Historia de Rick Heavensword

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

Moderadores: DMs de tramas, DMs

Responder
caito

Historia de Rick Heavensword

Mensaje por caito »

Los primeros recuerdos conscientes de Rick se remontan al Templo... de nombre Heavensword, Templo dedicado al culto de Torm, en algún alejado lugar al Sur de Sundabar.
Cuando los hermanos se sentían con ganas de charlar en las frías noches de invierno, solían contar las diferentes historias de los pupilos allí albergados. La de Rick era siempre la misma, y a él le gustaba escucharla.

Años atrás, unos hermanos caminaban por el bosque de regreso al Templo, en una fría y ventiscosa noche de otoño. Al llegar a un cruce toparon con un niño que corria en la semioscuridad... Era un niño de unos 4 años, rubio y con ojos azules... estaba aterrorizado, cubierto de sangre, y corría con los ojos abiertos sin parecer que realmente viera por dónde iba... Los hermanos lo pararon, lo calmaron y lo llevaron al Templo. Después de lavarlo con agua muy caliente para que entrara en calor, vieron que no estaba herido, solo algunos rasguños... La sangre que lo había cubierto no era suya...

Los hermanos lo albergaron, pensando que quizás algún día alguien vendría preguntando por Rick... pues así parecía que se llamaba... aunque ni idea de su apellido o familiares...

Rick fue creciendo en medio del cariño de los hermanos y de la Fe a Torm. Tenía algunos compañeros, mas o menos de su edad, con los que jugaba, y con los que asistía a clases informales impartidas por los hermanos.

Cuando cumplió los 10 años, en estimación de los hermanos, que se habían inventado su fecha de nacimiento para poder celebrar su cumpleaños, le prepararon una sorpresa. Después de una opípara comida de celebración, le llevaron a una parte del Templo que no había visitado antes... una sala cerrada con llave, y en su interior montones de armas , dianas y estafermos... Rick abrió los ojos como platos al ver aquello, pero casi se cae al suelo cuando los hermanos empezaron a recubrir sus hábitos con pesadas armaduras, bonitos yelmos y enormes espadas y escudos.

En un santiamén la sala resonó con el ruido del metal entrechocando, las chispas saltaban por doquier... Rick no acertaba a articular una sola palabra... De repente todos se pararon, se quitaron los yelmos... y tras mirarse, el prior le dijo: quieres probar Rick?

Los hermanos habían dudado mucho en dar este paso... quizás el chico no estuviera preparado para este tipo de entrenamiento... pero cual fue su sorpresa cuando al cabo de un mes ya manejaba su pequeña espada con una destreza impresionante para su edad...

Los días se sucedieron en Heavensword al ritmo de las oraciones a Torm y de los duros entrenamientos en la sala de armas.

Con 17 años, Rick ya era el guerrero más diestro del Templo, y su destreza solo era comparable a su nobleza y su carisma.

Al cumplir los 18, el prior del Templo le dio su bendición y le dijo que tenía que partir... "si te quedas, hijo, tendrás que tomar la senda de la hermandad y recluirte del mundo en el servicio a Torm... nosotros estaríamos encantados de que lo hicieras... pero hemos visto virtudes en tí que podrían ser de más utilidad a Torm en el mundo del exterior.... Ve en paz, respeta los principios que has aprendido... y que tus éxitos engrandezcan a Torm... Partid Rick Heavensword... llevarás el nombre del Templo... y que tu fama sea un reflejo de la Fe en este Templo..." El prior le puso una espada entre las manos y le hizo signo de que se fuera, con lagrimas de cariño en los ojos...

Rick partió... y días después llegó a Nevesmortas....
caito

Mensaje por caito »

Un día, Rick encontró cerca de la orden un caballero llamado Elliot Espadadefe, paladín de Torm bastante curtido, un hombre entrado en años, portando una ajada armadura de cuero. Las piezas metálicas de ésta están oxidadas por el tiempo. Lleva barba de varios días y la mirada cansada y ojerosa. Realmente se ve maltratado por la edad y es aún increíble que siga luciendo la armadura con el aspecto que lleva…
Este le pidió a Rick (como máximo representante de la orden en ese momento) cobijo donde pasar la noche y Rick tras hablar con él accedió cediéndole incluso su dormitorio.
Rick empezó a contarle una historia al anciano caballero a petición de este último y mientras Rick hablaba, el caballero quedó profundamente dormido a causa del enorme cansancio que llevaba.
Rick cesó de hablar y embriagado por un sopor que sintió en ese momento se sentó en el suelo y se respaldó contra la pared. Permaneció así unos minutos hasta que terminó durmiéndose.

*Sueña*

Asustado, oyes tus jadeos mientras corres. La oscuridad lo cubre todo, todo lo envuelve. Algunas ramas bajas chocan contra tu cara…sientes como la madera seca saja tu rostro y en tu boca nace el peculiar gusto de la sangre…tu sangre.
Mientras corres recuerdas el destello de un filo que corta el aire…más que el aire, tus manchadas ropas son testimonio mudo de la espada aserrada que desgarra la carne.
Sigues corriendo…tal vez gritas, te mueves de forma pesada y lenta, ralentizada…no escuchas sonido alguno. Entre la oscuridad vislumbras un sacerdote, abre los brazos hacia ti y hacia el, desorientado corres…conforme llegas hasta el un grito ensordecedor envuelve el aire y todo se vuelve negro, negro, negro y confuso
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!

*Despierta*

Despierta, empañado en un sudor frío…intranquilo. No es normal que tras 17 años esos recuerdos enturbien tu mente…tú…Rick Heavensword, paladín de Torm, atormentado por un pasado que desconoces. Jadeas ligeramente y pones tu mano en el pecho…tu corazón marca un paso acelerado. No es normal…ni lógico.

Rick tuvo un sueño que no era otra cosa que su historia hasta que llegara a Heavensword y cuando despertó observó que su cama estaba perfectamente hecha y en ella había una nota de agradecimiento de Elliot.

A partir de entonces todas las noches tendría ese mismo sueño. Asimismo empezó a escuchar voces en su cabeza (no era una posesión...solo eran susurros en su mente...) que le decían frases entrecortadas: "Ven a mi...eres mío y te necesito", "la sangre del delito", "debes ser mis oídos, mis ojos", "haz que clame la luna infame", etc...
Responder