Perdonad la extensión de la historia, me voy siempre por la ramas mientras escribo. Es lo 1º escrito que subo a cualquier sitio de Internet, por favor sed indulgentes con mis torpezas.
Esabir nació en una cabaña cercana a la ciudad de Nevesmortas. Hijo único después de varios abortos de su madre, fue recibido como una bendición por sus padres. Su madre Nélida le colmó de cuidados y mimos y su padre Yanduk estaba siempre pendiente de él, o lo que le permitía su trabajo en la Guardia de Nevesmortas.
Su padre, Yanduk, trabajaba de batidor para la Guardia de Nevesmortas, vigilando los bosques y tierras cercanas a Nevesmortas ante la amenaza permanente de osgos y trasgos. La intención de Yanduk era que su hijo heredara su puesto como batidor en la Guardia y, desde bien pequeño, Esabir entrenó el tiro con arco, en el rastreo de huellas y la caza de animales peligrosos. También su padre, completamente en secreto, le enseñó cómo luchar contra el monstruo mas peligroso de Faerún, los humanos.
La vida de Esabir estaba bien encaminada desde su infancia, no era muy sociable y prefería la compañía de los animales a la de las personas, pero a parte de eso tenía un padre responsable y interesado en educarlo y una madre amorosa y pendiente siempre de sus necesidades.
Pero su padre había cometido un error que le saldría caro, a los oídos de los Oficiales de la Guardia de Nevesmortas llegó 1º el rumor y luego la confirmación de que Yanduk estaba entrenando a su hijo como si ya fuera un miembro de la Guardia y sin permiso de sus superiores y saltándose todo el protocolo de admisión. Esto le costó a Yanduk su puesto en la Guardia en una expulsión deshonrosa.
Caído en desgracia Yanduk buscó el consuelo en su único amigo que le quedó después de caer en desgracia, el alcohol. Así dejó de ser un padre ejemplar para convertirse en un borrachín. Primero con una falsa alegría provocada por el alcohol, que se fue convirtiendo rápidamente en hostilidad y maltrato a su familia, a la que antes trataba con cariño y responsabilidad. El mas afectado fue Esabir, ya que su padre, con una furia cada día mayor, humillaba y golpeaba y acusaba en medio de sus delirios alcohólicos de ser el responsable de su expulsión de la Guardia.
La situación empeoró rápidamente en la familia, Yanduk caía en una espiral de degradación provocada por las innumerables botellas de vino, cerveza y licores que cada día consumía en mayor cantidad. La amorosa madre y esposa comenzó también a sufrir la violencia de su marido, acusada de proteger a su hijo del "justo castigo" como llamaba a su padre a su violencia hacia su hijo.
Toda esta situación explotó el día que a Yanduk le dio por ser especialmente violento con su esposa Nélida y ella empuñó para defenderse el cuchillo mas grande que tenía en la cocina. Para Yanduk fue fácil arrebatarle el cuchillo a su mujer y entonces la apuñaló varias veces con saña delante de un Esabir paralizado y horrorizado. Luego Yanduk dirigió su furia asesina contra su hijo, que emprendió la huida escapando de su casa.
Comenzó así una persecución en la que Esabir, astutamente, llevó a su padre a la zona infestada de trasgos al Norte de Nevesmortas. Los trasgos que montaban guardia delante de sus cuevas vieron llegar a Esabir primero perseguido a cierta distancia por su padre y consideraron mayor amenaza al adulto armado con el cuchillo que al joven lloroso y asustado que perseguía. Comenzó así una lucha de todo menos épica entre Yanduk y los trasgos. Tener sólo un cuchillo de cocina para defenderse y la borrachera dejó en clara desventaja a Yanduk respecto al grupo de trasgos. La lucha fue encarnizada y Yanduk, a pesar de matar a todos los trasgos, quedó gravemente herido desangrándose en el suelo.
Entonces fue cuando, herido de muerte en el suelo, pidió auxilio al hijo que instantes antes quería matar. Esabir, viendo en estado en el que se encontraba su padre, se quedó mirando al moribundo sin hacer nada mas, los dos bajo la lluvia. Yanduk, al darse cuenta que estaba a punto de morir sin recibir ayuda de Esabir lo maldijo a gritos de todas las maneras posibles a él y su asesinada madre. Con la voz cada vez mas débil el padre agonizante se despidió finalmente de la vida con una sombría profecía dirigida a su hijo: "De tal palo, tal astilla. Acabarás siendo como yo" y expiró.
Esabir se quedó un tiempo que no pudo medir mirando el cadáver de su padre en la noche lluviosa. Hasta que el frío le hizo reaccionar y caminar hacia la cercana Nevesmortas. Allí los guardias de la puerta le preguntaron qué hacía solo en medio de la lluviosa noche. "Los trasgos han matado a mi familia" dijo en voz baja y no repitió otra cosa hasta que lo llevaron al lado de de un cálido fuego en los cuarteles de la Guardia de Nevesmortas.
Una vez la Guardia confirmó las muertes de sus padres Esabir fue llevado al hospicio de Márzhammor ya que al fin y al cabo era un huérfano de la Guardia de Nevesmortas, a pesar de la caída en desgracia de su padre. Así la sacerdotisa Kerila recibió de buen grado al muchacho, sobre todo después que la Guardia le entregara el oro resultante de la venta de la cabaña de Yanduk y los bienes que contenía en concepto de donativo. Toda esta desgracia dejó una herida permanente en el alma del niño Esabir, que en público se demuestra con una aversión y desprecio que no oculta por el alcohol o cualquier otro tipo de droga que convierta a las personas virtuosas en descontrolados energúmenos. Esa aversión se extiende también a los borrachines, en particular hacia Dick "Alzajarras" al que no soporta y dirige habitualmente miradas asesinas.
Así comenzó la vida de Esabir con los enanos del hospicio, de los que aprendió su idioma y costumbres y ya desde el primer día lo pusieron a trabajar de chico para todo en el hospicio. Los años en el hospicio hasta su mayoría de edad pasaron sin pena ni gloria para Yanduk, mas interesado en hacerse amigo los gatos que frecuentaban la cocina que por la monótona vida del lugar. Tachado por este interés en los animales de raro e incluso loco, cada dia que se acercaba a su mayoría de edad Esabir se alejaba cada día mas en sus excursiones por los alrededores. Cuando descubrió a los tímidos ciervos su círculo de amistades animales se agrandó considerablemente. Él les llevaba pan reseso de la cocina y ellos a cambio se dejaban acariciar por el muchacho.
Al cumplir 18, Kerila mandó llamar a Esabir y le comunicó que su estancia en el hospicio había superado con creces el valor de lo donado por la Guardia en concepto de manutención y que lo mejor que podía hacer era dirigirse hacia la cercana Nevesmortas y buscarse un futuro allí como aventurero o escudero de algún caballero. Esabir dejó el hospicio como mas ilusión que con preocupación por quedarse solo en la vida y comenzó a trabajar en lo que le salía en la bulliciosa ciudad. Un día trayendo leña a sus habitantes o otro matando las ratas que infestaban algunas casas. Fue en esos días que Esabir empezó a conocer a algunos experimentados aventureros que frecuentaban las tiendas, las tabernas y la plaza de la ciudad.
La reacción general de estos avezados aventureros fue amistosa y le dieron buenos consejos, y no sólo consejos, pues le regalaron numerosas pociones de todo tipo e incluso algún objeto mágico de poco poder para que comenzara con buen pie su vida aventurera. Pero lo más útil fue mostrarle cómo guiar bueyes de las caravanas a Sundabar pues con ese trabajo Esabir salió de la casi indigencia a poder tener un pequeño patrimonio. Tanta generosidad provocó una gratitud poderosa en Esabir que él intenta honrar desde entonces ayudando en lo que puede a los nuevos aventureros que van llegando a Nevesmortas y ofreciéndoles útiles pociones e incluso algún objeto mágico que guarda en la caja fuerte de Banco de Nevesmortas. A esta generosidad la llama Esabir "La cadena" y el único requisito que pone a los afortunados aventureros novatos que reciben su generosidad es que hagan ellos lo mismo con otros recién llegados a la ciudad.
Pasado un tiempo en el que entrenó sus habilidades como Explorador pero sin casi supervisión, pues a parte de Eloas Brisa Leve no conoció a otro seguidor del bosque en los comienzos de sus andanzas como aventurero. Adoptó entonces las creencias de Silvanus, el Padre roble. Su guía en la fé de Silvanus fue casi nula, y se orientó en sus deberes para con el Padre roble rezando cada día a él y observando respeto por la naturaleza, en forma de no matar animales pacíficos ni esquilmar los bosques con la tala de madera. Relacionado con la tala conoció al enano Brognar Ironforgue que le propuso un trato que Easbir aceptó sin pensárselo mucho: él le traería a Brognar madera cortada de los árboles de mejor calidad de la Marca y Brognar le daría una parte de lo que él ganase de los artículos de carpintería y, si finalmente Brognar llegaba a alcanzar la maestría como carpintero, le premiaría con un arco de calidad excepcional de maderadique, la madera mas noble y dura de la Marca.
Comenzó entonces a explorar de los bosques de la Marca en busca de de las maderas necesarias para Brognar, pero con una particularidad: nunca talaba el árbol por completo, se subía al árbol, cortaba unas ramas e iba por el siguiente. También sacaba leña de los árboles caídos y, si en algún caso necesitaba talar uno entero, lo hacía pero a continuación plantaba 3 semillas por árbol cortado. Este trabajo también le sirvió para conocer mejor los bosques de la Marca y su fauna. Lo primero que le llamó la atención fue la descompensada cantidad de depredadores que había en todos los bosques, respecto a las presas. Nunca ha conseguido averiguar el porque de esto, pero si su habilidad calmando y hablando a los animales no era suficiente para calmar a un depredador hambriento que le amenazaba a él o alguno de sus compañeros de aventuras, lo mataba de la manera mas indolora y rápida posible, generalmente con una flecha en la frente.
Su conocimiento y amor sobre la Naturaleza ha ido ampliándose con el paso del tiempo y, a día de hoy. No mata a los grupos de depredadores que acechan por todo territorio salvaje de la Marca, pasa entre ellos lo mas sigilosamente posible y los deja atrás, salvo que estén en algún camino concurrido o cerca de los núcleos de población. Entonces les habla con cariño y en el idioma de los animales para hacerse su amigo y dejarlos en zonas menos concurridas por los viajeros y caravanas. Tampoco come la carne que le podrían dar los animales que se resisten a ser controlados, ni los huevos de las aves.
En sus largos recorridos por los bosques y desiertos de La Marca vigilando problemas que pudieran repercutir en la naturaleza ha habido veces, pocas en las que Esabir ha ido acompañado, generalmente va solo aunque sea para meterse en la tétrica y letal Infraoscuridad. Esto es debido a una costumbre muy arraigada entre los aventureros que le suelen acompañar, como Buppi Salta Charcos, Ceres Victoria, Eolas Brisa Leve y, últimamente Trisviel. Esta costumbre consiste en que al quedarse Esabir a cierta distancia del combate disparando con el arco, el compañero que lucha cuerpo a cuerpo se queda con todo el botín de los enemigos caídos y también todo lo que haya en los cofres y cajas de los lugares donde se lucha. Han llegado incluso a quedarse con las flechas mágicas de su propiedad que se podían usar una vez recuperadas de los cadáveres.
Esta costumbre era tolerada por Esabir y no se quejaba de nada porque todos los compañeros nombrados y otros mas que no recuerda solían agasajarlo con objetos poderosos orientados a su estilo de lucha con arco. Pero en los últimos tiempos esos regalos ya no llegan y, decepcionado, cuando tiene que emprender una patrulla por los bosques y lugares salvajes de La Marca, lo hace solo. Y solo se tiene que apañar si cae mal herido y acaba en el templo de Lathander de Nevesmortas.
En relación a esta costumbre Esabir sólo se ha enamorado una vez en su vida de una hermosísima y dulce mujer llamada Veritas, que compartía el botín con él como debe de ser, a partes iguales. Su dulzura, cariño por él y grata compañía hicieron el resto para que Esabir cayera perdidamente enamorado. Ese amor se basaba en una entrega total de su ser y sus acciones hacia la persona y los intereses de Veritas, tanto que, a pesar de ella le llamase a veces "Mi esclavo", posición que Esabir asumió sin quejas y de buen grado. El corazón de Esabir era un campo yermo gobernado por la soledad, en el que Esabir cultivó en el amor por Veritas y lo cuidó con esmero.
A pesar de que ella le insinuó y manifestó en bastantes ocasiones sus intenciones de tener intimidad sexual con Esabir, él la respetaba profundamente y quería esperar al matrimonio para amarla ya por completo. Este respeto caló hondo en el corazón de Veritas, que también terminó enamorada de él Descubrir con el tiempo que esa dulce mujer era en realidad un hermoso vampiro, no disminuyó en nada su amor por ella. Al contrario, lo aumentó y reafirmó para proteger a "Mi Señora" (como él la llamaba siempre) de que algún clérigo del bien o paladín, o simplemente algún aventurero con ganas de gloria, acabara con su no-vida. Veritas fué un destello breve y hermoso en su vida austera, disciplinada y entregada al Padre Roble, breves y hermosos días que terminaron con la desaparición repentina y misteriosa de Veritas. Ella simplemente desapareció de golpe de un día para otro, como sucede con muchos aventureros de La Marca. A pesar de preguntar por ella a todos los viajeros y aventureros con que se cruzaba, no encontró la mas mínima pista de su paradero. A día de hoy su recuerdo y amor por ella persiste y ha rechazado las atenciones de alguna dama en honor a la única "persona" que arraigó en su corazón.
En cuanto a hazañas heroicas, Esabir no ha destacado mucho. Sus habilidades de rastreo fueron útiles en la caza de unos osgos temibles y bastante inteligentes en el bosque de Nevesmortas y la verdad es que poco mas. Donde sí demostró su valor fue recuperando a sus compañeros de lucha malheridos delante de las narices de los enemigos que les dejaron medio muertos. Lo ha hecho en diversas ocasiones y los dioses han visto bien su entrega y heroísmo, pues nunca a sido herido de gravedad en el rescate de sus compañeros y, como debe ser, el importe de las curaciones en los templos ha sido devuelto a él con agradecimiento.
Fue en uno de estos rescates en el que Easbir estaba siendo observado desde gran altitud, llevado por su montura alada, por el poderoso hechicero Dam Fierz. El rescate no lo pudo realizar, ya que cerca del aventurero caído (en este caso Ceres Victoria) un grupo de avezados bandidos arqueros le acribillaron a flechazos y tuvo que retirarse a toda velocidad y con apenas un hilo de vida. Pero el heroísmo de Esabir fue visto con aprobación por Dam Fierz que decidió que Esabir era la persona que necesitaba para uno de sus planes. Dam contactó rápidamente con Esabir y le propuso cuidar de una mujer llamada Liara que pronto se iba a encontrar en una situación delicada y peligrosa. Dam le ofreció literalmente "lo que quisiera" a cambio de la protección a , y Esabir, que nunca ha sido una persona avariciosa no pidió oro ni objetos legendarios, simplemente le pidió a Dam "no acabar como su padre" a lo que Dam accedió sin hacer ninguna pregunta. Tampoco hizo Esabir ninguna pregunta por el trabajo, para él era de justicia que cualquier persona que estuviera en peligro fuera auxiliada sin ser necesario otro motivo.
Se dirigió así Esabir a la casa de Liara donde la encontró en el porche dando de comer a algunos animales de granja. Ella accedió a hablar con Esabir en el interior de la casa. En cuanto Esabir le explicó que estaba allí para protegerla, Liara se puso hecha una furia y amenazó a Esabir con su espada. Él, profundamente intimidado por la furia de Liara le explicó todo el plan de Dam había preparado para protegerla. Por suerte para Esabir ella se fió de la palabra de Esabir y lo único que le dijo es que pronto sería su "ascensión" y que eso le podía crear problemas con las gentes de La Marca. A continuación Liara expulsó a Esabir de la casa de muy malas maneras y Esabir salió corriendo a toda velocidad con la impresión de haber estado a punto de morir por muy poco. Inmediatamente Esabir buscó y encontró a Dam Fiertz y le informó del enfado casi mortal de Liara, a lo que simplemente dijo: "A nadie le gusta que revelen sus secretos". Ofreció la oportunidad a Esabir de abandonar la protección de Liara sin ningún compromiso, pero él después de pensarlo bastante accedió a seguir con la tarea porque "Por mucha ira que tenga dentro una persona eso sólo no es motivo para que la maten".
Volvió así con la rubia furibunda que lo recibió de bastante mala gana pero accedió a tener una conversación con él sobre el tema de su "ascensión". Pero poca cosa le contó Liara sobre lo que implicaba eso salvo que "la saldrían alas pronto" y eso "haría que la población inculta y supersticiosa de la Marca se volviera en contra de ella". Con tan escueta explicación tuvo Esabir tomar una decisión. Evidentemente fue que sí, dada la bondad natural de Esabir y una cierta esperanza de que él pudiera ayudar a Liara a controlar y cambiar su verdadero carácter, cínico y egoísta por uno mas amable y bondadoso. Por supuesto la impresionante belleza de la Liara y como movía sus caderas al andar no influyeron en nada en su decisión de protegerla. Para nada, ni lo mas mínimo, faltaría mas...
Los siguientes encuentros con Liara, fueron un poco menos peligrosos para Esabir, pero no obstante, al no tener Liara ya la necesidad de esconder ya su naturaleza ni su carácter cínico, se tomaba la compañía de Esabir como la de una mascota graciosa, riéndose de él, haciendo a Esabir objetivo de bromas y despreciando el carácter bondadoso y noble del explorador. Además con la capacidad de combate y magia de Liara, ella sería capaz de destruir un galeón de guerra con unos pocos conjuros, cosa que Esabir tenía en cuenta y nunca olvidaba. También Liara se lo recordaba en cada ocasión que podía, para ella Esabir era "su pequeñín" y nunca estaría a la altura del poder de ella. También la enorme humildad de Esabir contribuía a que ella lo tratase con desprecio ¿ Qué podía hacer un simple arquero ante la magia y la espada de una criatura que era todo poder desatado ? Así que pasaron los días y sucedió lo inevitable, asomaron por las espalda de Liara dos alas en principio pequeñas, pero que crecían día a día.
Liara, muy inteligentemente, cubrió su espalda con una capa que disimulaba a la perfección las alas y continuó con Easbir como si nada importante hubiese sucedido, es decir con burlas y provocaciones casi infantiles si no fuese porque a veces estas burlas implicaban la muerte por simple diversión de ciervos y otras criaturas inofensivas del bosque, a las que Esabir tenía gran cariño, pues se ofrecían de buena gana como montura al explorador sin pedir nada a cambio, salvo que continuase su perpetua guardia vigilando el bosque. Esto llevó a Esabir a dudar de que su tarea de protección de Liara fuese una cosa que ayudara a los bosques y a La Marca en general a ser un lugar mas justo y feliz. Tomó entonces Esabir la decisión de abandonar su tarea de protección de Liara y regresar junto a Dam y presentar su renuncia.
Sin embargo no sería tan fácil que Esabir se librarse de "la loca" como la llamó ante Dam, pues el destino le deparaba una gran sorpresa. Dam escuchó las quejas de Esabir sin querer convencerle de que volviese con Liara ni decir ninguna cosa. Pero Dam tenía preparada una explosiva noticia que hizo que Esabir sintiese como sus profundas convicciones sobre el bien y el mal se resquebrajaban. Dam le explicó que con métodos de adivinación poderosos había descubierto que Liara estaba enamorándose del humilde explorador. La boca de Esabir se abrió hasta sus pies al escuchar la noticia. Lo que le sucedió a continuación a Esabir sólo puede ser calificado como una flecha que le atravesó lo mas profundo de su alma. Comprendió en ese instante que Liara podía también albergar sentimientos nobles por alguien, por muy oscura que fuese su alma, lo que la ponía en buen camino hacia la redención, a ser un alma que podía ser rescatada del cinismo y la maldad. Pero no sería una tarea que Esabir iba a afrontar de buena gana, pues evidentemente, implicaba que el propio Esabir estaba enamorándose de Liara a su vez. Él entre tanta burla y cinismo de Liara se daba cuenta que verdaderamente Liara tenía el potencial de volver sus alma a la luz de lo que es bueno y justo. Por supuesto la impresionante belleza de la Liara y como movía sus caderas al andar no influyeron en nada en su decisión. Para nada, ni lo mas mínimo, faltaría mas...
La profecía de Esabir.
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