Murmullos
Un incesante gorgoteo salido de cien gargantas. Un crescendo de conversaciones banales que me sumen en la mas profunda de las concentraciones.
No son nada. Estan ciegos. Sus sentidos no les muestran lo que veo yo.
"Buenas noches, señores elfos. Les interrumpo?"
Asi se teje la red. Dales lo que quieren oir, enseñales lo que quieren ver y ellos mismos haran tu voluntad, sin proponerselo.
Tras algunos intercambios de intenciones, busquedas pendientes y objetivos que se aunen en una causa comun, me dispongo a partir hasta Sundabar, el yacimiento queda cerca, y no puedo permitirme ir solo, debo llevar invitados.
Mis modales son impecables, no hay otra cosa que no sea serenidad que transmita mi rostro. Hasta el ultimo doblez de las ropas inspiran confianza. Soy la serpiente que se esconde bajo la piel.
Me acompaña un elfo, responde al nombre de Eowy. Maldita sea su estirpe y maldita su sutil lengua, que me da la oportunidad de derramar veneno en sus oidos. Conoce a tus enemigos, usa sus armas contra ellos.
(ya voy madre)
El elfo es un guerrero capaz, sus flechas vuelan certeras hasta los huecos sin proteccion de la armadura del enemigo. Una docena de osgos y medio carcaj mas tarde estamos completamente sumidos en los dominios del bosque... por poco tiempo.
Estamos cerca, solo esas monstruosidades etereas nos separan del lugar, amigo.
(Amigo... si no fueras tan util te herviria los ojos en las cuencas solo para oirte chillar...).
Ni el gélido toque de los espectros hace mella en su determinacion. Se ha propuesto escoltarme, quiere devolverme el favor.
"Necesito un favor, eowy, no he traido mis cinceles". *rebusco entre mis bolsas, dejando ver por primera vez algo de nerviosismo*
Me complace hasta en el mas nimio de los detalles, la trampa esta tejida.
Estamos en los dominos de la madre oscura, aquella cuyo nombre no ha de ser pronunciado. La artifice de mis poderes, la que domina el alocado mundo de sombras y energias oscuras que intento dominar...
(Necesito una prueba de fe, hijo... quiero oir sus gritos...)
he oido algo...
Por una vez, las voces me distraen, y sin pretenderlo le doy mi perfil izquierdo. Lo ha visto, el elfo ha visto el cuervo y él le devuelve el saludo.
Ha salido buscando el origen de los sonidos, y no sabe lo que le espera. Mi rostro se retuerce, las correosas sombras que componen la esencia de mi familiar son liberadas, vuelvo a ver por los dos ojos, ahora grises... desaparezco...
Al poco el elfo regresa buscandome, pero ya no estoy para el, entre las sombras, invisible preparo un sortilegio mientras Narshade cierra el cepo.
"Un cuervo negro...? donde ha ido el mago?"
"Para el ya es tarde!! estais en los dominios de la madre oscura! sus hijos despiertan para sumiros en la oscuridad!!"
Intento coordinar las palabras del familiar para sumir la zona en una profunda oscuridad magica, solo para darme cuenta de que el elfo corre con toda su alma, su tez carente de color... tras sus pasos solo se oyen los ecos de los graznidos...
Huye como lo que eres!
Cobarde...
Cobarde...
Cobarde...
Los graznidos se mezclan con mi risa ahogada.
(Buenas noches, hijo... bienvenido a casa...)
//P.D: Mis agradecimientos a Eowy por colaborar a dar pie a esta escena de forma deportiva, llevando a la perfeccion la situacion.
Susurros en las sombras
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