Tomi Black vivia en Calimport, dificil ciudad para la buena vida. Era huérfano desde que nació ya que su padre falleció en
un incidente con uno de los Bajás y su madre lo hizo en el parto.
Su tío abuelo Clarence se encargaba de él y lo protegía del mundo que lo rodeaba instándole a no meterse en rellertas o
líos por su propio bien.
Tomi solía salir con un humano orgulloso llamado Fred. Fred siempre le comentaba a Tomi sobre entrar en alguna de las
cofradías para así poder tener una mejor vida, aunque el mediano siempre recelaba debido a las historias que su tío abuelo
le había comentado sobre su padre.
Porlas tardes, Tomi solía ir a un callejón a leer un libro de tapas negras que había encontrado en uno de los mercaderes de
la zona. Solía esconderse en las sombras y con un sencillo conjuro de luz que había descubierto en el oscuro libro
iluminaba las páginas para que pudieran ser leidas.
El mediano estaba fascinado con lo que leía ya que le atraía bastante. Desde entonces solía ir por los mercaderes buscando
más libros y objetos mágicos aunque estos eran prácticamente inaccesibles para él. Simplemente cuando encontraba alguno se
quedaba durante horas mirándolo fijamente intentando estudiarlo en la distancia.
Muchas veces, el mercader de turno al darse cuenta solía llamar a la guardia para hostigar al mediano y para que se fuera
de allí ya que incomodaba al tendero.
Tomi había tenido ya varios incidentes con la guardia por estar en el sitio y el lugar en el momento menos indicado. El
mediano,siempre que se metía en algún lio, salía corriendo hacia el oscuro callejón y desaparecía en las sombras tras los
arcones y cajas que allí se amontonaban.
Había una escalera en la esquina que subía hasta la azotea del edificio de la derecha que solo tenía dos alturas por el
cual el mediano huia y para sus perseguidores "desaparecía".
Una mañana, tras terminar de hacer unos recados a su tío abuelo Clarence, se topó con Fred. Este se encontraba bastante
nervioso. Mientras charlaba con Tomi no hacía más que mirar hacia todos los lados. No era la primera vez que pasaba y el
mediano sabía que el humano ya se habría metido en algún lío, aunque seguramente nada importante,como siempre.
- Qué te pasa Fred? Qué has echo ya?
- Nada nada...no te preocupes. ¿Te acuerdas del trabajo que te comenté de vigilar a uno de los mercaderes?
- Si, me acuerdo. Ese con el pelo negro y barba espesa.
- Exacto! Me encontraba en uno de los bazares intentando ganarme unas monedas de oro...ya sabes. Y se me acercaron unos
tipos. Me han prometido 100 monedas de oro por arrebatarle una bolsa de cuero que lleva colgada al cuello. Tengo que
conseguirla! Me han prometido que si lo hago entrare a formar parte de ellos, lo oyes? parte de ellos!
Tomi, al escuchar a Fred, negaba para sí mismo.
- Te vas a meter en un lio. Te has parado a pensar en qué pasara si no lo consigues?
- Que no lo consigo? Si tiene que tener 60 años por lo menos!
- Me doy por vencido...espero que no te pase nada, que me debes la revancha jugando a los dados,me lo prometiste.
- Eso esta echo!
Tras terminar la conversación Tomi se fue corriendo hacia su casa en busca de su libro par continuar con el estudio.
Como solía hacer la mayoría de las tardes, se escabuyía en aquél callejón entre las sombras, conjuraba el hechizo de luz y
empezaba a estudiar las ilustraciones y las descripciones que en el había.
LLevaba unas horas con el estudio cuando escucho que un hombre jadeante entraba en el callejón.
Tomi cerró rápidamente el libro y lo guardó en su zurrón. Vio como el hombre intentaba esconderse de alguien que
supuestamente lo estaba persiguiendo.
- Otro que se ha metido en algún lio - susurró Tomi para sí.
Alzó su pequeña cabeza sobre el cajón para ver de quien se trataba y topo con el humano que estaba justo detrás del mismo
cajón.
El hombre vestía con una larga túnica, tenía el pelo oscuro y una espesa barba negra.
- Una espesa barba negra! -penso Tomi.
El hombre, intentando a la vez tomar aire agarró por la pecher a Tomi:
- Chico, ayúdame, me persiguen!.
El mediano no podía articular palabra de lo nervioso que estaba, pero justo cuando iba a indicarle al hombre la manera de
salir de allí, vio como el rostro mostraba se congelaba y le salía sangre de la boca a la vez que esbozaba un gemido que se
esfumaba en la oscuridad del callejón.
Al fijarse en el pecho Tomi alzó las cejas a modo de sorpresa al ver que una flecha lo había atravesado.
- Allí está! - escuchó que alguien gritaba.
Mientras otros dos encapuchados llegaban a la entrada del callejón, al hombre le quedaban fuerzas para arrancarse una bolsa
de cuero que llevaba al cuello, cojer la mano al mediano y dársela, cuando en un último susurro sin fuerza logró musitar:
- Corre...
Tomi cojió la bolsa y empezó a trepar por la escalera que le llevaría a la azotea para poder escapar, como siempre había
echo.
Cuando a penas le faltaban varios escalones sintió como alguienle agarraba el pie y tiraba de él:
- Ven aquí pequeñajo!!!
Mientras el hombre tiraba de él, escuchó como otro de los encapuchados decía:
- El viejo no tiene la bolsa, no la tiene!
- Que no se te escape el mediano Bill!!
En el forcejeo con el tal Bill, Tomi con la pierna que le quedaba libre dio un par de puntapiés en la cabeza del
encapuchado haciendo que Bill aflojara pudiendo zafarse y huir.
Mientras corria por la azotea se dio cuenta que el encapuchado le había sacado la bota del tirón. Torciendo esquinas y
saltando por las azoteas de los edificios, Tomi llegó a una de las escaleras que lo llevaría a una calle cerca de su casa.
Antes de bajar por la escalera se cercioró bien de que todo estaba "en orden".
Se colgó la bolsa al cuello y se la introdujo por dentro de la camisa. En varios minutos entro corriendo a la casa y puso
el trinquete para evitar que si alguien le siguió pudiese abrir la puerta.
- Tio abuelo Clarence!ya he llegado!
Tomi lo llamó varias veces sin obetener respuesta. Atravesó la cocina y entro al salón.
Cuando vio lo que sucedía, al mediano casi se le saltan las lágrimas. Uno de los encapuchados tenía a su tío abuelo sentado
en un taburete y con un largo cuchillo a varios centímetros de su cuello.
- Vaya vaya...a quién tenemos aquí!?
Tomi no podía articular palabra ya que la situación le sobrepasaba.
- Creo que tienes algo nuestro, mediano. Dame la bolsa que el viejo llevaba al cuello!
Tomi no se movía. No creía lo que estaba pasando. Sólo miraba a su tio abuelo.
- Estás sordo? O acaso debo estimularte?
El encapuchado, con la mano que le quedaba libre sacó la bota que el mediano había perdido en la refriega. Al verla Tomi,
alzó las cejas sorprendido.
- Parece que es tuya, verdad? O sueles caminar solo con una bota?
Acto reflejo Tomi se miró a los pies y comprendió que no tenía salida.
De repente, su tio abuelo se revolvió y agarró la capucha al hombre y empezó a tirar de ella.
- Estate quieto maldito mediano!
A la vez que su tio abuelo extrajo la capucha, el filo del cuchillo dibujaba una línea roja en el cuello del mediano.
Los ojos de Tomi se desorbitaron y sus lágrimas comenzaban a inundar sus ojos.
- Tio...- musitó Tomi.
Vio como la cabeza de su querido tio abuelo Clarence, que había cuidado de él desde que era un bebé, se desplomaba y caía
sin vida al suelo.
Acto seguido miró al humano y su rostro se llenó de ira.
- Fred... -apretó los puños y sus dientes.
- No volveré a repetirtelo más veces Tomi, necesito esa bolsa!
- Por qué lo has echo,Fred? Eramos amigos...
- Los negocios no entienden de amistad. Al parecer, volviste estar en el lugar y el momento menos indicado.
- Maldito seas, Fred! Lo has matado!!
Fred se encogió de hombros:
- Estaba ya muy mayor. Y ahora dame la bolsa o acabaré contigo de nuevo!!.
Tomi se quedó quieto como si le hubieran congelado. Por su mente recorría todos los momentos que había vivido con su tio
abuelo. Las noches en la hoguera escuchando tantas y tantas historias de norteños luchando contra ejércitos de orcos.
- Te lo digo una útlima vez, dame la bolsa!!
Tomi lo miró fijamente a los ojos:
- Quieres la bolsa? Te la daré...
El mediano metió la mano en su bolsillo y sacó una pequeña bolsita.
- Cógela!!
Tomi lanzo la bolsa al aire esparciendo una especie de polvos que contenía.
- Qué demonios es eso?
Mientras Fred miraba los polvos que se sustentaban en el aire, vio como Tomi musitaba unas palabras en un lenguaje
desconocido para él y hacia unos movimientos con los brazos.
De repente, varios proyectiles mágicos salieron de las manos del mediano e impractaron en el humano. Fred no tuvo tiempo de
reaccionar y sintió como el cuerpo le ardía.
El humano sabía que su vida estaba llegando a su fin. Tirado bocarriba, Fred vio como Tomi se acercaba a el. El mediano no
decía nada, simplemente lo miraba a sus ojos esperando a que el humano diera su última bocandada de aire...y muriera.
Tomi cojío a su tío abuelo y dejó en su cama. Cojió un petate con comida y ropa y salió corriendo de su casa camino al
barrio portuario.
Al llegar al puerto, el mediano fue preguntando barco por barco si tenían espacio para un tripulante más.
- Tienes sitio para un mediano? No ocupo mucho y puedo dormir en cualquier parte.
- Dispones de 50 monedas, chico?
El mediano bajo la cabeza en señal de resignación...
- La bolsa... -musito Tomi fijándose en la bolsita de cuero que colgaba de su cuello.
Tomi la cogió, la abrió y vio que estaba llena de pequeñas gemas blancas. Cogió una y se la enseñó al patrón.
- Vale esto como pago?
El hombre cogió la pequeña gema, la obervo y al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa le indicó al mediano que subiera.
- Bien chicos tenemos otro tripulante!Indicarle su lugar donde alojarse y pongamos rumbo a Aguas Profundas cuanto antes
maldita sea!!!
Tomi siguió a unos de los marineros mientras pensaba que una nueva vida se abría ante él.
Tomi Black
Moderadores: DMs de tramas, DMs