Extraños sucesos.

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Nymiël Silvermoon

Mensaje por Nymiël Silvermoon »

//Callinate Leo que me chafas el último capítulo que es el más emocionante!! :P
Undeaths

Mensaje por Undeaths »

*aplaude sobre una montaña, y el eco de la zona proboca una obacion*

Mu bien!!! mu bien!!!!

*Tira rosas.... y cuando escucha los gritos de queja observa la cesta que las guarda*
(Mierda!!! esa era la cesta de los cardos borriqueros) *se va de puntillas sin hacer ruido*

//Ahora en serio... Muy buena... quiero mas... quiero mas...
Dalorian_alargentea

Mensaje por Dalorian_alargentea »

//*aplaude orgulloso de compartir juego y experiencias con gente de tanto talento* (y apunto: que ya no solo me refiero a Nym, ya es a todos los que escribis con tanta magia, me fascinais, ojala llegase yo a ese nivel, pero mucho me temo que mi talento se limita en torno a otras areas) *sigue ojeando su draconomicon*
Nymiël Silvermoon

Mensaje por Nymiël Silvermoon »

//Bueno...visto lo visto y que me enrollo como una persiana aquí os dejo el penúltimo que no último capítulo del relato.

Saludos y gracias por vuestras palabras :)
Nymiël Silvermoon

Mensaje por Nymiël Silvermoon »

Capítulo III

Oscuridad y silencio es lo que reinaba en aquel misterioso lugar. Los cuatro aventureros fueron avanzando a tientas hasta que los suaves destellos de luz que irradiaban sus armas y armaduras les permitieron ver un poco mejor el largo pasadizo que tenían ante ellos.
El suelo era resbaladizo, las paredes estaban llenas de una especie de musgo viscoso y un olor nauseabundo, mezcla de humedad y putrefacción inundaba la atmósfera.
Paso a paso y sin decir nada iban caminando uno detrás del otro susceptibles a cualquier sonido o extraño movimiento. Llevaban unos minutos así hasta que comenzaron a divisar al final del pasadizo una tenue luz provinente lo más seguro de alguna antorcha.
- Ahora con cuidado – susurró Nym que iba en cabeza.
Siguieron avanzando con cautela hasta que llegaron a esa tímida luz ubicada en una amplia estancia. No había indicios de que hubiera alguien allí pero el mal era palpable en cada recoveco del lugar.
- Aquí no hay nadie – dijo Miroku y su voz resonó en las paredes.
- No nos apresuremos – murmuró Leo.

Al decir esto, de la nada salió un nutrido grupo de seres incorpóreos como contra los que Nym y Leo habían luchado apenas unas horas antes. Los clérigos comenzaron a murmurar una retahíla de conjuros ofensivos hacia ellos y Ashal y Nymiël los mantenían a raya con diestros golpes de espada. La lucha fue dura pero transcurrió sin muchos problemas para los cuatro intrusos hasta que provinente de otro pasadizo vieron venir hacia ellos dos puntitos carmesí llenos de odio y venganza.
- No puede ser cierto – dijo Ashal con un hilo de voz a penas imperceptible.
- Pues me temo que si… - Las manos de Leo se movían en un extraña coreografía de signos a la par que susurraba unas inteligibles palabras que pronto se tornaron en un potente conjuro aturdidor. Destellos de luz cegadora se proyectaban desde aquel horrible cráneo y un brutal alarido escapó de él. Los demás cargaron con sus armas ferozmente pero lo que ellos pensaban que eran golpes mortales de necesidad, al ser parecían resultarle divertidas cosquillas pues comenzó a reír y a burlarse de ellos llenando de espantosos chirridos toda la cámara.
- ¡Ja,ja,ja estúpidos seres de la superficie!, ¡no tenéis el poder suficiente para enfrentaros a mi! – aullaba de placer.
- ¡morirás! - Nym descargaba contra él todos los golpes aprendidos durante años y años de preparación y su frustración al ver que ni uno solo alcanzaba su objetivo hacían a la elfa perder el el temple y la concentración en la batalla. Después de un buen rato de luchar a los cuatro a penas les quedaban fuerzas y eso era precisamente lo que pretendía el Demiliche. Una vez los tuvo a todos en el punto que quería comenzó él con su despiadada ofensiva. Diabólicos conjuros estallaban a pocos pasos de los guerreros que comenzaron a retroceder sobre sus pasos temiendo seriamente por sus preciadas vidas.
- ¡Por el agujero, ya! – gritó Nym mientras rodaba por el suelo evitando una bola de fuego. Como alma que lleva al diablo y esquivando conjuros consiguieron colarse por el agujero que llevaba a la habitación de Leo y Nym mientras la risa del Demiliche se iba apagando lentamente bajo sus pies.

Exhaustos y jadeantes se dejaron caer al suelo y permanecieron así durante unos minutos hasta que Ashal interrumpió el silencio.
- Así jamás le derrotaremos, necesitamos ayuda – Se levantó mientras los demás le miraban sin decir nada -. Miroku acompáñame al pueblo a por refuerzos.
- Será lo mejor – dijo este mirando a Leo y Nym -. Preparaos, enseguida volveremos -. Leonard asintió.
- Nym prepárate a conciencia, esto va ser más duro de lo que creíamos – dijo Leo mientras se arrodillaba para ofrecerle unas plegarias a Lathander. Pero Nym no escuchaba, con el ceño fruncido y mirando sin ver la sangre que emanaba del boquete pensaba en que táctica podía usar para derrotar de una vez a la calavera.
- Ahora vuelvo Leonard – se levantó de repente interrumpiendo las oraciones de su marido -, tengo que prepararme a conciencia, esto va a ser más duro de lo que creíamos-. Leo se la quedó mirando un momento confundido.
- Claro querida…ve – negó para si y siguió a lo suyo.

La elfa entró a oscuras en el salón y respirando hondo se acercó a la vitrina donde guardaba sus preciadas espadas y armaduras. Se quedó delante de ella unos minutos hasta que se decidió y con manos temblorosas escogió una hermosa vaina de terciopelo azul de la que suavemente fue extrayendo una larga y fina espada forjada por Kuzadrepa y engarzada por Belial expresamente para ella como regalo de bodas. La sujetó con firmeza y pasó el frío metal por delante de sus ojos. En sus pupilas se reflejaba la blanquecina luz que emanaba la hoja y tras voltearla un par de veces y dar unas rápidas estocadas al aire la guardó en la funda y fuertemente se la ató al cinto.
- Hoy vas a cortar unas cuantas cabezas – murmuró Nym para si mientras se dirigía hacia la habitación.


...

Nymiël Silvermoon
Undeaths

Mensaje por Undeaths »

Mirando la pantalla con ojos de camaleón... (aver si aparece el ultimo...)

PD:. No valeeso de hacer esperar tres mese para la ultima entrega... que me suscribí a los fasciculos :!:

No... no... esperaremos lo que haga falta... XD
Nymiël Silvermoon

Mensaje por Nymiël Silvermoon »

//Ya termino, ya termino...mañana lo entrego sin falta!! :wink:
Nymiël Silvermoon

Mensaje por Nymiël Silvermoon »

Capítulo IV

Las paredes mohosas y el ambiente putrefacto se volvían a cernir sobre ellos. Ashal y Miroku volvieron de la Villa a la que habían ido en busca de una ayuda que no encontraron así que otra vez, los mismos de antes volvieron a descender por el sanguinolento agujero y emprendieron el estrecho y oscuro camino que los separaba de aquella sala iluminada.
Más cautelosos y atentos que nunca apenas respiraban por temor a que el temible Demiliche los descubriera aun sabiendo los cuatro que el ser los estaría esperando.
Al llegar a la sala, la tranquilidad que la inundaba no era nada alentadora por lo que los aventureros se aferraron a sus armas más fuertemente si cabe y se quedaron quietos formando un círculo esperando algo que no llegaba. A la izquierda del pasillo por el que venían había una especie de puente del que no se veía el final y entre gestos decidieron marchar por ahí.
Era una construcción impresionante que parecía suspendida en el aire pues a causa de la oscuridad no se veía ningún fin bajo ese puente.
A cada paso que daban parecía que la construcción se vendría a bajo pues pequeñas piedras caían desde lo más alto.
- No mires abajo, no mires abajo – se decía Leo para si mismo al que no le gustaban nada las alturas. El puente en un principio parecía estable pero cuando ya habían recorrido un buen tramo el suelo que había bajo sus pies comenzó a temblar mientras una lluvia de piedras afiladas caía sobre sus cabezas. El temblor era tal, que ninguno de los cuatro logró mantener el equilibrio y permanecieron en el suelo cubriéndose la cabeza hasta que todo cesó.
- ¿Todos bien? – Ashal se levantó de un salto y tendió la mano a Leo.
- Sí, creo que sí… - Miroku en pie se sacudía el polvo de la capa.
- Sssshhhh, callad. Oigo ruido. – Nym comenzó a avanzar medio agazapada con la espada preparada.

Pero no era el Demiliche, si no un espectro de aspecto terrorífico que parecía esperarlos con ansia. En el lugar en el que tendría que haber tenido los ojos al igual que la calavera dos puntitos carmesí refulgían de furia más que nunca a unos pasos delante de ellos y a su izquierda, el esqueleto de un pobre desgraciado colgado en una horca parecía advertirles de cual sería su futuro si seguían avanzando.
- ¿Tú que eres?, ¿qué quieres de nosotros? – Leo intentaba aparentar serenidad pero un deje tembloroso en su voz demostraba lo contrario. Lo cierto es que la imagen de todo lo que les rodeaba paralizaba el corazón del más aguerrido aventurero.
- A vosotros… - Siseó el ente -. Jamás saldréis vivos de aquí y nadie nunca sabrá lo que os ha pasado. Digamos que seréis cuatro piezas más de la colección del Maestro – sus palabras parecían divertirle y así lo demostraba la siniestra risa que emanaba de su ser incorpóreo.
- ¿El Maestro? – musitó Ashal.
- ¡El ser más poderoso que jamás conoceréis puesto que Él es el poder!
- Eso habrá que verlo – musito Nym mientras cargaba contra el ser alzando su centelleante espada. La batalla había comenzado.
Los potentes conjuros de los dos clérigos tronaban en la estancia y de las espadas de los guerreros brotaban chispas de ira al rebotar contra aquello que fuera de lo que estaba hecho el ser. El espectro contraatacó con fiereza pero al parecer, las ansias de los aventureros por salvar sus vidas y terminar con la suya pudieron más que todo y después de lo que parecieron horas, restos de plasma ennegrecido yacían junto a sus pies.
Los cuatro se miraron sonriendo y jadeando por el esfuerzo. Leonard y Miroku pusieron vendajes donde había que ponerlos y al momento decidieron seguir indagando pues la curiosidad era muy intensa.

Dieron vueltas y más vueltas por un intrincado laberinto de pasillos y cuando ya parecía que no había nada más, llegaron a una sala más grande que la otra y en el centro de la misma se erguía un altar sobre el que flotaba una enorme gema que emanaba un cegador destello bermellón.
- ¡Por los Dioses! , ¿Qué es eso? – Miroku y Nym subían las escaleras que los separaban de la gema.
- ¡No os acerquéis, no sabéis lo que es! – Leonard y Ashal los intentaron persuadir pero antes de llegar al altar, Nym bajó corriendo las escaleras mientras gritaba despavorida. Al llegar abajo se dejó caer en el suelo hecha un ovillo y temblando como una hoja.
- ¡Nym!, ¡¿Qué te pasa?! – Leonard se agachó a su lado y le acariciaba el cabello para calmarla.
- ¡Aaaaaaaah! , ¡Dile que se vaya! – gritaba la elfa fuera de si mientras se retorcía en el suelo.
- Cariño no hay nadie… - susurraba Leo.
- Parece un embrujo, Miroku aléjate de eso – Advirtió Ashal pero ya era demasiado tarde. Miroku se estaba ensañando con la gema que se rompió en mil pedazos rojizos que se esparcieron por toda la estancia.
- ¡¿Qué has hecho?! – bramó Leonard entre los gritos de terror de Nymiël. Miroku era ahora una maciza estatua de piedra.
- ¿Ahora que hacemos? – preguntó Ashal.
- Pues tendremos que esperar a que se les pase – dijo no muy convencido Leonard -. Estate atento por si acaso.

Pasó un rato antes de que los embrujos desaparecieran y se recobraran. Descansaron un momento y después de comer y beber algo se pusieron en marcha atravesando una puerta que había en la estancia. Una tenue neblina habitaba en la nueva sala a la que habían penetrado y un ambiente enrarecido se colaba por sus pulmones, era como un gran comedor que se hubiera quedado anclado en el tiempo. Una larga mesa rodeada de lujosas sillas presidían la estancia y todo estaba cubierto de telarañas.
- Que sitio más inquietante – musitó Ashal.
Al otro lado de la mesa, se erguía una negra figura que parecía contemplarles. Ésta fue avanzando lentamente hacia ellos y se paró lo suficientemente lejos para que no la alcanzaran pero lo suficientemente cerca par que a través de la neblina la pudieran ver bien.
Era un hombre extremadamente bello. Sus finas facciones estaban enmarcadas en un rostro tan pálido que contrastaba harmoniosamente con su largo cabello azabache que parecía sonreírles amistosamente. Sus ojos rasgados fueron pasando por cada uno de los aventureros hasta que se posaron en Nymiël y ésta se quedó muda y paralizada presa de su hechizante porte.
- Ven a mi pequeña…- susurró el ser con voz melosa -, ven con tu Señor. Nym fue caminando con una extraña mirada hacia él arrastrando la espada de la que saltaban chispas a su contacto con el frío suelo.
- Nym, ¿qué haces? – Leo no entendía nada -. ¡Déjala!, ¡a ella no! – Espada en mano el clérigo fue corriendo hacia él.
- ¡Alto! – el vampiro alzó la mano- ¿es qué no ves que si me hacéis algo ella os atacará?, ahora está sujeta a mis designios señores.
- No…no es cierto…ella jamás lo haría…- Leo titubeaba a la par que dirigía su miradaza a la elfa la cual se iba acercando a él lentamente con la espada en alto.
- ¡Aaaaaaaaah! – los gritos de Miroku y Ashal cargando contra el no muerto rompieron el hechizo. Con un golpe certero Miroku lo tumbó al suelo y éste, al ver que no tenía escapatoria se deshizo en una nube negra que desapareció en la oscuridad.
- ¡Nym!, ¿estás bien? – Leo corrió hacia ella.
- S…sí…no se que me ha pasado…
- Tenemos que seguir – Ashal había encontrado otra puerta- vamos.

Se adentraron de nuevo por el retorcido laberinto de pasadizos pestilentes. A cada esquina Ashal hacía una muesca en la pared con la espada para no perderse y el cansancio físico y mental era tal, que veían espectros donde solo había ratas y oían lamentos cuando eran los latidos de sus corazones lo que rezumbaba en sus oídos. No sabían cuanto tiempo llevaban allí dentro, tal vez horas, días…quien sabe; el caso es que casi no les quedaba fuerza para seguir pero sabían que si no lo hacían algo terrible ocurriría en la Villa pues esa morada del mal estaba a solo unos pasos por debajo de su amada Nevesmortas. ¿Cómo es que nadie lo había descubierto antes?, era todo muy extraño.
Al fin llegaron al salón más grande que jamás hubieran visto. No alcanzaban a ver el techo pues se perdía en la espesa oscuridad y en el centro, reinaba un altar con una gema carmesí como la que habían visto en la otra estancia flotando en el aire proyectando un haz de luz del mismo color hacia el suelo.
Con cautela avanzaron por la sala sin saber muy bien que hacer cuando de repente, la habitación se llenó de todo tipo de seres terroríficos que se lanzaron a por ellos descargando toda una serie de artes oscuras contra sus cuerpos. En medio de la encarnizada batalla apareció una negra figura que luchaba como nadie. Lanzaba conjuros de una magia impensable para los cuatro aventureros que a pesar de todo siguieron con su lucha pues en ello, les iba la vida.
Dieron y recibieron, cayeron y se levantaron. Incluso hubo un momento en el que Nym corría de un lado a otro de la habitación envuelta en una bola de fuego gritando improperios y dando estocadas a ciegas. Si no llega a ser por los clérigos ahora sería un montón de cenizas.
El caso es, que el extraño ser vestido de negro que parecía ser el que lo dirigía todo es decir el Maestro, al verse acorralado abrió un portal mágico y antes de que nadie pudiera siquiera pestañear ya había desaparecido y con él los cuatro o cinco esbirros que todavía quedaban en pie y allí quedaron ellos, jadeantes y humeantes con las caras llenas de un viscoso hollín.

Pero la gema seguía allí mirándolo todo imponente, su luz se había tornado más intensa que antes y un escalofrío sacudió las columnas de los aventureros. A pesar de que parecía que los seres no iban a volver de momento, el mal era palpable en el ambiente más incluso que antes. Entonces Nym reparó en una cosa muy extraña; en el suelo, delante de las escalinatas que subían al altar había unas extrañas letras dibujadas con algo que se parecía demasiado a la sangre.
- Ve…Velsh…Velsharun – leyó la elfa - ¿alguien sabe que significa?
- Pues ni idea – Ashal se rascaba la cabeza mirando el escrito.
Leonard los miró a todos con aspecto sombrío.- Es el Señor de los no muertos y su poder es tan grande que poco podemos hacer nosotros cuatro contra él.
- ¿Ah no?, pues ya verás… - Miroku subió las escalinatas del altar de cuatro en cuatro y entre los gritos de los otros tres rompió la gema con su espada tal y como había hecho antes con la otra.- ¡Eso ya lo veremos!.
Entonces, el haz de luz que proyectaba la ya inexistente gema comenzó a oscilar suavemente hasta convertirse en una brutal convulsión que reventó en una inmensa onda expansiva haciendo temblar los cimientos de aquella macabra construcción. Comenzaron a derrumbarse las paredes y el estruendo se apoderó de todo.
- ¡Rápido salid de aquí! – Leo agarró a Nym de la mano y los cuatro salieron corriendo mientras el techo y las paredes se les venían encima. Por instinto de supervivencia o por gracia de los Dioses por fin llegaron al agujero que llevaba a la habitación de Leonard y Nymiël y uno detrás de otro se colaron por él, el cual se deshizo en una leve explosión al entrar el último de ellos en la casa.

Se quedaron tirados en el suelo un buen rato y la conmoción era tal que no podían articular palabra. Al rato Miroku y Ashal se levantaron.
- Será mejor que nos vayamos, necesitamos descansar todos – dijo Miroku mientras recogía sus armas.
- Si, ya hablaremos cuando estemos más calmados – Leonard se levantó para abrirles la puerta.
- Descansad y gracias por todo – a Nym no se le ocurría que más decir.

Cuando Leo volvió a la habitación curó a Nym sus heridas y las suyas propias y sin mediar palabra se echó junto a ella en la cama. Ahora estaban sanos y salvos en su hogar pero una duda no paraba de rondarles a ambos por la cabeza…¿Y si eso era solo el principio de algo mucho peor?, ¿Y si aquello que estaba ocurriendo justo bajo sus pies ocurría también en otras partes del mundo? . Quien lo podía saber, sin duda era algo que deberían averiguar más adelante y con más ayuda, la de sus amigos de Nevesmortas.

Fin.



Nymiël Silvermoon
Lathander

Mensaje por Lathander »

// Buen relato, y muy acorde con lo que ocurrió ;)
Leonard

Mensaje por Leonard »

//esta muy bien, si.
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