Re: El fuego "Quest de Tymora"
Publicado: Mar Nov 24, 2009 10:01 pm
//ya que nadie pone nada, dejare un breve relatillo, espero que sirva 
Y nuevamente nuestros pasos van en pos de seguir los de ese mago, señor del fuego. Nerea consiguió recabar mas información sobre él y el modo de conseguir destruirlo de una vez por todas. “A el fuego con fuego” esa fue la conclusión que nos lleva a buscar una cría de dragón y su primer aliento.
Mientras hablábamos sobre lo complicado de la tarea, el enano Hafur, maestro minero de Nevesmortas, nos relata una curiosa charla con un erudito sobre la posible ubicación de la cría. ¿Un secuaz del mago? , ¿Nos dirigían a una trampa?, preguntas que solo se podrían responder si cedíamos a la encerrona. Y así hicimos, nos adentramos por un extraño recoveco a través de la mina que nos llevo a una desolada montaña helada.
Alud ya nos había alertado previamente sobre un gnomo que no paraba de hablar compulsivamente sin sentido alguno. Todo continuaba apuntando a que seguíamos una estudiada treta y este ser estaba aquí para entretenernos lo máximo posible.
Lo suficiente para que fuéramos asaltados por todo tipo de demonios alados, nadie sabía de donde aparecían, pero uno tras otro nos empezaron a rodear haciéndose con la situación hasta que, entre todos conseguimos doblegarlos o al menos pausar su ofensiva.
Tras revisar mejor el lugar donde nos encontrábamos, vislumbramos una entrada mágica que nos llevo a otro paraje totalmente distinto, a primera vista parecía un bosque con una torre casi derruida donde una mediana hacia alarde su elasticidad en un acto algo asqueroso para describir.
Caso omiso recibimos de ella, hasta que conseguí que se centrara levemente para hablar con nosotros, pero acabo cerrada en banda pidiéndonos un santo y seña para darnos acceso. Y cuando estaba a punto de echarnos enfurecida de allí, se fijo en Khay, y de un modo un tanto peculiar para una mediana, pero era evidente que todo en ella era “peculiar”, hasta tal punto que le pidió a Khay un hijo a cambio de las palabras clave, Khay intento salir del paso añadiendo que era un proceso algo largo para llevar a cabo, a lo que ella respondió que entonces le diera su corazón, y he aquí, donde el grupo quedo conmocionado por un momento, al añadir Khay que no puede entregar algo que le pertenece a otra persona, a lissy, nombre alzado en voz alta delante de todos. Era la primera vez que él oía ese nombre en voz alta usado con ese motivo, y por tanto, para el resto de los presentes, incluido la implicada.
Lo que ocurrió a partir de ahí, apenas lo recuerdo, mi mente divagaba tan rápido por numerosos pensamientos que tan solo fui consciente tenuemente de la furia bufada por Nerea y un enano que apareció de pronto exigiéndonos un pedido, a lo que aproveche repentinamente a pedirle la contraseña por seguridad, si quería que le entregáramos el pedido.
Por fortuna accedió, “bosque escamoso” dijo, ya teníamos al menos esa baza en nuestras manos antes de encontrarnos con el guardián, el que custodia a las crías, las instruye, y les hace ver lo grandiosa que es la sangre que corre por sus venas.
Pero no todo se iba a quedar en decir un par de palabras para acceder a ella, el guardián nos seguía poniendo a prueba, una prueba a mi parecer, macabra y cruenta, nos hizo matar a la madre de la cría, aunque nuestros actos tampoco iban encaminados de otro modo cuando la necesitábamos para sacrificarla, y esa madre igualmente, no iba a acceder sin luchar por ella.
Me recordó lo repudiado que está en la aldea todo lo relacionado con ellos y su sangre, pero yo solo veía a una madre luchando por la supervivencia de su hijo, un hijo que iba a dar su vida por aquellos que les persiguen, que les destruyen. Y me hice una promesa, a cambio de su sacrificio, no atacaría a ningún dragón más, a no ser que mi vida o la de los míos este en juego.
La madurez de la cría al separarse de lo único que conocía y sabiendo los motivos de por qué lo hacía, nos sobrecogió a todos. Decidieron protegerla en la orden hasta el día señalado, en estos días no he parado de pensar en ella, intenta averiguar qué siente, qué piensa, y la respuesta es simple, lo mismo que sentirías tú.

Y nuevamente nuestros pasos van en pos de seguir los de ese mago, señor del fuego. Nerea consiguió recabar mas información sobre él y el modo de conseguir destruirlo de una vez por todas. “A el fuego con fuego” esa fue la conclusión que nos lleva a buscar una cría de dragón y su primer aliento.
Mientras hablábamos sobre lo complicado de la tarea, el enano Hafur, maestro minero de Nevesmortas, nos relata una curiosa charla con un erudito sobre la posible ubicación de la cría. ¿Un secuaz del mago? , ¿Nos dirigían a una trampa?, preguntas que solo se podrían responder si cedíamos a la encerrona. Y así hicimos, nos adentramos por un extraño recoveco a través de la mina que nos llevo a una desolada montaña helada.
Alud ya nos había alertado previamente sobre un gnomo que no paraba de hablar compulsivamente sin sentido alguno. Todo continuaba apuntando a que seguíamos una estudiada treta y este ser estaba aquí para entretenernos lo máximo posible.
Lo suficiente para que fuéramos asaltados por todo tipo de demonios alados, nadie sabía de donde aparecían, pero uno tras otro nos empezaron a rodear haciéndose con la situación hasta que, entre todos conseguimos doblegarlos o al menos pausar su ofensiva.
Tras revisar mejor el lugar donde nos encontrábamos, vislumbramos una entrada mágica que nos llevo a otro paraje totalmente distinto, a primera vista parecía un bosque con una torre casi derruida donde una mediana hacia alarde su elasticidad en un acto algo asqueroso para describir.
Caso omiso recibimos de ella, hasta que conseguí que se centrara levemente para hablar con nosotros, pero acabo cerrada en banda pidiéndonos un santo y seña para darnos acceso. Y cuando estaba a punto de echarnos enfurecida de allí, se fijo en Khay, y de un modo un tanto peculiar para una mediana, pero era evidente que todo en ella era “peculiar”, hasta tal punto que le pidió a Khay un hijo a cambio de las palabras clave, Khay intento salir del paso añadiendo que era un proceso algo largo para llevar a cabo, a lo que ella respondió que entonces le diera su corazón, y he aquí, donde el grupo quedo conmocionado por un momento, al añadir Khay que no puede entregar algo que le pertenece a otra persona, a lissy, nombre alzado en voz alta delante de todos. Era la primera vez que él oía ese nombre en voz alta usado con ese motivo, y por tanto, para el resto de los presentes, incluido la implicada.
Lo que ocurrió a partir de ahí, apenas lo recuerdo, mi mente divagaba tan rápido por numerosos pensamientos que tan solo fui consciente tenuemente de la furia bufada por Nerea y un enano que apareció de pronto exigiéndonos un pedido, a lo que aproveche repentinamente a pedirle la contraseña por seguridad, si quería que le entregáramos el pedido.
Por fortuna accedió, “bosque escamoso” dijo, ya teníamos al menos esa baza en nuestras manos antes de encontrarnos con el guardián, el que custodia a las crías, las instruye, y les hace ver lo grandiosa que es la sangre que corre por sus venas.
Pero no todo se iba a quedar en decir un par de palabras para acceder a ella, el guardián nos seguía poniendo a prueba, una prueba a mi parecer, macabra y cruenta, nos hizo matar a la madre de la cría, aunque nuestros actos tampoco iban encaminados de otro modo cuando la necesitábamos para sacrificarla, y esa madre igualmente, no iba a acceder sin luchar por ella.
Me recordó lo repudiado que está en la aldea todo lo relacionado con ellos y su sangre, pero yo solo veía a una madre luchando por la supervivencia de su hijo, un hijo que iba a dar su vida por aquellos que les persiguen, que les destruyen. Y me hice una promesa, a cambio de su sacrificio, no atacaría a ningún dragón más, a no ser que mi vida o la de los míos este en juego.
La madurez de la cría al separarse de lo único que conocía y sabiendo los motivos de por qué lo hacía, nos sobrecogió a todos. Decidieron protegerla en la orden hasta el día señalado, en estos días no he parado de pensar en ella, intenta averiguar qué siente, qué piensa, y la respuesta es simple, lo mismo que sentirías tú.