Los últimos días.
Cuando la enfermedad que Rhinna llevaba en sus entrañas, cada ves se hacia mas notoria física y mentalmente, esa peste de virus que hacia que la gente sintiera ganas de salirse de si misma por el dolor que le causaba, Elenna ya había intentado varias cosas para remediar tan insoportable dolor, consultado a grandes clérigo y curanderos, viejos amigos de Rhinna, brebajes y pociones; pero nada daba resultado, salvo algunos hechizos muy complejos que Rhinna podía conjurar sobre si. Los viajes de Elenna a Weldazth se hacían cada ves mas frecuentes y por mas tiempo, alejándola de su familia, su trabajo, sus amigos y enemigos, sintiendo que esas tierras a las que ella había llegado con tan solo 15 años se hacían cada ves mas frías y sin sentimientos. Pero que mas podía hacer Elenna?...el destino ya estaba escrito para Rhinna, tarde o temprano tendría que reencontrarse con su amor y la idea de que sus padres volverían a encontrarse la aliviaba a Elenna y le devolvía algo de paz a su ser.
“En estos días la lluvia se hace mas intensa y el cielo se desploma sobre nosotros,
demostrando el poder de los dioses y dejando ver a muy simple vista, de lo que son capases de hacer manipulando la naturaleza de este mundo” Las palabras que abecés podía divulgar Rhinna entre dientes, generaban incertidumbre y asombro al mismo tiempo en su hija, como cuando le enseñaba algún conjuro, siempre prestándole atención embobada, observando y escuchando todo lo que su madre le enseñaba.
En uno de los últimos viajes que Elenna realizo a los bosques natales de su madre el clima estaba extraño, o la sensación que percibía en el aire le generaba nauseas, viajando por el bosque como de costumbre, el camino se hacia mas tupido y espeso, la infinidad de árboles creaban un paisaje impenetrable, como si el bosque se cerrara en sus narices, Elenna tenia un mal presentimiento, sentía algo distinto…como si alguien la estuviese siguiendo escondiéndose en los árboles. Tras sentirse un buen rato asi, se percato que esos árboles no le eran familiares y su sentido de orientación le fallaba, como de costumbre, cuando intentaba mirar las estrellas para poder ubicarse, pudo distinguir una sombra que se movía de copa en copa de los inmensos árboles, con una habilidad envidiable, pero su contorno no coincidía con el de ningún animal. La curiosidad mata al gato dicen algunos, pero sin hacerle caso a ese dicho Elenna se lanzo tras la sombra, persiguiéndola por todo el bosque sin darle tregua. Tras horas de seguir a la sombra a través del bosque se percato de que los árboles ya le eran familiares y tras un rato mas llego a las humildes cabañas que se encuentran en lo profundo del bosque, donde su madre vivía ya desde hacia unos cuantos años. Pero por que la sombra la estaba ayudando a encontrar la casa de su madre?.....quizá la ingenuidad podría llegar a pensar algo así. Tras un segundo de incertidumbre Elenna clavo su mirada en la sombra, que ya reposaba en la copa del árbol que daba justo al patio delantero de la casa de Rhinna, y se quedo pensando unos instantes que haría aquella criatura, que era y por que estaba allí? Cuando de pronto la criatura volteo su cabeza lentamente como buscado a alguien, hasta que se cruzo con los ojos de Elenna, que lo miraba fijamente y podía divisar una especie de brillo en sus ojos era casi apenas lo que se podía ver a través de esas ropas negras y sombrías. No pasaron ni 2 minutos de ese repentino choque visual que la criatura lanzo una especie de risa entremezclada con un agudo chillido y se arrojo de clavado desde lo mas alto del árbol hasta caer justo delante de la puerta de Rhinna, sus movimientos fueron tan rápidos que Elenna atino a dar unos pocos pasos mientras que la criatura ya había entrado en la casa. Asustada y temiendo lo peor se hecho a correr hacia la casa de su madre, cuando entro, el ambiente estaba atestado por la oscuridad que emanaba la criatura, que posaba serena junto al cuerpo de Rhinna.
-NO MADRE!!!!...ten cuidado!!!!, grito Elenna al ver la escena. La criatura que poco se dejaba ver estaba posada junto a la cama de Rhinna que parecía dormida o inconciente.
-Tranquila mujer esto tiene que pasar, aunque no quieras e intentes detenerme.
Las palabras de la criatura eran claras aunque su vos era chillona como distorsionada. Elenna parecía confundida no podía entender que o quien era esa criatura, que se remangaba y dejaba al descubierto una mano totalmente esquelética, pero con brillantes anillos que demostraban que la criatura era poderosa o al menos los objetos que portaba. Sin mas reacción que la de mirar, Elenna observo como la mano del esquelético ser se aproximaba a la frente de su madre y la rozaba con uno de sus dedos, helando el cuerpo de su madre y toda la habitación, generando en Elenna una angustia nunca antes vivida.
-Detente maldita criatura. Déjala en paz!!!. Dijo Elenna
-No te preocupes……. que ya esta en Paz…Le respondió el ser oscuro. Tras esas palabras una sonrisa se dibujo en sus dientes que apenas se podían ver tras su capucha negra y en menos de un segundo se desvaneció desapareciendo por completo y sin dejar rastro alguno.
La habitación helada y oscura, trasmitía la misma sensación que la de un cementerio. Finalmente le había llegado la hora a Rhinna que antes de irse solo pudo decir unas palabras a su hija.
Será un varón….
Los últimos días.
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