Bombeando Palabras. - Lyn A.
Moderadores: DMs de tramas, DMs
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
No soy mucho de foros, cierto, pero me encanta y si, me lo leo. Enhorabuena y no pares.
-
-
-
-
-
-
Empiezo a temerme lo peor... Alba se ha salido con la suya y pensáis que esta loca completamente? Con lo que ella os quiere a todos...
-
-
-
-
-
-
Empiezo a temerme lo peor... Alba se ha salido con la suya y pensáis que esta loca completamente? Con lo que ella os quiere a todos...
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
//Dracopardo escribió:No soy mucho de foros, cierto, pero me encanta y si, me lo leo. Enhorabuena y no pares.
Empiezo a temerme lo peor... Alba se ha salido con la suya y pensáis que esta loca completamente? Con lo que ella os quiere a todos...





Si es que en el fondo te tengo que querer...
Y se habrá salido con la suya, pero está loca igualmente. Y tú lo sabes xD
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
XIV - ¡Corred, insensatos! ( El Hormiguero - I )
- ¿...os han gustado mis versos? ¡Los aprendí específicamente para vengarme de éstos bichos!
Pregunto al grupo, empujando ligeramente con la punta de la bota el cadáver de uno de los chamanes trasgos. Estaba yo pescando lubinas en Fuerte Nuevo, tan ricamente, cuando llegó a mis oídos el rumor de que los trasgos de Vérluzh habían vuelto a secuestrar a un anciano. ¡Qué manía, oye! ¡Qué falta de respeto hacia la tercera edad!
Pues no lo iba a consentir, lógicamente, porque ya os he contado en otras ocasiones dónde se hace un Maestro Espadachín. Así que puse camino toda decidida y, justo a pie de las montañas, ¿a que no sabéis a quién me he encontrado? ¡A mi morena! Bueno, a mi morena, y a Unebril y Erurk.
Así que aquí estamos los cuatro, ya al final de la gruta, ¡dispuestos a salvar al inocente y cobrar la recompensa!
- ¡Pues sí, pues sí! ¡Muuy útil, Pelirroja! -Katy me mira y asiente, un par de veces.
- ¿Escuchar eso? -Dice de pronto Erurk. Yo no oigo nada.
- Sí, yo diría que viene de allí -Unebril señala el final de la cueva-, debe ser el anciano.
Y allí nos dirigimos.
Efectivamente, vemos al anciano dentro de una jaula situada en una esquina de la cueva. Erurk se dirige directo hacia él, pero a nosotros nos llamas más la atención una especie de aberturas en el suelo rocoso.
Como el anciano ya estaba siendo atendido por Erurk, inclino un poco el torso y asomo la cabecilla por uno de los descomunales agujeros, examinándolo.
Al fondo alcanzo a ver cadáveres, y no mucho más, aunque parece muy antiguo y, desde luego...
- Es un hormiguero -digo lentamente, aún inspeccionándolo-, y está lleno de cadáveres.
- Sí, también yo los veo... el interior parece húmedo -Asegura Unebril, asintiendo a mis palabras.
- ¡Así huele aquí, chicos, así huele aquí! -Exclama Katy, que se ha plantado entre el anciano y el hormiguero para atender a ambas situaciones.
- ¿Alcanzas a ver algo más, Une?
- No... sólo cadáveres.
- Entonces vayamos a ayudar a Erurk, será mejor salir de aquí cuanto antes.
Me adelanto unos pasos y me sitúo al ladito de mi morena, observando la situación. El anciano, que nos ha salido impertinente ésta vez, no para de protestar encima de que venimos a ayudarle, y el pobre Erurk, tras buscar la llave concienzudamente y no encontrarla, busca una forma alternativa de liberar a dicho anciano.
- Pareces fuerte, seguro que podrías romper éstos barrotes sin inmutarte, ¿eh?
- Erurk ser fuerte -Asiente, confirmándolo.
- ¿Y por qué no lo intentas?
- Erurk intentar.
El semiorco agarra con sendas manazas dos barrotes de la jaula que, como dato informativo, está anclada al suelo. Contra todo pronóstico, ésta empieza a ceder, lentamente.
Mientras tanto, Unebril se ha quedado rezagado, absorto en el hormiguero. Giro la cabeza y le miro por encima del hombro, justo a tiempo para verle lanzar una piedrecita agujero abajo.
- Katy -susurro-, deberíamos darnos prisa, el hormiguero me da mala espina.
- ¿Has visto algo más, Pelirroja?
- No... pero creo que podrían ascender m...
De pronto una sacudida. Toda la cueva comienza a temblar, cayendo pequeños trozos de pierna alrededor de nosotros. Me giro de golpe, manteniéndome en pie gracias a mis reflejos; Katy no corre la misma suerte, y cae de culo contra el suelo.
- ¿Pero qué demonios...?
No me da tiempo a terminar la pregunta, cuando Katy aún no ha tenido tiempo de incorporarse, del hormiguero comienzan a emerger un montón de hormigas enormes que se precipitan hacia nosotras.
Desenvaino a Manzanita con presteza y me pongo en guardia, delante de mi morena, para darle tiempo a reaccionar.
Una vez en pie, ambas combatimos cuerpo a cuerpo con el apoyo a distancia de Unebril.
Una a una, las hormigas van cayendo a nuestros pies sin mayor dificultad o contratiempo que el inmenso asco que, al menos a mí, me producen.
Cuando la última, la Reina, ha caído, miro a Unebril muy sonriente, encima del cuerpo destrozado de una hormiga, ¡sintiéndome poderosa!
- ¡Menudo montón de bichos asquerosos! ¡Os dije que iban a salir cosas de ahí dentro!
- Pueees sí, pues sí, menuuuudo montón de hormiguitas, ¡a éstas no las matamos de un pisotón! -Las dos nos reímos.
Me acerco de nuevo al hormiguero y echo otro vistazo, por si subieran más. Parece limpio. Relativamente limpio, quiero decir.
- Chicos, chicos. ¿Sabéis lo que tengo aquí, eh? ¿Sabéis lo que tengo? -Les digo, muy sonriente.
- ¿Qué tienes, Lyn?
- ¡Esooo, Pelirroja! ¿Qué tienes?
Después de rebuscar un instante en mi mochila, les enseño un frasco, alzándolo triunfal.
- ¡Fuego de Alquimista! ¿Y si los tiramos al hormiguero? Así quemamos los cadáveres y además no saldrán más.
- Pero el ambiente parece húmedo ahí abajo, quizá deberíamos prender un cadáver y ya tirarlo ardiendo -Propone Unebril.
- ¡Sí, tíralo, tíralo! ¡Acaaaba con todos esos bichos!
- ¿Lo tiro?
- ¡Vamos, Lyn, tíralo ya!
- ¡Tíra todos los que tengas, Pelirroja!
- ¡Vale, vale, ya voy!
Cierro un ojo, saco la lengua y balanceo la mano con el frasquito, apuntando, como si los agujeros no fueran tan grandes como diez Erurks juntos. Lanzo el frasco.
Por un instante, sólo silencio. Los tres intercambiamos miradas, sin decir nada, mientras Erurk sigue en su tarea con el anciano.
Al siguiente momento, el tintineo de los cristales al romperse, y una explosión.
El suelo comienza a temblar, repentimanete, con mucha más brusquedad que la primera vez. Trozos de enorme roca caen a nuestros lados, no sepultándonos de puro milagro.
Me agarro a Katy, quiero decirle que corra, pero no me da tiempo a reaccionar.
Abro los ojos como platos cuando veo una pata gigante, alargada y curva aparecer por la izquierda del hormiguero. Luego, otra por la derecha. Y así, hasta que el enorme cuerpo de una araña más grande que... ¡Que un templo! Aparece de las profundidades de la roca, rompiendo con su propio peso e impulso los hilos rocas que formaban el hormiguero, convirtiéndolo en un simple agujero uniforme.
- P-P-Pero... ¿Qué...? -Balbuceo, de forma incomprensible, y luego opto por lo más inteligente- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
- ¡La maaaaadre queee...!
Escucho a Katy decir algo a mis espaldas, pero su grito se va consumiendo en mis oídos al mismo tiempo que siento algo impactarme por la espalda.
Después, sólo silencio y oscuridad.


Cojo aire bruscamente, cerrando los ojos con más fuerza. Trato de concentrarme en respirar, pero no puedo, porque lo único que siento es un terrible dolor en... ¿Las mejillas? ¿Por qué en las mejillas?
- ¡Despieeeeerta, Pelirroja, vamos, vamos, vamos! -Cuando abro un ojo, puedo ver a Katy abofeteándome nerviosamente.
- ¡Pero deja de pegarle, hombre, que ya está despierta!
- ¡Pooor si acaso, Culebril, por si acaso!
- ¿Qué ha...?
- Vamos, tienes que levantarte. Mamá araña sigue ahí y está haciéndose la cena.
Los tres nos asomamos por un lado de la plataforma rocosa en la que nos hemos refugiado. La gargantuesca araña teje telas alrededor del anciano y su jaula y, aunque Erurk se encamina a ayudarle, en seguida regresa con nosotros, cejando en su empeño. Menos mal, porque Unebril y Katy ya querían que nos teleportáramos sin él, pero yo no podría dejarle aquí a su suerte, por muy fuerte que sea.
- Sólo puedo teleportarnos a tres de nosotros.
- ¡Pero no podemos dejar a alguien solo aquí! -Protesto.
- ¡Pues entonces corramos! -Grita Katy y, sin esperar respuesta, abre camino hacia el túnel de salida.
La seguimos inmediatamente, pero la enorme araña nos ve y, lejos de atacarnos por sí misma, lanza contra nosotros una masa ingente de sus crías.
Crías, por decir algo, proque eran de nuestro mismo tamaño, por lo menos. Erurk y yo combatimos unas cuantas mientras los otros dos se adelantan, porque son rápidas, y no podemos esquivarlas a todas.
Tras la caída de unas cuantas de sus hijas, la araña desvía su atención del anciano a nosotros. Unebril, Erurk y yo nos quedamos paralizados, inmóviles mirando a la terrible criatura que avanza hacia nosotros.
Y sólo un grito consigue ponernos de nuevo en movimiento...
- ¡CORREEEEEEEEED, INSENSAAAAAAATOOOOOOOOS!
Y así lo hacemos, siguiendo a Katy hasta la salida de la cueva.
// Espero que ni la SGAE ni Pablo Motos me busquen para vengarse por los títulos D:
- ¿...os han gustado mis versos? ¡Los aprendí específicamente para vengarme de éstos bichos!
Pregunto al grupo, empujando ligeramente con la punta de la bota el cadáver de uno de los chamanes trasgos. Estaba yo pescando lubinas en Fuerte Nuevo, tan ricamente, cuando llegó a mis oídos el rumor de que los trasgos de Vérluzh habían vuelto a secuestrar a un anciano. ¡Qué manía, oye! ¡Qué falta de respeto hacia la tercera edad!
Pues no lo iba a consentir, lógicamente, porque ya os he contado en otras ocasiones dónde se hace un Maestro Espadachín. Así que puse camino toda decidida y, justo a pie de las montañas, ¿a que no sabéis a quién me he encontrado? ¡A mi morena! Bueno, a mi morena, y a Unebril y Erurk.
Así que aquí estamos los cuatro, ya al final de la gruta, ¡dispuestos a salvar al inocente y cobrar la recompensa!
- ¡Pues sí, pues sí! ¡Muuy útil, Pelirroja! -Katy me mira y asiente, un par de veces.
- ¿Escuchar eso? -Dice de pronto Erurk. Yo no oigo nada.
- Sí, yo diría que viene de allí -Unebril señala el final de la cueva-, debe ser el anciano.
Y allí nos dirigimos.
Efectivamente, vemos al anciano dentro de una jaula situada en una esquina de la cueva. Erurk se dirige directo hacia él, pero a nosotros nos llamas más la atención una especie de aberturas en el suelo rocoso.
Como el anciano ya estaba siendo atendido por Erurk, inclino un poco el torso y asomo la cabecilla por uno de los descomunales agujeros, examinándolo.
Al fondo alcanzo a ver cadáveres, y no mucho más, aunque parece muy antiguo y, desde luego...
- Es un hormiguero -digo lentamente, aún inspeccionándolo-, y está lleno de cadáveres.
- Sí, también yo los veo... el interior parece húmedo -Asegura Unebril, asintiendo a mis palabras.
- ¡Así huele aquí, chicos, así huele aquí! -Exclama Katy, que se ha plantado entre el anciano y el hormiguero para atender a ambas situaciones.
- ¿Alcanzas a ver algo más, Une?
- No... sólo cadáveres.
- Entonces vayamos a ayudar a Erurk, será mejor salir de aquí cuanto antes.
Me adelanto unos pasos y me sitúo al ladito de mi morena, observando la situación. El anciano, que nos ha salido impertinente ésta vez, no para de protestar encima de que venimos a ayudarle, y el pobre Erurk, tras buscar la llave concienzudamente y no encontrarla, busca una forma alternativa de liberar a dicho anciano.
- Pareces fuerte, seguro que podrías romper éstos barrotes sin inmutarte, ¿eh?
- Erurk ser fuerte -Asiente, confirmándolo.
- ¿Y por qué no lo intentas?
- Erurk intentar.
El semiorco agarra con sendas manazas dos barrotes de la jaula que, como dato informativo, está anclada al suelo. Contra todo pronóstico, ésta empieza a ceder, lentamente.
Mientras tanto, Unebril se ha quedado rezagado, absorto en el hormiguero. Giro la cabeza y le miro por encima del hombro, justo a tiempo para verle lanzar una piedrecita agujero abajo.
- Katy -susurro-, deberíamos darnos prisa, el hormiguero me da mala espina.
- ¿Has visto algo más, Pelirroja?
- No... pero creo que podrían ascender m...
De pronto una sacudida. Toda la cueva comienza a temblar, cayendo pequeños trozos de pierna alrededor de nosotros. Me giro de golpe, manteniéndome en pie gracias a mis reflejos; Katy no corre la misma suerte, y cae de culo contra el suelo.
- ¿Pero qué demonios...?
No me da tiempo a terminar la pregunta, cuando Katy aún no ha tenido tiempo de incorporarse, del hormiguero comienzan a emerger un montón de hormigas enormes que se precipitan hacia nosotras.
Desenvaino a Manzanita con presteza y me pongo en guardia, delante de mi morena, para darle tiempo a reaccionar.
Una vez en pie, ambas combatimos cuerpo a cuerpo con el apoyo a distancia de Unebril.
Una a una, las hormigas van cayendo a nuestros pies sin mayor dificultad o contratiempo que el inmenso asco que, al menos a mí, me producen.
Cuando la última, la Reina, ha caído, miro a Unebril muy sonriente, encima del cuerpo destrozado de una hormiga, ¡sintiéndome poderosa!
- ¡Menudo montón de bichos asquerosos! ¡Os dije que iban a salir cosas de ahí dentro!
- Pueees sí, pues sí, menuuuudo montón de hormiguitas, ¡a éstas no las matamos de un pisotón! -Las dos nos reímos.
Me acerco de nuevo al hormiguero y echo otro vistazo, por si subieran más. Parece limpio. Relativamente limpio, quiero decir.
- Chicos, chicos. ¿Sabéis lo que tengo aquí, eh? ¿Sabéis lo que tengo? -Les digo, muy sonriente.
- ¿Qué tienes, Lyn?
- ¡Esooo, Pelirroja! ¿Qué tienes?
Después de rebuscar un instante en mi mochila, les enseño un frasco, alzándolo triunfal.
- ¡Fuego de Alquimista! ¿Y si los tiramos al hormiguero? Así quemamos los cadáveres y además no saldrán más.
- Pero el ambiente parece húmedo ahí abajo, quizá deberíamos prender un cadáver y ya tirarlo ardiendo -Propone Unebril.
- ¡Sí, tíralo, tíralo! ¡Acaaaba con todos esos bichos!
- ¿Lo tiro?
- ¡Vamos, Lyn, tíralo ya!
- ¡Tíra todos los que tengas, Pelirroja!
- ¡Vale, vale, ya voy!
Cierro un ojo, saco la lengua y balanceo la mano con el frasquito, apuntando, como si los agujeros no fueran tan grandes como diez Erurks juntos. Lanzo el frasco.
Por un instante, sólo silencio. Los tres intercambiamos miradas, sin decir nada, mientras Erurk sigue en su tarea con el anciano.
Al siguiente momento, el tintineo de los cristales al romperse, y una explosión.
El suelo comienza a temblar, repentimanete, con mucha más brusquedad que la primera vez. Trozos de enorme roca caen a nuestros lados, no sepultándonos de puro milagro.
Me agarro a Katy, quiero decirle que corra, pero no me da tiempo a reaccionar.
Abro los ojos como platos cuando veo una pata gigante, alargada y curva aparecer por la izquierda del hormiguero. Luego, otra por la derecha. Y así, hasta que el enorme cuerpo de una araña más grande que... ¡Que un templo! Aparece de las profundidades de la roca, rompiendo con su propio peso e impulso los hilos rocas que formaban el hormiguero, convirtiéndolo en un simple agujero uniforme.
- P-P-Pero... ¿Qué...? -Balbuceo, de forma incomprensible, y luego opto por lo más inteligente- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
- ¡La maaaaadre queee...!
Escucho a Katy decir algo a mis espaldas, pero su grito se va consumiendo en mis oídos al mismo tiempo que siento algo impactarme por la espalda.
Después, sólo silencio y oscuridad.



Cojo aire bruscamente, cerrando los ojos con más fuerza. Trato de concentrarme en respirar, pero no puedo, porque lo único que siento es un terrible dolor en... ¿Las mejillas? ¿Por qué en las mejillas?
- ¡Despieeeeerta, Pelirroja, vamos, vamos, vamos! -Cuando abro un ojo, puedo ver a Katy abofeteándome nerviosamente.
- ¡Pero deja de pegarle, hombre, que ya está despierta!
- ¡Pooor si acaso, Culebril, por si acaso!
- ¿Qué ha...?
- Vamos, tienes que levantarte. Mamá araña sigue ahí y está haciéndose la cena.
Los tres nos asomamos por un lado de la plataforma rocosa en la que nos hemos refugiado. La gargantuesca araña teje telas alrededor del anciano y su jaula y, aunque Erurk se encamina a ayudarle, en seguida regresa con nosotros, cejando en su empeño. Menos mal, porque Unebril y Katy ya querían que nos teleportáramos sin él, pero yo no podría dejarle aquí a su suerte, por muy fuerte que sea.
- Sólo puedo teleportarnos a tres de nosotros.
- ¡Pero no podemos dejar a alguien solo aquí! -Protesto.
- ¡Pues entonces corramos! -Grita Katy y, sin esperar respuesta, abre camino hacia el túnel de salida.
La seguimos inmediatamente, pero la enorme araña nos ve y, lejos de atacarnos por sí misma, lanza contra nosotros una masa ingente de sus crías.
Crías, por decir algo, proque eran de nuestro mismo tamaño, por lo menos. Erurk y yo combatimos unas cuantas mientras los otros dos se adelantan, porque son rápidas, y no podemos esquivarlas a todas.
Tras la caída de unas cuantas de sus hijas, la araña desvía su atención del anciano a nosotros. Unebril, Erurk y yo nos quedamos paralizados, inmóviles mirando a la terrible criatura que avanza hacia nosotros.
Y sólo un grito consigue ponernos de nuevo en movimiento...
- ¡CORREEEEEEEEED, INSENSAAAAAAATOOOOOOOOS!
Y así lo hacemos, siguiendo a Katy hasta la salida de la cueva.
// Espero que ni la SGAE ni Pablo Motos me busquen para vengarse por los títulos D:
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
XV - Demasiado que perder. ( El Hormiguero - II )
- ¡Erurk decir que dejar hormiguero y ayudar anciano!
Pese a los reproches del semiorco, seguimos corriendo montaña abajo, hacia el camino de la bifurcación.
Entre todos hemos decidido que lo mejor es ir a Fuerte Nuevo y avisar de lo que ha ocurrido, ya que se encuentra muy cerca y podrían tener grandes problemas.
Además, Erurk está empeñado en hablar con el Tempusita que le encargó el rescate del anciano.
- Fuego de alquimista... -Musita Unebril mientras corremos.
- ¿¡Qué pasa!? -Le espeto, viendo por dónde va la cosa- ¡Porque yo habré tirado el frasco, pero todos estabais de acuerdo!
- Si no he dicho nada...
- ¡La cuuulpa es del eeelfo, sieeempre es culpa suya! -Asiente Katy, tan convencida.
Unebril no dice nada ante tal acusación, parece como si poco a poco se hubiera ido acostumbrando a las bromas y dagas que Katy continuamente lanza contra él.
Durante el resto del camino combatimos con osos, de los cuales Katy ya lleva cuatrocientos y pico en su lista de muertes, y algunos bandidos que pretenden aprovechar la protección de la noche para asaltarnos.
Todos conocen el mismo destino, y el nuestro comienza y a dibujarse en el horizonte: Fuerte Nuevo.
Atravesamos la puertas de entrada, en el puente, y seguimos a Erurk hacia el templo para hablar con los Tempusitas.
Cuando entramos al templo, el sacerdote se dirige directamente al semiorco.
- Ah, Erurk. ¿El anciano ya está a salvo?
Erurk abre la boca para contestar, pero me adelanto y le interrumpo, antes de que pueda decir nada.
- ¡Verá! En realidad, hemos tenido un ligero contratiempo.
Unebril me mira de reojo, esbozando una leve sonrisa. Me pregunto qué cruzará por su cabeza.
- ¿Qué tipo de contratiempo?
- Pues verá, íbamos nosotros a salvar al amable anciano, que luego resultó no ser muy amable, pero ese no es el tema.
- Continúe.
- Resulta que al llegar al final de la cueva, había un montón de brujas y...
- ¿Desde cuando hay brujas en Vérluzh?
- ¡Maníiia mía, caballero! ¡Todo lo que haga lucecitas sooon brujas! -Y se ríe, despreocupada.
- Chamanes trasgos, ya sabe. El caso es que yo fui a lanzarle un botecito de fuego de alquimista, porque se había conjurado unas protecciones mágicas e iba directito directito al pobre anciano. ¡Pero claro, como no se están quietos...! Pues se movió a un lado, el frasquito rodó... y rodó... y rodó... hasta caer por un hormiguero que había. Entonces... salió una araña enorme que...
- ¡BASTA!
- ¿Huh?
- ¡PATRAÑAS! -Me señala con el índice, furibundo- ¿¡Me estás diciendo que has despertado a Maggris?!
- ¿Maggris...?
Me quedo pensativa, dándole vueltas al nombre. Sé que alguna vez he leído algo respecto. Vamos, Lyn, piensa Maggris... Maggris... Maggris... ¡Maggris, La...
- ...La Reina Araña -Dice Unebril, como si nuestros pensamientos se hubieran desarrollado a la par.
- ¡Habéis despertado un mal terrible y, por si fuera poco, lo habéis dejado campar libremente por nuestras tierras! Por la presente debo desterraros para siempre de Fuerte Nuevo y, además, arrestar a la señorita pelirroja.
El Tempusita hace un gesto a sus compañeros, que se acercan hacia mí para esposarme.
Unebril, Erurk y Katy tratan de hacer entrar en razón al sacerdote, pero es imposible.
Yo, pálida, mareada y confusa a partes iguales por haber despertado a la Reina Araña y ser arrestada, no alcanzo a reaccionar en un primer instante.
- ¡Katy! ¡Dile a Relenar que le quiero! ¡Y a mi Keila! ¡Y a Norisse! Y y y... ¡a todos menos a los comeflores!
- ¡Se lo diréee, Pelirrojaaa! ¡Se lo diréee!
Y me asiente varias veces, despidiéndose como quien se despide de alguien a quien no cree poder volver a ver.


Qué humedad hay en ésta celda, seguro que se me estropea el pelo si paso mucho más tiempo aquí. ¡Y no hay ni una cama!
¿Cómo iba a saber yo que ahí abajo estaba la Reina Araña? ¡Ya podían haber puesto un cartelito informativo, o algo!
Escucho de lejos una voz que me resulta familiar, y desvío la mirada en dirección a ese sonido.
Acompañado de un guardia, Unebril se acerca hacia mi celda.
- ¡Lyn, cariño!
- ¡Unebril!
Me levanto de un salto y corro hacia él, agarrándome a los barrotes con sendas manos.
Sonrío al verle, y él extiende una mano para alcanzar la mía. La miro y le miro luego a él, extrañada.
En sus ojos veo una mirada significativa, y entonces lo entiendo.
Extiendo mi mano hacia él y acaricio la suya, pero el guardia le agarra del hombro y tira de Unebril.
- Aléjese de la celda, caballero. No puede tocar a la presa.
- Entiéndalo, señor, puede que no la vuelva a ver... ¿Acaso no tiene usted mujer y familia?
- ¡Espera, espera! ¿¡Cómo que quizá no me vuelvas a ver?! ¿¡Por qué no me vas a volver a ver?! ¿¡Cuánto tiempo tengo que estar aquí?! -El guardia me mira.
- Con suerte sólo un par de días... -Suspiro aliviada- ...luego, con suerte también, quizá sólo sienta el dolor del cuello al partirse por el peso de su cuerpo. Algunos aguantan más.
- ¿¡QUÉ?! ¿¡Me han aplicado pena de muerte?! ¡Pero...!
Una voz lejana, un grito más bien, me interrumpe.
- ¡Cambio de guardia!
El guardia que me hablaba se gira, dándonos la espalda, y en ese momento Unebril corre de nuevo hacia mí.
Yo, instintivamente, extiendo ambos brazos hacia él y le agarro. Dos segundos después, estamos teletransportándonos fuera de la cárcel.
Parpadeo, mareada por el viaje. Entonces reconozco lo que nos rodea.
Nevesmortas.
Unebril se ríe, no sé si de felicidad o por puros nervios, y yo me río de también, sabiendo que es del mismo miedo.
Aún así, Unebril me ha salvado la vida. Me abrazo a él, y él corresponde el abrazo levantándome del suelo y dando vueltas sobre sí mismo.
Realmente parece feliz... quizá no entienda que ahora somos fugitivos, que todo ha cambiado.
Quizá simplemente le de igual.
Y a mí, a mí me gustaría poder pensar de la misma manera...
...pero tengo demasiado que perder, y ahora lo entiendo.
// Gineu, es grandísimo Pimpo jajajaja
// Gracias a Tymora por la quest =) no he cerrado la serie porque como aún tenemos al menos otra escena pendiente, pues ya la terminaré por aquí. Prometo intentar resumir más, os lo juro.
- ¡Erurk decir que dejar hormiguero y ayudar anciano!
Pese a los reproches del semiorco, seguimos corriendo montaña abajo, hacia el camino de la bifurcación.
Entre todos hemos decidido que lo mejor es ir a Fuerte Nuevo y avisar de lo que ha ocurrido, ya que se encuentra muy cerca y podrían tener grandes problemas.
Además, Erurk está empeñado en hablar con el Tempusita que le encargó el rescate del anciano.
- Fuego de alquimista... -Musita Unebril mientras corremos.
- ¿¡Qué pasa!? -Le espeto, viendo por dónde va la cosa- ¡Porque yo habré tirado el frasco, pero todos estabais de acuerdo!
- Si no he dicho nada...
- ¡La cuuulpa es del eeelfo, sieeempre es culpa suya! -Asiente Katy, tan convencida.
Unebril no dice nada ante tal acusación, parece como si poco a poco se hubiera ido acostumbrando a las bromas y dagas que Katy continuamente lanza contra él.
Durante el resto del camino combatimos con osos, de los cuales Katy ya lleva cuatrocientos y pico en su lista de muertes, y algunos bandidos que pretenden aprovechar la protección de la noche para asaltarnos.
Todos conocen el mismo destino, y el nuestro comienza y a dibujarse en el horizonte: Fuerte Nuevo.
Atravesamos la puertas de entrada, en el puente, y seguimos a Erurk hacia el templo para hablar con los Tempusitas.
Cuando entramos al templo, el sacerdote se dirige directamente al semiorco.
- Ah, Erurk. ¿El anciano ya está a salvo?
Erurk abre la boca para contestar, pero me adelanto y le interrumpo, antes de que pueda decir nada.
- ¡Verá! En realidad, hemos tenido un ligero contratiempo.
Unebril me mira de reojo, esbozando una leve sonrisa. Me pregunto qué cruzará por su cabeza.
- ¿Qué tipo de contratiempo?
- Pues verá, íbamos nosotros a salvar al amable anciano, que luego resultó no ser muy amable, pero ese no es el tema.
- Continúe.
- Resulta que al llegar al final de la cueva, había un montón de brujas y...
- ¿Desde cuando hay brujas en Vérluzh?
- ¡Maníiia mía, caballero! ¡Todo lo que haga lucecitas sooon brujas! -Y se ríe, despreocupada.
- Chamanes trasgos, ya sabe. El caso es que yo fui a lanzarle un botecito de fuego de alquimista, porque se había conjurado unas protecciones mágicas e iba directito directito al pobre anciano. ¡Pero claro, como no se están quietos...! Pues se movió a un lado, el frasquito rodó... y rodó... y rodó... hasta caer por un hormiguero que había. Entonces... salió una araña enorme que...
- ¡BASTA!
- ¿Huh?
- ¡PATRAÑAS! -Me señala con el índice, furibundo- ¿¡Me estás diciendo que has despertado a Maggris?!
- ¿Maggris...?
Me quedo pensativa, dándole vueltas al nombre. Sé que alguna vez he leído algo respecto. Vamos, Lyn, piensa Maggris... Maggris... Maggris... ¡Maggris, La...
- ...La Reina Araña -Dice Unebril, como si nuestros pensamientos se hubieran desarrollado a la par.
- ¡Habéis despertado un mal terrible y, por si fuera poco, lo habéis dejado campar libremente por nuestras tierras! Por la presente debo desterraros para siempre de Fuerte Nuevo y, además, arrestar a la señorita pelirroja.
El Tempusita hace un gesto a sus compañeros, que se acercan hacia mí para esposarme.
Unebril, Erurk y Katy tratan de hacer entrar en razón al sacerdote, pero es imposible.
Yo, pálida, mareada y confusa a partes iguales por haber despertado a la Reina Araña y ser arrestada, no alcanzo a reaccionar en un primer instante.
- ¡Katy! ¡Dile a Relenar que le quiero! ¡Y a mi Keila! ¡Y a Norisse! Y y y... ¡a todos menos a los comeflores!
- ¡Se lo diréee, Pelirrojaaa! ¡Se lo diréee!
Y me asiente varias veces, despidiéndose como quien se despide de alguien a quien no cree poder volver a ver.



Qué humedad hay en ésta celda, seguro que se me estropea el pelo si paso mucho más tiempo aquí. ¡Y no hay ni una cama!
¿Cómo iba a saber yo que ahí abajo estaba la Reina Araña? ¡Ya podían haber puesto un cartelito informativo, o algo!
Escucho de lejos una voz que me resulta familiar, y desvío la mirada en dirección a ese sonido.
Acompañado de un guardia, Unebril se acerca hacia mi celda.
- ¡Lyn, cariño!
- ¡Unebril!
Me levanto de un salto y corro hacia él, agarrándome a los barrotes con sendas manos.
Sonrío al verle, y él extiende una mano para alcanzar la mía. La miro y le miro luego a él, extrañada.
En sus ojos veo una mirada significativa, y entonces lo entiendo.
Extiendo mi mano hacia él y acaricio la suya, pero el guardia le agarra del hombro y tira de Unebril.
- Aléjese de la celda, caballero. No puede tocar a la presa.
- Entiéndalo, señor, puede que no la vuelva a ver... ¿Acaso no tiene usted mujer y familia?
- ¡Espera, espera! ¿¡Cómo que quizá no me vuelvas a ver?! ¿¡Por qué no me vas a volver a ver?! ¿¡Cuánto tiempo tengo que estar aquí?! -El guardia me mira.
- Con suerte sólo un par de días... -Suspiro aliviada- ...luego, con suerte también, quizá sólo sienta el dolor del cuello al partirse por el peso de su cuerpo. Algunos aguantan más.
- ¿¡QUÉ?! ¿¡Me han aplicado pena de muerte?! ¡Pero...!
Una voz lejana, un grito más bien, me interrumpe.
- ¡Cambio de guardia!
El guardia que me hablaba se gira, dándonos la espalda, y en ese momento Unebril corre de nuevo hacia mí.
Yo, instintivamente, extiendo ambos brazos hacia él y le agarro. Dos segundos después, estamos teletransportándonos fuera de la cárcel.
Parpadeo, mareada por el viaje. Entonces reconozco lo que nos rodea.
Nevesmortas.
Unebril se ríe, no sé si de felicidad o por puros nervios, y yo me río de también, sabiendo que es del mismo miedo.
Aún así, Unebril me ha salvado la vida. Me abrazo a él, y él corresponde el abrazo levantándome del suelo y dando vueltas sobre sí mismo.
Realmente parece feliz... quizá no entienda que ahora somos fugitivos, que todo ha cambiado.
Quizá simplemente le de igual.
Y a mí, a mí me gustaría poder pensar de la misma manera...
...pero tengo demasiado que perder, y ahora lo entiendo.
// Gineu, es grandísimo Pimpo jajajaja
// Gracias a Tymora por la quest =) no he cerrado la serie porque como aún tenemos al menos otra escena pendiente, pues ya la terminaré por aquí. Prometo intentar resumir más, os lo juro.
-
- Vive aquí.
- Mensajes: 5517
- Registrado: Dom Dic 17, 2006 6:00 am
- Cuenta en el servidor: --Tymora--
- Ubicación: Templo de Argluna
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
Nooooooooooooooooooooo, no resumas más por favor! Me parto viéndote rolear y más leyendo tus historias. Si Resumes te aplico la pena de muerte permanente! 

"Lanzadora profesional de bolas infernales"
LARGA VIDA A MIS ENEMIGOS PARA QUE SUFRAN CON MIS VICTORIAS
LARGA VIDA A MIS ENEMIGOS PARA QUE SUFRAN CON MIS VICTORIAS
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
XVI - La Búsqueda ( El Hormiguero - III )
Nevesmortas - Puerta Sur
- ...entonces, buscamos a Furín Piernaslibres, pariente de Merin Piernaslibres, y tenemos dos pistas, la primera, que es una zona cercana a Nevesmortas con fauna que podría mostrarse hostil, aunque no suele ser el caso y, la segunda, que está cercana al agua y era un lugar habitado con anterioridad -Asiento a Vargas-. Además, tenemos la cubierta del ejemplar que había en la biblioteca de Sundabar, lo único que pudo salvarse del incendio que hubo hace unos años.
- Además, estuve hablando con Keila sobre lo que habían averiguado mis compañeras de La Pluma Negra y me dijo que Maggris vivió mucho tiempo en la Infraoscuridad, siendo confundida por los drows como un aspecto de Lloth, y allí creció en tamaño y poder. También sabemos que es inmune al fuego... -Unebril asiente a mis palabras.
- Entonces, un lugar cercano al agua y habitado anteriormente... ¿El Rio Lanzagélida? -Norisse se adelanta, y Relenar y Katy coinciden en el tiempo al formular la pregunta.
- Tiene mucho sentido. En el bosque de caza los animales son muy territoriales, lógicamente. Están ya acostumbrados.
De repente todo el mundo, en un semicírculo que de alguna forma extraña estaba perfectamente formado, se gira hacia mí. Es inquietante sentirse tan observada.
- Bueno, no podemos quedarnos aquí todo el día. ¿Adónde vamos, Lyn? -Pregunta Vargas, acercándose a mí.
- Pues... ¡Iremos primero al Río Lanzagélida!
- Bien... -El grupo asiente, conforme en su mayoría.
- Bien, sí... -Repito, asintiendo un par de veces.
Vargas se acerca un poco más a mí y me toma por los hombros, girándome con cuidado y empujándome ligeramente con suavidad.
- Ahora es cuando empiezas a moverte y nos guías, Lyn... -Dice en un susurro, sonriendo levemente.
- Sí... -Abro camino hacia la villa.
- No es por ahí, Lyn -Aventura Norisse.
- Prefiero atravesar la ciudad que el bosque, más siendo de noche. Los licántropos siguen siendo un problema -Explico.
Y cruzo la puerta sur de la villa, seguida de un Vargas extrañado por mi última decisión y todo un grupo de dementes que me ha escogido como líder.
Río Lanzagélida
- ¿Y ahora qué, Lyn? ¿Hacia dónde nos dirigimos? -Relenar me sonríe al preguntarlo, seguro que está tan feliz de hacerme decidir a mí.
Durante el camino hemos estado dándole vueltas al asunto. Entre el grupo, conformado por Ricewen, Shein, Relenar, Katy, Unebril, Rogdek, Erurk, mi hermana y yo se perfilan opiniones muy dispares. Algunos piensan que podría estar relacionado con la Torre de Magos, y que deberíamos ir a preguntar. Otros, entre los que me incluyo a mí misma, creemos que lo más sensato es preguntar primero en la cabaña cercana al río. De todos modos nos coge de camino, y por algún sitio habrá que empezar.
- Preguntaremos al anciano Delis; lleva mucho tiempo viviendo por aquí, quizá sepa algo de esos medianos -Digo finalmente y, ésta vez, no todo el mundo parece de acuerdo con mi decisión.
Avanzamos aún así hasta la casita que se alza más allá del puente, junto al río. Delis, un anciano pescador cuya lucidez comienza a difuminarse pasea por uno de los laterales de la cabaña. No es que yo le conozca mucho, pero dar vueltas alrededor de una casa en plena lunaoscura no es muy normal.
Sumida en esos pensamientos, vuelvo a notar las manos de Vargas impulsándome con delicadeza, como animándome. ¿Por qué hace eso? ¿Cree que no puedo hacerme cargo de un grupo, o algo así? ¡Pues se va a enterar!
- ¿Señor Delis?
- ¡Pero bueno! ¿Qué hace tanta gente a las puertas de mi casa a éstas horas de la noche? ¿Sois una convención de pesca? -Le sonrío, dulcemente.
- No, verá. Lamentamos importunaros a éstas horas, pero venimos buscando algo de información, ¿tenéis un instante para concedernos?
- Un instante, ¡y dos, y tres! Pero antes, voy a hacerme un té. ¿Alguien quiere un té?
- A mí me encantaría un té -Aventura Relenar, esbozando una sonrisa. Aish, qué sonrisa más bonita tien... no, Lyn, céntrate.
- Claro, yo también querría un té, muchas gracias.
- ¡Bien, bien, té para todos, té para todos...! -Exclama alegremente mientras se pierde, a paso renqueante, tras las puertas de su hogar.
Me giro al grupo. Shein permanece en un segundo plano, seria y pensativa. Norisse agarrada del brazo de Katy, ambas cuchicheando y riendo, marujeando de algo, seguramente. Sonrío al verlas. Y de pronto, un refunfuño.
- Brbrbrbr... ¡No veo ningún mediano porr aquí! ¡Crreo que estamos perrdiendo el tiempo! -Rogdek, cómo no. Qué dolores de cabeza me traen los Barbayunque, Selûne bendita.
- No lo vemos por aquí, maese enano, ni por ninguna parte, por eso le estamos buscando. ¿O vos sabéis dónde está?
Otro refunfuño. El enano, cabezota, sigue gruñendo y discutiendo, con Relenar ésta vez, que intenta calmarle, pobre, con su mejor sonrisa. El enano le ignora, como cabe esperar.
Observándolos, desvío la atención hacia la puerta que se entreabre. El anciano sale con una bandela en la que carga una tetera y varios vasos de madera humeantes, repartiendo uno a cada uno de nosotros con una sonrisa jovial.
Como dato informativo, el té apesta a pescado podrido. ¡En qué hora se me ocurriría aceptarlo!
Cruza nuevamente el río y se sienta en el mullido suelo de hierba, sujetando el vaso con ambas manos.
- Dime, muchachita. ¿Qué información andáis buscando tus amigos y tú?
- Pues veréis, caballero, andamos buscando a...
- ¡UH! ¡Hola, equipo! ¿Qué está pasando aquí? -No sé cómo, no sé de dónde, pero Alud aparece junto a mí, apoyando un codo en la pared y de piernas cruzadas.
- ¡AH! ¡ALUD, TE HE DICHO QUE NO HAGAS ESO! -Espeto, dando un respingo. Él me mira, y sonríe de medio lado. Carraspeo y vuelvo al anciano- ...a un mediano pariente de Merin Piernaslibres, Furín Piernaslibres. ¿Sabéis algo d...
Me interrumpe un ronquido. Venga ya, no puede ser. ¿Por qué todo el mundo se duerme conmigo? Katy con los licántropos, ahora el anciano... bueno, no pasa nada, ¡haré lo que todo líder haría!
- ¡RELENAR, HAS DORMIDO AL ANCIANO! -Le miro, frunciendo el ceño, y él parpadea.
- ¿Yo? ¿Qué hice yo?
- ¡Le dormiste! -Sentencio concenvida.
Cruzo el río saltando de piedra en piedra y apoyo una mano en el hombro del anciano, zarandeándole suavemente. No responde, así que recurro a mi técnica máxima, superior, ¡infalible!
- ¡SEÑOR DELIS, LA TRUCHA SE ESTÁ BEBIENDO SU TÉ!
- ¡AAAAAAAAAH! ¡¿DÓOOONDE?!
¡Já! Lyn 1 - Beshaba 0. Aunque puede que Sharess se haya llevado también su parte, porque el anciano, con la tontería, me ha manoseado las caderas descaradamente. Resoplo, confirmando mi teoría cuando descubro a Alud y Relenar mirándole con ojos brillantes.
- ¿Qué decías, muchacha? -Da un trago a su té.
- Furín Piernaslibres -Digo resumiento, antes de que se duerma de nuevo.
- ¡Ah, Furín, mi vecino! ¡Es muy buen criado!
- ¿Vive con vos, entonces? -Sonrío amablemente.
- ¡Y con buen criado quiero decir que le han criado muy bien! ¡Jaja! -Se ríe estrepitosamente, y a mí se me contagia.
- ¿Podríais llevarnos hasta él, señor Delis?
- ¡Claro, claro, sígueme muchacha, sígueme!
Y se pone en pie, no sin esfuerzo, agarrándome del brazo para guiarme.
Sonrío y avanzo junto a él, sin soltarle.
// Y me pongo con la segunda parte. Te arrepentirás de lo de no resumir, Tym jajajaja.
Nevesmortas - Puerta Sur
- ...entonces, buscamos a Furín Piernaslibres, pariente de Merin Piernaslibres, y tenemos dos pistas, la primera, que es una zona cercana a Nevesmortas con fauna que podría mostrarse hostil, aunque no suele ser el caso y, la segunda, que está cercana al agua y era un lugar habitado con anterioridad -Asiento a Vargas-. Además, tenemos la cubierta del ejemplar que había en la biblioteca de Sundabar, lo único que pudo salvarse del incendio que hubo hace unos años.
- Además, estuve hablando con Keila sobre lo que habían averiguado mis compañeras de La Pluma Negra y me dijo que Maggris vivió mucho tiempo en la Infraoscuridad, siendo confundida por los drows como un aspecto de Lloth, y allí creció en tamaño y poder. También sabemos que es inmune al fuego... -Unebril asiente a mis palabras.
- Entonces, un lugar cercano al agua y habitado anteriormente... ¿El Rio Lanzagélida? -Norisse se adelanta, y Relenar y Katy coinciden en el tiempo al formular la pregunta.
- Tiene mucho sentido. En el bosque de caza los animales son muy territoriales, lógicamente. Están ya acostumbrados.
De repente todo el mundo, en un semicírculo que de alguna forma extraña estaba perfectamente formado, se gira hacia mí. Es inquietante sentirse tan observada.
- Bueno, no podemos quedarnos aquí todo el día. ¿Adónde vamos, Lyn? -Pregunta Vargas, acercándose a mí.
- Pues... ¡Iremos primero al Río Lanzagélida!
- Bien... -El grupo asiente, conforme en su mayoría.
- Bien, sí... -Repito, asintiendo un par de veces.
Vargas se acerca un poco más a mí y me toma por los hombros, girándome con cuidado y empujándome ligeramente con suavidad.
- Ahora es cuando empiezas a moverte y nos guías, Lyn... -Dice en un susurro, sonriendo levemente.
- Sí... -Abro camino hacia la villa.
- No es por ahí, Lyn -Aventura Norisse.
- Prefiero atravesar la ciudad que el bosque, más siendo de noche. Los licántropos siguen siendo un problema -Explico.
Y cruzo la puerta sur de la villa, seguida de un Vargas extrañado por mi última decisión y todo un grupo de dementes que me ha escogido como líder.
Río Lanzagélida
- ¿Y ahora qué, Lyn? ¿Hacia dónde nos dirigimos? -Relenar me sonríe al preguntarlo, seguro que está tan feliz de hacerme decidir a mí.
Durante el camino hemos estado dándole vueltas al asunto. Entre el grupo, conformado por Ricewen, Shein, Relenar, Katy, Unebril, Rogdek, Erurk, mi hermana y yo se perfilan opiniones muy dispares. Algunos piensan que podría estar relacionado con la Torre de Magos, y que deberíamos ir a preguntar. Otros, entre los que me incluyo a mí misma, creemos que lo más sensato es preguntar primero en la cabaña cercana al río. De todos modos nos coge de camino, y por algún sitio habrá que empezar.
- Preguntaremos al anciano Delis; lleva mucho tiempo viviendo por aquí, quizá sepa algo de esos medianos -Digo finalmente y, ésta vez, no todo el mundo parece de acuerdo con mi decisión.
Avanzamos aún así hasta la casita que se alza más allá del puente, junto al río. Delis, un anciano pescador cuya lucidez comienza a difuminarse pasea por uno de los laterales de la cabaña. No es que yo le conozca mucho, pero dar vueltas alrededor de una casa en plena lunaoscura no es muy normal.
Sumida en esos pensamientos, vuelvo a notar las manos de Vargas impulsándome con delicadeza, como animándome. ¿Por qué hace eso? ¿Cree que no puedo hacerme cargo de un grupo, o algo así? ¡Pues se va a enterar!
- ¿Señor Delis?
- ¡Pero bueno! ¿Qué hace tanta gente a las puertas de mi casa a éstas horas de la noche? ¿Sois una convención de pesca? -Le sonrío, dulcemente.
- No, verá. Lamentamos importunaros a éstas horas, pero venimos buscando algo de información, ¿tenéis un instante para concedernos?
- Un instante, ¡y dos, y tres! Pero antes, voy a hacerme un té. ¿Alguien quiere un té?
- A mí me encantaría un té -Aventura Relenar, esbozando una sonrisa. Aish, qué sonrisa más bonita tien... no, Lyn, céntrate.
- Claro, yo también querría un té, muchas gracias.
- ¡Bien, bien, té para todos, té para todos...! -Exclama alegremente mientras se pierde, a paso renqueante, tras las puertas de su hogar.
Me giro al grupo. Shein permanece en un segundo plano, seria y pensativa. Norisse agarrada del brazo de Katy, ambas cuchicheando y riendo, marujeando de algo, seguramente. Sonrío al verlas. Y de pronto, un refunfuño.
- Brbrbrbr... ¡No veo ningún mediano porr aquí! ¡Crreo que estamos perrdiendo el tiempo! -Rogdek, cómo no. Qué dolores de cabeza me traen los Barbayunque, Selûne bendita.
- No lo vemos por aquí, maese enano, ni por ninguna parte, por eso le estamos buscando. ¿O vos sabéis dónde está?
Otro refunfuño. El enano, cabezota, sigue gruñendo y discutiendo, con Relenar ésta vez, que intenta calmarle, pobre, con su mejor sonrisa. El enano le ignora, como cabe esperar.
Observándolos, desvío la atención hacia la puerta que se entreabre. El anciano sale con una bandela en la que carga una tetera y varios vasos de madera humeantes, repartiendo uno a cada uno de nosotros con una sonrisa jovial.
Como dato informativo, el té apesta a pescado podrido. ¡En qué hora se me ocurriría aceptarlo!
Cruza nuevamente el río y se sienta en el mullido suelo de hierba, sujetando el vaso con ambas manos.
- Dime, muchachita. ¿Qué información andáis buscando tus amigos y tú?
- Pues veréis, caballero, andamos buscando a...
- ¡UH! ¡Hola, equipo! ¿Qué está pasando aquí? -No sé cómo, no sé de dónde, pero Alud aparece junto a mí, apoyando un codo en la pared y de piernas cruzadas.
- ¡AH! ¡ALUD, TE HE DICHO QUE NO HAGAS ESO! -Espeto, dando un respingo. Él me mira, y sonríe de medio lado. Carraspeo y vuelvo al anciano- ...a un mediano pariente de Merin Piernaslibres, Furín Piernaslibres. ¿Sabéis algo d...
Me interrumpe un ronquido. Venga ya, no puede ser. ¿Por qué todo el mundo se duerme conmigo? Katy con los licántropos, ahora el anciano... bueno, no pasa nada, ¡haré lo que todo líder haría!
- ¡RELENAR, HAS DORMIDO AL ANCIANO! -Le miro, frunciendo el ceño, y él parpadea.
- ¿Yo? ¿Qué hice yo?
- ¡Le dormiste! -Sentencio concenvida.
Cruzo el río saltando de piedra en piedra y apoyo una mano en el hombro del anciano, zarandeándole suavemente. No responde, así que recurro a mi técnica máxima, superior, ¡infalible!
- ¡SEÑOR DELIS, LA TRUCHA SE ESTÁ BEBIENDO SU TÉ!
- ¡AAAAAAAAAH! ¡¿DÓOOONDE?!
¡Já! Lyn 1 - Beshaba 0. Aunque puede que Sharess se haya llevado también su parte, porque el anciano, con la tontería, me ha manoseado las caderas descaradamente. Resoplo, confirmando mi teoría cuando descubro a Alud y Relenar mirándole con ojos brillantes.
- ¿Qué decías, muchacha? -Da un trago a su té.
- Furín Piernaslibres -Digo resumiento, antes de que se duerma de nuevo.
- ¡Ah, Furín, mi vecino! ¡Es muy buen criado!
- ¿Vive con vos, entonces? -Sonrío amablemente.
- ¡Y con buen criado quiero decir que le han criado muy bien! ¡Jaja! -Se ríe estrepitosamente, y a mí se me contagia.
- ¿Podríais llevarnos hasta él, señor Delis?
- ¡Claro, claro, sígueme muchacha, sígueme!
Y se pone en pie, no sin esfuerzo, agarrándome del brazo para guiarme.
Sonrío y avanzo junto a él, sin soltarle.
// Y me pongo con la segunda parte. Te arrepentirás de lo de no resumir, Tym jajajaja.
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
Pobrecito Delis... compréndele, está solo desde que su hijo se fue a Argluna. Y no sabe nada de él...
¡Un momento! Cuando le ayudamos con los tejones asesinos (¡Malditas bestias sanguinarias, cómo os odio!) Keila, Daya y yo, nunca nos tocó las caderas... eh.
No impones nada, pelivermellona. Jar Jar Jar.
¡Un momento! Cuando le ayudamos con los tejones asesinos (¡Malditas bestias sanguinarias, cómo os odio!) Keila, Daya y yo, nunca nos tocó las caderas... eh.
No impones nada, pelivermellona. Jar Jar Jar.
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
XVII - Las Hijas de Maggris ( El Hormiguero - IV )
Nos conduce a una especie de caseta de madera situada en la parte trasera de la cabaña, junto a un huerto. A mí, más que una casa como el anciano afirmaba, me parece el cuarto de los trastos. Aún así, se desembaraza de mi brazo y aporrea la puerta cerrada, insistentemente.
- ¡Furín, sal! ¡Tienes visitas! ¡Aquí fuera hay un montón de gente que quiere hablar contigo! -Al otro lado del cobertizo, la respuesta no se hace esperar.
- ¡Déjame, viejo, no pienso salir! ¡Diles que se vayan! ¡No quiero hablar con nadieeee!
- ¡Sal de una vez y no me hagas quemarte la casa como la última vez! -Asiento asiento, y luego pienso en las palabras del anciano. ¿Quemar la casa? Me entrometo de forma apresurada.
- ¡Señor Furín! ¡Sólo quiero hablar un momento con vos, será un par de minutos, lo prometo! -Alzo la voz, para que me escuche al otro lado.
Se hace un momento de silencio prolongado. O quizá sólo me lo parezca a mí, ya que el tiempo corre en mi contra, y en la de Unebril.
Después, la puerta se abre lentamente, chirriando ligeramente. Tras ella, una figura menuda y sonriente que tan pronto aparece, pasea su mirada por el grupo y después la clava en mi escote, inamovible.
- ¡Hola, moza! ¿Qué quieres de mí? -Me observa con picardía y yo dibujo en mis labios una sonrisa encantadora.
- Furín Piernaslibres, ¿verdad? Venimos buscando información sobre un libro que trataba de Maggris, La Reina Araña, y que se perdió hace un tiempo -Observo su sonrisa desvanecerse, su mirada desplazarse de un lado a otro antes de volver a mí.
- ¿Libro? ¡No sé de qué me hablas! Yo es que no soy de mucho leer, ¿sabes? -Dice apresuradamente, de forma atropellada, mordisqueándose las uñas. Miente. Me siento a horcajadas delante de él, dejando mi rostro a la altura del suyo. Le miro a los ojos, ampliando una sonrisa dulce y empleando una voz intencionadamente melosa.
- Oh, vamos... he venido desde muy lejos sólo para encontrarte, ¿y me vas a dejar así? Soy una gran admiradora de ese libro y, quizá, después de hablar de él... -El mediano me mira con los ojos brillantes. Después, toma mis manos y las lleva a sus labios, besuqueándolas insistentemente (y llenándomelas de babas, puaj).
- ¿Después te casarás conmigo? ¿Eh? Di que sí, ¡di que sí! -Me mira de nuevo a los ojos y yo le sonrío, ladeando levemente la cabeza.
- Claro, quién sabe... pero primero, la información...
- ¡Miraa, a tu hermanita ya le ha salido otro admirador! -Le susurra Katy a Norisse, dándole un ligero codazo, ambas se ríen.
- ¡Mírala, está utilizando la técnica del escote! ¡Atento al despliegue de persuasión femenina, amigo! ¡El mediano no tiene nada que hacer! -Alud cuchichea con Relenar, sonriendo ambos.
- Lo sé, lo sé, por eso la quiero tanto. Aprendió del mejor -Y sonríe triunfal. Relenar, como de costumbre, echándose jardines enteros encima.
- ...claro, claro, ¿pero para qué quieres ese libro? ¡Ni siquiera lo puedes leer, ya sabes lo que dicen las leyendas!
- ¿Las leyendas...? -Apoyo el codo en mi rodilla, dándome toquecitos en los labios con dos dedos, pensativa. De pronto caigo en la cuenta- Oh...
- ¿De qué leyendas habla, Lyn? ¿Qué pasa con el libro? -Relenar abandona su charla personal para mirarnos con curiosidad.
- Una vez leí algo al respecto en Sundabar. Se dice que, debido a una maldición que el propio autor lanzó sobre su libro, aquél que lo lea será visitado por las hijas de Maggris.
- ¡Pero eso es perfecto! -Exclama Relenar, tan sonriente. ¡Claro, cariño, y hacerse amigo de Gólems de Gema también! Pienso para mí misma, mirándole con incredulidad.
- ¿¡Me puedes explicar qué tiene de perfecto que un montón de arañas nos visiten?!
- Confía en mí, tú consigue el libro -Le miro sin comprender, pero un confía en mí es suficiente. Me giro al mediano.
- ¿Podrías dejárnoslo, entonces?
- Sí, pero primero ven conmigo... Ven, que yo te doy lo que tú quieras, moza.
Me coge de la mano y tira de mí, hacia el cobertizo. Un refunfuño rompe entonces la calma. Rogdek se acerca haciendo sonar la armadura, con el ceño fruncido y el rostro rojo de ira.
- ¡Suelta a la chica y danos el librro de una vez!
- ¡Eh, eh! -Digo, a la vez que el enano- ¡Con calma! ¡¿Así no vamos a entendernos, eh?! -El mediano se ríe.
- ¡Tranquila, sólo te estaba poniendo a prueba! -Y de pierde dentro del cobertizo- ¡Dame un momento, que no sé ni dónde lo tengo!
- Brbrbrbrbr... Pataslarrgas libidinosos... -Rogdek vuelve a alejarse tras la valla, maldiciendo.
Al rato, el mediano vuelve a salir de la caseta con un libro de aspecto ajado y polvoriento entre sus manos. Extiendo las manos para recibirlo, sonriéndole a modo de agradecimiento.
- ¡Te espero para nuestra boda, a tu vuelta!
- ¡Claro, ya nos veremos, cielo!
Y me giro hacia Relenar, negando con una sonrisa. Le tiendo el libro para que le eche un ojo. El mediano parecía tener mucha prisa en deshacerse de él, y yo tengo la misma. ¡Cualquiera vive pensando en si tiene arañas por el pelo! Por si acaso, me lo palpo para comprobar. Todo bien, por el momento. Menos mal.
Relenar conjura algo sobre el libro, concentrado en él. Mientras tanto, el resto del grupo discute sobre dónde deberíamos leerlo.
- ¿Por qué no mandamos a la maga a que lo lea en otro plano y dejamos a la Madre Araña ahí encerrada? -Aventura Celline, que no se cuándo ha llegado ni de dónde ha salido.
- Ya tienen problemas con Fuerte Nuevo, ¿quieres que se convierta en algo interplanar? -Se ríe Alud, negando.
- Creo que debería ser en un espacio amplio, dado que no sabemos el tamaño de las arañas. Y también en un entorno extremo, que les afecte -Dice Shein, rompiendo su imperturbable silencio. La miro inmediatamente, ella suele ser la voz de la razón.
- Entonces, Anaurokh o Cumbre -Propone Relenar.
- Pero las hijas probablemente sean inmunes al fuego, como la madre -Recuerda Ricewen.
- ¿Entonces Cumbre? -La pregunta aflora de los labios de Norisse.
- Brbrbr... Cumbrre es imposible, el Rrauvin está infectado de licántrropos -De no ser por Rogdek... ninguno de nosotros había caído en ello.
- No podemos estar debatiendo ésto todo el día, chicos -Les corto-. Shein, ¿tú qué crees más idóneo?
- El camino de Adbar.
- Sea pues. Yo confío en Shein, y vosotros habéis confiado en mí. Iremos al camino de Adbar.
Todos asienten. Ricewen lee un pergamino y crea un portal en el centro de la compañía de aventureros que, sobre todo, son amigos arriesgándose por un problema que ha surgido de mí.
Algún día encontraré el modo de agradecérselo.
Camino de Adbar
- Éste me parece un lugar apropiado -Sentencia Shein, con esa seriedad que le caracteriza. Con el bastón en la diestra y el libro en la zurda, me parece una de esas magas poderosísimas que salen en las historias. Realmente tiene mucho poder, y me doy cuenta de que estoy orgullosa de ella, de que es una amiga.
No encontramos en una especie de explanada nevada, junto al río. Shein se posiciona bajo un árbol, y el resto formamos un círculo bordeando el terreno.
Recito los versos que poco a poco he ido componiendo en todo éste tiempo, protegiéndonos así a mi hermana y a mí. Relenar ya se ha encargado del resto, y los arcanos de sí mismos.
Por último, antes de que el libro empiece a ser leído, la voz suave y cálida de Relenar nos envuelve a todos como un mante agradable de seguridad que nos hace, al menos a mí, olvidarnos por un instante de las dudas.
- ¿Todos listos? -Pregunta Shein. Asentimos-
- Adelante, Shein -Dice Relenar, y luego mira hacia el grupo- Estad alerta.
- Maggris... La Madre Araña de Fuerte Vérluzh...
Comienza Shein. Miro a mi alrededor, tensa. Los arcanos se preparan para conjurar, el resto blandimos nuestras armas espectantes.
Es sin duda el ser más despreciable que he visto en toda mi pequeña vida. Sus enormes y peludas patas ocupaban toda la zona centro de la cueva de Verluzh, ni siquiera los trasgos montados tenían cabida bajo ellas.
De ningún punto en concreto empiezan a surgir un montón de arañas, algunas más pequeñas, otras más grandes. Nos rodean. Los arcanos y arqueros, posicionados en un saliente en las alturas, comienzan a verse rodeados mientras los que luchamos cuerpo a cuerpo combatimos abajo. Mi hermana y yo, entendiéndonos con una sola mirada, subimos en su ayuda.
No paran de surgir, ¡es una locura!
Dos grandes y amenantes ojos, centraban su visión en la mia... claro, eso pasó cuando llegué a verla, pues a simple vista y sinó fuera por mi conjuro de visión verdadera, no hubiera sido capaz a avistarla.
El grupo se ha dividido y las arañas cada vez nos superan más numéricamente.
Un par de arañas más grandes surgen de las palabras malditas que pronuncia Shein, enviadas seguro de alguna de esas Deidades Malignas que tienen el ojo puesto en nosotros, sobre todo en mí.
Corro tan rápido como puedo, pero las telarañas que cubren la nieve me impiden moverme con libertad, y no llego a tiempo.
Veo a Erurk caer, rodeado por un montón de ellas.
- ¡Shein, cuidado! -Pero no me escucha, sigue leyendo.
La velocidad, observé que no era su fuerte, es lógico que un ser tan grande y ancho no pudiera dar grandes zancadas como la de un gigante, asi que comprobé que se movia bastante despacio, lo que en un principio me dió ventaja.
Y antes de que pudiera alcanzarla, o decir nada más... vi a la segunda de esas arañas abalanzarse cobre ella.
El resto del grupo también se había dado cuenta. La lluvia de flechas procedente de arriba, los proyectiles mágicos cruzando por entre nosotros, las espadas cortando, hundiéndose, sesgando.
Conseguimos, así, abrirnos paso hasta el centro y deshacernos de las arañas.
- Abrid paso -Dice Relenar, acerándose con un pergamino. Yo ya estoy rebuscando en mi mochila-. Puedo encargarme de uno.[/i]
- Y yo del otro -Asiento hacia él y me arrodillo, apoyando el pergamino en el cuerpo de Erurk antes de leerlo y observarlo desvanecerse.
- ¿Quién tiene el libro? -Dice Shein cuando se incorpora, trabajosamente.
- Unebril -Le indico, y cabeceo hacia él.
- Ya te lo devuelvo, Shein... sólo puede ser leído por ti.
- Tenemos que terminar de leerlo.
- Vayamos allí, lucharemos en la pared y formaremos un semicírculo ante Shein, no dejaremos que pasen de nuevo.
Rápidamente, hacemos lo acordado. Shein se pega a la pared, con Unebril y Ricewen, uno a cada lado de ella.
Los arqueros permanecen en la parte trasera del semicírculo, Norisse se agazapa tras un árbol, escondiéndose.
El resto permanecemos en primera fila, armas en mano, con la respiración agitada.
Shein, nuevamente, comienza a leer por donde lo dejó.
En mi pueblo siempre fuí el mediano más veloz, tanto de piernas como lanzando mis flechas de fuego, pero al llevar a cabo el primer ataque comprobé que el fuego la hacía crecer y no le afectaba.
- ¡PORR EL MARRTILLO DE MORADIN, LUCHAD SIN TEMORR!
Y el enano es el primero en lanzarse a la carga, cómo no. Siguiéndole, Celline, una guerrera experimentada.
Relenar y yo nos mantenemos un poco más atrasados en un principio, combatiendo a las arañas que pasaban la muralla del enano y la amarg... y Celline.
La muy maldita aparecía y desaparecía por arte de magia, cortándome los ataques certeros. Intenté trepar hasta su lomo, pero me fué totalmente imposible, ya que sus miles de telas de araña, las cuales había tejido antes de primer ataque me hacian resbalar. Nota: Las telas le sirven de escudo, asi que las flechas son inútiles.
Katy asesta unos golpes terribles con "Cris", su nuevo arma, que se puede decir que es algo así como mi ahijado. Yo le puse el nombre, Crisantemo. Porque es redondo, y mortal.
Norisse, siempre cubriéndonos, aprovecha los puntos débiles de las criaturas cuando se entretienen en golpearnos a nosotros.
Ese fué mi primer encuentro con ella, y a mi pesar no fué el último, pero sin duda lo único que pude pensar en ese momento, era salir de ese lugar y buscar ayuda, ya fuera para destruirla o devolverla a su agujero...
Relenar se adelanta para luchar codo con codo con Rogdek y Celline, viendo que nosotras tres nos desenvolvemos bien solas.
Realmente, me sorprendo a mí misma luchando mejor de lo que habría imaginado. Hace no mucho me dedicaba a correr y esconderme. Pero ya no, y se lo debo a Alba.
Ricewen y Unebril defienden a Shein de un nuevo ataque de arañas, con tormentas de hielo, trombas de proyectiles y aliados convocados.
Poco a poco, según la voz de Shein se va apagando, la fiereza del combate desciende en intensidad... hasta que todo se vuelve silencio cargado de respiraciones jadeantes y entrecortadas.
- No puedo leer más, chicos... lo lamento. Hay una segunda parte, pero está conectada con un conjuro, como la primera a la cubierta. Necesitamos la otra parte.
- ¿Tenemos que encontrar la contraportada, entonces?
- Eso es. Lo siento.
- No, Shein, has estado muy bien. Sin ti no tendríamos nada...
Intercambiamos una sonrisa.
Bueno, no ha ido del todo mal, ¿no? Todos estamos vivos.
Les he llevado a una muerte probable, pero no segura. Es un avance.
Y ahora...
La búsqueda continúa.
// ¡Sin resumir ni un ápice, como te prometí! (¿Ahora te arrepientes, verdad?)
Ahora en serio, me encantó la quest de anoche, Tymora. El final, sobre todo, fue una pasada.
¡Muchas gracias! Y gracias a los jugadores también, por la paciencia xD
PD: Alba, yo impongo mucho, pelona
Nos conduce a una especie de caseta de madera situada en la parte trasera de la cabaña, junto a un huerto. A mí, más que una casa como el anciano afirmaba, me parece el cuarto de los trastos. Aún así, se desembaraza de mi brazo y aporrea la puerta cerrada, insistentemente.
- ¡Furín, sal! ¡Tienes visitas! ¡Aquí fuera hay un montón de gente que quiere hablar contigo! -Al otro lado del cobertizo, la respuesta no se hace esperar.
- ¡Déjame, viejo, no pienso salir! ¡Diles que se vayan! ¡No quiero hablar con nadieeee!
- ¡Sal de una vez y no me hagas quemarte la casa como la última vez! -Asiento asiento, y luego pienso en las palabras del anciano. ¿Quemar la casa? Me entrometo de forma apresurada.
- ¡Señor Furín! ¡Sólo quiero hablar un momento con vos, será un par de minutos, lo prometo! -Alzo la voz, para que me escuche al otro lado.
Se hace un momento de silencio prolongado. O quizá sólo me lo parezca a mí, ya que el tiempo corre en mi contra, y en la de Unebril.
Después, la puerta se abre lentamente, chirriando ligeramente. Tras ella, una figura menuda y sonriente que tan pronto aparece, pasea su mirada por el grupo y después la clava en mi escote, inamovible.
- ¡Hola, moza! ¿Qué quieres de mí? -Me observa con picardía y yo dibujo en mis labios una sonrisa encantadora.
- Furín Piernaslibres, ¿verdad? Venimos buscando información sobre un libro que trataba de Maggris, La Reina Araña, y que se perdió hace un tiempo -Observo su sonrisa desvanecerse, su mirada desplazarse de un lado a otro antes de volver a mí.
- ¿Libro? ¡No sé de qué me hablas! Yo es que no soy de mucho leer, ¿sabes? -Dice apresuradamente, de forma atropellada, mordisqueándose las uñas. Miente. Me siento a horcajadas delante de él, dejando mi rostro a la altura del suyo. Le miro a los ojos, ampliando una sonrisa dulce y empleando una voz intencionadamente melosa.
- Oh, vamos... he venido desde muy lejos sólo para encontrarte, ¿y me vas a dejar así? Soy una gran admiradora de ese libro y, quizá, después de hablar de él... -El mediano me mira con los ojos brillantes. Después, toma mis manos y las lleva a sus labios, besuqueándolas insistentemente (y llenándomelas de babas, puaj).
- ¿Después te casarás conmigo? ¿Eh? Di que sí, ¡di que sí! -Me mira de nuevo a los ojos y yo le sonrío, ladeando levemente la cabeza.
- Claro, quién sabe... pero primero, la información...
- ¡Miraa, a tu hermanita ya le ha salido otro admirador! -Le susurra Katy a Norisse, dándole un ligero codazo, ambas se ríen.
- ¡Mírala, está utilizando la técnica del escote! ¡Atento al despliegue de persuasión femenina, amigo! ¡El mediano no tiene nada que hacer! -Alud cuchichea con Relenar, sonriendo ambos.
- Lo sé, lo sé, por eso la quiero tanto. Aprendió del mejor -Y sonríe triunfal. Relenar, como de costumbre, echándose jardines enteros encima.
- ...claro, claro, ¿pero para qué quieres ese libro? ¡Ni siquiera lo puedes leer, ya sabes lo que dicen las leyendas!
- ¿Las leyendas...? -Apoyo el codo en mi rodilla, dándome toquecitos en los labios con dos dedos, pensativa. De pronto caigo en la cuenta- Oh...
- ¿De qué leyendas habla, Lyn? ¿Qué pasa con el libro? -Relenar abandona su charla personal para mirarnos con curiosidad.
- Una vez leí algo al respecto en Sundabar. Se dice que, debido a una maldición que el propio autor lanzó sobre su libro, aquél que lo lea será visitado por las hijas de Maggris.
- ¡Pero eso es perfecto! -Exclama Relenar, tan sonriente. ¡Claro, cariño, y hacerse amigo de Gólems de Gema también! Pienso para mí misma, mirándole con incredulidad.
- ¿¡Me puedes explicar qué tiene de perfecto que un montón de arañas nos visiten?!
- Confía en mí, tú consigue el libro -Le miro sin comprender, pero un confía en mí es suficiente. Me giro al mediano.
- ¿Podrías dejárnoslo, entonces?
- Sí, pero primero ven conmigo... Ven, que yo te doy lo que tú quieras, moza.
Me coge de la mano y tira de mí, hacia el cobertizo. Un refunfuño rompe entonces la calma. Rogdek se acerca haciendo sonar la armadura, con el ceño fruncido y el rostro rojo de ira.
- ¡Suelta a la chica y danos el librro de una vez!
- ¡Eh, eh! -Digo, a la vez que el enano- ¡Con calma! ¡¿Así no vamos a entendernos, eh?! -El mediano se ríe.
- ¡Tranquila, sólo te estaba poniendo a prueba! -Y de pierde dentro del cobertizo- ¡Dame un momento, que no sé ni dónde lo tengo!
- Brbrbrbrbr... Pataslarrgas libidinosos... -Rogdek vuelve a alejarse tras la valla, maldiciendo.
Al rato, el mediano vuelve a salir de la caseta con un libro de aspecto ajado y polvoriento entre sus manos. Extiendo las manos para recibirlo, sonriéndole a modo de agradecimiento.
- ¡Te espero para nuestra boda, a tu vuelta!
- ¡Claro, ya nos veremos, cielo!
Y me giro hacia Relenar, negando con una sonrisa. Le tiendo el libro para que le eche un ojo. El mediano parecía tener mucha prisa en deshacerse de él, y yo tengo la misma. ¡Cualquiera vive pensando en si tiene arañas por el pelo! Por si acaso, me lo palpo para comprobar. Todo bien, por el momento. Menos mal.
Relenar conjura algo sobre el libro, concentrado en él. Mientras tanto, el resto del grupo discute sobre dónde deberíamos leerlo.
- ¿Por qué no mandamos a la maga a que lo lea en otro plano y dejamos a la Madre Araña ahí encerrada? -Aventura Celline, que no se cuándo ha llegado ni de dónde ha salido.
- Ya tienen problemas con Fuerte Nuevo, ¿quieres que se convierta en algo interplanar? -Se ríe Alud, negando.
- Creo que debería ser en un espacio amplio, dado que no sabemos el tamaño de las arañas. Y también en un entorno extremo, que les afecte -Dice Shein, rompiendo su imperturbable silencio. La miro inmediatamente, ella suele ser la voz de la razón.
- Entonces, Anaurokh o Cumbre -Propone Relenar.
- Pero las hijas probablemente sean inmunes al fuego, como la madre -Recuerda Ricewen.
- ¿Entonces Cumbre? -La pregunta aflora de los labios de Norisse.
- Brbrbr... Cumbrre es imposible, el Rrauvin está infectado de licántrropos -De no ser por Rogdek... ninguno de nosotros había caído en ello.
- No podemos estar debatiendo ésto todo el día, chicos -Les corto-. Shein, ¿tú qué crees más idóneo?
- El camino de Adbar.
- Sea pues. Yo confío en Shein, y vosotros habéis confiado en mí. Iremos al camino de Adbar.
Todos asienten. Ricewen lee un pergamino y crea un portal en el centro de la compañía de aventureros que, sobre todo, son amigos arriesgándose por un problema que ha surgido de mí.
Algún día encontraré el modo de agradecérselo.
Camino de Adbar
- Éste me parece un lugar apropiado -Sentencia Shein, con esa seriedad que le caracteriza. Con el bastón en la diestra y el libro en la zurda, me parece una de esas magas poderosísimas que salen en las historias. Realmente tiene mucho poder, y me doy cuenta de que estoy orgullosa de ella, de que es una amiga.
No encontramos en una especie de explanada nevada, junto al río. Shein se posiciona bajo un árbol, y el resto formamos un círculo bordeando el terreno.
Recito los versos que poco a poco he ido componiendo en todo éste tiempo, protegiéndonos así a mi hermana y a mí. Relenar ya se ha encargado del resto, y los arcanos de sí mismos.
Por último, antes de que el libro empiece a ser leído, la voz suave y cálida de Relenar nos envuelve a todos como un mante agradable de seguridad que nos hace, al menos a mí, olvidarnos por un instante de las dudas.
- ¿Todos listos? -Pregunta Shein. Asentimos-
- Adelante, Shein -Dice Relenar, y luego mira hacia el grupo- Estad alerta.
- Maggris... La Madre Araña de Fuerte Vérluzh...
Comienza Shein. Miro a mi alrededor, tensa. Los arcanos se preparan para conjurar, el resto blandimos nuestras armas espectantes.
Es sin duda el ser más despreciable que he visto en toda mi pequeña vida. Sus enormes y peludas patas ocupaban toda la zona centro de la cueva de Verluzh, ni siquiera los trasgos montados tenían cabida bajo ellas.
De ningún punto en concreto empiezan a surgir un montón de arañas, algunas más pequeñas, otras más grandes. Nos rodean. Los arcanos y arqueros, posicionados en un saliente en las alturas, comienzan a verse rodeados mientras los que luchamos cuerpo a cuerpo combatimos abajo. Mi hermana y yo, entendiéndonos con una sola mirada, subimos en su ayuda.
No paran de surgir, ¡es una locura!
Dos grandes y amenantes ojos, centraban su visión en la mia... claro, eso pasó cuando llegué a verla, pues a simple vista y sinó fuera por mi conjuro de visión verdadera, no hubiera sido capaz a avistarla.
El grupo se ha dividido y las arañas cada vez nos superan más numéricamente.
Un par de arañas más grandes surgen de las palabras malditas que pronuncia Shein, enviadas seguro de alguna de esas Deidades Malignas que tienen el ojo puesto en nosotros, sobre todo en mí.
Corro tan rápido como puedo, pero las telarañas que cubren la nieve me impiden moverme con libertad, y no llego a tiempo.
Veo a Erurk caer, rodeado por un montón de ellas.
- ¡Shein, cuidado! -Pero no me escucha, sigue leyendo.
La velocidad, observé que no era su fuerte, es lógico que un ser tan grande y ancho no pudiera dar grandes zancadas como la de un gigante, asi que comprobé que se movia bastante despacio, lo que en un principio me dió ventaja.
Y antes de que pudiera alcanzarla, o decir nada más... vi a la segunda de esas arañas abalanzarse cobre ella.
El resto del grupo también se había dado cuenta. La lluvia de flechas procedente de arriba, los proyectiles mágicos cruzando por entre nosotros, las espadas cortando, hundiéndose, sesgando.
Conseguimos, así, abrirnos paso hasta el centro y deshacernos de las arañas.
- Abrid paso -Dice Relenar, acerándose con un pergamino. Yo ya estoy rebuscando en mi mochila-. Puedo encargarme de uno.[/i]
- Y yo del otro -Asiento hacia él y me arrodillo, apoyando el pergamino en el cuerpo de Erurk antes de leerlo y observarlo desvanecerse.
- ¿Quién tiene el libro? -Dice Shein cuando se incorpora, trabajosamente.
- Unebril -Le indico, y cabeceo hacia él.
- Ya te lo devuelvo, Shein... sólo puede ser leído por ti.
- Tenemos que terminar de leerlo.
- Vayamos allí, lucharemos en la pared y formaremos un semicírculo ante Shein, no dejaremos que pasen de nuevo.
Rápidamente, hacemos lo acordado. Shein se pega a la pared, con Unebril y Ricewen, uno a cada lado de ella.
Los arqueros permanecen en la parte trasera del semicírculo, Norisse se agazapa tras un árbol, escondiéndose.
El resto permanecemos en primera fila, armas en mano, con la respiración agitada.
Shein, nuevamente, comienza a leer por donde lo dejó.
En mi pueblo siempre fuí el mediano más veloz, tanto de piernas como lanzando mis flechas de fuego, pero al llevar a cabo el primer ataque comprobé que el fuego la hacía crecer y no le afectaba.
- ¡PORR EL MARRTILLO DE MORADIN, LUCHAD SIN TEMORR!
Y el enano es el primero en lanzarse a la carga, cómo no. Siguiéndole, Celline, una guerrera experimentada.
Relenar y yo nos mantenemos un poco más atrasados en un principio, combatiendo a las arañas que pasaban la muralla del enano y la amarg... y Celline.
La muy maldita aparecía y desaparecía por arte de magia, cortándome los ataques certeros. Intenté trepar hasta su lomo, pero me fué totalmente imposible, ya que sus miles de telas de araña, las cuales había tejido antes de primer ataque me hacian resbalar. Nota: Las telas le sirven de escudo, asi que las flechas son inútiles.
Katy asesta unos golpes terribles con "Cris", su nuevo arma, que se puede decir que es algo así como mi ahijado. Yo le puse el nombre, Crisantemo. Porque es redondo, y mortal.
Norisse, siempre cubriéndonos, aprovecha los puntos débiles de las criaturas cuando se entretienen en golpearnos a nosotros.
Ese fué mi primer encuentro con ella, y a mi pesar no fué el último, pero sin duda lo único que pude pensar en ese momento, era salir de ese lugar y buscar ayuda, ya fuera para destruirla o devolverla a su agujero...
Relenar se adelanta para luchar codo con codo con Rogdek y Celline, viendo que nosotras tres nos desenvolvemos bien solas.
Realmente, me sorprendo a mí misma luchando mejor de lo que habría imaginado. Hace no mucho me dedicaba a correr y esconderme. Pero ya no, y se lo debo a Alba.
Ricewen y Unebril defienden a Shein de un nuevo ataque de arañas, con tormentas de hielo, trombas de proyectiles y aliados convocados.
Poco a poco, según la voz de Shein se va apagando, la fiereza del combate desciende en intensidad... hasta que todo se vuelve silencio cargado de respiraciones jadeantes y entrecortadas.
- No puedo leer más, chicos... lo lamento. Hay una segunda parte, pero está conectada con un conjuro, como la primera a la cubierta. Necesitamos la otra parte.
- ¿Tenemos que encontrar la contraportada, entonces?
- Eso es. Lo siento.
- No, Shein, has estado muy bien. Sin ti no tendríamos nada...
Intercambiamos una sonrisa.
Bueno, no ha ido del todo mal, ¿no? Todos estamos vivos.
Les he llevado a una muerte probable, pero no segura. Es un avance.
Y ahora...
La búsqueda continúa.
// ¡Sin resumir ni un ápice, como te prometí! (¿Ahora te arrepientes, verdad?)
Ahora en serio, me encantó la quest de anoche, Tymora. El final, sobre todo, fue una pasada.
¡Muchas gracias! Y gracias a los jugadores también, por la paciencia xD
PD: Alba, yo impongo mucho, pelona
