Jaina salía de la atalaya del alba tras realizar su donación y rezar junto a Ashnar, el clérigo de Lathander cuando se encontró con un pequeño grupo de habitantes de la aldea que corrían de forma casi frenética de un lado a otro. Enseguida reconoció a Briddo Leore, parecía que el ex-escudero tenía una habilidad innata para encontrarse en los lugares donde sucedía algo, también iban con el un enano, amigo suyo, llamado Dublin así como el hijo del jefe del clan de los bárbaros; Thorsteinn Hachasangrienta, el explorador semi elfo de la flecha del destino; Blackwood y algo apartado el miembro del puño y la rosa llamado Richard.
Parecían dar vueltas alrededor de una de las casas de la aldea como buscando algo, la paladina se acerco saludando a los presentes, estos inmediatamente le preguntaron si había oído un grito a lo cual Jaina solo pudo contestarles que no algo extrañada. Briddo estaba convencido de que el grito que había oído provenía de la casa delante de la cual estaba, intento abrir la puerta pero esta estaba cerrada. Inmediatamente la paladina le advirtió que iba en contra de la ley forzar las cerraduras de las puertas haciendo que este desistiera ante otros intentos. El enano Dublin se acerco a un guardia para comentarle el asunto alegando que se había escuchado un horrible grito en la casa cerrada y que era necesario entrar para averiguar lo que había pasado pero el guardia dijo no haber oído nada y siguió con su ronda como si para el nada había pasado.
Blackwood quien también había oído el grito se acerco a la ventana para poder avistar algo del interior de la morada, al “pegar” su rostro contra el cristal diviso algo que le hizo volver apresuradamente hacia la puerta donde se encontraban los demás.
-“Hay alguien tirado en el suelo.” Dijo.
Al oír sus palabras, Jaina que estaba delante de la entrada corrió contra ella haciendo que la puerta cediera ante su carga ante la mirada atónita de los presentes.
-“Adentro rápido”. Ordeno a la vez que desaparecía dentro.
Un horrible espectáculo estaba esperándolos dentro; descubrieron a un hombre que yacía en el suelo rodeado de un charco de sangre, cerca de el, una mujer con la mirada perdida. Ambos eran humanos, desconocidos para la paladina, ¿nuevos vecinos de la aldea? Rápidamente el grupo de aventureros se acerco al cuerpo para ver si podían aportar alguna ayuda medica, sin embargo al agacharse y observarlo de mas cerca la conclusión fue obvia el hombre ya estaba muerto, nada se podía hacer por el. Al hombre le faltaba su brazo y por lo que se pudo deducir del muñón el violento desprendimiento del miembro se había producido por un zarpazo, el brazo arrancado no se veía por ningún lado.
-“¿Un animal salvaje, dentro de la aldea?”. Llegaron a preguntarse algunos.
Se le consulto a la mujer quienes eran y lo que había pasado sin embargo parecía como no escuchar todas las preguntas que se le hacia, solo murmura:
-“Se lo han llevado, se lo han llevado”.
El miembro del grupo de mercenario que había entrado último se quedo cerca de la puerta en silencio, Dublin hecho una mirada a la habitación y el resto se reunió alrededor del cadáver. Jaina agarro con su mano derecha el símbolo sagrado de Torm que siempre lleva en su colgante y dedico al muerto una breve oración. El silencio se hizo durante un breve momento. Nadie se percato que la mujer aprovecho ese momento de respeto hacia el muerto para subir por las escaleras hacia el piso de arriba y cuando su ausencia fue percibida bajaba las escaleras para reunirse con los demás, parecía seguir ajena a lo que estaba pasando sin embargo todos se fijaron en la daga que ahora llevaba en la mano. Se acerco al cadáver haciendo que los demás retrocedieran solo Jaina siguió firme con el símbolo de torm (un guantelete derecho alzado con la palma hacia el frente) en su mano.
Tanto Thorsteinn como Blackwood intentaron razonar con ella pidiéndole que soltara su arma. Briddo como Dublin empezaron a maniobrar lentamente como si se disponían a flanquear la mujer para apresarla por detrás. Jaina se mantenía firme observando el rostro de la mujer; sus ojos expresaban tristeza, preocupación. Pero antes de que cualquiera hubiese podido hacer algo la mujer se abalanzo sobre la paladina empuñando su daga hacia delante, en un acto reflejo Jaina desenvaino su espada sagrada golpeando a la mujer que cayo al suelo muerta.
Ahora la habitación contenía dos cadáveres, uno que había sido mutilado y otro que como llego a pensar Jaina busco su propia muerte en un acto desesperado. El registro de la casa de Dublin no dio ningún fruto y la paladina pregunto si alguien conocía a los dos muertos, todos negaron salvo Richard que pareció no haber escuchado la pregunta, Jaina insistió y el contesto que le eran desconocidos sin embargo su tono de voz y su forma de expresarse hicieron sospechar aun mas a la paladina del miembro del puño. Tras mirarlo de forma fulminante dejándole claro que había intuido que le estaba mintiendo este acabo confesando que los dos humanos habían alquilado la casa a sus dos dueños enanos y que ambos habían llegado hace poco a la aldea proveniente de Argluna. La noticia pareció despertar el interés a algunos, haciendo referencia a acontecimientos producidos no hace mucho en fuerte nuevo.
Mientras tanto Jaina que no daba crédito a lo que estaba sucediendo tanto por el hecho de que una mujer se había suicidado arrojándose contra su espada así como que no era la primera vez que se producía tal crimen cerro sus ojos y se concentro en buscar el mal, sospechaba que el autor del asesinato aun podía estar en algún sitio de la casa. Transcurrieron unos segundos hasta que volvió a abrir sus ojos y con su espada señalo una puerta cerrada. Casualmente Richard que estaba muy cerca de esa puerta acaba de tapar su nariz con su mano como si un fuerte olor nauseabundo le molestase.
De repente la puerta se abrió y unas criaturas semi transparente salieron de ella abalanzándose sobre los presentes. Las criaturas pasaron a través de Briddo, Thorsteinn y Dublin quienes se llevaron las manos al cuello como si se ahogasen acabando cayéndose como muertos. Mientras tanto al acercarse a Jaina se detuvieron, la paladina aun llevaba su símbolo sagrado a la vista, aprovechando esa vacilación las criaturas fueron atravesadas por la espada sagrada causándoles las llamas divinas gran dolor y haciendo que la criatura se desvaneciera, como si una antorcha hubiese prendido un trapo, no quedando nada de su presencia. Solo quedaba en pie Richard, con su media sonrisa como complacido de haber engañado a la muerte.
El peligro pasado Jaina se apresuro a atender a sus compañeros caídos que poco a poco fueron saliendo de su letargo. Los acontecimientos resultaron ser demasiado para Dublin quien dijo que iba a buscar ayuda a la vez que salía a la calle. Richard que se había mantenido al margen señalo la habitación de donde habían salido las criaturas, Jaina se asomo y se encontró de repente dentro “gracias a la ayuda” del mercenario que la había empujando. Al fondo de la habitación se observaba una apertura dentro de la pared como un portal, el ex-escudero Briddo que se había colocado cerca de Jaina se aproximo para ver de qué se trataba. Antes de que Jaina pudiese hacer algo, Briddo se dio la vuelta y ataco a su antigua superior, las espadas de ambos paladines chocaron y Jaina tomada por sorpresa fue lanzada hacia atrás por el fuerte golpe de Briddo. Unas palabras salieron de su boca pero los que conocían bien a Briddo sabían que no podía ser el quien las pronunciaba ¿estaba poseído? Thorsteinn y Jaina retrocedieron ante Briddo. Afortunadamente el paladín se recupero pronto y todo rasgo de otra personalidad u otro ente desapareció en el al igual que el portal que tras una explosión de colores dejo la habitación tal y como estaba. Mientras tanto los refuerzos que había ido a buscar Dublin aparecieron; Jacksown, Derum, Kael, vethas, Galandor estaban entre ellos.
Con el portal desaparecido y sin rastro de las criaturas la atención de los recién llegados fue atraída por los dos cadáveres. Ambos cuerpos fueron registrados con cierto descaro sobretodo por el mediano Jacksown, el cual encontró algo en la mano del muerto que no paso desapercibido para la paladina Saphirra. El mediano retrocedió intentando escabullir lo que había robado del cadáver cuando le fue dada la orden de alto por el miembro de la Orden. Los ojos de ambos se cruzaron y la paladina pudo ver de una preocupación sincera en los ojos del mediano ¿la misma mirada que la mujer? Jaina se abalanzo sobre el para capturarlo pero antes de que pudiese agarrarlo el mediano se desvaneció.
-“Atraparlo, ha robado algo del fallecido.” Grito la paladina.
Derum se apresuro en ponerse delante de la puerta sin embargo los demás se quedaron algo confundidos ante la escena. De pronto ruidos de cristales rotos hizo que todos se giraran hacia una ventana, algo invisible acaba de atravesarla haciéndola añicos.
El mediano había huido y a pesar de los esfuerzos de los demás para seguir sus rastros nadie fue lo suficiente habilidoso para lograrlo.
Solo quedo tapar los cadáveres y esperar a que se le diese sepultura. Sin embargo muchas preguntas quedaban sin respuestas…………