La Marca Argentea

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ArtemisEntreri

La Marca Argentea

Mensaje por ArtemisEntreri »

Bueno, el motivo de este post es algo intrincado, pienso escribir una historia basada en cuanto aqui ocurre, asi pues estaré atento a todo cuanto ocurre on rol como off rol, para ello pido varias cosas:
-Por un lado es una historia basada, tratare de darle autenticidad y realismo, pero no siempre puede ser fiel 100%, disculpadme si algo no es asi.
-Esto es off rol, es más algo para recordar cuanto va ocurriendo, es decir, echaré mano a las historias que escribís para recrear esta asi como de las quest que ocurran (de algunas mas bien, meter todo sería una locura), dicho de otro modo, solo escribire cosas que ya hallan ocurrido.
-Si alguien no esta deacuerdo con que meta algo que sea suyo, solo avisadme y lo modificare tan pronto me sea posible.
-Temo que las descrpciones de cada pj no las conozco asi que es posible que tenga que inventar algunas cosas, si no gusta o no se parece al pj en cuestion, lo mismo, avisadme y lo cambio.
-Tambien pido no posteen, mas que nada para poder mantener un hilo argumental, es decir, que la historia se pueda leer de seguido.

Vamos, en resumen, esto es ma para tener un buen recuerdo de cuanto ocurre, espero que os guste.
En fin, aqui va el inicio. Un saludo y gracias de antemano a todos, pues sois vosotros quienes en verdad haréis la historia.

Edito por si a alguien, del server o no, se le ocurre la idea.
Copyright, derechos exclusivos de uso a:
WWW.marcaargentea.net (los DMs) e implicados directos (los jugadores).
Es decir, si alguien desea hacerlo lucrativo, estara solo bajo deseo unico y exclusivo de la marca y sus jugadores.
Última edición por ArtemisEntreri el Mié Jun 27, 2007 10:38 am, editado 2 veces en total.
ArtemisEntreri

Mensaje por ArtemisEntreri »

Hace ya mucho tiempo que no veía florecer unas tierras de manera tan esplendorosa, recuerdo bien cuando vislumbré sus bosques frondosos y escarpadas montañas por vez primera bajo un manto de estrellas titilantes, recuerdo no saber dónde me había metido, apenas era una pequeña villa de pocos habitantes, inundada de buscadores de oro, que habían escuchado acerca de los yacimientos y las minas de los alrededores ¡qué recuerdos! Al poco tiempo de llegar, conocí a un joven elfo, varias veces nos cruzamos aunque jamás llegamos a intimar, cómo es la vida, pues creo que luego aquel arcano novato se convirtió en una máxima eminencia. Las cosas han cambiado mucho desde entonces, asedios, conquistas, epidemias...mas la ciudad sigue ahí, en pie de guerra. Los buscadores de oro poco a poco fueron dejando paso a aventureros en busca de fama y riquezas, haciendo de Nevesmortas un lugar de comercio próspero y refugio contra las amenazas del norte, pero desde hace un tiempo, la vida tranquila y pacífica se había comenzado a tambalear, algo tenebroso y siniestro acechaba en la oscuridad, esperando su momento...

Era un tranquilo día soleado, los invitados charlaban de manera trivial en los salones de la casa Lanzagélida entre tanto caminaban de un lado a otro por los ostentosos pasillos adornados por lustrosos tapices y toda clase de cerámicas. Desde la incursión en Ascore todo parecía haberse tranquilizado, cuando las puertas principales se abrieron de par en par creando un silencio tras el estrepitoso paso de Manock mientras se dirigía con prisas hacia el salón principal. Manock era el capitán de la guardia de la ciudad, un hombre rudo y de edad ya entrada, pero eficaz e inflexible en su trabajo, la mayoría de la gente lo tenía en buena estima y aunque preferían evitar cualquier contacto con él debido a su mal genio, sabían que cualquier problema sería solucionado con rapidez, pero esta vez no parecía el mismo, su andar apresurado denotaba que algo malo había ocurrido, estaba distante, retraído, su mirada no se posaba ni un solo instante en un mismo lugar, buscando con premura a la señora de la casa, hasta que por fin dio con ella.
-Mm...mi señora- se precipitó a decir tras saludar formalmente- tra...traigo malas nuevas.
-Contadme, Manock ¿qué ha ocurrido?
Arlezha Lanzagélida era la heredera por linaje de Nevesmortas, y a pesar de juventud había conseguido anexionar la ciudad a la Confederación de la dama Alustriel, consiguiendo así la protección de ciudades como Sundabar o Argluna. No era de belleza sin igual mas su sabiduría compensaba tal carencia, además de tener el apoyo de la villa, que la acompañarían hasta el fin del mundo si hiciera falta. Aquella interrupción repentina no habría sido de relevancia si no fuera por que conocía bien a Manock, y la mirada que en aquel momento tenía hablaba por si sola.
-Ha... llegado un mensajero de Felbarr- continuó Manock tras un respiro- Felbarr...Felbarr ha sido...asediado.
Los invitados comenzaron a murmuran entre sí con incredulidad.
-¿Asediado dices?- preguntó Arlezha mientras se levantaba de súbito de su asiento.
-Oboldo mi señora, los orcos de Muchasflechas han invadido la fortaleza enana.
-¿Se sabe algo de Emerus?
Manock negó negó varias veces antes se seguir hablando.
-Me temo que estaba en el trono cuando ocurrió...
Lanzagélida miró a uno de los soldados que custodiaban la entrada del salón.
-¡Preparad los caballos!- ordenó interrumpiendo al capitán- la confederación se reunirá pues.
-Si señora- acató el soldado saliendo raudo de la casa.
-Maese Manock- dijo finalmente Arlezha- seguidme, contadme cuanto sabéis, debemos darnos prisa.
ArtemisEntreri

Mensaje por ArtemisEntreri »

-¿A qué tanta prisa?- le preguntó el encargado de los caballos al nervioso soldado que ya no sabía por dónde empezar.
-Orcos, y...y...y hay que preparar ya los caballos, lady Arlezha los quiere cuanto antes.
-¿Orcos?¿Aquí?- dejó escapar alzando un poco la voz.
-No, no aquí no, en Felbarr, han invadido Felbarr.
-No me digas- aun más sorprendido- ¡Azur! Ven aquí y ayúdanos con los caballos, deja de remolonear.

No muy lejos, justo a la vuelta de la esquina, una sombra comenzó a contonearse, parecía querer escapar de la pared donde estaba proyectada, mas poco a poco, la sombra difusa fue delineando un contorno más negro si cabe, más siniestro, más nítido. Unos brazos tomaron forma, acabados en unos delgados dedos protegidos por unos finos guantes de tela negra, casi en un parpadeo, apareció el torso y cabeza de una figura encapucha que a pesar de las innumerables capas de ropa, marcaba un cierto grado de musculatura. Llevaba la capucha calada por debajo de los ojos, apenas se distinguía algo salvo unas estrechas línea que formaban los labios, rodeados de una incipiente barba, una vez su cuerpo había tomado forma al completo, dirigió su cabeza como presintiendo algo a su lado, emitiendo un único sonido, un leve siseo casi imperceptible.
-Orcos- masculló.
De la misma manera que aquella figura siniestra había surgido de la nada, hizo presencia justo a su lado una elfa de largo cabello rojizo cuyos movimientos y curvas recordaban a esos felinos de andares sutiles y calculados.
-Eso no pinta nada bien- dijo la elfa, clavando sus ojos verdes en algún punto en la lejanía.
-Podría acercarme y ver como está la cosa en las montañas- dejó caer el encapuchado.
-Es buena idea, Quarrel- afirmó la elfa sonriéndole levemente mientras su mente tramaba toda clase de ardides- quizá no sea una mala noticia después de todo.
-En ese caso iré de inmediato- comentó antes de desaparecer, desvaneciéndose en un instante.
-En cuanto a mi, veamos cómo podemos ayudar- se dijo a sí misma mientras se encaminaba decidida hacia la fuente principal de la ciudad.
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