Evresskra
Moderadores: DMs de tramas, DMs
Evresskra
Nombre: Evresskra. (Evra)
Cuenta: tiverde
Raza: drow (hembra)
Edad: 40 años
Deidad: Lloth
Clase: Exploradora (batidora)/ asesina/ guardia negro (lo pongo actualizado, pero tranquilizaos q os explico cada cosa)
Historia:
El rojo escarlata manaba rapidamente de entre los dedos de la drow. Con un gesto rapido, vivaz, se apartó del cadaver. Su pelo blanco refulgente brillaba levemente con las luces mágicas de la gran metropoli, que, como una colmena de perversa maldad, edificios con insignias de poder se erigian ostentando la gloria del favor de la Todopoderosa Valsharess Reina Araña. Ella las cubria con su oscuro manto; ella, habia regresado.
Con los dedos extendidos en el duro y frio suelo, acuclillada como una araña defendiendo su territorio, su respiracion apenas era un imperceptible susurro, que ponía la musica a un certero pero aciago destino: Habia otro en aquella habitación.
Observaba, pero no veia. Quizás ya la hubieran envenenado, antes de interrumpir su ligera meditacion y arrancar a aquel velg´arn su segundo de gloria. Un drow...nunca duerme con dos ojos cerrados. Su cuerpo, estático, tenso como el arco de una saeta, esperaba la última puñalada, mientras su corazón latía desbocado y su mente se afanaba frenética en encontrar una posible via de escape. Sabía que tarde o temprano, aquello ocurriría. Su matrona se había arriesgado excesivamente y había atacado sin tener suficientes respaldos, y hoy, su Que´llar, ella...caerian.
Ni por un instante le dolio que sus hermanos y hermanas muriesen. Ella había sido la 5º hija, obligada a servir como vel´garn por oscuros designios que aun no habían sido reveleados. Pese a contar con el favor de la Reina Araña, habia decidido que en su telar ella fuera una sombra, que no alcanzase la gloria para ella misma, sino para sus superiores, hembras que gozarían de pleno derecho. Y Evra, lo aceptaba.
Bastaron unas decimas de segundo para sentir los hábiles dedos de su enemigo en puntos neurálgicos específicos. Corazón y cerebro, las dos muertes en una. Unos ojos de un verde animalesco le sonrieron, neutros, serenos y terriblemente poderosos, mientras una boca entreabrierta delataba dos colmillos que fácilmente atravesarían su carne. Ni siquiera era un drow quien finalizaria su historia, sino un asqueroso fey´ri, un demonio elfico. Observó desafiante a su enemigo, su muerte no seria con ojos de miedo, aunque su cuerpo estuviera paralizado por esa espectativa.
- Bienvenida al infierno, Evresskra Kírltrie, vel´garn de la trigesimo sexta Casa.- susurró la demoniaca figura, mientras sus alas de murciélago se extendian alrededor de la joven noble, y el dolor se apoderaba de ella, ocultándola para siempre de todo lo que habia conocido.
Su cuerpo no respondia, inmersa en una oscuridad cambiante, su mente sólo deseaba desaparecer de la existencia, atormentada por un sentido que jamas habia conocido, martilleando su propia alma, mientras las figuras se convertian en sombras y las sombras, en meras ilusiones. Cuando creía estar experimentando la venganza de la propia Valsharess por su patética debilidad, el mundo volvió a ser tangible, mientras sus rasgados y amarillentos ojos observaban a la demonio alzada a su lado, acuclillandose lentamente y asiendo su rostro con finguida ternura.
- Habeis sido salvada, patética mortal, por dos unicos motivos...- Su voz siseante era una mezcla de veneno, odio y repulsion unidos, algo muy parecido a lo que la propia Evra sentia hacia su captora- La primera, porque aun la Reina Araña no os acogera en su seno para despedazaros...La segunda...-El fey´ri hizo una pausa, mientras acariciaba con sus pulgares el rostro de la joven- Porque algun día, tú seras quien destruya al Fael que posee mi nombre...Y ese dia, te las verás conmigo. - Con un gesto seco, duro y certero, hundío una mano en el abdomen de Evrasskra, que se retorcia y gemía de dolor- Vas a vivir, estupida...vas a vivir e iras a Belga´rah, buscaras cobijo y alcanzarás una buena posición en la cuarta Que´llar Ymrymn. Para tí, tu nueva Casa será la albacea de tu vida, y tu meta convertirte en una verdadera asesina...Y algun dia...Volveremos a encontrarnos.
................
- Esta vez, Magistrado, no hay juegos...
Con la mano apoyada en el pecho de Elashim, el Magistrado de la segunda Casa de Menzoberrazan permanecia tumbado en aquella cama, sonriendo con gesto autosuficiente, pese a su clara posición de desventaja. Aquel varon, por orden de la propia matrona de la qu´ellar Ymyrmn, era su Maestro y mentor, su opresor y el drow por el que debia responder en caso de resultar dañado. Hacia ya meses que Elashim la había mostrado los entresijos posibles de una senda que cada vez conocía mejor, engañandola, utilizandola, envenenandola, pero sobretodo, ofreciendo la oportunidad única de aprender. Largo había sido el camino, utilizando sus conocimientos como bateadora para sobrevivir en la huida de su antigua Casa, y evolucionando en el camino del vel´garn para poder ocupar el puesto de jabress que ejercía.
- Piensa Evra...piensa....- dijo el varon, con su tipica voz de maestro aleccionador, como si fuera una chiquilla. Ese gesto podría enfurecer a las numerosas yathrins que veían en aquel varon un enemigo a batir, un varon con un poder impropio, pero aquellas sutilezas a Evra le resbalaban. Los ojos de la drow, fijos en los del Magistrado, apenas se dieron cuenta del imperceptible giro de muñeca de Elashim, mientras una aguja casi se clavaba en su abdomen, mientras la sonrisa del Magistrado se ampliaba aún más.
- Mhhh...Felicidades...- dijo la drow con una sonrisa sincera. Estos juegos y advertencias eran parte de su adiestramiento, y aceptó su derrota, girándose suavemente hasta el lado de la cama y sentandose al lado del cansado drow, que cerró los ojos.
No era para menos, hacía pocas horas Elashim había sido totalmente humillado por ella y por la yathrin Sisel, con el beneplácito de Lloth. Tumbado en el suelo de la sala de magia, la mente del varon apenas había podido soportar la locura del caos que la Reina Araña había ejercido sobre él, mientras otorgaba a ambas mujeres la fuerza necesaria para humillar a uno de sus más acérrimos enemigos.
- No caigas en la soberbia de las yathrins, Evra.
Evra miro al techo, susurrando con voz suave.- Sabes perfectamente que una Jabress no puede permitirse ese lujo.
Era cierto. Evra, ante todo, respetaba a su nueva Que´llar y a sus yathrins. Podria manipularlas, pero jamás, nunca, las faltaría al respeto. Aunque aún tenía bien presente la amenaza del fey´ri que perdonó su vida, en el fondo de su corazón estaba agradecida a tener de nuevo una Casa que guardar para no tener que llamarse descastada nunca más. Jamás ostentaria el rango de una yathrin, pero hacía tiempo que veía más util el poder de las sombras del vel´garn. Si, cierto, ellas gozaban del poder, pero una mente inteligente y despierta podia influenciarlas en un sentido o en otro, enrredarlas en una tela tan suculenta y perfecta de la que no deseasen escapar.
Asiendo la mano de Elashim suavemente, inspeccionó el nuevo mecanismo del drow, la muñequera llena de agujas de muy diferentes venenos, y cómo podría usarse. Con tranquilidad, fue palpando todo el brazo, descubriendo todas las armas ocultas mientras el varón mantenía los ojos entrecerrados. Mirandole fijamente, los labios de Evra dijeron las palabras que desde siempre habían rondado su mente. De forma sincera, con su voz neutra, serena y pausada, las pupilas de ambos drows se encontraron mientras Evresskra pronunciaba las palabras que todo vel ´garn debia pensar en su último instante de vida.
-"Magistrado...si alguna vez he de morir, haced que me enorgullezca de ello."
Cuenta: tiverde
Raza: drow (hembra)
Edad: 40 años
Deidad: Lloth
Clase: Exploradora (batidora)/ asesina/ guardia negro (lo pongo actualizado, pero tranquilizaos q os explico cada cosa)
Historia:
El rojo escarlata manaba rapidamente de entre los dedos de la drow. Con un gesto rapido, vivaz, se apartó del cadaver. Su pelo blanco refulgente brillaba levemente con las luces mágicas de la gran metropoli, que, como una colmena de perversa maldad, edificios con insignias de poder se erigian ostentando la gloria del favor de la Todopoderosa Valsharess Reina Araña. Ella las cubria con su oscuro manto; ella, habia regresado.
Con los dedos extendidos en el duro y frio suelo, acuclillada como una araña defendiendo su territorio, su respiracion apenas era un imperceptible susurro, que ponía la musica a un certero pero aciago destino: Habia otro en aquella habitación.
Observaba, pero no veia. Quizás ya la hubieran envenenado, antes de interrumpir su ligera meditacion y arrancar a aquel velg´arn su segundo de gloria. Un drow...nunca duerme con dos ojos cerrados. Su cuerpo, estático, tenso como el arco de una saeta, esperaba la última puñalada, mientras su corazón latía desbocado y su mente se afanaba frenética en encontrar una posible via de escape. Sabía que tarde o temprano, aquello ocurriría. Su matrona se había arriesgado excesivamente y había atacado sin tener suficientes respaldos, y hoy, su Que´llar, ella...caerian.
Ni por un instante le dolio que sus hermanos y hermanas muriesen. Ella había sido la 5º hija, obligada a servir como vel´garn por oscuros designios que aun no habían sido reveleados. Pese a contar con el favor de la Reina Araña, habia decidido que en su telar ella fuera una sombra, que no alcanzase la gloria para ella misma, sino para sus superiores, hembras que gozarían de pleno derecho. Y Evra, lo aceptaba.
Bastaron unas decimas de segundo para sentir los hábiles dedos de su enemigo en puntos neurálgicos específicos. Corazón y cerebro, las dos muertes en una. Unos ojos de un verde animalesco le sonrieron, neutros, serenos y terriblemente poderosos, mientras una boca entreabrierta delataba dos colmillos que fácilmente atravesarían su carne. Ni siquiera era un drow quien finalizaria su historia, sino un asqueroso fey´ri, un demonio elfico. Observó desafiante a su enemigo, su muerte no seria con ojos de miedo, aunque su cuerpo estuviera paralizado por esa espectativa.
- Bienvenida al infierno, Evresskra Kírltrie, vel´garn de la trigesimo sexta Casa.- susurró la demoniaca figura, mientras sus alas de murciélago se extendian alrededor de la joven noble, y el dolor se apoderaba de ella, ocultándola para siempre de todo lo que habia conocido.
Su cuerpo no respondia, inmersa en una oscuridad cambiante, su mente sólo deseaba desaparecer de la existencia, atormentada por un sentido que jamas habia conocido, martilleando su propia alma, mientras las figuras se convertian en sombras y las sombras, en meras ilusiones. Cuando creía estar experimentando la venganza de la propia Valsharess por su patética debilidad, el mundo volvió a ser tangible, mientras sus rasgados y amarillentos ojos observaban a la demonio alzada a su lado, acuclillandose lentamente y asiendo su rostro con finguida ternura.
- Habeis sido salvada, patética mortal, por dos unicos motivos...- Su voz siseante era una mezcla de veneno, odio y repulsion unidos, algo muy parecido a lo que la propia Evra sentia hacia su captora- La primera, porque aun la Reina Araña no os acogera en su seno para despedazaros...La segunda...-El fey´ri hizo una pausa, mientras acariciaba con sus pulgares el rostro de la joven- Porque algun día, tú seras quien destruya al Fael que posee mi nombre...Y ese dia, te las verás conmigo. - Con un gesto seco, duro y certero, hundío una mano en el abdomen de Evrasskra, que se retorcia y gemía de dolor- Vas a vivir, estupida...vas a vivir e iras a Belga´rah, buscaras cobijo y alcanzarás una buena posición en la cuarta Que´llar Ymrymn. Para tí, tu nueva Casa será la albacea de tu vida, y tu meta convertirte en una verdadera asesina...Y algun dia...Volveremos a encontrarnos.
................
- Esta vez, Magistrado, no hay juegos...
Con la mano apoyada en el pecho de Elashim, el Magistrado de la segunda Casa de Menzoberrazan permanecia tumbado en aquella cama, sonriendo con gesto autosuficiente, pese a su clara posición de desventaja. Aquel varon, por orden de la propia matrona de la qu´ellar Ymyrmn, era su Maestro y mentor, su opresor y el drow por el que debia responder en caso de resultar dañado. Hacia ya meses que Elashim la había mostrado los entresijos posibles de una senda que cada vez conocía mejor, engañandola, utilizandola, envenenandola, pero sobretodo, ofreciendo la oportunidad única de aprender. Largo había sido el camino, utilizando sus conocimientos como bateadora para sobrevivir en la huida de su antigua Casa, y evolucionando en el camino del vel´garn para poder ocupar el puesto de jabress que ejercía.
- Piensa Evra...piensa....- dijo el varon, con su tipica voz de maestro aleccionador, como si fuera una chiquilla. Ese gesto podría enfurecer a las numerosas yathrins que veían en aquel varon un enemigo a batir, un varon con un poder impropio, pero aquellas sutilezas a Evra le resbalaban. Los ojos de la drow, fijos en los del Magistrado, apenas se dieron cuenta del imperceptible giro de muñeca de Elashim, mientras una aguja casi se clavaba en su abdomen, mientras la sonrisa del Magistrado se ampliaba aún más.
- Mhhh...Felicidades...- dijo la drow con una sonrisa sincera. Estos juegos y advertencias eran parte de su adiestramiento, y aceptó su derrota, girándose suavemente hasta el lado de la cama y sentandose al lado del cansado drow, que cerró los ojos.
No era para menos, hacía pocas horas Elashim había sido totalmente humillado por ella y por la yathrin Sisel, con el beneplácito de Lloth. Tumbado en el suelo de la sala de magia, la mente del varon apenas había podido soportar la locura del caos que la Reina Araña había ejercido sobre él, mientras otorgaba a ambas mujeres la fuerza necesaria para humillar a uno de sus más acérrimos enemigos.
- No caigas en la soberbia de las yathrins, Evra.
Evra miro al techo, susurrando con voz suave.- Sabes perfectamente que una Jabress no puede permitirse ese lujo.
Era cierto. Evra, ante todo, respetaba a su nueva Que´llar y a sus yathrins. Podria manipularlas, pero jamás, nunca, las faltaría al respeto. Aunque aún tenía bien presente la amenaza del fey´ri que perdonó su vida, en el fondo de su corazón estaba agradecida a tener de nuevo una Casa que guardar para no tener que llamarse descastada nunca más. Jamás ostentaria el rango de una yathrin, pero hacía tiempo que veía más util el poder de las sombras del vel´garn. Si, cierto, ellas gozaban del poder, pero una mente inteligente y despierta podia influenciarlas en un sentido o en otro, enrredarlas en una tela tan suculenta y perfecta de la que no deseasen escapar.
Asiendo la mano de Elashim suavemente, inspeccionó el nuevo mecanismo del drow, la muñequera llena de agujas de muy diferentes venenos, y cómo podría usarse. Con tranquilidad, fue palpando todo el brazo, descubriendo todas las armas ocultas mientras el varón mantenía los ojos entrecerrados. Mirandole fijamente, los labios de Evra dijeron las palabras que desde siempre habían rondado su mente. De forma sincera, con su voz neutra, serena y pausada, las pupilas de ambos drows se encontraron mientras Evresskra pronunciaba las palabras que todo vel ´garn debia pensar en su último instante de vida.
-"Magistrado...si alguna vez he de morir, haced que me enorgullezca de ello."
Última edición por lora_mira el Dom Jun 29, 2008 11:53 pm, editado 1 vez en total.
Re: Evresskra
Me gusta mucho, pero sólo un apunte:
Supongo que querías decir batidora...
lora_mira escribió:Clase: Exploradora (bateadora)/ asesina/ guardia negro (lo pongo actualizado, pero tranquilizaos q os explico cada cosa)
Supongo que querías decir batidora...
q bien
tenemos batidoras y bateadoras, la qu'ellar ymrymn anuncia que pondra una heladeria y un equipo de beisbol en la infra
lo importante no es ya quien sale o quien no en los relatos sino los relatos en si pues pasarse un buen rato escribiendo hace que el jugador este y se sienta mas implicado, felicito y animo a todos a escribir sus vivencias, asi de paso los que no podemos formar parte de esas escenas nos enteramos de las cosas aunque sea off rol, felicidades y a seguir asi !!



lo importante no es ya quien sale o quien no en los relatos sino los relatos en si pues pasarse un buen rato escribiendo hace que el jugador este y se sienta mas implicado, felicito y animo a todos a escribir sus vivencias, asi de paso los que no podemos formar parte de esas escenas nos enteramos de las cosas aunque sea off rol, felicidades y a seguir asi !!
Re: q bien
Sargonas escribió:tenemos batidoras y bateadoras, la qu'ellar ymrymn anuncia que pondra una heladeria y un equipo de beisbol en la infra![]()
![]()
![]()
Hombre, si consideramos el bate de béisbol utilizable con competencia con armas exóticas...
Aunque he roleado con todos vosotros, entended que si os pongo, os destripo todo el rol, Y NO ME DA LA GANA! :p Quizas el día que Evra muera, sí que ponga lo que realmente... (quizás). El motivo de colocar a Elashim es que como es el Dm, a él desgraciadamente no le destripo casi nada (casi, tambien tengo mis secretillos) y por ende, era una buena forma de situar la historia en el momento actual.
No os sintais "excluidos" si no os menciono. Simplemente, hay muchos roles que prefiero que ni jugadores ni pjs conozcan, porque soy de las que opina que cuando uno descubre realmente los tejemanejes a partir de su pj, el rol se hace todavía más divertido.
Y eso es todo....No es que Evra sea el summum de las intrigas, pero tengo esa dichosa manía
No os sintais "excluidos" si no os menciono. Simplemente, hay muchos roles que prefiero que ni jugadores ni pjs conozcan, porque soy de las que opina que cuando uno descubre realmente los tejemanejes a partir de su pj, el rol se hace todavía más divertido.
Y eso es todo....No es que Evra sea el summum de las intrigas, pero tengo esa dichosa manía

- Vas a morir, hermanita…
Un siseo, semejante al zumbido de un insecto precedía el latigazo. El cuerpo perfecto de Yankhar Kírltrie se movía con rapidez mientras unas voluptuosas curvas de infarto se acercaban tan ágiles como éste. Tras el chasquido, una mirada cruzada de odio. Tras la mirada, un charco de sangre. Y sobre esa sangre, la responsable de la ira de la yathrin.
El restallido de dolor no fue nada comparado con el desgarro producido al ver como su enemiga tiraba de las pequeñas ganzúas clavadas en su carne. No pudo evitar cerrar los ojos, mientras una piel sedosa dejaba al descubierto unos músculos sangrantes. Hiriente, lacerante, pero no por ello mortal. Evresskra gimió suavemente, un grito ahogado, pero audible para los golosos oídos de una sacerdotisa enfurecida.
- Estúpida… jamás entraras en Arach-Tinilith… ¡jamás! Madre ya te denegó la entrada… ¿lo recuerdas, Evre? ¡YO soy su predilecta, yo! – Los gritos furiosos de la segunda dalharil tronaron en la noble estancia, mientras Yankhar cogía del cabello a su joven hermana, obligándola a mirarla. La había desnudado por completo, era una niña sin arma ninguna, ni capacidades. Y pensaba descargar toda su ira y frustración antes de matarla- Eres una patética niña, un inicio de una…segunda, tercera categoría, tu vida no vale nada, tus acciones, no valen nada. Tu sangre que mancha este suelo es una deshonra para las paredes de esta que´ llar. – La sacerdotisa deslizó un puñetazo en la joven drow, que cayo al suelo, para volver a levantarse.
Evresskra escupió la sangre al suelo, austera. Desde que nació, fue entrenada para matar, adiestrada, instruida en los dogmas de la Ultrine hasta rayar el fanatismo. Era la hija de una matrona poco influyente, pero tan cruel como las demás. Pese a no haber sido instruida en Arach-Tinilith, conocía de sobra todas las plegarias, todas las invocaciones y los más oscuros secretos del camino de una yathrin. Su propia madre se los había mostrado…un privilegio que podría costarle la vida.
Como ahora mismo.
“Oh, Escultora de carne, que tejiste el mundo;
Que nos creaste de la más negra arcilla,
Hilando en ella una telaraña de venas y arterias
Sentimos tu hambre
Oh, Lloth, humildemente te alimentamos hoy,
Con una hoja afilada como tus mismas fauces,
Separamos los huesos de la carne,
Toma el alimento que consagramos por ti,
Y por este día no nos devores, permítenos vivir”
Su celosa hermana estaba al borde del colapso. Llevaba años vigilando a aquella pequeña niña que daba tan brillantes muestras de prodigio en el arte del velgarn…Y un fervor digno de cualquier yathrin. Muchas veces había rezado a la Todopoderosa Valsharess para que fuera muerta en las miles de selecciones que los velgarns hacían en sus entrenamientos, en los miles de retos letales que se les planteaban. Pero incluso poniendo trabas, Evresskra siempre se las ingeniaba para sobresalir.
Otro golpe hizo que la aprendiz de velgarn cayera al suelo, semiinconsciente. Yankhar se agachó, divertida y alegre con su obra. Ver a su hermana humillada y despreciada hasta ese punto la hacían sentirse mucho mejor, mucho más poderosa, mucho más drow.
Instantáneamente notó cómo una daga, la suya, imprimía fuerza en su cuello. Unas pequeñas gotas de sangre manaron, mientras los ojos color amatista de su hermana se clavaban furiosos en los suyos. Una sonrisa maquiavélica dio por levantado todo lo que la yathrin habría presupuesto: Evresskra la había engañado.
- Te diré qué es estúpido. Es estúpido siquiera pensar que tu matrona, tu madre y señora no se enterará de que has fallado en tu misión. Es estúpido ocultar que una noble de la trigésima Casa no ha muerto. Es estúpido perder MI tiempo y el tuyo con rencillas personales en vez de cazarla…- La voz de Evresskra iba endureciéndose más y más, hasta el punto de olvidar todo acento infantil y convertirse en una voz grave y femenina.- Pero sobretodo, es estúpido hacer alianzas para…sobrevivir a nuestra eliminación.
Continuara...
Un siseo, semejante al zumbido de un insecto precedía el latigazo. El cuerpo perfecto de Yankhar Kírltrie se movía con rapidez mientras unas voluptuosas curvas de infarto se acercaban tan ágiles como éste. Tras el chasquido, una mirada cruzada de odio. Tras la mirada, un charco de sangre. Y sobre esa sangre, la responsable de la ira de la yathrin.
El restallido de dolor no fue nada comparado con el desgarro producido al ver como su enemiga tiraba de las pequeñas ganzúas clavadas en su carne. No pudo evitar cerrar los ojos, mientras una piel sedosa dejaba al descubierto unos músculos sangrantes. Hiriente, lacerante, pero no por ello mortal. Evresskra gimió suavemente, un grito ahogado, pero audible para los golosos oídos de una sacerdotisa enfurecida.
- Estúpida… jamás entraras en Arach-Tinilith… ¡jamás! Madre ya te denegó la entrada… ¿lo recuerdas, Evre? ¡YO soy su predilecta, yo! – Los gritos furiosos de la segunda dalharil tronaron en la noble estancia, mientras Yankhar cogía del cabello a su joven hermana, obligándola a mirarla. La había desnudado por completo, era una niña sin arma ninguna, ni capacidades. Y pensaba descargar toda su ira y frustración antes de matarla- Eres una patética niña, un inicio de una…segunda, tercera categoría, tu vida no vale nada, tus acciones, no valen nada. Tu sangre que mancha este suelo es una deshonra para las paredes de esta que´ llar. – La sacerdotisa deslizó un puñetazo en la joven drow, que cayo al suelo, para volver a levantarse.
Evresskra escupió la sangre al suelo, austera. Desde que nació, fue entrenada para matar, adiestrada, instruida en los dogmas de la Ultrine hasta rayar el fanatismo. Era la hija de una matrona poco influyente, pero tan cruel como las demás. Pese a no haber sido instruida en Arach-Tinilith, conocía de sobra todas las plegarias, todas las invocaciones y los más oscuros secretos del camino de una yathrin. Su propia madre se los había mostrado…un privilegio que podría costarle la vida.
Como ahora mismo.
“Oh, Escultora de carne, que tejiste el mundo;
Que nos creaste de la más negra arcilla,
Hilando en ella una telaraña de venas y arterias
Sentimos tu hambre
Oh, Lloth, humildemente te alimentamos hoy,
Con una hoja afilada como tus mismas fauces,
Separamos los huesos de la carne,
Toma el alimento que consagramos por ti,
Y por este día no nos devores, permítenos vivir”
Su celosa hermana estaba al borde del colapso. Llevaba años vigilando a aquella pequeña niña que daba tan brillantes muestras de prodigio en el arte del velgarn…Y un fervor digno de cualquier yathrin. Muchas veces había rezado a la Todopoderosa Valsharess para que fuera muerta en las miles de selecciones que los velgarns hacían en sus entrenamientos, en los miles de retos letales que se les planteaban. Pero incluso poniendo trabas, Evresskra siempre se las ingeniaba para sobresalir.
Otro golpe hizo que la aprendiz de velgarn cayera al suelo, semiinconsciente. Yankhar se agachó, divertida y alegre con su obra. Ver a su hermana humillada y despreciada hasta ese punto la hacían sentirse mucho mejor, mucho más poderosa, mucho más drow.
Instantáneamente notó cómo una daga, la suya, imprimía fuerza en su cuello. Unas pequeñas gotas de sangre manaron, mientras los ojos color amatista de su hermana se clavaban furiosos en los suyos. Una sonrisa maquiavélica dio por levantado todo lo que la yathrin habría presupuesto: Evresskra la había engañado.
- Te diré qué es estúpido. Es estúpido siquiera pensar que tu matrona, tu madre y señora no se enterará de que has fallado en tu misión. Es estúpido ocultar que una noble de la trigésima Casa no ha muerto. Es estúpido perder MI tiempo y el tuyo con rencillas personales en vez de cazarla…- La voz de Evresskra iba endureciéndose más y más, hasta el punto de olvidar todo acento infantil y convertirse en una voz grave y femenina.- Pero sobretodo, es estúpido hacer alianzas para…sobrevivir a nuestra eliminación.
Continuara...
Re: Evresskra
// Una actualización de la actual Evresskra, su modo de pensar y sus nuevos objetivos.
“Somos lo que somos porque Lloth así nos ha creado. Comprender nuestra naturaleza salvaje y despiadada con la fría lógica del razonamiento es impensable… La Ultrine es caprichosa, y las acciones de sus hijos, también. “
Evresskra observaba Belgarah desde su posición privilegiada, alto en los riscos. Acuclillada, la suave tela de seda que envolvía su cuerpo se deslizaba, lamiendo la fría roca al final de su camino. Tiras de cuero acompañaban el atuendo, siguiendo la trayectoria sinuosa de las curvas de su cadera y su poco abultado pecho. Sólo el emblema de Ymrymn y el de noble resaltaba como una furiosa insignia morada, cual emblema hiriente para quien osase mirar hasta ese nivel.
“Pero los drows no somos meros animales guiados por instinto de sangre. Distamos mucho de eso. En nuestra alma, alimentada por los siglos de traiciones consumidas y la batalla por el poder y el éxito, hemos asumido unas premisas que son las que nos hacen superiores a los demás, las premisas de nuestra Ultrine.”
Frunció el ceño, observando. Una sutil sombra desaparecía y reaparecía, captando toda su atención. Vacua y etérea, no podría decirse si era cierta o sólo efecto de la fijeza de la mirada.
“Pensar, manipular, engañar…son acciones planificadas con tiempo y puestas en marcha a lo largo de los ciclos con meditada paciencia. Un drow adora las apariencias, un verdadero drow, adora la imagen de su Ultrine”
La Antigua shebalie se irguió. Su antigua cara aniñada había dado paso a un rostro de mujer, con unos pómulos marcados, labios carnosos y unos ojos tan brillantes como las amatistas que encantaba su yingil en la Quéllar. Todo cubierto por una cuidadosa capucha y un velo junto a esta, del que escapaban varios bucles albinos de un pelo cuidado y brillante.
Pero nada de eso era relevante en el mundo drow. La belleza era el poder, y Evreskra portaba ambas cosas con la misma sangre fría. El brazal de Maestra de Asesinos así lo confirmaba, una delicada talla de mithril con suficiente poder mágico como para pensarse el robarlo.
Se lanzó al vacío. En una grácil pirueta, terminó en el suelo, mientras ni un solo sonido se emitía. Caminando, sola, por los escarpados lugares donde pocos drows se atrevían a cruzar, su cuerpo fue uniéndose a las sombras mientras caminaba.
“Soy una sombra. Una hija de Lloth. Quizás otra se hubiera sentado en su trono, en su posición, contenta de haber llegado a lo más alto que se me permite… Pero yo aspiro a más.
No soy tan necia como para pretender cambiar el orden de Lloth. Las sacerdotisas gobiernan, y seguirán gobernando hasta que Lloth consuma otro modo de vida. Por eso, mi mundo es realizable.
Un mundo donde la dominación de la Ultrine sea suprema. El pueblo elegido, unido por una sola Araña, mientras el resto se devora luchando por llegar a sus pies. Una hembra ganadora.
Y yo junto a ella”
Evresskra llevaba años forjando la segunda parte de su plan. Ser la Maestra de Asesinos no era, ni mucho menos, su techo. Ahora, con el poder conseguido, el respeto y el temor ejercido con mano de hierro, los apoyos de las sacerdotisas que exigían su mano, y unas yathallars e Ilharess favorables, seguiría ascendiendo.
Forjar dentro de sus dominios un grupo fiel de sirvientes, asesinos de élite que ella dominaría. Y unas señoras interesantes que la dominarían a ella. Así era el orden establecido. Las yathrins eran el centro de Lloth, y no era en valde.
Pero para su plan, su meta, aún quedaba mucho camino por recorrer.
Primero, debía mantenerse. Permanecer en el estado de equilibrio en el que todas las yathrins de su qu´ellar la consideraban útil y servicial, y como no, primaban antes las Arañas más grandes. N´kaless, Amlauryl, Sisel, Threndrei…y así una larga lista de hembras que sólo buscaban su propio beneficio a través de sus manos. Y después, los nobles de su qu´ellar...Alyssrae y Ard´non.
Segundo, debía mantener el respeto fuera de su Quéllar. Una Ymrymn crecida era una araña más gorda. Pero evidenciar demasiado significaba molestar a las dos casas superiores, y uno debía ser comedido hasta poder arrebatarles el trono.
Y tercero…los sirvientes. Evresskra, si algo asumía, es que era una perfeccionista nata. Buscaba los mejores, y siempre los conseguía. El ejemplo más claro era Siriandel, un instrumento tan exquisito como mortal.
Pero no era suficiente. Nunca, nunca sería suficiente. Su élite, debía constar de muchos…
Y todavía seguía buscando.
“Somos lo que somos porque Lloth así nos ha creado. Comprender nuestra naturaleza salvaje y despiadada con la fría lógica del razonamiento es impensable… La Ultrine es caprichosa, y las acciones de sus hijos, también. “
Evresskra observaba Belgarah desde su posición privilegiada, alto en los riscos. Acuclillada, la suave tela de seda que envolvía su cuerpo se deslizaba, lamiendo la fría roca al final de su camino. Tiras de cuero acompañaban el atuendo, siguiendo la trayectoria sinuosa de las curvas de su cadera y su poco abultado pecho. Sólo el emblema de Ymrymn y el de noble resaltaba como una furiosa insignia morada, cual emblema hiriente para quien osase mirar hasta ese nivel.
“Pero los drows no somos meros animales guiados por instinto de sangre. Distamos mucho de eso. En nuestra alma, alimentada por los siglos de traiciones consumidas y la batalla por el poder y el éxito, hemos asumido unas premisas que son las que nos hacen superiores a los demás, las premisas de nuestra Ultrine.”
Frunció el ceño, observando. Una sutil sombra desaparecía y reaparecía, captando toda su atención. Vacua y etérea, no podría decirse si era cierta o sólo efecto de la fijeza de la mirada.
“Pensar, manipular, engañar…son acciones planificadas con tiempo y puestas en marcha a lo largo de los ciclos con meditada paciencia. Un drow adora las apariencias, un verdadero drow, adora la imagen de su Ultrine”
La Antigua shebalie se irguió. Su antigua cara aniñada había dado paso a un rostro de mujer, con unos pómulos marcados, labios carnosos y unos ojos tan brillantes como las amatistas que encantaba su yingil en la Quéllar. Todo cubierto por una cuidadosa capucha y un velo junto a esta, del que escapaban varios bucles albinos de un pelo cuidado y brillante.
Pero nada de eso era relevante en el mundo drow. La belleza era el poder, y Evreskra portaba ambas cosas con la misma sangre fría. El brazal de Maestra de Asesinos así lo confirmaba, una delicada talla de mithril con suficiente poder mágico como para pensarse el robarlo.
Se lanzó al vacío. En una grácil pirueta, terminó en el suelo, mientras ni un solo sonido se emitía. Caminando, sola, por los escarpados lugares donde pocos drows se atrevían a cruzar, su cuerpo fue uniéndose a las sombras mientras caminaba.
“Soy una sombra. Una hija de Lloth. Quizás otra se hubiera sentado en su trono, en su posición, contenta de haber llegado a lo más alto que se me permite… Pero yo aspiro a más.
No soy tan necia como para pretender cambiar el orden de Lloth. Las sacerdotisas gobiernan, y seguirán gobernando hasta que Lloth consuma otro modo de vida. Por eso, mi mundo es realizable.
Un mundo donde la dominación de la Ultrine sea suprema. El pueblo elegido, unido por una sola Araña, mientras el resto se devora luchando por llegar a sus pies. Una hembra ganadora.
Y yo junto a ella”
Evresskra llevaba años forjando la segunda parte de su plan. Ser la Maestra de Asesinos no era, ni mucho menos, su techo. Ahora, con el poder conseguido, el respeto y el temor ejercido con mano de hierro, los apoyos de las sacerdotisas que exigían su mano, y unas yathallars e Ilharess favorables, seguiría ascendiendo.
Forjar dentro de sus dominios un grupo fiel de sirvientes, asesinos de élite que ella dominaría. Y unas señoras interesantes que la dominarían a ella. Así era el orden establecido. Las yathrins eran el centro de Lloth, y no era en valde.
Pero para su plan, su meta, aún quedaba mucho camino por recorrer.
Primero, debía mantenerse. Permanecer en el estado de equilibrio en el que todas las yathrins de su qu´ellar la consideraban útil y servicial, y como no, primaban antes las Arañas más grandes. N´kaless, Amlauryl, Sisel, Threndrei…y así una larga lista de hembras que sólo buscaban su propio beneficio a través de sus manos. Y después, los nobles de su qu´ellar...Alyssrae y Ard´non.
Segundo, debía mantener el respeto fuera de su Quéllar. Una Ymrymn crecida era una araña más gorda. Pero evidenciar demasiado significaba molestar a las dos casas superiores, y uno debía ser comedido hasta poder arrebatarles el trono.
Y tercero…los sirvientes. Evresskra, si algo asumía, es que era una perfeccionista nata. Buscaba los mejores, y siempre los conseguía. El ejemplo más claro era Siriandel, un instrumento tan exquisito como mortal.
Pero no era suficiente. Nunca, nunca sería suficiente. Su élite, debía constar de muchos…
Y todavía seguía buscando.