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Publicado: Jue Dic 07, 2006 7:31 am
por LordWill
Joder Khell, como te lo curras xDDD

A ver cuando haces una imagen de mi amarrao con mis cables de muñequera al tejado de tu torre escalandola xDD (Pq despues de ver ese dibujo me he dao cuenta que no subia por unas escalerillas ni leches, Escalaba macho xDDD Solo me faltaba el pico y las amarras xDDDD)

Publicado: Jue Dic 07, 2006 11:20 am
por Khellendros
ya lo hare ya xDD

Publicado: Sab Dic 09, 2006 5:39 pm
por Khellendros
Khellendros salía de la Casa Lanzagélida cargado de pergaminos y libros en lamentable estado. Todos trataban sobre la batalla de lanzagélida, batalla que dió nombre a Nevesmortas. Su objetivo era restaurarlos y hacer copias para su biblioteca.

Se sentó, cansando, en uno de los bancos que flanquean la fuente de la plaza. De repente, oyó:

-Khell!!-

Se incorporó precipitadamente, y todos los pergaminos fueron a parar al suelo. Tras recogerlos. Los dos amigos se saludaron.

-No se te ve mucho por aqui, Clay.-
-Khell... tengo miedo... paseo por los bosques... huyendo de la Torre. Noto que me llama...-
-Si... yo también lo noto... y me preocupa que tanta magia pueda atraer a un necio sediento de poder. No se si con todo esto estaría a la altura de las circumstancias.
-Vamos Khell, claro que lo estarías.-
-Pero ya me dirás como deshago el maldito ritual...-
-¿Qué ritual?-
-Conseguí abrir el encriptador. Eran los planes del traidor, Eldun. Ató a mi abuelo a la torre mediante un ritual nigromántico hasta que este le dijera para que servía ese cristal azul que tengo en la Torre. El muy necio pensaba que era un mythallar de Netheril.
-Esto Khell... seguro que nos hemos dejado algo... algún pasaje en algún libro, no se! Perdona ser de tan poca ayuda, pero la magia no es uno de mis fuertes. Y si... vuelves a hablar con tu familiar?
-Hm... no creo que sirva de nada, pero probemos. Vamos.-

Entraron en la Torre. El poder que desprendía era claramente notable.
Al entrar, un enorme slaad rojo como la sangre asustó a Clay.

-Khell! por todos los dioses!-
-Es solo un slaad que vela por la seguridad de la Torre y de los que vivimos en ella.-
-Los hechiceros sois unos tipos tan raros...-

El arcanista entregó el montón de pergaminos a Nela, le dijo que los clasificara según datos historicos que Clay no acertaba a comprender; y pidió dos tazas de chocolate.

El arquero y el hechicero se fueron a la biblioteca. Khellendros buscó a su familiar y empezó de nuevo una de esas intrigantes conversaciones telepáticas entre amo y familiar. No duró mucho. Al poco rato, Khell se levantó y golpeó con el puño la repisa de la chimenea con fuerza mientras el ama de llaves entraba con el chocolate. El sobresalto provocó que el chocolate y las pastitas fueran a parar al suelo, a la alfombra. Khell intentaba calmarse. Mientras, Clay le susurró a la pobre sirvienta que se fuera, que ya lo recogería todo él.

-Cálmate Khell, ¿que pasa?-
-Clay! El traidor era un drow!!-
-Un drow??! Dioses! Un elfo oscuro! Qúe hacía tu abuelo con uno de esos renegados de la paz??!-
-Y yo que sé...-

Tras un rato de desesperada deliberación, decidieron ir a explorar la cámara de convocaciones. Quizá podían encontrar algún resto del ritual nigromántico para poder deshacerlo.

Descendieron con dos antorchas seguidos por slaad convocado por los tuneles debajo de la Torre. Avanzando avanzando, se encontraron de repente con un agujero en una pared, y un pasillo pavimentado, con antorchas. Avanzaron un poco cuando les sorprendieron dos horrendas criaturas.

-¿Qué es eso, Khell??!!-
-Zombies!-

La lucha fue corta, el slaad los machacó sin demasiados problemas.

-Todo esto convocó tu abuelo? Debía estar metido en algo muy grande y muy malo.-

Khellendros asintió. Siguieron avanzando. Tras ser atacados por un montón de murciélagos, se toparon con una inscripción en una pared. Estaba grabada con letra descuidada, pero podía leerse la siguiente línea:
"Urk estubo aquí"
Khellendros recordó.

-Espera Clay.. se ha visto este mensaje en varios sitios de la zona. En al cueva de los trasgos, en la Rosa y el Martillo... y en la cripta de Nevesmortas...

Clay echó una mirada alrededor. Habían nichos en las paredes y sarcófagos en el suelo.

-Espera, ¿estamos en la cripta de la ciudad?-
-Eso parece.... los túneles de mi abuelo acabaron con cruzarse con la cripta...

Khell sacó su cuaderno de campo. En el había anotado mapas de los sitios que iba descubriendo, había apuntado yacimientos de gemas, plantas con propiedades alquímicas y demá cosas interesantes para un arcanista. Echó una ojeada al mapa de la cripta que había trazado.

-Sí, mi mapa de la cripta coincide con este lugar... Esto no me gusta Clay, que mi casa conecte con una cripta en la que dicen que habita un nigromante...-
-No es nada bueno ¿verdad?-

Avanzaron. Se toparon con ratas, más murciélagos, dos zombies más y un vampiro. Éste último fúe el mas difícil de derrotar, pero con la ayuda de slaad, pudieron acabar con el sin sufrir más que alguna herida leve.

Abrieron una puerta sellada mágicamente. Bastó con un conjuro de apertura para que cediera. Detrás, encontraron dos grandes braseros, una jaula con otro zombie -del que Clay se encargó rápidamente con un certero flechazo- y en el centro, un grabado escrito en rojo. Eran símbolos arcanos que formaban una especíe de círculo rodeado de otros círculos menores conectados entre si por líneas y runas arcanas.

-No toques el dibujo del suelo, Clay, no te acerques, no lo pises, no soples a su lado.-Avisó el hechicero, con ímpetu.

Tras una larga inspección, Khell dió con la "solución". Ese círculo era el del ritual que había unido a Khellevandros Amroth a su Torre. Para completarlo, había sido requerida la sangre del creador del ritual.

-MAGNÍFICO!!-gritó Khell, rabioso.
-¿Sí?¿Ha terminado todo?¿Podemos salir de aquí, ya, Khell?-
-No! Para deshacer este ritual necesitamos sangre del drow que traicionó a mi abuelo!!
-Oye Khell, ¿como vamos a pedir a un drow que nos deje su sangre?
-Demonios!-
-¿Dónde?-
-En mi cabeza Clay! ¿Cómo encontramos a ese drow, si esque sigue vivo?¿Cómo lo traemos hasta aquí?¿Cómo le persuadimos apra que nos de su sangre? Y si está muerto?! ¿Cómo encontramos a un descendiente suyo? Si es que tiene claro. Vamonos de aquí.

Fueron a parar a la salida de la cripta en el cementerio. Trente, el herrero, les miró estrañado, saliendo mugrientos, con telarañas en el pelo, seguidos de un monstruoso slaad rojo, con antorchas; de la cripta.

Khell sacó su pañuelo de seda y se limpió la frente, ya que habían salido corriendo, como si notaran espíritus en la espalda.

Al cruzar la puerta de la villa, Aeris les sorprendió con una nueva túnica azul.

-¿Que haceis así?¿De dónde venís?-

Tras un par de mentiras piadosas y evasivas frases -que, por supuesto, no surgieron efecto- los dos amigos se separaron, desalentados.

Publicado: Dom Dic 10, 2006 12:48 am
por Clay
//Me has dejado una sonrisa de satisfaccion plena chaval! :D me gusta el rumbo que le has dado, y sobre todo las casualidades de este server XDDDDDD

Publicado: Vie Dic 22, 2006 4:47 pm
por Khellendros
El dia era frio, palido. No habia brillo en el cielo, ni sombras que lo remarcaran. Solo un viento helado soplaba del norte, de las cumbres del Espinazo del Mundo. Una capa de nubes bajas colmaba los pinaculos de la torre de Khellevandros Amroth.
El interior estaba cargado, en la anticuada cocina, Nela preparaba la comida de los señores. A estas horas en cualquier casa habria una ebullicion de actividad, pero desde hacia meses no era asi en el hogar de los Amroth.

Nela entro en el salon con unos troncos secos y encendio un fuego en el mugriento hogar. Se sacudio las manos en el delantal y abrio el bufet, cogio y echo un mantel de tela blanca y palida, y dispuso en el dos copas, dos platos de porcelena, servilletas y cubiertos. En ese momento cruzo el umbral Khellendros, dejo a Nela el sombrero y la capa y ella los guardo en el dormitorio.

Lord Amroth se sento en la mesa, mirando en direccion a la palida luz gris que entraba por la vidriera. Acto seguido, aparecio Lyanna. No se habia vestido, seguia con el traje de dormir, con la larga melena rojiza sin peinar, con unas enormes ojeras y su ultimamente habitual enfermiza cara.
Se sento al otro lado de la mesa, enfrente de su marido, se paso la mano por la frente y agacho la mirada hacia su plato. Estaba palida, y tiritaba un poco. Khell dirigio a Lyann una mirada cansina. No podian engañarse, su matrimonio habia sido de conveniencia entre dos casas nobles, Amroth y Stark, aunque hubieran llegado a amarse, hacia años que ya no era asi.

El ama de llaves entro con una sopera de porcelana decorada finamente en los bordes con minusculas florecillas de un palido dorado. Sirvio con el cucharon en los platos del matrimonio y se quedo quieta en un rincon, con las manos cruzadas por debajo de la cintura, a la espera de alguna orden o peticion.

Khell empezo a tomarse aburridamente su plato de sopa. No habian pasado tres minutos cuando su esposa empezo a incorporarse. Enseguida Nela se acerco a ayudarla a sentarse de nuevo.

-No, Nela, dejame ir. No tengo hambre.-
-Pero, miseñora, tiene que comer algo.-
-Le repito que no tengo hambre.-
-Da igual, si no come nada no podra soportar el frio de este invierno.-
-¡Dejame!-
La sirvienta miro a su señora con sus azulisimos ojos.
-Si, señora.-

Acompaño a Lyanna al dormitorio, le echo unas mantas de pieles y la acosto en la gran cama con dosel. Volvio al salon para atender a Khellendros. Al entrar, este habia dejado su plato a medias. Tenia apoyados los brazos sobre los codos en la mesa, y tenia las manos cruzadas a la altura de la boca. Su rostro no mostraba ninguna expresion, solo miraba la silla de su esposa.

-¿Cuanto tiempo seguira esta rutina?-

No hubo respuesta, aunque Khell la deseara, Nela no se atrebia a decir nada. Tras unos instantes de silencio, Khellendros se respondio a si mismo.

-No mucho... le falta poco, Nela, es inevitable.

Publicado: Dom Ene 28, 2007 7:59 pm
por Khellendros
Aquella conversacion con Lomi le habia afectado. El bardo tenia razon, la vida de Lyanna habia sido un completo desastre y a su decadente espiritu solo habia que sumarle esa extraña enfermedad y el espiritu de Khellevandros para atraer a la muerte.
¿Habia sido idiota, egoista, insensible, al no haber pasado suficiente tiempo con ella, o en realidad, tenia miedo? ¿Miedo? Un matrimonio asi es insano, la relacion ya no era estrecha y la confianza se habia esfumado. Los momentos en que se encontraba con ella eran incomodos, y cuando enfermo... quiza era culpa suya. Se suponia que con los problemas que habia sufrido, debia reconfortarla y ayudarla. No sabia tratar con alguien enfermo, no sabia que decir ni que hacer. Se refugiaba en su fiel asistenta, que al parecer si sabia como actuar. Pero eso es cobardia... Aun asi es una vida...debo ayudarla...
En todo eso pensaba Khellendros cuando se dirigia a la torre de su abuelo. Hacia frio y una densa neblina lo cubria todo con un manto de exagerada quietud que podia incomodar a cualquiera. Subio la escalinata de piedra, abrio la puerta y entro.

En el salon encontro a Nela.
-Buenos dias señor.-
-Hola, Nela. ¿Donde esta Lyann?-
-Deje´ a la señora en cama, tiene fiebre.-
-Ire a verla.-

Al entrar en el dormitorio encontro la cama desecha pero no habia nadie alli. Se dirigio traspasando el portal a la biblioteca, donde vio al ama de llaves sacudiendo el polvo.

-Nela, en el dormitorio no esta.-
-¿No?¡Debia guardar cama! Ire a buscarla.-

Mientras tanto, Khellendros se sento junto al hogar y reposo.

Tras una busqueda por toda la torre, Nela subio a la cupula del planetario.

-Señora, ¿donde esta?-

Vio la puertecita de cristal que daba a la balconada abierta. <Fuera> penso. Al salir vio junto a la balaustrada a su señora algo cabizbaja contemplando el mar de nubes formado por la niebla baja, sentada en una banqueta de piedra. En una mano tenia una copa y en el suelo habia una botella de vino.

-Señora, con la fiebre y este frio podriais empeorar. Deberiais entrar.-

Nadie contesto. Nela sacudio suavemente pero con insistencia el hombro de la elfa.

-Señora. ¿Me oye?-

La copa cayo de la mano rigida derramando el vino en el suelo y su cabeza volco hacia delante.
-¡Por Lathander!- Nela empezo a rezar apresuradamente.


-¿Donde esta Nela?¿y Lyann?- Murmuro Khellendros. Empezo a buscarles por todas las estancias de la torre y al subir a la cupula vio a su sirviente, con unas frias lagrimas en las arrugadas mejillas, en el umbral de la puerta de la balconada.

-Señor...-