Bombeando Palabras. - Lyn A.
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Lady Starlight
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
// Lamento la tardanza, Tymora, pero he pasado unos días malos y no tenía mucho ánimo para escribir, así que he escrito éste "relato" a medias con Norisse por el msn para poder cerrar la serie de relatos cuando concluyamos la trama. Espero que no hayamos dejado nada importante en el tintero.
XVIII - Furínn Piernaslibres "Tío". ( El Hormiguero - V )
Una botella de ese vino azul al que es tan asiduo Alud entre las dos, mientras terminábamos de reírnos de como Norisse se subió al tejado del mercado para llamar la atención del respetable
Lyn se ríe, negando con la cabeza mientras se pasa una mano por la cara, con ese gesto de infinita paciencia, una que no tiene, que le acompaña tan asiduamente de un tiempo a ésta parte.
- Entonces... por algún motivo que NO quiero saber, tú sabes de una posada perdida de la mano de los Dioses donde se tratan ese tipo de negocios. ¿Cómo se te ocurre?
Norisse se limpia las lágrimas de los ojillos mientras se sirve un vaso y mira a su hermana con ojitos de cordero degollado
- Emmmm... bueno... verás... como veía difícil que sacaran algo en claro de los mercaderes empecé a pensar -alza una mano mirándola entrecerrando los ojillos- Si... he dicho pensar... y me acordé que el mejor sitio donde colocar... mercancía de dudosa legalidad era esa taberna.
La trovadora abre la boca para decir algo ante la palabra "pensar", pero al ver que alza la mano, hincha los mofletes con fastidio.
- ¿Y por qué llevabas esa especie de silbato en el escote? ¿Es que no tienes bolsillos? Bueno, no importa... hasta ahí lo tengo más o menos claro. El grupo se divide, la señorita Tali y Keila deciden quedarse en Sundabar, ante el desconocimiento de nuestro destino dado tu... secretismo.
Norisse alza las manos a modo de defensa,
– Ey, ey, ey... ¿Si tuvieras un local así dirías donde está y le pondrías un cartelito? -Ríe ante tal ocurrencia- Digamos que si dijera donde es... posiblemente no pudiera volver a decir nada más... nunca -Dice con un dramatismo exagerado.
La pelirroja baja un poco el rostro y la mira desde abajo, alzando una ceja. Ni que fuera ella la bardo.
- Como sea. Cuando llegamos, una sórdida taberna en cuyas sillas, si es que podemos llamarlo así, daba miedo hasta apoyarse del puro polvo que acumulaban. El resto no tenía un aspecto mucho más higiénico. Una mediana aparece tras la barra y te lleva con ella, enfurecida. ¿Quién era, qué demonios te decía?
- Es... es... -Parpadea mirando al vaso de vino azul al que ha dado un sorbo- La que maneja el cotarro -Ríe- ¿Cómo te pondrías tú si te llenaran un local clandestino con un grupo de diez personas? -Sonríe avergonzada- Tendría que haberlo pensado antes... pero a lo que iba... me dijo que más valía que tuviera un buen motivo y le dije que había dinero suficiente para que fuera un buen motivo -Sonríe satisfecha.
- Pues menos mal que luego lo arreglaste, porque si me toca pagar te iba dejar esa cabecita tuya más pelona que... bueno, entonces te dice que puedes llevar a una persona contigo, ¿no? Y ahí es cuando entramos en juego las hermanas Andune. Que digo yo, podríamos buscarnos así un nombre épico en conjunto.
- ¿Las amazonas de Beshaba? -Ríe con ganas.
- No me simpatiza... -Se ríe, dando un trago largo- Pero bueno, no te desvíes, venga, ¡que quiero enterarme de lo que pasó después! Entramos juntas y vemos a la versión futura de mi queridísimo amante, y tú le liaste...
Norisse rellena el vaso de nuevo sonriendo ampliamente al recordar su treta.
- Como bien has dicho... cuando entramos me resultó más que familiar... era como una versión encanecida y arrugada de tu prometido -Ríe de nuevo con ganas- Ains... que agujetas voy a tener mañana... -Se limpia las lagrimillas y prosigue- Cuando os fuisteis a Sundabar nosotros hablamos con tu amado... y nos dijo que su primo estaba en la boca de Magro... así que cuando se puso en plan terco -Sonríe satisfecha- Opté por decirle que era tu regalo de bodas rescatar a su hijo para que fuera el padrino de su sobrino... -Tuerce el gesto- ¿Cómo he podido decir eso sin morderme la lengua?
- De Maggris, cariño; en la boca de Maggris, no de Magro. Sí, lo recuerdo, ahí es cuando nos dijo que nos pagaría diez mil monedas por cabeza si se lo traíamos de vuelta y nos dio la última parte del libro. Y de ahí, volvimos a la villa. Del resto ya no sé nada.
- ¿Dónde te metiste? -Ladea la cabeza mientras sus mejillas se van encendiendo un poco como consecuencia del vino azul.
La semielfa palidece un instante, y con la misma rapidez recupera su semblante alegre y su sonrisa dulce e inocente.
- Ah, tenía asuntos que atender... -Mueve la mano en un vaivén, restándole importancia- Ahora a lo que nos interesa. Continúa con la historia.
Y se inclina sobre la mesa, con los ojos turbios y las mejillas llenas de color, prestando atención y dando el tema por zanjado.
Norisse la mira entrecerrando los ojillos verdes durante unos segundos y se echa a reír.
- Estás borracha -Ríe divertida. (Dioses... que me cuente las cosas sería un logro).
- Ah, cariño... ¿Te dije que las 20 preguntas de Relenar ahora son las 20 preguntas de Lyn? Yo nunca me emborracho; en todo caso, "me encuentro ligeramente perjudicada". ¡Y ahora continúa! -Exclama la trovadora, con tono impaciente y un brillo de curiosidad en la mirada.
La pícara casi se atraganta al reírse ya que le pilló a mitad de trago. Después de toser un poco y darle un buen trago al vino para mejorar la tos, asiente y sonriendo comienza a narrar.
XVIII - Furínn Piernaslibres "Tío". ( El Hormiguero - V )
Una botella de ese vino azul al que es tan asiduo Alud entre las dos, mientras terminábamos de reírnos de como Norisse se subió al tejado del mercado para llamar la atención del respetable
Lyn se ríe, negando con la cabeza mientras se pasa una mano por la cara, con ese gesto de infinita paciencia, una que no tiene, que le acompaña tan asiduamente de un tiempo a ésta parte.
- Entonces... por algún motivo que NO quiero saber, tú sabes de una posada perdida de la mano de los Dioses donde se tratan ese tipo de negocios. ¿Cómo se te ocurre?
Norisse se limpia las lágrimas de los ojillos mientras se sirve un vaso y mira a su hermana con ojitos de cordero degollado
- Emmmm... bueno... verás... como veía difícil que sacaran algo en claro de los mercaderes empecé a pensar -alza una mano mirándola entrecerrando los ojillos- Si... he dicho pensar... y me acordé que el mejor sitio donde colocar... mercancía de dudosa legalidad era esa taberna.
La trovadora abre la boca para decir algo ante la palabra "pensar", pero al ver que alza la mano, hincha los mofletes con fastidio.
- ¿Y por qué llevabas esa especie de silbato en el escote? ¿Es que no tienes bolsillos? Bueno, no importa... hasta ahí lo tengo más o menos claro. El grupo se divide, la señorita Tali y Keila deciden quedarse en Sundabar, ante el desconocimiento de nuestro destino dado tu... secretismo.
Norisse alza las manos a modo de defensa,
– Ey, ey, ey... ¿Si tuvieras un local así dirías donde está y le pondrías un cartelito? -Ríe ante tal ocurrencia- Digamos que si dijera donde es... posiblemente no pudiera volver a decir nada más... nunca -Dice con un dramatismo exagerado.
La pelirroja baja un poco el rostro y la mira desde abajo, alzando una ceja. Ni que fuera ella la bardo.
- Como sea. Cuando llegamos, una sórdida taberna en cuyas sillas, si es que podemos llamarlo así, daba miedo hasta apoyarse del puro polvo que acumulaban. El resto no tenía un aspecto mucho más higiénico. Una mediana aparece tras la barra y te lleva con ella, enfurecida. ¿Quién era, qué demonios te decía?
- Es... es... -Parpadea mirando al vaso de vino azul al que ha dado un sorbo- La que maneja el cotarro -Ríe- ¿Cómo te pondrías tú si te llenaran un local clandestino con un grupo de diez personas? -Sonríe avergonzada- Tendría que haberlo pensado antes... pero a lo que iba... me dijo que más valía que tuviera un buen motivo y le dije que había dinero suficiente para que fuera un buen motivo -Sonríe satisfecha.
- Pues menos mal que luego lo arreglaste, porque si me toca pagar te iba dejar esa cabecita tuya más pelona que... bueno, entonces te dice que puedes llevar a una persona contigo, ¿no? Y ahí es cuando entramos en juego las hermanas Andune. Que digo yo, podríamos buscarnos así un nombre épico en conjunto.
- ¿Las amazonas de Beshaba? -Ríe con ganas.
- No me simpatiza... -Se ríe, dando un trago largo- Pero bueno, no te desvíes, venga, ¡que quiero enterarme de lo que pasó después! Entramos juntas y vemos a la versión futura de mi queridísimo amante, y tú le liaste...
Norisse rellena el vaso de nuevo sonriendo ampliamente al recordar su treta.
- Como bien has dicho... cuando entramos me resultó más que familiar... era como una versión encanecida y arrugada de tu prometido -Ríe de nuevo con ganas- Ains... que agujetas voy a tener mañana... -Se limpia las lagrimillas y prosigue- Cuando os fuisteis a Sundabar nosotros hablamos con tu amado... y nos dijo que su primo estaba en la boca de Magro... así que cuando se puso en plan terco -Sonríe satisfecha- Opté por decirle que era tu regalo de bodas rescatar a su hijo para que fuera el padrino de su sobrino... -Tuerce el gesto- ¿Cómo he podido decir eso sin morderme la lengua?
- De Maggris, cariño; en la boca de Maggris, no de Magro. Sí, lo recuerdo, ahí es cuando nos dijo que nos pagaría diez mil monedas por cabeza si se lo traíamos de vuelta y nos dio la última parte del libro. Y de ahí, volvimos a la villa. Del resto ya no sé nada.
- ¿Dónde te metiste? -Ladea la cabeza mientras sus mejillas se van encendiendo un poco como consecuencia del vino azul.
La semielfa palidece un instante, y con la misma rapidez recupera su semblante alegre y su sonrisa dulce e inocente.
- Ah, tenía asuntos que atender... -Mueve la mano en un vaivén, restándole importancia- Ahora a lo que nos interesa. Continúa con la historia.
Y se inclina sobre la mesa, con los ojos turbios y las mejillas llenas de color, prestando atención y dando el tema por zanjado.
Norisse la mira entrecerrando los ojillos verdes durante unos segundos y se echa a reír.
- Estás borracha -Ríe divertida. (Dioses... que me cuente las cosas sería un logro).
- Ah, cariño... ¿Te dije que las 20 preguntas de Relenar ahora son las 20 preguntas de Lyn? Yo nunca me emborracho; en todo caso, "me encuentro ligeramente perjudicada". ¡Y ahora continúa! -Exclama la trovadora, con tono impaciente y un brillo de curiosidad en la mirada.
La pícara casi se atraganta al reírse ya que le pilló a mitad de trago. Después de toser un poco y darle un buen trago al vino para mejorar la tos, asiente y sonriendo comienza a narrar.
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Norisse
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
XIX - La cueva de la araña. ( El Hormiguero - VI )
- Y allí estábamos todos… en la cuesta de entrada a Sundabar, mientras Shein – es curioso ver como el tiempo y las historias compartidas, pueden cambiar la opinión sobre una persona, se nota hasta en su tono al referirse a la arcana que se ha ganado su respeto- explicaba como llevar a cabo la lectura del último ritual… imagínatelo – bufa y niega cociéndola de las manos y mirándola con los ojos verdes bien abiertos –¡había que leerlo justo donde empezó todo!
Abre más los ojos azules, entrelazando las manos con las de su hermana.
- ¿Y tuvisteis que volver al camino de Adbar? ¿Utilizasteis un portal, no? ¿O fuisteis a pie?
Parpadea mirándola unos instantes con sus ojillos verdes, intentando saber de que la está hablando. Abre los ojos como platos con la boquita abierta, atemorizada.
- ¿Crees que esto es un plan malévolo de la torre carnívora de Adbar? - dice sobrecogida
- ¿La Torre Botaférrea? ¿¡Qué tiene que ver con donde empezamos a leer el libro?!
- ¿Donde empezamos a...? - Abre la boquita más y ríe - No no no... me refería a donde intentaste hacer una barbacoa de araña gigante - dice entre risas.
- ¡Aaaaah! -Se ríe, cantarina, prolongándose demasiado probablemente por el alcohol- ¡Ahh, ahh, compreeendo! Sí, eso tiene más sentido. Entonces vais allí, ¿y qué ocurre?
- Bien... - empieza a hablar mientras intenta no seguir riéndose y que no le patine mucho la lengua - nos decidimos a dar un paseíto hasta allí, íbamos a salir cuando el cabeza de granito empezó a rezongar y protestar… ya sabes – sonríe traviesa e imita su tono de voz – brbrbrbrbrbr… patas largas… brbrbrbrbrbr… organización… brbrbrbrbrbr… hacedme caso… brbrbrbrbr… soy un guerrero increíble y vosotros un despojo.
- Selûne me perdone, pero te lo tengo dicho: enanos y tejones, todos hijos de Bane
Se echa a reír con ganas, hasta que consigue parar y hace un gesto para que la deje continuar y sin esperar la respuesta de Lyn, prosigue.
– En definitiva… que para que dejara de molestar le dimos el mando del paseíto… no se si alguien le hizo caso – encoje los finos hombros sonriendo – con un poco de suerte la hierva alta del camino le impediría ver por donde iba yo y así me dejaría en paz.
La semielfa pelirroja se inclina un poco más sobre la mesa, con aire confidencial.
- Impedirle verte no sé, pero ya se lo dije a... no sé a quién, pero a alguien en su día: ¿Cómo podemos pretender que no estén todo el día rebuznando, si hasta la hierba les tocan los...?
Y mueve la mano en círculos, en el aire, soltando una carcajada de su propio chiste malo. Norisse sabe que cuando su hermana se emborracha, el refinamiento se queda en el fondo de la botella.
Ríe con ganas hasta que casi le falta el aliento y lo recupera a base de otro buen vaso de vino azul. Toma aire y prosigue con la voz un poco más pastosa, Norisse no tiene tanto control sobre sus narraciones.
- Pues bien… el camino fue sin problemas, la verdad… sólo que Alud y Relenar no dejaban de cuchichear y el pelirrojo no dejaba de decirme que hacía mucho ruido al pisar las hojas – bufa exasperada, pero después sonríe divertida – pero me dijo con su tonito “si sobrevives a hoy te haré un regalo” a lo que le respondí que si el caía me quedaría con todas sus cosas – sonríe orgullosa de su brillante intelecto.
- Ten cuidado con Alud, es terriblemente fácil enamorarse de una persona pelirroja, tenemos un encanto irresistible -Afirma la trovadora, barriendo para casa-. Continúa, continúa.
La mira entrecerrando los ojillos verdes unos segundos en silencio y sonríe traviesa.
- Y una modestia digna de un rey - ríe divertida y la interrumpe con la narración antes de que pueda replicar- Al llegar al comienzo de la subida al Fuerte de la araña, el cabeza carbón… por cierto… ¿sabes que son como tejones?, los enanos digo… traía a un hermano suyo – bufa – tan agradable como el cabeza de piedra original… bueno… pues cabeza de calcita empezó de nuevo a protestar y a dar ordenes sobre la organización mientras Culebril le decía a Shein que el la protegería contra viento y marea [/color]– recita dramatizando
- Ohhh, ¡son tan monos! Me alegro mucho de que Shein haya encontrado a alguien como ella. Ya sabes, así... encantadoramente rarito. ¡Noo quiero imaginarme la criaturita que puede salir de eso! Pero sigue con la historia, sigue.
– Lo que pasa es que tenía razón… por una vez… y lo negaré bajo tortura si lo cuentas – la mira entrecerrando los ojillos – y la gente no le hacía caso… así que primero grité yo… después gritó él… en fin… lo de siempre… magos en última línea… guerreros a primera y yo dando por saco en un lado y en otro – sonríe encantada de su manera de combatir.
- La verdad, cariñín, es que das de un por saco... que vamos, cualquiera te aguanta venga a saltar de un lado a otro, que no sabemos si estamos en una batalla épica o en el circo de Sundabar -Dice, en tono de broma, para picarle. Después mueve la diestra en un ademán, invitándola a continuar.
Pone morritos mirando a la pelirroja con el ceño fruncido falsamente ofendida.
- ¿Y lo bien que se me da? - sonríe pagada de si misma - Luego empezaron las lucecitas… todos conjurando… aun veo puntitos de luz cuando cierro los ojos – tuerce el gesto – pero bueno… al final seguimos ascendiendo en algo parecido a un orden… Katy, Daya y Keila juntitas, yo a mi bola… bueno, no… no era un orden… era un caos algo organizado – ríe con ganas
- Vamos que hicisteis lo que os dio la gana, como siempre -Apunta, diciendo la sartén de los cazos.
– Al final llegamos a los pies de la montaña donde descansa el fuerte… - tuerce el gesto y mira a su hermana en silencio unos segundos.
Se mantiene en un silencio tenso, sin interrumpir. Tamborilea con los dedos sobre la mesa, nerviosa, metida en relato.
- Eso es un caos ahora – vuelve a retomar el relato con tono serio – la araña gorda… ¿Magro? ¿Magreb? ¿Magris?... bueno – hace un gesto con las manos – es igual… a lo que iba… ha llenado todo de telarañas… y los trasgos andan revolucionados… - suspira y retoma su sonrisa divertida guiñándola un ojo - ¿sabes qué?... hice de exploradora – saca pecho orgullosa – así que fui informando según avanzábamos… y llegamos a la boca de la cueva sin mayor problema… aunque toda le entrada estaba llena a rebosar de telarañas… y entonces Shein avanzó como una autómata y se coloco en medio de un circulo de runas que había cerca de la entrada y abrió el libro – tuerce el gesto.
La semielfa frunce el ceño, atenta a las palabras de su hermana.
- ¿Y qué pasó? ¿Está Shein bien? No la he visto estos días.
Sonríe mientras aprieta sus manos, intentando tranquilizar a Lyn.
- Si si... está perfectamente... yo la he visto estos días - asiente con una sombra cruzando fugaz ante sus ojos - bien... el caso es que cabeza dolomítica y su hermano empezaron a brbrbrbrbr organizar al brbrbrbrbrbr grupo - ríe.
Lyn sonríe mientras da un trago más de su vino, tambaleándose un instante en la silla; por lo demás, sigue en un silencio sepulcral
(Con lo borrachas que estamos... ¿se acordará de algo de lo que le estoy diciendo?... vaya resaca mañana...)
- Pues eso... que Shein empezó a leer el libro en voz alta y empezaron a salir arañitas por todas partes, Erurk se quedó protegiendo a los magos... Rice convocó un carnaconte para darnos chispazos a todos... Unebril descargaba magia... Daya y Keila... creo que Daya usaba el arco... - encoje los finos hombros - Mientras los enanos, Relenar, Alud y yo... les manteníamos a raya...
- Ah, preguntaría, pero sé que Relenar está bien... -Alza las cejas, sonriendo pícaramente- Muy -Enfatiza- bien. ¿Y qué decía la segunda parte del libro?
Parpadea y mira a su hermana con detenimiento, con los ojos verdes entrecerrados.
- ¿Hace cuanto que no le ves? - Alza las cejas, sonriendo picaruela en respuesta.
- No mucho, ¿por qué? ¿Qué tiene eso que ver con la historia?
- Nah... - ríe divertida - Tiene que ver con tu lívido... y es una escusa para pensar en que decía... sabes... es dificil prestar mucha atención cuando arañas intentan masticarte
- Vamos, que no te acuerdas, ¿no? -Se ríe, yéndose un poco hacia un lado, y se agarra la mesa pasando después las manos, como si le limpiara el polvo, para "disimular".
Norisse intenta apoyar la barbilla en una mano para hacerse la interesante pero se le resbala y casi se mete un buen golpe, carraspea y sonríe como si nada hubiera pasado.
- Bien... creo que hablaba de que había descubierto que si la arañota no te veía no parecía tan aterradora porque no te hacía nada... algo sobre trepar por telas de araña... encontrar su veneno y salir volando de la cueva al cielo exterior - intenta exprimir su memoria difusa de por si, enturbiada por el alcohol.
Lyn mira a los ojos de su hermana y, por toda respuesta, asiente y sonríe.
- Uy... casi se me olvida - asiente sonriendo - vimos a la arañota... Cuando Shein terminó su relato el suelo comenzó a temblar y ese bicho enorme subió por donde habíamos subido antes... pero algo no cuadraba... - mira a su hermana entrecerrando los ojillos - En el silencio en que nos habíamos quedado por le impresión... parecía como perdida... - alza el dedo índice con cara de respuesta trascendental - Es ciega...
- ¡Pues seguro que oye muy bien, estamos perdidos!
Toma las manos de Lyn de nuevo entre las suyas.
- Nada de eso, mientras mantengamos la calma... parece que no habrá problemas... - tuerce el gesto - lo que pasa es que Keila empezó a berrear y tuve que taparla la boca - encoje los finos hombros -parece ser que al oírnos se fue.
- ¿A berrear? ¿¡Le pasó algo?!
- Si... - asiente lentamente - que vio una araña del tamaño de una catedral...
- Ah. Ah, ah... tiene sentido, sí.
- Pues la gente después de eso empezó a debatir sobre que quería decir lo que había leído Shein... y Tali dijo que iba a ir a ver a tu prometido, porque según parece, quien le preparó el bebedizo para enfrentarse a Magrás fue él - se da unos toquecitos en el labio - ¡Ah, si! Tali también estaba con nosotros... creo que en el camino la ocultaba la hierva... y durante la batalla procuró pasar desapercibida - suspira - que mediana más rara...
- Hay que sacarle las cosas con cuenta-gotas, ¿hm? Vaya. Bueno, ¿y cómo acabó la cosa?
- Al final descubrimos que el veneno había que mezclarlo con sangre de hiperpollo para que surtiera efecto... eso nos lo dijo tu prometido que nos siguió para ayudarnos... y que tenemos que usarlo al aire libre... ya que a su primo se lo merendó Magrea por tomárselo dentro de la cueva... aparte - sonríe - la cueva tiene una entrada por el techo... si no... ¿Por donde iba a salir la araña?
- ¿Y no aprovechasteis para decirle a mi prometido que había muerto en combate? ¡Mujer! ¡Un poco de iniciativa!
- Noooo... porque me cae bien... porque así me quedo sin diversión... y porque nos va a ayudar a acabar con ella - sonríe mirándola con los ojos enrojecidos por el alcohol.
- Y allí estábamos todos… en la cuesta de entrada a Sundabar, mientras Shein – es curioso ver como el tiempo y las historias compartidas, pueden cambiar la opinión sobre una persona, se nota hasta en su tono al referirse a la arcana que se ha ganado su respeto- explicaba como llevar a cabo la lectura del último ritual… imagínatelo – bufa y niega cociéndola de las manos y mirándola con los ojos verdes bien abiertos –¡había que leerlo justo donde empezó todo!
Abre más los ojos azules, entrelazando las manos con las de su hermana.
- ¿Y tuvisteis que volver al camino de Adbar? ¿Utilizasteis un portal, no? ¿O fuisteis a pie?
Parpadea mirándola unos instantes con sus ojillos verdes, intentando saber de que la está hablando. Abre los ojos como platos con la boquita abierta, atemorizada.
- ¿Crees que esto es un plan malévolo de la torre carnívora de Adbar? - dice sobrecogida
- ¿La Torre Botaférrea? ¿¡Qué tiene que ver con donde empezamos a leer el libro?!
- ¿Donde empezamos a...? - Abre la boquita más y ríe - No no no... me refería a donde intentaste hacer una barbacoa de araña gigante - dice entre risas.
- ¡Aaaaah! -Se ríe, cantarina, prolongándose demasiado probablemente por el alcohol- ¡Ahh, ahh, compreeendo! Sí, eso tiene más sentido. Entonces vais allí, ¿y qué ocurre?
- Bien... - empieza a hablar mientras intenta no seguir riéndose y que no le patine mucho la lengua - nos decidimos a dar un paseíto hasta allí, íbamos a salir cuando el cabeza de granito empezó a rezongar y protestar… ya sabes – sonríe traviesa e imita su tono de voz – brbrbrbrbrbr… patas largas… brbrbrbrbrbr… organización… brbrbrbrbrbr… hacedme caso… brbrbrbrbr… soy un guerrero increíble y vosotros un despojo.
- Selûne me perdone, pero te lo tengo dicho: enanos y tejones, todos hijos de Bane
Se echa a reír con ganas, hasta que consigue parar y hace un gesto para que la deje continuar y sin esperar la respuesta de Lyn, prosigue.
– En definitiva… que para que dejara de molestar le dimos el mando del paseíto… no se si alguien le hizo caso – encoje los finos hombros sonriendo – con un poco de suerte la hierva alta del camino le impediría ver por donde iba yo y así me dejaría en paz.
La semielfa pelirroja se inclina un poco más sobre la mesa, con aire confidencial.
- Impedirle verte no sé, pero ya se lo dije a... no sé a quién, pero a alguien en su día: ¿Cómo podemos pretender que no estén todo el día rebuznando, si hasta la hierba les tocan los...?
Y mueve la mano en círculos, en el aire, soltando una carcajada de su propio chiste malo. Norisse sabe que cuando su hermana se emborracha, el refinamiento se queda en el fondo de la botella.
Ríe con ganas hasta que casi le falta el aliento y lo recupera a base de otro buen vaso de vino azul. Toma aire y prosigue con la voz un poco más pastosa, Norisse no tiene tanto control sobre sus narraciones.
- Pues bien… el camino fue sin problemas, la verdad… sólo que Alud y Relenar no dejaban de cuchichear y el pelirrojo no dejaba de decirme que hacía mucho ruido al pisar las hojas – bufa exasperada, pero después sonríe divertida – pero me dijo con su tonito “si sobrevives a hoy te haré un regalo” a lo que le respondí que si el caía me quedaría con todas sus cosas – sonríe orgullosa de su brillante intelecto.
- Ten cuidado con Alud, es terriblemente fácil enamorarse de una persona pelirroja, tenemos un encanto irresistible -Afirma la trovadora, barriendo para casa-. Continúa, continúa.
La mira entrecerrando los ojillos verdes unos segundos en silencio y sonríe traviesa.
- Y una modestia digna de un rey - ríe divertida y la interrumpe con la narración antes de que pueda replicar- Al llegar al comienzo de la subida al Fuerte de la araña, el cabeza carbón… por cierto… ¿sabes que son como tejones?, los enanos digo… traía a un hermano suyo – bufa – tan agradable como el cabeza de piedra original… bueno… pues cabeza de calcita empezó de nuevo a protestar y a dar ordenes sobre la organización mientras Culebril le decía a Shein que el la protegería contra viento y marea [/color]– recita dramatizando
- Ohhh, ¡son tan monos! Me alegro mucho de que Shein haya encontrado a alguien como ella. Ya sabes, así... encantadoramente rarito. ¡Noo quiero imaginarme la criaturita que puede salir de eso! Pero sigue con la historia, sigue.
– Lo que pasa es que tenía razón… por una vez… y lo negaré bajo tortura si lo cuentas – la mira entrecerrando los ojillos – y la gente no le hacía caso… así que primero grité yo… después gritó él… en fin… lo de siempre… magos en última línea… guerreros a primera y yo dando por saco en un lado y en otro – sonríe encantada de su manera de combatir.
- La verdad, cariñín, es que das de un por saco... que vamos, cualquiera te aguanta venga a saltar de un lado a otro, que no sabemos si estamos en una batalla épica o en el circo de Sundabar -Dice, en tono de broma, para picarle. Después mueve la diestra en un ademán, invitándola a continuar.
Pone morritos mirando a la pelirroja con el ceño fruncido falsamente ofendida.
- ¿Y lo bien que se me da? - sonríe pagada de si misma - Luego empezaron las lucecitas… todos conjurando… aun veo puntitos de luz cuando cierro los ojos – tuerce el gesto – pero bueno… al final seguimos ascendiendo en algo parecido a un orden… Katy, Daya y Keila juntitas, yo a mi bola… bueno, no… no era un orden… era un caos algo organizado – ríe con ganas
- Vamos que hicisteis lo que os dio la gana, como siempre -Apunta, diciendo la sartén de los cazos.
– Al final llegamos a los pies de la montaña donde descansa el fuerte… - tuerce el gesto y mira a su hermana en silencio unos segundos.
Se mantiene en un silencio tenso, sin interrumpir. Tamborilea con los dedos sobre la mesa, nerviosa, metida en relato.
- Eso es un caos ahora – vuelve a retomar el relato con tono serio – la araña gorda… ¿Magro? ¿Magreb? ¿Magris?... bueno – hace un gesto con las manos – es igual… a lo que iba… ha llenado todo de telarañas… y los trasgos andan revolucionados… - suspira y retoma su sonrisa divertida guiñándola un ojo - ¿sabes qué?... hice de exploradora – saca pecho orgullosa – así que fui informando según avanzábamos… y llegamos a la boca de la cueva sin mayor problema… aunque toda le entrada estaba llena a rebosar de telarañas… y entonces Shein avanzó como una autómata y se coloco en medio de un circulo de runas que había cerca de la entrada y abrió el libro – tuerce el gesto.
La semielfa frunce el ceño, atenta a las palabras de su hermana.
- ¿Y qué pasó? ¿Está Shein bien? No la he visto estos días.
Sonríe mientras aprieta sus manos, intentando tranquilizar a Lyn.
- Si si... está perfectamente... yo la he visto estos días - asiente con una sombra cruzando fugaz ante sus ojos - bien... el caso es que cabeza dolomítica y su hermano empezaron a brbrbrbrbr organizar al brbrbrbrbrbr grupo - ríe.
Lyn sonríe mientras da un trago más de su vino, tambaleándose un instante en la silla; por lo demás, sigue en un silencio sepulcral
(Con lo borrachas que estamos... ¿se acordará de algo de lo que le estoy diciendo?... vaya resaca mañana...)
- Pues eso... que Shein empezó a leer el libro en voz alta y empezaron a salir arañitas por todas partes, Erurk se quedó protegiendo a los magos... Rice convocó un carnaconte para darnos chispazos a todos... Unebril descargaba magia... Daya y Keila... creo que Daya usaba el arco... - encoje los finos hombros - Mientras los enanos, Relenar, Alud y yo... les manteníamos a raya...
- Ah, preguntaría, pero sé que Relenar está bien... -Alza las cejas, sonriendo pícaramente- Muy -Enfatiza- bien. ¿Y qué decía la segunda parte del libro?
Parpadea y mira a su hermana con detenimiento, con los ojos verdes entrecerrados.
- ¿Hace cuanto que no le ves? - Alza las cejas, sonriendo picaruela en respuesta.
- No mucho, ¿por qué? ¿Qué tiene eso que ver con la historia?
- Nah... - ríe divertida - Tiene que ver con tu lívido... y es una escusa para pensar en que decía... sabes... es dificil prestar mucha atención cuando arañas intentan masticarte
- Vamos, que no te acuerdas, ¿no? -Se ríe, yéndose un poco hacia un lado, y se agarra la mesa pasando después las manos, como si le limpiara el polvo, para "disimular".
Norisse intenta apoyar la barbilla en una mano para hacerse la interesante pero se le resbala y casi se mete un buen golpe, carraspea y sonríe como si nada hubiera pasado.
- Bien... creo que hablaba de que había descubierto que si la arañota no te veía no parecía tan aterradora porque no te hacía nada... algo sobre trepar por telas de araña... encontrar su veneno y salir volando de la cueva al cielo exterior - intenta exprimir su memoria difusa de por si, enturbiada por el alcohol.
Lyn mira a los ojos de su hermana y, por toda respuesta, asiente y sonríe.
- Uy... casi se me olvida - asiente sonriendo - vimos a la arañota... Cuando Shein terminó su relato el suelo comenzó a temblar y ese bicho enorme subió por donde habíamos subido antes... pero algo no cuadraba... - mira a su hermana entrecerrando los ojillos - En el silencio en que nos habíamos quedado por le impresión... parecía como perdida... - alza el dedo índice con cara de respuesta trascendental - Es ciega...
- ¡Pues seguro que oye muy bien, estamos perdidos!
Toma las manos de Lyn de nuevo entre las suyas.
- Nada de eso, mientras mantengamos la calma... parece que no habrá problemas... - tuerce el gesto - lo que pasa es que Keila empezó a berrear y tuve que taparla la boca - encoje los finos hombros -parece ser que al oírnos se fue.
- ¿A berrear? ¿¡Le pasó algo?!
- Si... - asiente lentamente - que vio una araña del tamaño de una catedral...
- Ah. Ah, ah... tiene sentido, sí.
- Pues la gente después de eso empezó a debatir sobre que quería decir lo que había leído Shein... y Tali dijo que iba a ir a ver a tu prometido, porque según parece, quien le preparó el bebedizo para enfrentarse a Magrás fue él - se da unos toquecitos en el labio - ¡Ah, si! Tali también estaba con nosotros... creo que en el camino la ocultaba la hierva... y durante la batalla procuró pasar desapercibida - suspira - que mediana más rara...
- Hay que sacarle las cosas con cuenta-gotas, ¿hm? Vaya. Bueno, ¿y cómo acabó la cosa?
- Al final descubrimos que el veneno había que mezclarlo con sangre de hiperpollo para que surtiera efecto... eso nos lo dijo tu prometido que nos siguió para ayudarnos... y que tenemos que usarlo al aire libre... ya que a su primo se lo merendó Magrea por tomárselo dentro de la cueva... aparte - sonríe - la cueva tiene una entrada por el techo... si no... ¿Por donde iba a salir la araña?
- ¿Y no aprovechasteis para decirle a mi prometido que había muerto en combate? ¡Mujer! ¡Un poco de iniciativa!
- Noooo... porque me cae bien... porque así me quedo sin diversión... y porque nos va a ayudar a acabar con ella - sonríe mirándola con los ojos enrojecidos por el alcohol.
-
Lady Starlight
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
XX - Interludio - Cuando mi voz calle...
Atravieso el umbral del banco de Nevesmortas y me dirijo a la posada. Menudo lío, no tengo más que para pagarle la mitad del donativo Tempusita a Relenar... suspiro, mientras deslizo unas monedas por la barra de Rosita y recojo la llave, ascendiendo las escaleras que dan a las habitaciones.
¿Cómo iba a saber yo que dentro de ese agujero estaba LA araña? Otro suspiro. Menuda he armado ésta vez... seguro que Relenar está decepcionado. O a lo mejor está enfadado por haber tenido que pagar tanto oro, aunque diga que no. Alba siempre dice que Relenar lleva una máscara constante.
Acerco la llave a la cerradura correspondiente, y cuando voy a girarla...
- ¿Lyn?
Giro la cabeza hacia la voz, aunque sé que es él antes de llegar a verle. Permanece inmóvil, sonriéndome; no parece enfadado. Le devuelvo la sonrisa, girándome del todo.
- ¡Relenar! He... he estado en el banco. Siento mucho lo que ha pasado, ¡pero ya tengo un poco más de la mitad del oro! Te pagaré el resto dentro de poco, de verdad.
Suelto toda la frase de carrerilla, trabándome un poco. Relenar ladea la cabeza en un principio, extrañado. Luego ensancha la sonrisa, acercándose a mí para abrazarme por la cintura y atraerme hacia él.
Acerca su rostro al mío, sin perder esa sornisa eterna, brillante; en sus labios siempre es primavera.
- Lyn. ¿Tú me quieres? -Pregunta en un susurro, y yo asiento, levemente.
- Claro... Mucho.
- Entonces me doy por pagado, no necesito nada más.
Y mientras lo dice, la yema de su pulgar se desliza por mi mejilla. En mis labios se dibuja una sonrisa trémula. Apoyo mi frente en su pecho, cerrando los ojos. Con él puedo disfrutar del silencio... creo que es con el único.
Percibo un movimiento que me roza el brazo derecho y retiro levemente el rostro para alzar la mirada hacia él: ha alzado la diestra al sombrero para retirarlo, y sus ojos se fijan en mí, dibujándose con profundidad en un semblante algo serio, quizá demasiado serio para tratarse de Relenar, pero apenas dura instante. Quiero decirle algo, preguntarle qué ha pasado, pero su voz se adelanta a mis deseos.
- Y dime... ¿Ya se ha cumplido tu deseo? -Ladeo un instante el rostro, hasta que caigo en la cuenta.
- ¿El que le pedí a tu sombrero en el Claro de Silvanus?
Recuerdo aquella noche como si hubiera sido ésta misma.
Me había encontrado con Relenar en el pozo de la villa y le dije que aún tenía que pagarme la última canción que me había pedido que escribiera.
Sonrió, me cogió de la mano y tiró de mí en dirección norte, ignorando mis preguntas.
Con él vi por primera vez el Claro y, en un momento de absurda debilidad, le conté sobre mis sueños, sobre esa mirada palpitante y absoluta, definitiva, la que esperaba encontrar en la persona que llenara por completo la parte de mí que estaba vacía. Entonces, a cambio de contarle mis bailes a la luna, me puso su sombrero mágico y me dejó pedirle un deseo.
Nunca llegué a contarle nada, tampoco volvió a preguntar... pero, ¿mi deseo? Mi deseo fue, claro, esa mirada.
- El mismo...
Baja la voz de forma repentinamente, los Dioses saben por qué... casi parece que le asuste hablar de ello. Alargo mis manos hacia él y asciendo con suavidad por sus costados, acariciándolos, y mientras pasan por sus hombros acerco aún más mi cuerpo al suyo, abrazándole a la altura del cuello.
Él, con el sombrero aún sujeto en la diestra, rodea mi cintura con la zurda y clava en mis ojos una mirada profunda, mientras en sus labios se perfila levemente una sonrisa triunfal.
- Verás, Relenar, la verdad es que, cuando miro tus ojos... hay algo dentro de mí que se enciende -Sonrío al verle hacerlo, sosteniendo su mirada del mismo modo-. Algo que me hace sentir completamente viva, capaz de todo, contra todo, y... ¿sabes? Creo que tu sombrero hizo la magia mucho antes de ponérmelo. En algún lugar, sin conocerte, te buscaba -Amplío la sornisa-. Siempre has sido tú.
Guardo silencio. Noto un calor intenso en mis mejillas... he debido sonrojarme a medida que hablaba, pero mantengo mis ojos fijos en los suyos. Él me observa y se ríe levemente, con esa risa tan suya, y estrechando nuestro abrazo me susurra.
- He viajado mucho, ¿sabes? He caminado por la senda del enamorado innumerables veces, pero jamás esa senda me había llevado a tan buen puerto como ahora; jamás esa senda me había abierto tantas puertas... jamás me había mostrado a través de tan preciosos ojos las estrellas...
A mí me da por reír y llorar al mismo tiempo, de puro nervio. Agacho la cabeza bajando la mirada para pasarme el dorso de la mano por las mejillas, retirando las lágrimas. Y antes de volver a alzarla, mientras todo se sucede...
- Sí... justo esos ojos -Y vuelve a sonreír.
Y a mí se me corta la respiración. Se para el corazón, la vida. Las paredes de alrededor se nublan, La Marca entera desaparece.
Antes de que diga nada más, me pongo de puntillas y le beso, a traición. Mis labios buscan los suyos abandonando la delicadeza que suele acompañarles. Lo hacen con instensidad, contándole todo lo que las palabras no pueden llegar a expresar. Sus labios se encuentran con los míos y luchan con la misma fuerza, con el mismo deseo.
Un beso que dejaría sin respiración a la mismísima Sune si pudiera vernos.
Y las palabras se desvanecen, se esfuman, se vuelven inútiles, vacías, absurdas.
Porque cuando mi voz calle, te hablará mi corazón.
Atravieso el umbral del banco de Nevesmortas y me dirijo a la posada. Menudo lío, no tengo más que para pagarle la mitad del donativo Tempusita a Relenar... suspiro, mientras deslizo unas monedas por la barra de Rosita y recojo la llave, ascendiendo las escaleras que dan a las habitaciones.
¿Cómo iba a saber yo que dentro de ese agujero estaba LA araña? Otro suspiro. Menuda he armado ésta vez... seguro que Relenar está decepcionado. O a lo mejor está enfadado por haber tenido que pagar tanto oro, aunque diga que no. Alba siempre dice que Relenar lleva una máscara constante.
Acerco la llave a la cerradura correspondiente, y cuando voy a girarla...
- ¿Lyn?
Giro la cabeza hacia la voz, aunque sé que es él antes de llegar a verle. Permanece inmóvil, sonriéndome; no parece enfadado. Le devuelvo la sonrisa, girándome del todo.
- ¡Relenar! He... he estado en el banco. Siento mucho lo que ha pasado, ¡pero ya tengo un poco más de la mitad del oro! Te pagaré el resto dentro de poco, de verdad.
Suelto toda la frase de carrerilla, trabándome un poco. Relenar ladea la cabeza en un principio, extrañado. Luego ensancha la sonrisa, acercándose a mí para abrazarme por la cintura y atraerme hacia él.
Acerca su rostro al mío, sin perder esa sornisa eterna, brillante; en sus labios siempre es primavera.
- Lyn. ¿Tú me quieres? -Pregunta en un susurro, y yo asiento, levemente.
- Claro... Mucho.
- Entonces me doy por pagado, no necesito nada más.
Y mientras lo dice, la yema de su pulgar se desliza por mi mejilla. En mis labios se dibuja una sonrisa trémula. Apoyo mi frente en su pecho, cerrando los ojos. Con él puedo disfrutar del silencio... creo que es con el único.
Percibo un movimiento que me roza el brazo derecho y retiro levemente el rostro para alzar la mirada hacia él: ha alzado la diestra al sombrero para retirarlo, y sus ojos se fijan en mí, dibujándose con profundidad en un semblante algo serio, quizá demasiado serio para tratarse de Relenar, pero apenas dura instante. Quiero decirle algo, preguntarle qué ha pasado, pero su voz se adelanta a mis deseos.
- Y dime... ¿Ya se ha cumplido tu deseo? -Ladeo un instante el rostro, hasta que caigo en la cuenta.
- ¿El que le pedí a tu sombrero en el Claro de Silvanus?
Recuerdo aquella noche como si hubiera sido ésta misma.
Me había encontrado con Relenar en el pozo de la villa y le dije que aún tenía que pagarme la última canción que me había pedido que escribiera.
Sonrió, me cogió de la mano y tiró de mí en dirección norte, ignorando mis preguntas.
Con él vi por primera vez el Claro y, en un momento de absurda debilidad, le conté sobre mis sueños, sobre esa mirada palpitante y absoluta, definitiva, la que esperaba encontrar en la persona que llenara por completo la parte de mí que estaba vacía. Entonces, a cambio de contarle mis bailes a la luna, me puso su sombrero mágico y me dejó pedirle un deseo.
Nunca llegué a contarle nada, tampoco volvió a preguntar... pero, ¿mi deseo? Mi deseo fue, claro, esa mirada.
- El mismo...
Baja la voz de forma repentinamente, los Dioses saben por qué... casi parece que le asuste hablar de ello. Alargo mis manos hacia él y asciendo con suavidad por sus costados, acariciándolos, y mientras pasan por sus hombros acerco aún más mi cuerpo al suyo, abrazándole a la altura del cuello.
Él, con el sombrero aún sujeto en la diestra, rodea mi cintura con la zurda y clava en mis ojos una mirada profunda, mientras en sus labios se perfila levemente una sonrisa triunfal.
- Verás, Relenar, la verdad es que, cuando miro tus ojos... hay algo dentro de mí que se enciende -Sonrío al verle hacerlo, sosteniendo su mirada del mismo modo-. Algo que me hace sentir completamente viva, capaz de todo, contra todo, y... ¿sabes? Creo que tu sombrero hizo la magia mucho antes de ponérmelo. En algún lugar, sin conocerte, te buscaba -Amplío la sornisa-. Siempre has sido tú.
Guardo silencio. Noto un calor intenso en mis mejillas... he debido sonrojarme a medida que hablaba, pero mantengo mis ojos fijos en los suyos. Él me observa y se ríe levemente, con esa risa tan suya, y estrechando nuestro abrazo me susurra.
- He viajado mucho, ¿sabes? He caminado por la senda del enamorado innumerables veces, pero jamás esa senda me había llevado a tan buen puerto como ahora; jamás esa senda me había abierto tantas puertas... jamás me había mostrado a través de tan preciosos ojos las estrellas...
A mí me da por reír y llorar al mismo tiempo, de puro nervio. Agacho la cabeza bajando la mirada para pasarme el dorso de la mano por las mejillas, retirando las lágrimas. Y antes de volver a alzarla, mientras todo se sucede...
- Sí... justo esos ojos -Y vuelve a sonreír.
Y a mí se me corta la respiración. Se para el corazón, la vida. Las paredes de alrededor se nublan, La Marca entera desaparece.
Antes de que diga nada más, me pongo de puntillas y le beso, a traición. Mis labios buscan los suyos abandonando la delicadeza que suele acompañarles. Lo hacen con instensidad, contándole todo lo que las palabras no pueden llegar a expresar. Sus labios se encuentran con los míos y luchan con la misma fuerza, con el mismo deseo.
Un beso que dejaría sin respiración a la mismísima Sune si pudiera vernos.
Y las palabras se desvanecen, se esfuman, se vuelven inútiles, vacías, absurdas.
Porque cuando mi voz calle, te hablará mi corazón.
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klotar
- Tejón Convocado
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Ethan Arandir (guerrero MW buenudo)
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
hacia rato que no leia el hilo, la verdad sorprendente! muy bueno ^^
como siempre felicitaciones!! ^^
como siempre felicitaciones!! ^^
Ethan Arandir ( guerrero MW buenudo)
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Torzai
Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.
ME ha encantado el último interludio.Muy bueno todo en general, pero este ultimo me gusto especialmente. Me has recordado toda la escena y las has plasmado palabra por palabra xD felicidades. Muy buena narracion y descripción de todo lo que ocurrió.
*se quita el sombrero* Deslumbrante xD
*se quita el sombrero* Deslumbrante xD
