Re: Cazadores del Norte: el Colmillo Ensangrentado.
Publicado: Sab Feb 06, 2010 5:27 pm
varang escribió:Sangre, la tierra huele a sangre, a muerte. El viento arrastra la furia de la madre por sus hijos asesinados.
Hasta los ríos parecen teñirse de rojo al atardecer. Sólo aquí, en lo más profundo del bosque, corriendo
junto a mi hermano entre la espesura, cazando juntos, como los dos hambrientos carnívoros que somos,
durmiendo en el cobijo de alguna cueva, como animales, como seres libres de toda obligación que no sea vivir,
sólo aquí he conseguido perder el miedo; el miedo al fracaso de esta empresa, a la muerte de todo lo que
me importa, incluso a la mía.
Sólo soy un insignificante animal que va a luchar por cosas que no termina de comprender. Mi muerte no será
importante, pero si no voy, mi vida tampoco lo será. Es la hora de reunirme con aquellos que ahora me llaman
hermano para mostrarle nuestros colmillos a la muerte.
Atrás dejo a una persona a la que llamo madre, a sus hijos a los que llamo hermanos. Ella no lo entiende, no lo
apoya, pero qué madre lo haría.
Antes de salir del bosque de Nevesmortas, detengo mi carrera, corro usando pies y manos, así que no necesito
agacharme para que mi frente y la de mi hermano D’Leh se unan, nuestras miradas se encuentran, nos entendemos.
Es un animal orgulloso y malcarado, no voy a obtener de él ninguna muestra de cariño. Sólo un gesto brusco
con el que se separa de mi para luego alejarse entre la espesura y desaparecer. Lo último que sé de ese tigre
es el sonido de un rugido de furia y tristeza. Si fuese una persona, seguramente hubiese dicho algo así como
“más te vale volver vivo”.
Paso junto al campamento en el linde sur del bosque. A penas quedan miembros de la tribu, todo hombre y mujer
capaz de luchar se ha ido a Felbar. Paso por delante, me ven, aunque yo no les miro, no quiero que vean mi cara,
mi gesto no debe ser muy alentador, no quiero que se desanimen aún más. Cuando ya me he alejado de ellos
escucho un grito unísono de los que quedan en el campamento en esa lengua norteña tan característica. No sé lo
que dicen, pero me hace sentir mejor, lo dicen una y otra vez, deben de ser ánimos.
Después de un rodeo paso por la zona este de la villa. Ahí están mi madre y mis hermanos, en el jardín de la casa,
jugando. Miro al cielo, tomo aire y decido acercarme para despedirme, pero cuando bajo la vista ya no están; no
hay nadie en la casa, hace tiempo que no. Qué tonto, lo había olvidado.
Me encamino hacia el portal mágico que ha de llevarme a la fortaleza enana, sólo es un viaje de ida. Pienso volver
a pie, con mis hermanos y con los demás: arcanos, caballeros y todo el mundo que se ha implicado en esto. Soy
uno más, cada uno tiene sus razones, su historia. La mía es una de tantas. Veremos cómo acaban.