//Muy buena Iru, pero Rich tampoco alzó el arma. Él las desenfundó antes que todos e hizo lo suyo antes, depués las guardó y fue después lo que mencionas
Pero bueno, si tengo tiempo postearé desde el punto de vista de Rich
Searching... Seek & Destroy. Si no puedes remediarlo, por lo menos ¡FLIPALO!
-¿Tienes miedo?– las palabras de la mujer sin rostro, pronunciadas de forma lenta, pausada y ceremoniosa, cayeron de forma pesada en los oídos de Claire. Bajo la fuerte lluvia, durante un latido que duró edades, consideró fríamente esas palabras. Miedo. Tener miedo en esas circunstancias. En medio de la guerra que había implicado no a una, ni a dos. A todas las personas y habitantes de la Marca Argéntea.
Miedo.
¿Por qué se atormentaba? Si el camino del deber, de la justicia, era el que había decidido tomar, ¿podía acaso darse el lujo de permanecer al margen?
Miedo.
Acaso hace ya tres dekhanas, en aquella noche entre sábanas rojas, ¿no decidió aceptarlo? Había jurado frente al amor de su vida no cejar en su empeño. Avanzar con alta mirada hacia el futuro incierto, con una mano en el corazón. Luchar por todo aquello que amaba, la Marca Argéntea.
La aceptación.
El agua le corría por la cara, salvaje y libre como llanto. Y bajo el cielo encapotado, y el atento escrutinio de la mujer, Claire tomó una decisión.
Claire combatiría. Por la gente libre de la Marca, por alcanzar su meta, combatiría.
El cambio en la inflexión de su traslúcida y misteriosa guía le hizo tomar consciencia del lugar al que se acercaban.
Felbarr, la ciudadela enana. Había emprendido la marcha por los entramados y retorcidos pasajes inferiores de la fortaleza, penetrando por la Vigía Sur ya atestada de soldados. Una reunión táctica había sido convocada en la zona alta de la ciudad, por el general Yándar Filâstro, y como líder de los arcanos, su querido Elmínster.
-Tienes miedo– De nuevo oyó la cruel voz a sus espaldas, susurrándole, ladina.
Apretó los puños en un acto reflejo, y en la boca notó el sabor acre de la bilis. Se giró casi al instante, sólo para contemplar que aquello que la había estado siguiendo no era más que su sombra, su subconsciente, su reflejo distorsionado en el agua.
-Tendré miedo. Miedo porque todo aquello que tenemos caiga en el olvido. Pero lo acepto y combatiré contra el.
Finalmente lo había comprendido. El miedo siempre estaría con ella pero, ¿eso significaba que le impediría hacer lo correcto? No. Pensó conforme subía las escaleras en caracol, camino a la reunión. Ahora más que nunca, el miedo sería una motivación. Y si había algo realmente característico en la bruja, era su cabezonería y su recio sentido del deber.
Dolor. Palpitante dolor. Claire se las arregló como pudo para alzar el brazo, y contemplar el alcance de las heridas a través del velo carmesí que nublaba su visión, ignorando el dolor que le producían. Cortes y quemaduras cubrían el miembro por completo, sí bien todavía conservaba la movilidad de este. El pecho y la cabeza lucían de forma similar...
Había sido afortunada, después de todo. Seguía con vida...
Todo había empezado con la distribución y conformación de los batallones frente al caballero Maldoun. Tanto los aventureros que habían acudido para la guerra, como el resto de organizaciones venidas de todos los puntos de la Marca Argéntea se encontraban allí presentes.
Claire encontró multitud de caras conocidas… Iruzar, capitán de la Orden de Caballeros, Richard, como representante del Puño y la Rosa, y muchos más que, en silencio, esperaban a la distribución.
Claire había sido designada al primer batallón, de cuatro. Junto con una amplia lista de guerreros avezados en el combate y su compañera Zerina, dando soporte ambas con el don de Mystra. También había encontrado a su esposo Damián entre la muchedumbre, y por desgracia, había acabado en el segundo batallón, alejado de ella.
Los guardias pronto avisaron del comienzo del juicio del semiorco que tantos quebraderos de cabeza había dado. Y así, representantes y líderes de cada orden y organización acudieron a la sala del trono, donde esperaba el rey, sir Filâstro y Elmínster Aumar.
Fue ahí donde ocurrió el hecho fatídico. El juicio se había alargado durante horas. Sir Pitlik encabezaba la defensa del semiorco con soltura inusitada. Era cuanto menos curioso contemplar que un caballero defendiese a una criatura que, directa o indirectamente había asesinado a millares de personas. Pues él, Gorfuk, sabedor de los planes de ataque a Sundabar, no había dicho palabra ni hecho informe a las autoridades. Así casi sucumbe Sundabar.
En el momento en el que Claire iba a pronunciarse, Beshaba decidió intervenir. Apenas había dado tiempo a reaccionar, Elmínster contraconjuraba junto a ella. Brazaletes y escudo brillaban. Alguien trataba de sacarles de allí mediante un conjuro de teleportar en masa.
Fue así como acabaron en medio de un bosque cercado por las llamas. En medio de un ataque orco, con una bruja tras las filas de pielesverdes impidiendo el escape de aquellos que habían sido invocados.
Preparándose para la batalla, el grupo alzó sus armas, mientras que los tres arcanos allí presentes trataban de anular la magia de la bruja, para poder abrir un portal y retornar.
Sangre y hierro, gritos de guerra, y el musical chocar de armas invadió el claro.
Perlas de sudor recorrían la frente de Claire, y una grave migraña empezaba a atenazarle la sien, provocada por el cansancio que le suponía extraer las energías arcanas para su magia una, y otra, y otra vez.
Arcanos en éxtasis, en trance, concentrados, apenas se percataron de que, cuando el portal comenzó a ser tangible y estable, un tropel de soldados lo traspasaron, con Lady Iruss al frente, acudiendo en ayuda de los que allí se encontraban.
“Mystra”
En medio del mantenimiento del portal, Claire rogó a su diosa, entregándose totalmente. El portal debía durar hasta que saliesen absolutamente todos de allí.
“Mystra…”
Por suerte, la dama de la magia escuchó sus súplicas, y así fue.
//Cuando salió la madre, me temo que me fue imposible hacer fotos, a ver quien conjuraba, curaba y hacía fotos a la vez. Pero vamos, os lo conocéis. Murió la bruja madre, todos contentos y felices, la quest ha acabado bien, y repito que todos contentos y felices. No quiero ver un orco más hasta... hasta xD. Igualmente, buen final
Última edición por Eala el Lun Mar 01, 2010 7:57 pm, editado 1 vez en total.