La Reina de los Hielos

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Kharma

La Reina de los Hielos

Mensaje por Kharma »

Después de unos días fuera Eriador regresaba a Nevesmortas. Estaba sucio y cansado y aquel calor veraniego no facilitaba la tarea. Ansioso por llegar a la posada y descansar apretó el paso cuando vio las puertas de entrada. Extrañamente mientras se acercaba notaba menos el calor, hacia una temperatura mas agradable.

Su primera sorpresa fue al intentar abrir las puertas, algo al otro lado dificultaba la tarea. Plantando bien los pies, puso sus músculos en tensión y empujo. Las puertas chirriaron y una pequeña capa de escarcha se desprendió de ellas. Eriador solo podía contemplar boquiabierto el espectáculo del otro lado. Una capa de hielo y nieve cubría por entero el pueblo de Nevesmortas, una visión blanca que no concordaba con la época del año. Una bocanada de vaho escapo de sus labios, hacia un frío glaciar que congelaba hasta la sangre de las venas.

Avanzo despacio por el interior del pueblo. Sus botas crujían y quebraban el hielo a sus pies rompiendo el silencio que reinaba el lugar. Ya no se oía las familiares voces de hombres y niños gritando, el lugar estaba muerto. Donde normalmente estaba la gente solo había estatuas de hielo, habían sido congelados por una magia sobrenatural. Al final algo le llamo la atención, en mitad del pueblo cerca de la fuente había una extraña estructura. Parecía un portal con forma de arco y una misteriosa luz azulada en su interior, el frío sin duda procedía de su interior.

Se acerco al portal, cerca se hallaban ya tres personas a las que no reconocía. Estaban también extrañados por el fenómeno y examinaban el portal con cuidado. Eriador les pregunto sobre el suceso pero todos estaban tan perdidos como él, nadie sabia por que había sucedido. Algunos se acercaron e incluso intentaron atravesarlo pero lo único que consiguieron era congelarse aun mas. El frío que desprendía quemaba la carne. Por si acaso Eriador saco su espadón, no quería estar indefenso si hubiera problemas. Al poco se acerco un mediano que le sonaba que se llamaba Rigrin, curioso sobre el portal.

Fue entonces cuando el suelo retumbo y el portal empezó a vomitar pequeñas criaturas de hielo, parecían humanoides pero sin rasgos. Era muchas y les rodearon, sin duda con malas intenciones. Eriador comenzó a balancear su espadón cortando grandes trozos de aquellos seres de hielo hasta que dejaron de moverse. Fue fácil y ninguno sufrió ningún percance pero el portal siguió vomitando mas criaturas. Cada vez mas grandes y mas fuertes, poco a poco empezaba a sentir el cansancio y las múltiples heridas que causaban sus helados puños. Parecían no tener fin, salían una y otra vez para ser destruidos. Al final el mejor plan fue huir y buscar ayuda, en un momento de confusión la gente se separo y tomaron caminos distintos.

Eriador fue al Norte tras los pasos de Rigrin. Lo encontró mas adelante hablando con uno de los druidas del lugar, apenas le dio tiempo a hablar con el cuando se fue corriendo en busca de mas ayuda. Eriador regreso con el druida mientras Rigrin seguía buscando, quizá un druida sabría controlar mejor los elementos. A la vuelta costo encontrarlos a todos pero se reunieron de nuevo, esta vez mas alejaos del portal por si acaso. No tardaron mucho los refuerzos traídos por Rigrin, entre los que se encontraba la Capitana Issus y Kati que extendió el pánico al entrar en el pueblo con la forma de un dragón rojo. Al final un surtido grupo de aventureros estaban reunidos cerca del portal para averiguar su existencia.

Entre todos poco pudieron sacar. Los intentos de atravesarlo acaban igual, la gente salia despedida parcialmente congelada. Se intento destruir el portal con fuego mágico que parecía afectarle pero al poco se volvía a reconstruir. El frío se extendía hacia el Sur del pueblo y la gente buscaba por los alrededores al culpable sin mucho éxito. Y al final paso la desgracia que se preveía.

Un par de chicas valientes se quedaron en frente del portal para examinarlo mejor ya que parecía que ya no salían mas elementales. Al poco Alusair y Corina casi eran dos estatuas de hielo puro, la magia del portal las había congelado. La preocupación y la histeria golpeo a los presentes por su salud aunque a Eriador poco le importaba, no era el que estaba en peligro. Fueron muchos los intentos de separarlas del portal, calentarlas con un montón de hogueras y hacer todo lo posible por su recuperación. Nada parecía funcionar y la gente estaba desesperada porque la situación iba a peor.

Hasta que a Roman se le ocurrió una idea, quizás el bibliotecario de Sundabar conocía mas datos del portal. Eriador se apunto al viaje hasta la ciudad de Sundabar en busca de un solución junto con Artemis y Rigrin. El tiempo corría en su contra...

Continuara.

// Mi memoria no es muy bueno y es quizas que los nombres o situaciones sean ligeramente diferentes 8)
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