Estimado Jers:
Voy a ser escueto, amigo, porque no tengo tiempo para extenderme en mis desventuras. Todo lo que me ha acontecido desde mi partida desde la academia de Aguas ha sido terrible. La caravana que debia llevarme a Luna Plateada para mejorar mis conocimientos bárdicos era horrible, llena de mercenarios malencarados y comerciantes vulgares, el camino molesto como pocos y el tiempo lento como nunca. Eso si, he podido practicar todo lo que he querido con el laúd.
Pero lo peor estaba por llegar. Varias jornadas antes de llegar a mi destino la caravana fue atacada por unos bandidos, creo que eran orcos, y se desató un terible caos. Los carromatos se incendiaron, me parecio ver algún mago o chamán con los bandidos, y me vi separado del resto de integrantes de la caravana. En mi desesperación hui corriendo sin saber hacia donde iba, y tras varias jornadas llegué a un poblado de montaña llamado Nevesmortas. En este rústico paraje me he visto confinado con la sola compañía de mi láud, sin dinero, pues perdí todas mis pertenencias salvo a él en mi huida. Ahora debo realizar trabajos para conseguir dinero para poder volver, y mi arte bárdico no me vale para conseguirlo. Por estos lares no parecen tener el oido muy afinado, cosa sorprendente considerando la abundancia de elfos.
En fin, que me veo obligado a realizar labores manuales para garantizar mi manutención. Mi única esperanza es no tardar mucho en juntar el dinero necesario para tomar una caravana que me lleve de nuevo a tierras más hospitalarias. De momento ya he aprendido a blandir una espada sin cortarme, pues aqui no se puede salir sin una ni a por agua.
Espero verte pronto y que esto se convierta en un recuerdo jocoso del que hablar en las noches de invierno,
atentamente (un garabato indescifrable)
P.D.: espero que la carta llegué antes que yo, pero a saber...
Carta de Aylun Arcorapido para Jers Keenan, en Aguas Profund
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