Página 2 de 5

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Lun Mar 21, 2011 6:38 pm
por Lady Starlight
IV - De aprendizajes y enseñanzas. ( I )


Sundabar - Taberna de El Cantor


- ¡Alba, Alba, Alba, Alba! ¡¿Cuándo me vas a enseñar la defensa con el estoque?!
- Ya te he dicho que cuando empieces a portarte bien.
- ¡Si me porto bien! ¡¿Es que no te da pena que me quede indefensa ante asesinos como Relenar?!

Ha sido un viaje divertido. Cuando aún estábamos en Nevesmortas, Beli me ha regalado una bonita yegua blanca a la que he puesto por nombre Mermelada. Hemos venido todos a caballo, porque a Alba le gusta medir cuánto tiempo tarda en llegar hasta aquí montando a Tym. Al principio éramos Ardeil, Relenar, Beli, Alba y yo, pero no sé por qué Ardeil se ha enfadado cuando he mencionado el incidente de Relenar y el vestido roto, y se ha ido. Aprecio que le guste mi ropa, pero tendré que practicar con el estoque, ¿no?

- Está bien... -Alba suspira, harta de mí, probablemente- ¿Qué tal si vamos a la Arena y te lo enseño? Al fin y al cabo está establecida para luchar.
- ¡Vale! -Me pongo en pie de un salto, apurando el último trozo de la tarta de chocolate.
- Qué divertido, yo también os acompaño -Beli y yo intercambiamos una sonrisa y, cuando miro de nuevo a Alba, la veo con el mismo gesto de incalculable maldad con que me miran los tejones.
- Relenar, voy a necesitar que vengas con nosotras.
- ¿Uh? -Relenar alza la mirada hacia Alba, extrañado, y luego asiente con esa sonrisa suya que hace que todo parezca posible- Claro, ¿pero para qué me necesitas?
- El estafermo estaba muy bien al principio, pero no me hace caso cuando le digo que se mueva y no quiere atacar a Lyn -Ambos se ríen.
- ¡A mí el estafermo me gusta! No hace falta que venga Relenar, ¿eh?

Demasiado tarde, no he terminado de decirlo y ya están los tres en pie, de camino a la salida. Alba va la última, así que aprieto el paso, me pongo a su lado y le lanzo una mirada furtiva imposible de esquivar.

- Te odio -Susurro, inclinándome de lado hacia ella, en cuanto Beli y Relenar se alejan un poco.
- Prefiero que sigas viva para odiarme.


Sundabar - Arena


- De acuerdo, ve preparándote, Relenar -Y una vez ha dado las instrucciones a Relenar, se gira hacia mí- Primero iré yo, ¿de acuerdo? Así podrás ver como es un combate de verdad y fijarte bien en los movimientos -Asiento hacia ella, en silencio.

Les observo luchar sin que Alba me explique nada al principio; es simplemente un combate de muestra. Ambos son rápidos y elegantes, pero Alba propina estocadas más certeras por lo que, no mucho después, ya ha vencido a Relenar. Intercambian unas palabras de cortesía, Relenar admira las capacidades de Alba, Alba le dice que podría haberla machacado si hubiera querido, aunque todos sabemos que es mentira. Ay, qué mala eres, Lyn.

- Ahora Lyn, atenta. Relenar va a atacarme en primera, segunda y tercera posición, como te enseñé, y yo voy a desviar sus ataques con la correspondiente defensa. Quiero que te fijes bien en mis movimientos, no en los suyos. ¿Preparada?

Asiento y, tras ello, asiente ella a Relenar, invitándole a comenzar. El elfo se mueve con delicadeza, despacio para que yo pueda verlo y Alba pararlo sin tener que concentrarse en ello. Sí, bueno, ya sé que Alba ha dicho que me fije en ella y no en Relenar. Es curiosidad, ¿qué pasa?

*Nota en el margen del diario: Lyn, hablar sola es inquietante, pero escribirte a ti misma roza la demencia.

- ...y si te atacan en tercera posición, a las piernas, giras la muñeca y colocas tu estoque de tal modo que, ¿ves? Bajas el estoque del contrincante y te da una oportunidad de contra-atacar. ¿Lo has entendido bien? Pues venga, ahora tú con Relenar.

Repaso los movimientos en mi memoria, según voy obligándome a moverme. Primero, deslizo la vaina con suavidad, mientras giro la muñeca para convertir el proceso en un ataque. Después, flexiono las piernas, poniéndome en guardia. Aflojo y aprieto la empuñadura, varias veces, hasta tomar la medida exacta de fuerza y, justo cuando estoy en ello, Relenar me ataca de repente; consigo desviar su estoque saben los Dioses cómo.

- ¡En un combate de verdad no van a dejarte tiempo para prepararte! -Me grita Alba, mientras Relenar sonríe. Yo la miro de reojo, con crecientes ganas de ir y matarla, cuando siento que el estoque de Relenar me roza el vientre, aunque sólo rasga la ropa.
- ¡No te distraigas, mantén la atención en mí!

Chasqueo la lengua, tratando de parar sus ataques sin demasiado éxito, ya que cada vez son más rápidos. Mantén la atención en mí, dice. ¡Eso sí que me distrae!

- ¡Machácalo! ¡Quiero ver pedacitos de Relenar por la Arena! ¡Deja de acariciarle y ATÁCALE! -Alba sigue vociferando y yo empiezo a preguntarme si se ha vuelto loca. Más loca que de costumbre, quiero decir.
- ¡Pero... Alba...! -Interpongo mi estoque entre Relenar y yo, encogiéndome levemente mientras lanzo un grito. Consigo parar el suyo, que iba directo a mi cara. ¡¿No se dan cuenta de que vivo de mi imagen?!- ¡Es que... Relenar no tiene cara de trasgo!
- ¡Es peor que un trasgo! ¡Mucho peor! ¡ES UN TEJÓN!

*Nota en el margen del diario: Tengo que reconocer que, aunque Alba es una demente, sabe motivar a las personas.

Entorno los ojos, mirando a Relenar. No me parece un tejón, pero Alba sigue gritándome acerca de su peluda malevolencia y de sus ojos enloquecidos, así que empiezo a imaginármelo de verdad. Consigo parar una estocada con mayor seguridad y aprovecho para atacar, centrándome en el brazo de Relenar, como Alba me enseñó. Sin embargo, sin mayor dificultad, Relenar se desliza a un lado, esquivándolo. Y así una, y otra, y otra vez.

- ¡Está bien, tú me has obligado! ¡Si ni los tejones te motivan, tendré que hacerlo yo!
- ¡Lo estoy intentando, Alba! ¡Pero es que Relenar es muy rápido!

Trato de excusarme e, ignorando las anteriores palabras de Relenar, vuelvo a desviar la mirada a Alba cuando percibo una especie de luz dorada por el rabillo del ojo. Giro del todo la cabeza. Alba tiene las manos alzadas y está conjurando; entre ellas, lentamente, comienza a formarse una esfera ambarina. Abro más los ojos.

- ¿¡Qué demonios estás haciendo!? ¡¿Estás LOCA?!

Pero no contesta, sigue conjurando. Miro a Relenar, que también se ha quedado mirando a Alba; parece tan sorprendido como yo, así que no es una treta entre ambos. Dejo de preguntármelo: definitivamente Alba se ha vuelto loca. Loca de verdad.

- ¡Si no consigues tocarle antes de que termine de formarse la esfera, voy a convertir a tu elfito en una preciosa estatua de ámbar!



// Agradezco todas las lecturas y los comentarios, aunque no os conteste uno a uno por no ser pesada =)
Y aunque sé yo que "Dracopardo" no es muy de foros y no lo va a leer, la muy pelona, le agradezco todos los ratos de rol que paso con ella, en los que me río un montón. (A Torzai ni los buenos días).

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Lun Mar 21, 2011 8:51 pm
por Torzai
(Bueno, al menos se acuerda de mi xD)


Una pasada la historia, y nos reimos muchisimo en la escena(escena en la cual, por supuesto acabe convertido en Ambar) xDD pero si, nos reimos buah xD Sobre todo Dracopardo y yo xDDD Mu chula, sige asi!! ^_^//

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Mar Abr 05, 2011 1:55 pm
por Lady Starlight
V - De aprendizajes y enseñanzas. ( II )

Permanezco inmóvil, sin saber demasiado bien cómo reaccionar. No creo a Alba capaz de hacer algo así, pero en sus ojos veo una determinación abrumadora y, entre sus manos, la esfera ambarina amenaza con precipitarse contra mi e... Relenar, contra Relenar.
Me giro de súbito hacia él y lanzo varias estocadas, más rápidas, más seguras; entre hacerle daño y que no pueda volver a moverse en la vida creo que es mejor escoger el mal menor. Sin embargo, Relenar, más rápido que yo, sigue esquivándome.

- ¿Estás loco? ¿¡Es que quieres que te mate?! -Murmuro, y me doy cuenta de que en mi voz se perfila un deje de histeria.

Sonríe. Maldito descerebrado, no debe creerse que Alba vaya a hacer nada contra él. Entonces vuelve a hacerlo. Realiza un elegante giro de muñeca y retira mi estoque, manteniéndolo sujeto con el suyo, encarados ambos al cielo infinito. Sin bajar el brazo pega su cuerpo al mío. Mucho. Demasiado. Y entonces... besa mi frente. Vuelve a hacerlo. Me deja sin respiración.

- ¿Quería que me tocaras, no? Pues ya me estás tocando... -Y su voz nace como un susurro cálido y agradable.

¿Hace calor? No, claro que no hace calor, seguimos estando en La Marca. Así que me he sonrojado. Otra vez. Rezo porque no se de cuenta mientras giro la cabeza hacia Alba que, inexplicablemente, ha dejado de vociferar y se ha puesto a mirarse las grebas, mientras balancea los pies aparentemente distraida. Su rostro tiene un gesto extraño que me deja confusa. ¿La he decepcionado? ¿Cree que no puedo hacerlo? Y de repente esas palabras tienen un extraño peso dentro de mí.
Relenar sigue mirándome. Aún no me he girado, pero puedo sentir su mirada quemándome la piel. Desvío la mía hacia sus ojos y dejo de sentir esa quemazón, porque ya no es una sensación, es un fuego interno que me hace arder hasta el alma. Me inclino hacia él, hacia sus labios. Permanece inmóvil, con sus ojos fijos en mí... hasta que mis labios casi rozan los suyos. Entonces los cierra. Y justo en ese momento, doy un salto hacia atrás y lanzo una estocada a su brazo izquierdo. Impacta.

- ¡¡¡TRAMPOSA!!!

Alba se gira bruscamente hacia nosotros. La muy bruja estaba pendiente, aunque se hiciera la distraída. Alterno la mirada entre ambos. Ella sigue vociferando acerca de mis trucos y Relenar tarda un poco en reaccionar. Parece confuso en un principio y después, esa suave sonrisa.

- ¿¡Le has besado sólo para atacarle?! -Alba sigue dando voces, como loca.
- ¡No he llegado a besarle! Sólo he... aprovechado el punto débil -Sonrío; ambos lo hacemos.
- Es verdad, no ha llegado a besarme.
- ¿...y por qué no? -Ahora es Alba quien parece confusa, y eso me inquieta.

Relenar y yo nos reímos, divertidos, y ella de repente frunce el ceño: parece realmente enfadada. Alza de nuevo sendas manos y veo a Relenar abrir los ojos de forma desorbitada, pero a ninguno nos da tiempo a reaccionar. Absurdamente, cierro los ojos con fuerza, como si eso fuera a bastar para que lo que se precipita hacia nosotros no nos alcance. Cuando los abro, Alba parece mucho más tranquila. Me temo lo peor, y giro lentamente la cabeza hacia Relenar. Ahí está: hecho una bonita estatua de ámbar.

- ¿Relenar...? -Musito, aún sabiendo que es inútil.
- Te lo advertí -Y lo dice tan tranquila, ¡como si no estuviera intentando dejarme sin maestro!
- Deshazlo, Alba -Y me sorprendo a mí misma descubriendo en mi voz un tono más frío de lo que podría haber imaginado nunca.
- Oblígame.

Intento hacerla entrar en razón, pero resulta imposible. Alba se pone en guardia, estoque en mano, desafiándome. Me llama tramposa, yo a ella bruja. Y seguimos intercambiando adjetivos poco agradables durante un buen rato.

- Di lo que quieras. Yo estoy pensando en llevarme la estatua de tu elfo a mi casa, así podría hacerle caricias por las noches.

Mi mente se divide entre el absurdo de la situación, la perplejidad y un fugaz sentimiento de celos que me resulta tan irracional como incomprensible. Da igual, antes de darme cuenta, mi estoque se ha precipitado contra Alba, que lo bloquea sin mayor problema. Tras un buen rato combatiendo, he conseguido alcanzarla un par de veces, tres a lo sumo, pero el estoque no ha sido capaz de traspasar la malla trenzada. Finalmente, un pequeño arañazo se dibuja en el cuello de la Maestra, que sonríe con levedad.

- Deshazlo -Repito y, entre los jadeos producidos por el cansancio, vuelvo a sentir en mi cuerpo la gelidez de mi propia voz.



// Aclaro, porque he recibido algunos comentarios por privado, que en éste hilo escribo (o suelo escribir) cosas que le ocurren a Lyn fuera del ámbito DM porque son escenas que me gustan, o que considero que la marcan (o porque me da la gana, vamos xD), ya que las guiadas y escenas van en sus posts correspondientes.
Comprendo que son cosas que para el 99'9% de los jugadores (el resto soy yo) no son interesantes. Con no leerlo, basta =)

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Mar Abr 05, 2011 2:08 pm
por Wantu
Lady Starlight escribió:

// Aclaro, porque he recibido algunos comentarios por privado, que en éste hilo escribo (o suelo escribir) cosas que le ocurren a Lyn fuera del ámbito DM porque son escenas que me gustan, o que considero que la marcan (o porque me da la gana, vamos xD), ya que las guiadas y escenas van en sus posts correspondientes.
Comprendo que son cosas que para el 99'9% de los jugadores (el resto soy yo) no son interesantes. Con no leerlo, basta =)

Siento engorrinarte el hilo pero creo que se trata de eso, de que escribas cosas que le pasan a Lyn y que te diviertan sean o no con DM. ¡Yo las leo y bien a gusto además! :) :jester:

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Mar Abr 05, 2011 11:04 pm
por Gineu
Pues a mi me encantan las historias de Lyn, por algo te votaron los jugadores en el concurso y te has llevado un premio, estan geniales! ;) :jester:

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Mié Abr 06, 2011 1:02 pm
por Lady Starlight
VI - De aprendizajes y enseñanzas. ( y III )

La veo extender los brazos hacia él y cerrar los ojos, conjurando. Nada ocurre... y Alba frunce el ceño ante mi atenta mirada.

- ¿Hay un Mythal por aquí...? -Pregunta, y yo entorno los ojos, mirándola.
- ¿Qué quieres decir...?
- Pues, yo... he... he conjurado, pero no ocurre nada... -Dice, a media voz.
- ¿¡Estás tomándome el pelo?!
- ...sí -Y se echa a reír. A mí no me hace ninguna gracia.
- ¡Date prisa de una vez, Alba!

Conjura de nuevo. O más bien, de verdad. La solidez del ámbar comienza a resquebrajarse lentamente y, sin saber muy bien por qué, me viene a la mente una imagen similar protagonizada por mi corazón. Realmente, sí que lo sé. El ámbar termina por desvanecerse por completo y Relenar cae a plomo sobre la arena, inconsciente. Corro hacia él y me arrodillo a su lado.

- ¡Alba! ¿¡Está bien?! -Paso el dorso de la mano por su mejilla, fugazmente. Alba tiene un gesto que no logro identificar completamente, como si estuviera debatiéndose por dentro.
- ...puede que se haya quedado sin aire -Concede.
- ¿¡Qué?! ¿¡LE HAS MATADO?!

Sin aire. De pronto, esa idea comienza a asfixiarme a mí también. Alba se ha acercado y se ha arrodillado al otro lado de Relenar. Está completamente histérica, elevando plegarias a Siamorphe y culpándose una, y otra, y otra vez. Realmente, es culpa suya.
Observo a Relenar con ansiedad mientras trato de tomarle el pulso, pese a que el mío propio tiembla sin control. Su semblante calmado, sereno, como sumido en un profundo sueño del que pudiera despertarse en cualquier momento. Hasta su rostro es una obra de arte, pienso: belleza sepulcral sumida en el más profundo de los silencios.

- ¡Mantén la calma! ¡Todavía respira! ¡¡¡Haz algo!!! -Le espeto, y me divido ante la idea de abofetearla o no. Más por desquitarme que por hacerla entrar en razón.
- ¡Ya sé lo que pasa! -Exclama repentinamente, tras un instante de silencio- ¡Está en un estado de éxtasis! -Tan pronto lo dice, desvío sin poderlo remediar la mirada hacia la entrepierna de Relenar. A mí, no me lo parece- ¡Hay que darle un "impulso" para que vuelva!
- ¿...un impulso? ¿Como un puñetazo en el pecho, o algo así?
- No, mujer, ¿es que quieres rematarlo?
- ¡Pues explícate bien o dale tú el impulso! -Mi paciencia hace, al menos, media hora que se esfumó.
- ¡Bésale!
- ¿¡Qué?!
- ¡Eso bastará para que vuelva! ¡Será como ver la luz al final del túnel! ¡BÉ-SA-LE! -Insiste, apremiándome.
- ¡Pero...!
- ¡Hazlo! ¡O morirá!

Me muerdo el labio inferior, dubitativa. ¿Un beso va a hacerle volver? ¿Es que Alba besa a cada persona a quien le hace eso? ¿...de verdad Alba irá haciéndole eso a más gente? Las preguntas nacen y mueren en mi cabeza a la misma velocidad, con la misma intensidad y ninguna encuentra respuesta. ¿Debería besarle? ¿No debería? Me inclino hacia él. Supongo que cuando abra los ojos entenderá que lo hice por su bien y me perdonará. ¿No? Me inclino un poco más. Alba me observa expectante. Mis labios, unas vez más, casi rozan los de Relenar. Y entonces, una voz.

- ¡No, Lyn! ¡Detente! ¡Te están engañando!

Me aparto bruscamente, confusa. ¿Qué ha sido eso? ¿Me lo he imaginado? Miro a Alba. Su rostro tiene una expresión petrificada, indescriptible. Me mira con los ojos muy abiertos. La voz me resulta familiar, es...

- ¿Keila? -Pregunto, mirando alrededor. No veo a nadie.
- ¡No le beses, Lyn, te están liando!

De pronto veo aparecer la silueta de Keila, que se desliza desde las gradas hasta la arena. Así que era ella. ¿Qué dice de engaños? Alterno la mirada entre ella y Alba. Alba parece no saber muy bien cómo reaccionar en un principio, se queda mirando a Keila, realmente confusa.

- ¡No me lo puedo creer, sois lo peor! -Keila se acerca un poco más hasta nosotros, gritando a Alba de forma acusadora- ¡De Relenar me espero ya cualquier cosa, pero de ti, Alba, de verdad que no me lo esperaba! ¡Me has decepcionado muchísimo! -Y se vuelve hacia mí- Lyn, de verdad, no le beses, Relenar está perfectamente, lo están haciendo para que le beses.
- Pero Relenar sigue...

En ese momento, Relenar comienza a toser, brusca y fuertemente. Se mantiene así un instante y, después, se medio incorpora, aparentemente confuso. Parece estar realmente mal, pero...

- ¿Qué motivos va a tener Keila para mentirme? ¿Era todo un engaño...?
- ¿Un engaño...? ¿De qué habláis...? -Inquiere Relenar, débilmente.
- ¡No te hagas el tonto, Relenar! ¡Sólo querías aprovecharte de Lyn para que te besara!
- ¿De qué hablas, Keila?
- Qué fuerte me parece... ahí os quedáis -Y Keila se gira, indignadísima. Hago un amago de ir hacia ella, pero desaparece de mi vista tan rápido como apareció.

Se hace un silencio incómodo. Los tres intercambiamos miradas, unos con otros. Alba suspira, finalmente.

- Está bien, ¿sabéis qué? Apartir de ahora no pienso volver a meterme en nada más. Cada uno que haga lo que quiera con su vida, yo, lo dejo.
- ¿Entonces es verdad? ¿Lo habíais planeado todo?
- ¿Planeado? -Interviene Relenar, rápidamente- Yo estaba luchando contigo y de repente...
- -Alba le corta, tajante.
- ¿Sí? -Parpadeo, incrédula por un instante- Y... ¿ya está? Me engañáis, seguís mintiéndome a la cara incluso cuando os han descubierto y luego... ¿"sí"? ¿Qué soy, el bufón para cuando os aburrís?

No me doy cuenta hasta que termino de hablar, pero he alzado la voz. No sé si estoy decepcionada, enfadada, dolida, o todo a la vez.
Cuando consigo salir de mis pensamientos, me doy cuenta de que Alba parece haberse derrumbado.

- Ninguno de vosotros sabe nada de mí. No os habéis molestado en saberlo -Y algo en esas palabras me inspira un profundo sentimiento de tristeza.
- Somos amigas, Alba... sabes que puedes contarme lo que quieras, cuando quieras. Es sólo que... no suelo hacer preguntas que no me gustaría que me hicieran a mí. -Pronuncio las palabras con la mayor suavidad posible, tratando de animarla. Y me doy cuenta. Me la lían y, encima, acabo consolándoles yo- No estoy enfadada. Contigo -matizo, y es lo último que añado.

Caravana - Sundabar a Nevesmortas

- Lyn... -Giro la cabeza hacia él, en silencio- Sabes que no iba a dejar que me besaras, ¿no? Nunca lo haría. No así.
- Yo ya no sé lo que creer, Relenar. ¿Por qué me has engañado?
- No quería engañarte, sólo era una clase improvisada. ¿Podrás perdonarme? -Y clava sus ojos en los míos. Sus profundos y vibrantes ojos. Suspiro.
- No hay nada que perdonar. No estoy enfadada. Sólo decepcionada. Y más conmigo que contigo -Suspira ahora él.
- No quiero que pienses así.
- No se trata de lo que tú quieras, ésta vez.

Sonríe levemente y yo desvío la mirada, retirando levemente la lona de la caravana; hemos cogido la última, así que el interior de ésta se inunda de la pálida luz argéntea de la luna llena. Me quedo mirándola, como hipnotizada. Realmente no sé qué creer, ni en quién. Creo que ahora mismo sólo pondría la mano en el fuego por Ardeil y Keila. Keila. Se ha ido muy enfadada. No he sabido reaccionar bien, si no hubiera sido por ella... escucho un murmullo a mi lado, procedente de los labios de Relenar. Le miro, interrogante.

- Si te sirve de consuelo... has superado la primera prueba -Asiente, convencido. Me quedo mirándole, confusa.
- ¿Cómo que he superado la primera prueba?
- "Observación" -Asegura- Las tres grandes palabras que conformar las tres grandes pruebas que tendrás que superar mientras seas mi aprendiz. Observación, interpretación y aplicación.
- Entonces... ¿Ahora estoy en la fase de "Interpretación"?
- Así es -Asiente, repentinamente divertido.
- ¿Y qué se supone que tengo que hacer?

Giro el cuerpo hacia él. Realmente, aunque no se lo diga, sí que estoy un poco enfadada. Pero me da igual. Las clases de Relenar me entusiasman, él enseña algo más de lo que puedes aprender en cualquier otra parte, algo más que técnica: una forma más profunda de sentir y, por ende, expresar.

- Has estado observando todo y todos cuantos te rodean, tal como te dije. Sus gestos, sus costumbres, su manera de expresarse. Ahora tienes que aprender a darle una interpretación a todo lo que has visto, por qué actúan o así, qué les impulsa. Qué lleva a algo a ser lo que es.
- Comprendo... ¿Qué te lleva a ti a ser como eres?
- Descúbrelo -Sonríe, desafiante. Y a mí me gustan los retos.
- Creo que ya lo sé. Creo que tienes miedo -Ladea un instante la cabeza, como si no lo esperara, y sonríe.
- Adelante, sigue. Me gusta por dónde va.
- Creo que quizá alguna vez has amado demasiado y del mismo modo te han hecho demasiado daño, y ahora tienes miedo y te has cerrado a los verdaderos sentimientos. Creo que te conozco, tu forma de enseñar, las letras de tus canciones... casi siempre hablan de amor, no de fugaces sentimientos de una noche que acaban dejando el corazón vacío -Cojo aire, sin terminarme de creer que he dicho lo que acabo de decir.
- ...estás muy cerca. Nunca deja de sorprenderme lo rápido que aprendes -Me encojo de hombros.
- No aprendo rápido. Si me preguntaras por qué Alba actúa como actúa, no sabría decírtelo. Pero supongo que a ti te he observado mucho más.

Y tan pronto acabo de decirlo, me sonrojo, desviando nuevamente la mirada. Percibo por el rabillo del ojo una sonrisa dibujándose en sus labios, antes de volver a mirar al otro lado de la lona.
Nevesmortas se dibuja en el horizonte... y me asalta el sentimiento de regreso al hogar.



// Gracias chicas *O* qué haría yo sin vosotras.

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Sab Abr 09, 2011 11:56 am
por Torzai
Impresionante la ultima narración xD en especial me gustó esta parte:

"- Has estado observando todo y todos cuantos te rodean, tal como te dije. Sus gestos, sus costumbres, su manera de expresarse. Ahora tienes que aprender a darle una interpretación a todo lo que has visto, por qué actúan o así, qué les impulsa. Qué lleva a algo a ser lo que es.
- Comprendo... ¿Qué te lleva a ti a ser como eres?
- Descúbrelo -Sonríe, desafiante. Y a mí me gustan los retos.
- Creo que ya lo sé. Creo que tienes miedo -Ladea un instante la cabeza, como si no lo esperara, y sonríe.
- Adelante, sigue. Me gusta por dónde va.
- Creo que quizá alguna vez has amado demasiado y del mismo modo te han hecho demasiado daño, y ahora tienes miedo y te has cerrado a los verdaderos sentimientos. Creo que te conozco, tu forma de enseñar, las letras de tus canciones... casi siempre hablan de amor, no de fugaces sentimientos de una noche que acaban dejando el corazón vacío -Cojo aire, sin terminarme de creer que he dicho lo que acabo de decir.
- ...estás muy cerca. Nunca deja de sorprenderme lo rápido que aprendes -Me encojo de hombros.
- No aprendo rápido. Si me preguntaras por qué Alba actúa como actúa, no sabría decírtelo. Pero supongo que a ti te he observado mucho más.

Y tan pronto acabo de decirlo, me sonrojo, desviando nuevamente la mirada. Percibo por el rabillo del ojo una sonrisa dibujándose en sus labios, antes de volver a mirar al otro lado de la lona.
Nevesmortas se dibuja en el horizonte... y me asalta el sentimiento de regreso al hogar."

Me gustó mucho como lo enfocaste ^^ Sigue así xD

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Lun Abr 25, 2011 5:40 pm
por Lady Starlight
VII - (Des)Encuentros.

Puerta Norte de Nevesmortas

Sonrío. Sé que para la mayor parte de la gente éste alboroto resultaría, cuanto menos, desagradable... pero para mí el simple hecho de haber regresado a la algarabía de compañeras tales como dos de mis niñas, Katy y Keila, tras un largo viaje en soledad, me resulta acogedor. En éstos pensamientos me encuentro sumergida cuando veo cruzar la puerta de la villa una figura ataviada con una elegante armadura forjada en blanco y oro, a rostro cubierto. Se desplaza hacia nosotras con una sonrisa amplia y encantadora.

- Menuda reunión de mujeres guapas...

Y tal introducción produce un incómodo silencio. Sobre todo, teniendo en cuenta que con nosotras se encuentra también Jarel, un trovador que ha llegado a la villa hace no mucho. Lentamente, todas las miradas se desvían hacia él, alternándose con la misteriosa mujer, que prosigue diciendo...

- ¿Alguna de vosotras desea un ritual de amor, conocer la buena ventura? -Y mantiene esa sonrisa amplia y sincera.
- Ajá, ajá, seguro que la guapa Jarel desea conocerla -Aventura Katy, con su desparpajo habitual. La adivinadora se ríe.
- Bueno, normalmente la buena ventura concierne a las mujeres, pero si el caballero lo desea... vamos, ¿qué podéis perder?
- Creo que la palabra adecuada es ganar -Sonríe Keila, que siempre tiene el comentario oportuno. Vale, puede que lo crea porque suele pensar igual que yo.
- ¡Eso, eso! ¡Seguro que hay que pagar algo! -Exclamo, no muy convencida al respecto.
- ¿Pagar? Oh, no... sólo hay que hacer una pequeña donación, al gusto. Sirve algo tan simple como una fenalopa.
- ¡Ah, pues yo te doy una fenalopa si le adivinas el amor a Keila!
- ¡Y dale con el amor...! ¡Que yo estoy muy bien sola! -Protesta ella, pero mantiene una sonrisa divertida.
- No, no. Me temo que la ofrenda debe ser del interesado en cuestión, si no, la predicción no es válida.
- Pero mi futuro no está escrito, mi dama, lo escribo yo. No existe aún un mañana -Asegura Jarel.
- Puedes variar algunas cosas, pero me temo que el destino sigue siempre unas pautas; así ha de ser.

La conversación se alarga durante un buen rato. Jarel cede ante los razonamientos de la adivina, que le observa de arriba abajo y llevándose las manos a las sienes con gesto concentrado le predice una pronta e intensa aventura emocional, que no llegará a ser nada más que eso: un buen rato entre dos personas adultas. Jarel dedica una significativa mirada a Katy, sumido en sus pensamientos, y a mí me da por sonreír: se los lleva a todos de calle con esa naturalidad tan suya de brutal sinceridad. Cuando termina con él, yo ya he tomado una decisión.

- ¡Ahora a mí, ahora a mí! ¿Os sirve éste anillo mágico como ofrenda? -Le muestro uno que robé a uno de los osgos del camino; ella lo observa y asiente complacida.
- ¿Qué es lo que quieres saber, muchacha?
- Oh, pues... yo es que ya tengo un amor, así que eso no me hace falta saberlo. ¡Pero si me puedes decir qué tal nos va a ir estaría muy bien! -Sonrío, emocionada. Lo mismo la adivina muestra un poco más de confianza que mis propias amigas, porque vaya...
- Claro que sí, déjame ver... -Sonríe ampliamente tomando mis manos. Luego me inspecciona con la mirada, tal como hizo con Jarel, como si viera dentro nuestro... y alza su mirada a mis ojos- ¡Lo tienes coladito por ti, loco por tus huesos! -Sonrío, apunto de exclamar algo yo también, pero continúa- ¡Pero...! -Mierda, siempre hay un pero- Veo que se está encontrando con otra persona, una mujer morena... él te quiere mucho, pero tienes que tener cuidado.

Suspiro. Echo una rápida mirada atrás y veo que todo el mundo está mirándome con un gesto mezcla de "ya te lo dije", "lo sabía" y "pobrecilla". Suspiro una vez más. Un momento. ¿Ha dicho una mujer morena? Miro a Keila. No, imposible. Miro a Katy. ¿Sería capaz...? No, no lo creo. Aunque... No, no. Imposible. Vuelvo a mirar a la adivina.

- ¡Pero no te preocupes, guapa, que yo sé lo que necesitas! La Diosa aconseja que realices un ritual de amor para mantenerlo atado a ti y que esa bruja morena no pueda interponerse en vuestro amor, ¿qué te parece?
- ¿Un ritual de amor? No sé yo... es que eso de mantener a alguien atado a mí así... es un poco como hacer trampas, ¿no? -Escucho unas risillas tras de mí, probablemente de Keila, porque suenan un poquito a tejón.
- ¡Vamos! ¿Crees que iba a engañarte? ¿Qué motivos tengo? ¡Ni siquiera tengo intención de cobrarte!

Acaricia mi mano con suavidad, sonriéndome dulcemente. No, no creo que me esté engañando. Sumida en mis pensamientos, en si debería hacerlo o no pese a que no me convence en absoluto, de pronto escucho una voz masculina a mis espaldas.

- Lyn...
- ¿Hm? -Giro la cabeza hacia él, Shouzen. Le sonrío.
- ¿Un ritual de amor? ¿De verdad? Tú no necesitas ninguna de esas cosas para mantener a un hombre a tu lado, vales más que eso.
- Pero podríamos hacerlo ahora mismo... -Insiste la adivinadora con rapidez, ante las palabras del monje- hay luna llena -La miro, dubitativa.
- Lo siento, de verdad... sé que lo decís con buena fe, pero... no creo que sea lo más correcto mantener a una persona a mi lado así. No lo necesito. Cuando esté con alguien, que sea porque me quiere de verd...
- ¡Deshonra! ¡Has ofendido a la Diosa y su castigo caerá sobre ti! -Me corta, en un grito algo delirante, mientras corre hacia el norte hasta perderse en la foresta ante nuestra atónita mirada.



ImagenImagenImagen



Estamos un rato dándole vueltas a todo el asunto, sin darle mayor importancia. La conversación ha tirado ya por otros derroteros, como es costumbre entre nosotras. Unas marujean sobre ésto, otras marujeamos sobre lo otro... no sé cuándo llegaría, pero cuando me giro para observar mi alrededor, aburrida, puedo contemplar a un elfo bronceado y de aspecto taciturno apoyado contra un árbol, hablando con Dana. Lo cierto es que me resulta familiar, pero no consigo ubicarle. Me encuentro observándole cuando escucho otro grito, de la misma dirección por dónde escapó la adivina a todo correr.

- ¡Su maldición caerá sobre ti, hereje! ¡Has desoído a la Diosa y ha sido ofendida! ¡Pagarás por tus afrentas!

No me ha dado tiempo a reaccionar, cuando me giro en su dirección ya no veo a nadie. ¿Ofendido? ¿Deshonrado? ¿Afrentas? ¿De qué demonios está hablándome?
Me cuesta hacerme al repentino revoltijo de voces que se mezclan a mis espaldas. Cuando consigo habituarme y salir de mi desconcierto, consigo discernir algunas frases sueltas.

- ¿¡Lo habéis visto?! ¡Era una mujer roja! ¡Roja y con alas! -Exclama Beli sorprendida.
- Una... ¿mujer roja con alas? -La miro, entornando los ojos.
- ¡Os digo que es lo que he visto! -Repite observándonos uno a uno ante la incredulidad general.
- Beli... -La miro a los ojos, y ella mantiene mi mirada- ¿Has estado comiendo setas de las de al lado del pozo? Porque esas setas NO se comen.

Yo hablo en serio, pero ese comentario la saca de su repentina seriedad y se echa a reír, negando con la cabeza. De pronto caigo en la cuenta. Si es una adivina, y viene gritando que...

- ¡Un momento...! ¿¡Me ha echado un mal de ojo?! -Y ahora es Keila la que se ríe, con ese aire dulzón suyo en general
- Un mal de ojo dice... -Y ríe un poco más- Anda, vamos a dar ese paseo.



ImagenImagenImagen



Norte de Nevesmortas - Alrededores del Hospicio de Márzhammor

Está siendo un viaje divertido, aunque a Úrsula no parece simpatizarle nuestro profundo odio hacia la maldad infinita de esos seres infernales comúnmente conocidos como tejones. Yo, para intentar hacerla comprender, le cito un pasaje del libro "La verdad sobre los tejones", una de las obras literarias más grandes de todos los tiempos, aunque La Marca aún no se haya dado cuenta; algún día éste libro les salvará la vida.
Estamos a punto de pasar de largo el Hospicio, de hecho, Beli y Úrsula se han adelantado para tratar de calmar a los posibles animales que nos podamos encontrar, cuando escucho de nuevo esa voz amenazadora.

- ¡Tú...!

Doy un respingo y me giro en dirección al sonido. Tan pronto lo hago, empiezo a retroceder hasta quedarme tras Keila, que se ha puesto a conjurar apresuradamente sobre ella misma y sobre mí. Ante nosotras, la... ¿mujer? De la que hablaba Beli: tez carmesí, alas rojas como las de un demonio y absolutamente rodeada por lo que a mí me parecen los esqueletos más ENORMES que he visto en toda mi vida. Son como cuatro veces ella, y muchos.

- ¡Entregadme a la pelirroja! ¡La ofensa ha sido suya, no os concierne! ¡Dádmela y os dejaré marchar!
- ¡Deshazte de tus siervos y lucha conmigo si te atreves, cobarde! -Le grita Keila. Me sorprende lo valiente que es en éste momento, cuando siempre somos las primeras en correr. Y sé que es, probablemente, mi mejor amiga.
- ¡Ha ofendido a la Diosa! ¡Merece ser castigada!
- ¡P-pero si no he hecho NADA! ¡Sólo he rechazado el ritual AMABLEMENTE! -Recalco, tratando de hacerla entrar en razón. Pero es inútil.
- ¡Deshonra! ¡Pagarás por ello! ¡Has desoído su consejo y rechazado su ayuda!

En ese momento llegan Beli y Úrsula, atraídas por el escándalo, detrás de nosotras. Al mismo tiempo, Daya desciende la colina que da paso al Hospicio acompañada del elfo taciturno, cuyo nombre desconozco y, proveniente de Nevesmortas, la dulce Dana se acerca también. La nigromante observa a su alrededor. Todos estamos en guardia... bueno, vale, todos ESTÁN en guardia, preparados para iniciar la ofensiva. Sabiéndose rodeada, me dedica una última mirada.

- ¡En algún momento tendrás que salir sola y entonces te encontraré y pagarás por tus actos!

Sentencia y, en ese momento, lanza a sus criaturas de hueso contra todos nosotros. Entre todo el caos y el desconcierto, consigue escabullirse de los aventureros que la persiguen sin éxito.
Beli busca su rastro, pero no es capaz de reconocerlo; probablemente haya huído mediante magia, al fin y al cabo es muy poderosa. Elenthyl, que así se llama el elfo misterioso, y Dana empiezan a hacer preguntas sobre lo ocurrido. Dana apunta varias cosas, tales como la descripción de ambas brujas, para presentar una denuncia formal ante la Guardia de Nevesmortas y la misma Orden de Caballeros, además de asegurarse de que no pese sobre mí ningún tipo de maldición.
Tras mucho rato dándole vueltas, y ante mi probable gesto de absoluto terror intensificado por los poco oportunos y catastofristas comentarios de Katy, Keila me observa.

- No dejaremos que te pase nada, Lyn. Tampoco vas a quedarte encerrada en la villa.

Claro que no, pienso. Ahora mismo me voy a buscar a Shouzen.
Acaba de ascender a guardaespaldas.

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Jue Abr 28, 2011 6:39 pm
por Lady Starlight
VIII - ¿Qué me has hecho...?

Avanzo hacia el norte de Nevesmortas. El alba se filtra por entre las ramas y hojas de los árboles como un halo de luz dorada, que armonizando con el tenue rumor del río y el sibilino silbido del viento crean un escenario de luces y sombras, de muerte y de vida que se me antoja algo sagrado.

- ¿Lyn...?
- ¿Eh?

Sacudo la cabeza. Me he despistado por un segundo y, cuando vuelvo en mí, veo a Shouzen unos pasos más adelante, tendiéndome la mano. Por suerte, aunque hemos discutido por el tema de Quarrel y la tarta de chocolate, nuestros enfados no suelen durar demasiado tiempo. Hace un gesto con la mano, insistiendo, con una sonrisa cálida. Me ha pedido que le acompañe a algún lugar, aunque no ha querido decirme dónde; sólo me ha pedido que confiara en él y, por supuesto, así lo he hecho. Shouzen siempre cuida de mí.
Cojo su mano y seguimos avanzando. Me da la sensación de que nos encaminamos al Hospicio. Es un día raro. A pesar de estar en la Marca, no hace frío. El verde del entorno tiene un aire vibrante que incita a no dejar de observarlo... y esa sensación que me produce en el pecho, palpitante, me trae recuerdos nítidos de tiempos pasados.

La caravana de la compañía había hecho un alto en el camino. Estábamos acampados en el claro de un bosque, mi madre removiendo el contenido de un caldero con un cucharón mientras mi abuela tocaba una improvisada melodía en el laúd. Estoy sentada junto a ella, frente a una chica de cabello castaño y ojos de un verde profundo. Ríe a carcajadas mientras jugamos a las palmas al son de la música de mi abuela, que nos observa con ternura. La canción adquiere un ritmo casi frenético, y cada vez nos resulta más difícil seguirlo. Justo cuando estamos a punto de conseguirlo, siento algo abalanzarse sobre mí y rodearme con los brazos a la altura de los hombros, plantándome un sonoro beso en la mejilla. De las cinco escapa una alegre carcajada al unísono, aunque mi madre trata de disimularla bajo un falso rictus de severidad que amenaza con desmoronarse en cualquier momento. Giro la cabeza para observar a mi "asaltante" y me encuentro de frente con una sonrisa divertida coronando un delicado rostro negruzco enmarcado por una larga melena blanquecina.

- Ya casi hemos llegado.
- ¿Eh...? -Sacudo la cabeza. De nuevo me he sumido en mis pensamientos.
- ¿Estás bien? Te noto un poco ausente.
- Estoy bien, sí -Sonrío, ampliamente.

Como he andado casi por inercia, me sorprendo a mí misma cruzando el umbral de la cueva de los trasgos. Se apodera de mí un frío repentino, un malestar general. Nunca me he sentido bien en los lugares cerrados y oscuros. Shouzen suelta mi mano para combatir con algunos de esos seres repugnantes, mientras yo me alejo un poco para cargar las flechas en el arco, que al destensar la cuerda en cada disparo emite un silbido que me resulta extrañamente familiar.

Apoyo la espalda en el tronco del árbol, respirando agitadamente, con esa excitación desenfrenada de cuando estáis haciendo algo que nadie más debe saber. Observo una versión adolescente de mí misma reflejada en un charco a mis pies y me sorprendo por un instante. La melena pelirroja desciende hasta más allá de mis caderas. Giro la cabeza hacia mi derecha y veo a la otra chica, más joven que yo, la de pelo castaño; Norisse...
Me fijo en el destello emocionado de sus ojos y sé que se siente exactamente igual que yo. Y de pronto, ese silbido. Ambas asomamos la cabeza a un lado de nuestros respectivos árboles, al mismo tiempo, y vemos a Arda, la joven drow, hacernos un gesto con la diestra, para que la sigamos.
Ante nuestros ojos se abre la inmensa boca de una cueva, oculta entre la foresta, y pese a la inmarcesible oscuridad que se esconde entre sus fauces y amenaza con tragarnos, hace varias noches que llevamos planeándolo, y el miedo se entremezcla y confunde con el nerviosismo y la prisa.


- ¡Vamos, chicas, tenéis que ver ésto!

Escucho la voz de Arda con total claridad, apremiándonos en un susurro ansioso. Escucho voces, a lo lejos, pero ellas no parecen darse cuenta. Poco a poco, su imagen comienza a difuminarse.

- ...por aquí.

Shouzen, claro. Las voces eran de Shouzen. Me dejo guiar hacia una de las paredes de la sala más amplia de la cueva trasga, hasta que ambos nos detenemos. Observo la pared y luego a Shouzen, repetidas veces, de forma alternativa. Creo que no puedo estar más confusa.

- ¿Ésto es lo que querías enseñarme? ¿Una pared? -Pregunto, y de nuevo esa sensación.

- ¿Ésto es lo que querías enseñarnos, Arda? ¿Una pared? -Pregunto, dejando ir una risilla de burla.
- ¡No, tonta, fíjate bien! -Añade Norisse, señalando unos surcos en la pared de la misma.

Arda me mira alzando las cejas, con una sonrisa irreverente que parece decir a todas luces ¿quién es la tonta ahora? Y yo sonrío. Observo los surcos con detenimiento, mientras Norisse los toquetea incesantemente. Ella siempre ha sido la más hábil de las tres. No logra descifrar qué significan y eso la exaspera, así que lanza un puñetazo de frustración contra las mismas. De pronto...


Me doy cuenta de que he extendido la mano hacia ella cuando el frío de la roca azota las yemas de mis dedos y me hace estremecer, sacándome de mis recuerdos. Sigo esperando que Shouzen me conteste pero, en lugar de eso, me agarra del antebrazo con tanta fuerza que comienza a hacerme daño. Lo sacudo bruscamente, pero no consigo soltarme. Y me empieza a faltar la respiración, a nublárseme la vista.

- ¡Me haces daño! -Me doy cuenta de que mi voz refleja una ansiedad que no querría demostrar.
- Voy a hacer mucho más -Añade, fríamente.
- Shouzen, por favor...

Caos. Al otro lado sólo hay caos. Humanos ataviados con extrañas armaduras de las que pende un símbolo que nos es desconocido, una rosa negra. Elfos oscuros arrasándolo todo a su paso. Sangre. Gritos. Llantos. Cuerpos esparcidos por la superficie rocosa de la cueva...

- ¡No le hagas daño, por favor!

Una de las mujeres grita, desesperada, mientras el drow que se alza frente a ella desgarra la yugular de uno de sus compañeros, ante nuestros ojos atónitos. Nos hemos quedado inmóviles, clavadas en el suelo. La mujer retrocede, arrastrándose por el suelo, a cada paso que el drow avanza hacia ella. Y de repente, sus ojos se posan en nosotras, escondidas torpemente una tras otra al otro lado de la puerta secreta.

- ¡Por favor!

Su voz es una súplica angustiosa en sus labios... y cuando los ojos rojizos del elfo oscuro se posan sobre nosotras, se convierte en la nuestra propia.


La misma desesperación que siento ahora agarrándose a mi pecho, anudándose en mi garganta e impidiendo que de mis labios salga ni una súplica más. Me limito a mirar a Shouzen con ojos llorosos, con ambos momentos de mi vida parpadeando en la retina de mis ojos, luchando el uno contra el otro para ver quién sale vencedor.

- ¡He dicho que te pegues a la pared! -Grita, y me empuja contra la misma. Y siento un latigazo recorrérmela de arriba abajo, igual que...

No sé cuánto tiempo estuvimos corriendo, pero teníamos las mejillas, los brazos y las piernas, todo, arañado por la inclemencia del bosque, con sus ramas azotándonos como látigos. Tan pronto aquél ser clavó sus ojos sobre Arda, sobre el símbolo de Eilistrae que pendía de su cuello, escupió unas palabras de las que yo sólo pude entender una parte, gracias a las enseñanzas de quien para mí, es como una hermana. No sé qué dijo con exactitud, pero Arda se había estremecido de pies a cabeza, nos había agarrado a Norise y a mí de las muñecas y había tirado de nosotras hacia la salida, perseguidas por esas criaturas.
Norisse había conseguido despistar al último que nos seguía la pista y ahora estamos aquí... de hecho, llevamos aquí mucho rato. Norisse asoma la cabeza por encima de la gruesa raíz del árbol y Arda permanece con los ojos cerrados, concentrándose en discernir cualquier sonido que no proceda del mismo bosque.


- Creo que se han ido... -Dice finalmente, susurrando aún así- ...deberíamos volver.

Shouzen, ignorando mis llantos, toma su kama y la enfila contra mi cuello, obligándome a mirarle.

- Me lo has puesto muy fácil... ¿Ves lo que te digo? Trabajo de hormiga. Ganarse tu confianza para después apuñalarte por la espalda. Me preocupa que te pueda pasar algo cada vez que me aleje de ti, Lyn.

Pero yo ya no le veo. La cabeza me da vueltas, todo me da vueltas, y siento que toda mi sangre se concentra en un mismo punto. Shouzen, la cueva de los trasgos... todo comienza a emborronarse, a teñirse de un tono purpúreo...

- ¿Qué demonios es eso...? -Pregunto en un murmullo entrecortado.

A medida que nos vamos acercando al claro del campamento, un halo de luz rojiza se va filtrando entre los árboles. Escuchamos un grito, y luego un ruido sordo. Norisse y yo intercambiamos una mirada significativa, Arda contiene el aliento... las tres echamos a correr en esa dirección. Fuego. Fuego por todas partes. Sombras que se mueven entre las mismas sombras.


- ¡Mamá! -Norisse lanza un grito desesperado, de repente, y corre en dirección al fuego.
- ¡Norisse, no! -Alzo la mano hacia ella, intentando retenerla, pero sus ropajes se escurren entre mis dedos.

- ¿Me estás escuchando, Lyn? Sé que ésto no te gusta, pero es peligroso que...

- ¡Es muy peligroso, Norisse, no podemos hacer nada! -Exclama Arda.

Pero es demasiado tarde. Veo como uno de los drows agarra a Norisse y la arrastra hacia el fuego. Ella extiende la mano hacia mí, gritando, y yo quiero ir hacia ella. Pero no consigo moverme.


- ...imagínate que en vez de ser yo, hubiera sido ese Quarrel. Hubiera acabado contigo.

- ¡Voy a acabar contigo!

Escucho el grito de Arda, furioso, mientras avanza a todo correr cogiendo una espada larga del suelo, probablemente de uno de los pocos drows que han conseguido abatir. Fuimos unas ingenuas creyendo que los habíamos despistado. Arda carga contra el drow, que empuja a Norisse para combatir contra Arda, su verdadero objetivo. Me armo de valor y corro hacia ellas. Lo intento. Pero unos brazos se ciernen sobre mí, tirando. Siento que mi vida roza su fin, pero entonces...

- Sé que no quieres perdonarme, pero lo he hecho aún a costa de nuestra amistad... porque te quiero, y no quiero que te pase nada.

...distingo en la muñeca de la persona que me arrastra una pulsera de cuentas de múltiples colores. Norisse, Arda y yo la hicimos para mi abuela. Su voz, agotada, murmura empapada por el pavor.

- Vamos, es tarde... es tarde, cariño... tenemos que ponerte a salvo.

- ...lo sé, pero querría que no fuera ahora. No quiero que te vayas, Lyn.

Mientras mi abuela me arrastra en dirección opuesta a lo único que alguna vez pude llamar hogar, observo a Arda caer como un peso muerto contra la hierba, cubriéndola de sangre. Escucho una voz familiar, a lo lejos. Norisse. La busco con la mirada, pero no la encuentro. Alargo mis brazos en esa dirección. Quiero encontrarla, quiero llevarla conmigo... pero mi ser no la alcanza. Su ser no me alcanza. Y sólo me queda su voz, pidiendo ayuda en un alarido.

¡No te vayas!
¡Lindara!
¡Espérame!
¡Lindara!
¡Aún no, no te vayas!
¡LINDARA!




Me incorporo súbitamente, tomando una bocanada de aire exageradamente fuerte, bañada en sudor. Miro a mi alrededor, respirando agitadamente. La cama de siempre en la habitación de siempre. Estoy en la posada. Me llevo una mano al pecho, con los ojos llorosos, tratando, sin éxito, de normalizar la respiración.
Alargo la mano hasta el cristal que reposa en la mesilla de noche, haciendo las veces de espejo cada mañana. Me observo en el él un instante. La corta melena desigual, el rostro que abandona el aire de niñez para adoptar la forma de mujer. Lanzo el espejo contra la pared, en un arranque de furia que me asusta a mí misma. Se hace trizas, cayendo al suelo con un tintineo.

Lindara ya no existe.
Ahora ésto es lo que soy.

Lyn, trovadora y caminante del viento.

Re: Bombeando Palabras. - Lyn A.

Publicado: Vie Abr 29, 2011 12:19 am
por Shouzen
Me encanta!