenía su madre, un trébol de plata de 4 hojas con incrustaciones de jade representando las hojas del trébol, sin mucho éxito.Imagen del colgante
Pasados unos minutos el guardia regresó, Trisviel al verle la cara sintió dentro de ella que no traía buenas noticias
-Lo siento mi niña, aquí no está y me han confirmado que la vieron irse sola al terminar su turno de madrugada.

Esas palabras fueron como un mazazo contra un jarrón de cristal, no quería ponerse en lo peor, pero no pudo evitarlo, algo en su interior le decía que a su madre le había pasado algo.
El guardia vio la reacción y la acompañó a un sillón y le trajo una manzanilla. Se ofreció a acompañarla a la sede de la guardia local a hacer la denuncia, pero Tris sabía que la guardia no iba a mover un dedo por una simple camarera elfa. Puso la denuncia por desaparición y volvió a su casa, Se pasó el resto del día encerrada en casa esperando que su madre entrase por la puerta como habitualmente hacía, pero según avanzaban las horas su esperanza se evapora como el agua en un desierto. No fue capaz de comer ni dormir, al final llegó un punto donde el sueño pudo con ella y cayó dormida.
Cuando se levantó, pensó que todo había sido una simple pesadilla, pero al ver que su madre no estaba volvió a la realidad y las lágrimas inundaron su rostro. Cogió algo del dinero de los ahorros que guardaba su madre en casa y se fue a encargar unos carteles, con un retrato de su madre y una breve descripción, y se puso a repartirlos por la ciudad.

Pasaron varias semanas, donde Tris no cejó en su intento de conseguir la más mínima información del posible destino de su madre, sin éxito alguno. Decidió pasarse por la Dama Púrpura para preguntar si habían oído algo, el mismo guardia que la atendió en el pasado:
-Lo siento niña, pero no hay ninguna noticia que pueda darte.
-Gracias de todas formas*dándose la vuelta para irse*
-Niña, si necesitas trabajo, la dueña estaría encantada de encontrarte algún trabajo en el local, le caía muy bien tu madre.
En ese momento Tris se quedó congelada, hasta ese momento ni se le había pasado por la cabeza pensar en su futuro ahora que no estaba su madre. Su madre nunca la dejó trabajar, no quería que se viera tentada por ciertos tipos de trabajos de Puerta del Oeste.

-Gracias, déjame un tiempo para pensarlo.
-Tranquila niña, pero no tardes mucho.

Después de eso volvió a su casa, hasta el momento se había concentrado tanto en encontrar una pista de que podría haberle pasado a su madre, que no se había parado a pensar en su propio futuro. Su madre nunca la dejó trabajar, decía que con lo que ganaba no hacía falta que ella se manchara las manos, realmente lo que Tris no sabía era que su madre tenía miedo de que se viera atraída a ciertos tipos de trabajos que abundaban en la ciudad. Ya no le quedaban muchos ahorros, así que decidió que mientras pensaba que quería hacer aceptaría ese trabajo en la Dama Púrpura.
Al día siguiente se pasó por el local, la dueña la contrató como chica de los recados. Se encargaría de ayudar con el inventario y los pedidos que tuvieran las chicas del local.
Pasó el tiempo y fue ascendida a camarera pero cada vez que pasaba el tiempo sentía que eso no era para ella. El momento culminante fue cuando un cliente borracho decidió toquetearla, y Tris reaccionó rompiéndole una botella en la cabeza y haciéndole un corte en la mano con la que la tocó. Resultó ser que era un oficial del puerto, así que la dueña se vio obligada a despedirla, y aunque entendió la decisión en su interior le guardaba cierto rencor.

Tras eso, decidió vivir aligerando las bolsas de los turistas que pasaban por la ciudad o de borrachos demasiado embriagados para darse cuenta. Solía vigilar a sus presas antes de intentar nada, como solía decirse a sí misma “la suerte es para quienes la persiguen, pero son cautos en el camino”, con el tiempo fue mejorando y sacaba suficiente para vivir, hasta aquel día donde su vida dio un vuelco total.
Era un día como otro cualquiera vio a un hombre salir de una taberna, no parecía ser un habitual de la ciudad y parecía que iba un poco perjudicado, así que decidió seguirlo como solía hacer habitualmente. En un momento donde el hombre se iba tambaleando entre la muchedumbre, aprovechó y pasó junto a él robándole la bolsa de oro que llevaba al costado, para acto seguido perderse entre la multitud e ir a un lugar seguro donde revisar tranquilamente el botín. Cuando recién estaba abriendo la bolsa oyó un ruido detrás de ella, rápidamente se giró mientras desenfunda la daga y lo que vio fue una extraña moneda girando en el suelo, y lo siguiente que recuerda era estar en el suelo desarmada e inmovilizada con la cara enfrente de la moneda mientras algo le agarraba el brazo y la presionaba contra el suelo y una voz grave le dijo:
-Te he traído una moneda extra, niña *se oyó una risotada*
Por más que intentaba retorcerse para liberarse le era imposible, el hombre que la sujetaba era más fuerte y hábil, ya pensaba que era su fin.
-Vamos a hacer una cosa, te voy a soltar y vamos a tener una charla.
Cuando la soltó, rodó y se puso lo más rápidamente de pie que pudo. Vio a un varón que le sacaba varias cabezas, encapuchado y con una máscara que le cubría la mitad del rostro, aunque parecía entrado en años, estaba recogiendo la extraña moneda con una mano, mientras en la otra mano sostenía la daga de Trisviel a la vez que le bloqueaba la salida del callejón.Imagen del Asaltante
-Ahora tu y yo vamos a tener una tranquila charla sobre tus acciones*le dijo mientras le tiraba la daga para que la recogiera*
Aunque Trisno podía verle la parte inferior de la cara, no tenía duda de que estaba sonriendo.
-¿Quién demonios eres?*dijo Trisviel mientras se guardaba la daga y se mantenía en guardia*
-Un buen samaritano, que ha visto tu acción *señalando la bolsa con monedas a los pies de Tris*
-He de decir que no tienes mala técnica, aunque sería mejorable todo sea dicho, como sea. Puedes coger esa bolsa y seguir dedicándote a jugarse el pescuezo por limosnas, o puedes venir conmigo para ganar más dinero, tú eliges. *se cruzó de brazos observándola*
-Hablar es muy fácil, pero no conozco tu nombre, no sé quien eres, ni tus intenciones ¡no sé siquiera si algo de lo que has dicho es verdad!! Además, ¿Por qué de entre toda la gente me lo ofreces a mí!?.
Nada de esto tiene sentido, pensó Tris
Se oyó una risita
-Te veo indecisa *hizo una pausa* Mañana estaré por el Ojo negro, si quieres mejorar tu futuro, pasate al anochecer.
Dicho esto la figura desapareció en un abrir y cerrar de ojos, dejando a Tris confundida y nerviosa, agarró la bolsa de dinero, se la guardó y se fue a su casa. Después de dormir como pudo, estuvo dándole vueltas a la oferta durante casi todo el día.
Al final se decidió y fue a la taberna del Ojo negro, no tenía nada que perder, así que estaba dispuesta a averiguar de que iba todo eso de un mejor futuro.

Llegó antes del anochecer para poder elegir sitio pero la figura misteriosa ya estaba allí, en una mesa en una esquina esperando, con una copa delante de él, aunque seguía teniendo la máscara tapándole la mitad de la cara. Antes de que Tris se empezará a mover, el encapuchado ya le hizo una seña con la mano para que se acercara. Tris fue hasta la mesa y se sentó.
-No las tenía todas conmigo con que aparecieras esta noche jovencita, *se oyó una risita* supongo que te picó el gusanillo.
- Bien, iré directo al grano. Te vi potencial y buenas habilidades, aunque todavía te falta entrenamiento, el caso es que tengo un pequeño grupo que nos dedicamos a diversos trabajos en la ciudad y alrededores. Trabajos bien pagados *remarcando de bien pagados* y andamos faltos de alguien con tus habilidades.
-Si decides aceptar la oferta, te puedo garantizar que siempre tendrás dinero y trabajo, y además te ayudaremos a mejorar esas habilidades.
Tris le miro a los ojos:
-No pienso formar parte de trabajos de asesinato a sangre fría y sobre nadie que no se lo merezca, y tampoco pienso aceptar hasta que no sepa tu nombre y conozca tu cara.
Hubo un silencio durante un momento mientras ambos se miraban, hasta que en un momento el hombre se bajó la máscara y dijo:
-Melic, así puedes llamarme.
Hizo un gesto con la mano dando a entender a Tris que era su turno. Tris pudo ver que era un hombre entrado en años, de unos 40.
-Trisviel
El hombre asintió y se volvió a poner la máscara.
-Con respecto a tus otras demandas *hizo una pausa* No tengo ningún inconveniente, además hay otra gente más capacitada para esas tareas.
Se levantó.
-Ahora acompáñame y te mostraré donde nos juntaremos *dejó un par de monedas en la mesa y se dirigió a la entrada seguido por Tris.
La condujo hasta una construcción en el distrito del puerto, cerca de la parte antigua de la ciudad, no sin antes dar varias vueltas.
Era una casa antigua de 2 pisos, o eso parecía por fuera. Melic tocó ligeramente la puerta, se abrió una rejilla, enseño una moneda, la rejilla se cerró y la puerta se abrió, pasaron ambos y se cerró la puerta tras Tris.
Por dentro el lugar era totalmente diferente a lo que aparenta por fuera, estaba todo en buen estado, con materiales de calidad, iluminado con faroles. Había una zona con estafermos y dianas, y otra zona vacía para combatir. También había una zona común de descanso, con diversos sofás, una mesa y una cocina con almacén, una habitación con una puerta, a lo que supuso que era un despacho y unas escaleras que llevaban al segundo piso.
En uno de los estafermos había un humano(Darren) con una espada corta practicando, en uno de los sofás descansaba un mediano(Loren), y detrás de ella estaba una semielfa (Liss) que es la que había abierto la puerta.
-Atentos chicos, esta es la nueva pieza del equipo, Trisviel. Aunque todavía hay que pulir, así que ayudarla en lo que necesite.
-Liss llévala arriba y enséñale su cuarto *se dirigió a la semielfa que estaba detrás de ellos*

La semielfa rápidamente pasó a estar delante de Tris
-Sígueme, nueva.
Y se giró y encamino hacia las escaleras sin mirar atrás.Tras un segundo de duda Tris la siguió. Una vez arriba vio un largo pasillo con 3 puertas a cada lado, la semielfa avanzó hasta la tercera a la derecha, se paró y abrió la puerta.
-Esta es la tuya, dentro tienes la llave, yo estoy en la habitación de al lado, y en la primera está Melic, las dos primeras del otro lado son de Darren y León. No pasamos mucho tiempo aquí pero de vez en cuando está bien tener otro sitio seguro donde descansar, y cambiarse de ropa.
-Cuando termines baja abajo.
Dicho eso, Liss se dio media vuelta y desapareció escaleras abajo.
Triss entró en su habitación, una habitación simple con una cama, un armario y una mesita de noche al lado de la habitación, algo de lo que se percató es que no había ninguna ventana, la única forma de entrar era la puerta con cerradura, dejó la capa y la capucha en el armario, cogió la llave y al salir cerro la puerta.
Una vez en el pasillo miró con curiosidad el resto de puertas preguntando que contendrían, después de unos segundos se fue al piso de abajo.

Allí la esperaba el resto del grupo, después de las presentaciones formales Melic se acercó a ella y le entregó una moneda de plata, era similar a la que pudo ver cuando la redujo en el callejón. Era una moneda de plata con el grabado de una cara de mujer con un antifaz, por ambas caras era igual.
-De ahora en más guárdala bien, te servirá para identificar a otros miembros. Imagen de la moneda
- Y ahora a celebrar.
Melic se apartó señalando a la mesa sobre la que había comida y botellas de cerveza.
Después de un tiempo la fiesta se dio por terminado y cada uno siguió su camino, Melic y Darren se fueron de la casa, Loren se fue a su habitación, Liss al ver a Tris mirar cómo se iban le dijo:
-No te preocupes es normal, no siempre dormimos aquí, cada uno tiene su propio refugio.* y después subió las escaleras*
Tris decidió pasar la noche en su habitación de la guarida.

Al principio le costó acostumbrarse a esa vida, pero con el paso del tiempo y enseñanza por parte de los otros miembros. Mejorar sus habilidades pasando desapercibida, y con la esgrima. Aunque comenzó su entrenamiento con dagas y espadas cortas, acabó gustando el uso del estoque, tenía más alcance y podía ser igual o mas letal si sé sabia manejar. Además, le gustaba su forma estilizada y afilada.

Fueron pasando los meses y los años, entre sus funciones estaban, vigilar objetivos, recuperar objetos y dar apoyo al resto del equipo. Todo iba bien, ganaba suficiente dinero para vivir y tener sus caprichos.

Pero todo iba demasiado bien, y llegó el día donde todo cambiaría.
Melic había conseguido información de que iba a venir a la ciudad un nuevo señor muy acaudalado con una gran suma de dinero y que además viajaría de noche, por la información obtenida no iría más que con un par de guardias para no llamar la atención. Tris tuvo un momento de duda, todo era demasiado perfecto, pero Melic nunca les había llevado a un trabajo erróneo, así que apartó las dudas y siguió con atención la explicación del plan.

La idea era que Darren y Tris fingieran ser una pareja de campesinos que habían sufrido un percance en el camino y se les había volcado la carreta, bloqueando el camino y esparciendo cajas y frutas por el camino, en una de las cajas vacías tendrían sus armas escondidas.
Loren estaba escondido entre los árboles al borde del camino preparado con su arco, y Melic y Liss esperarían entre los matorrales dispuestos a saltar e incapacitar a los guardias y después buscarían el botín. Mientras, Darren y Tris enderezarían la carreta, después todos cargarían la carreta con el botín y huirían en ella hasta un escondrijo que tenían en el bosque, allí ocultarían la carreta con el botín, y se irían en los caballos que habían dejado.

Llegó la noche, el plan había empezado, apareció el carruaje conducido con dos guardas, pero había 2 guardias más detrás montados a caballo escoltando. Aunque la cosa se complicaba, no es algo que no se hubiera previsto que podría pasar. En este caso Darren y Tris se encargaría de reducir a los guardias que se acercaran a ellos.
Uno de los guardias que conducía el carruaje se bajó le gritó algo a los que estaban detrás y procedió a acercarse a Darren y Tris que siguieron su guión explicando sobre lo que supuestamente había sucedido. Tris se puso de rodillas de espaldas a los guardias, haciendo como que se lamentaba, ante la caja donde tenían las armas, aprovechando a coger la espada corta que le dio a Darren que entretenía al guardia. Darren rápidamente agarró al guardia por el cuello y le plantó la hoja en la garganta, Tris silbo para dar la señal a Liss y Melic que salieron de entre los arbustos para atacar a los guardias a caballo, a la par que ella cogía su estoque escondido y que una flecha de Loren impactaba en el cuello de uno de los caballos del carruaje.
Cuando Tris se giró ya con el estoque en la mano lo que acertó a ver fue al guardia sujetando a Darren en el aire por el cuello mientras le chorreaba sangre de donde antes estaba su antebrazo derecho, y el otro conductor estaba delante de ella, le pegó un puñetazo con tal fuerza que salió volando por encima de la carreta y aterrizó al otro lado. Lo único que pudo oír fueron gritos de desesperación y burla, con las pocas fuerzas que tenía y aprovechando la cobertura de la carreta, huyó hacia el bosque dando tumbos. Aunque no tenía problema en ver, su cuerpo no se movía todo lo bien que ella quería debido al golpe que había recibido, y acabó tropezando y cayendo por una ladera y aterrizó en un riachuelo.

Se despertó empapada y con el sol que estaba en lo alto cegándola, se incorporó como pudo y miró a su alrededor comprobando que no había ninguna amenaza. Estaba perdida en el bosque sin armas y vestida de simple campesina y por si no fuera poco, calada hasta los huesos. Decidió cortar trozos de la falda del vestido y se vendió como pudo los cortes que se había hecho al caer por la ladera, y aplicó un vendaje en el abdomen donde tenía un buen moraron debido al golpe del guardia había golpeado, y por el dolor seguramente tenía alguna costilla rota.
Tras eso decidió seguir el arroyo, seguramente llevaría a la ciudad o cerca de ella.
Después de varias horas,aun a pesar de su estado, consiguió llegar cerca de la ciudad.
Pudo hacerse con una capa con capucha para taparse y se dirigió hacia su casa, no sin antes dar varias vueltas asegurándose que no le seguía nadie.

Una vez en su casa se adecentó como pudo, se puso vendajes en condiciones, comió y descansó un poco. Cuando cayó la noche, cogió una daga que escondió tras su espalda en el cinturón y se puso otra capa con capucha y se dirigió hacia el distrito de la ciudad antigua hacia la guarida, pero no entró ni llamó, se quedó observando escondida esperando que apareciera alguien. Salieron los primeros rayos del sol y nadie apareció, un desasosiego invadió a Trisviel, se retiró a su casa tomando precauciones de nuevo.Descanso lo que pudo, recogió los ahorros y las pocas posesiones que tenía y se fue de la ciudad sin mirar atrás.

Durante un tiempo estuvo trabajando como espada de alquiler de aquí para allá, haciendo de guardaespaldas de caravanas y diferentes mercaderes por diferentes lugares de la costa de la espada. Metiéndose en algún que otro lío. Siempre yendo al norte, alejándose inconscientemente del lugar donde había perdido todo. Acabó llegando a la Marca argéntea,y se dijo que ya estaba cansada de huir ahora. A partir de ahora trabajaría para poder ser poderosa y no tener que sufrir más, y eso empezaba por hacer fortuna.

PD: SI se me fue un poco de las manos la historia, y hay ciertas cosas no cerradas a proposito.
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