Elronde Kellenocen

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Titus_IX

Elronde Kellenocen

Mensaje por Titus_IX »

Elronde Kellenocen, Priemra Parte.

Ni tan siquiera se yo de donde vengo, solo se que ni soy elfo ni soy humana, tan solo puedo contar las aventuras que yo misma viví, pues las partes más importantes de mi historia permanecen ocultas tras un velo de mentiras y farsas.

Lo que alcanza a atisbar mi conocimiento es un barco, un gran galeón.
"El inquisidor" se llamaba y, pese a que no era un nombre muy apropiado para un navío Luskanita, mi padrastro, el capitan Kurth lo llevaba con gran orgullo. Muchos marineros de remotas ciudades le habían confundido en contadas ocasiones con uno de los cinco capitanes de Luskan pero la realidad era bien distinta, su madre, empeñada en que su único hijo llegase a la corte Luskanita le puso el nombre de su capitan predilecto. No obstante, su presente avanzaba parejo al del mandatario de Luskan pues ambos comenzaron siendo piratas y ambos morirían siendo piratas.

En alta mar es donde realmente se desarrolla el instinto de supervivencia, recorríamos los mares de La Costa de la Espada con la esperanza de cruzarnos con algún navío indefenso al que saquear. Las mercancías eran bien pagadas en Luskan y, de cuando en cuando, solíamos realizar algún recado bajo la bandera de corsario para recojer metal en Mirabar y descender de nuevo el Mirar para descargar en la ciudad de las velas.

Yo tenía cinco años cuando las primeras preguntas empezaron a abarrotar mi cabeza, era la única mujer abordo además de la única con las orejas picudas. Yo había nacido en aquel mismo navío, mi padrastro me lo había repetido inumerables veces pero... ¿quienes eran realmente mis padres?

No fue hasta los dieciocho años cuando por fin pude obtener una respuesta, no era precisamente lo que podríamos definir como una aclaración plena, pero mi conciencia quedó libre durante un tiempo.
Corría la temporada invernal cuando nos dirigíamos hacia Noyver con la intención de sacar algún partido a la migración por "Muerte Aullante", asi aprobecharíamos para alejarnos durante un tiempo del conflicto Luskanita entre Baram y Kurth. Fue entonces cuando nos topamos de lleno entre una densa niebla con un navío de la orden de Tyr. Es posible que Tyr fuese misericordioso en Luskan con los piratas, pero fuera de las fronteras de la ciudad de las velas seguía manteniendo su estricto dogma de la justicia.
Tras virar todo a la derecha y entrecambiar un fuego contra nuestro atacante perdimos a veintitres de nuestros hombres a causa de los cañonazos. Mi padrastro y capitan, aun estando en minoria, ordeno continuar con los disparos pero no sirvio de mucho. Desde el navio sagrado del dios de la justicia llovian los cabos y los garfios. En cuestion de dos horas la batalla se habia instalado en nuestra propia cubierta, convirtiendonos nosotros en los asediados.

Trasladaron a los supervivientes de la tripulacion a Noyvern y alli, tras un frugal juicio, condenaron a todos a la horca, a todos menos a mi. Mi padrastro declaro que yo tan solo era una prisionera de intercambio, la mentira entro perfectamente pues nadie confiaba jamas en que una elfa llegara a los extremos de la pirateria, mas aun cuando Aribeth, paladina de Tyr, habia sido el gran ejemplo a seguir entre los miembros del jurado.

Asi pues, la noche antes de la ejecucion, los secretos de mi procedencia fueron revelados por mi capitan condenado desde los barrotes de su celda...

"Hacia dieciocho años, segun contaba mi padrastro desde la prision, que cerca Amn se habia asentado un circo, buscaban todo tipo de criaturas exoticas y pagaban muy bien por ellas. En uno de sus viajes, Kurth llego hasta una isla.

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A el jamas le habia gustado hacer prisioneros, pero si la oferta del circo era tan suculenta como decian, era capaz de hacer una excepcion en su dogma para sacar tajada. En dicha isla vio algo que le llamo la antencion y, no obstante, sirvio para recordarle la oferta del circo, alli habia elfos, pero no eran elfos normales, tenian algo especial. Jamas quiso decirme en que se diferenciaban de los demas, quizas fuese por no asustarme o quizas para que no me sintiera rara entre los demas hasta que llegara el momento de saberlo.

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Armados de sangre fria los piratas de mi padrastro masacraron la isla y capturaron tantos elfos como pudieron cargar, mujeres, hombres, ancianos... todos fueron introducidos en jaulas y cargados en la bodega.
Kurth era un pirata pero cuando queria podia ser compasivo y fue en el trayecto hacia Amn cuando tuvo ocasion de demostrarlo. Una de las prisioneras estaba a punto de dar a luz, no habia estado jamas en ningun parto, salvo en el suyo mismo, pero con la ayuda de unos trapos y un poco de ron el bebe consiguio salir, desafortunadamente la madre no vivio para poder ver a su pequeña criatura. La elfa habia muerto y ahora Kurth, comprometido de lleno con el bebe, tenia que decidir por su futuro. Era una niña y, al verla tan indefensa sabia que no podria cargar jamas con el peso de culpabilidad de haberla vendido a un circo.
Kurth decidio criarla como a una hija, a fin de cuentas nunca viene mal una mujer a bordo, muchos pensaban que al crecer seria la futura cocinera, pero al demostrar que sabia manejar una espada mejor que muchos de los marineros termino por ser la contramaestre."

Esa fue la ultima historia que mi padrastro conto antes de ser ahorcado junto a su tripulacion en Noyvern. A partir de ese momento me quede sola, mi verdadera familia, todos esos indigestos piratas maleducados y sarnosos con los que me habia criado ya no estaban... muchas lagrimas derrame aquel dia, pero habia que seguir adelante. Sin un barco, sin un rumbo... solo podia hacer una cosa, regresar a Luskan.



Continuara...
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