La orden vestia sus mejores galas , nuevos nombramientos se iban a producir. A pesar del ambiente festivo que lo rodeaba Sir Jacob sentia una enorme inquietud en su interior. La intransigencia de los barbaros lo habia obligado a volver sin poder hacer nada. No era su forma de actuar, pero era lo mas prudente , su presencia alli solo habria complicado las cosas. A pesar de ello Maese Zenhit habia ido con ellos , y no habia vuelto a tener noticias de el.
Cuando concluyo la ceremonia de nombramiento, reunio rapidamente a los caballeros y les puso en antecedentes. Poca era la informacion que tenia, pero se pondrian manos a la obra enseguida. El tiempo apremiaba y no sabian nada acerca de la amenaza que se cernia sobre la marca. Cuando trataban el plan de accion un soldado irrumpio en la sala. Habian encontrado a un hombre herido en las cercanias de la villa. Lo hizo pasar inmediatamente y alli entre el y lady saphirra , lo trataron como buenamente pudieron.
Una vez recuperado , el hombre , les conto que pertenecia a la horda y comenzo a contarles el relado de lo que sucedio en el ataque.... las noticias eran terribles , el ejercito invasor era mayor y mas terrible de lo que podian haber imaginado, pero eso no les iba a detener. Enseguida se pusieron manos a la obra , convocaron a todas las tropas y empezaron a preparar la partida , la Marca estaba en peligro y ellos iban a protegerla......
Jacob White
//weno aqui los caballeros nos ponemos a disposicion de la quest. Yo por mi parte el viernes no podre estar hasta las 22:30 pero amos , como no he podido participar hasta ahora tampoco voy poner horarios ahora , si puede ser encantado de participar y si no que ganen los buenos . Espero que al menos unos cuantos caballeros puedan ir.
//pd un dia de estos voy a buscar la tecla de la tilde , seguro que anda por ahi escondida
Las cazadoras pidieron a sus aliados reunirse en los pináculos de la flecha.
Acudieron bastantes incluyendo los bárbaros que fueron contactados con urgencia. Las cazadoras comentaron de que los orcos se reunieron todos para atacar su aldea.
Los bárbaros demostrando toda la tontería reunida en ellos no permitieron que la ayuda ofrecida.
No podíamos quedarnos de brazo cruzado a si que blonder y yo partimos a cortarles paso a las patrullas de orcos.
En el lugar se presentaron combates espontaneas sin encontrar grandes cantidades de patrullas orcas con sus aliados. Blonder decidió ir por mas apoyo partiendo en su caballo a todo galope a la orden.
Llegando a la aldea de los bárbaros una de las cazadoras comento que todos habían caído. fui rápidamente encontrando una total carnicería, con unos sobrevivientes. Los mismo que no aceptaron la ayuda pero ni rastro de su líder Erik. Saque los heridos mientras las cazadoras me cubrían llevándolos a un lugar mas seguro.
en un lugar alejado les prestamos atención a sus heridas y hablando con el segundo líder Haken le comente que era mejor unir fuerzas con todos para liberar su aldea. Un poco duro de convencer ya que piensan que les vamos a pedir algo a cambio, hasta que al fin lo logre convencer acepto y dijo que estarían en adbar esperando el combate para liberar su aldea.
Dulin "Cuerpo de Acero" escuchó las palabras de Sir Jacob mientras decía
"Estos bárbaros tan inútiles como siempre y orgullosos, iré a hacer lo que tengo que hacer, y después voy a patear uno a uno todos los traseros bárbaros que alli fueron solos, a ver si así aprenden a respetar la ayuda"
brgrbrrgb *da un trago de cerveza de su pequeña petaca*
El resonar de los tambores de guerra y el sonido estridente de los cuernos era lo unico que se oia en la horda en aquel entonces. Todos los guerreros de la tribu esperaban ansiosos el combate deseado, aquel que ninguno de esos bravos hombres queria perderse. No era una batalla mas. Sobre todo para Erik, que queria destruir a los enemigos a toda costa, y demostrar una vez mas, que la tribu del Colmillo Sangriento era una de las mas fuertes del Norte. Pero aquel desgraciado dia, los dioses no favorecieron a la belicosa tribu. Con un puñado de cazadoras elfas del Bosque Alto, como unicos refuerzos, los guerreros de la Tribu del Colmillo Sangriento se lanzaron a la batalla dispuestos a perder sus vidas pero defendiendo su hogar sea como sea, amparados por sus dioses y por sus hachas. La primer oleada fue devastadora y sangrienta. Lograron repelerlos, pero a costa de muchas vidas, casi la mitad de los hombres. Para la segunda y tercera oleada solo quedaron un puñado de barbaros, que resisitieron el ataque hasta el final, fueron rodeados y cayeron.
En el fragor de la batalla, el jefe de la tribu, Erik Hachasangrienta perdio de vista a sus compañeros, quedandose solo el, su hacha contra mas de 15 orcos que lo rodearon al instante. Sin mas, el peleo contra todos ellos, sin cansancio y con mas ganas de batallar que nunca, pero el destino le iva a jugar una mala pasada.
Aquellos orcos que lo superaban en numero, lograron derribarlo de a muchos e inmovilizarlo para asi tenerlo como prisionero de guerra. Lo arrastraron hasta un recodo alejado de las Montañas Rauvin, a unos kilometros del poblado.
Lo ultimo que se vio del gran Erik Hachasangrienta era su cuerpo siendo llevado por los guerreros orcos hacia las Rauvin, desapareciendo entre la niebla...
Fue un día como cualquier otro, al menos al inicio.
Ese día me encontraba en la villa, revisando el tablón de anuncios, y a la vez pensando en el último trabajo que se me fue encomendado, a quién más podría reclutar para completarlo? Ya había hablado con varios de los mejores asesinos del lugar, era un trabajo peligroso. Necesitaría a los mejores. Y fue en ese momento que la vi, el último personaje requerido para terminar el equipo. La arcana Zerina se apareció frente a mí con su típica mordacidad.
Como la costumbre dicta se me aproximó y con la primera excusa que se materializó en su cabeza, me llevó a las habitaciones en el segundo piso de la posada para su interrogatorio habitual. Debo confesar que poco me interesaba el oro que me ofrecía al momento, ya que mi mente divagaba en como concretar el plan del asesinato.
Días antes, mientras visitaba a mis informantes en bifurcación, logré dar con una figura muy interesante. Una semiorca muy apresurada buscando de una manera muy poco sutil, ciertos servicios de alguien con una "moral flexible". Estará por demás decir que fue música para mis oídos.
Seguí a la figura encapuchada fuera del recinto a ofrecer mis "servicios", e inmediatamente me explicó sobre su necesidad de conseguir a alguien que se encargara de acabar con el Curandero de la Horda Colmillo Sangriento. Poco me interesan las guerras o quien las gane, pero si puedo sacar provecho de uno o ambos bandos, mejor por mí.
Me explicó que mi contratista, una de las brujas de los Colmillos Ensangrentados, quería información sobre los puntos defensivos de la Horda. Más aun, deseaba la muerte del curandero, quien sería un punto vital para la supervivencia de los guerreros. Era obvio que planeaban una incursión.
¿Por que no avisarle a Erik? Llegué a pensar por unos momentos. No, así disfrutaré de verlo sufrir por haber roto su promesa... No pondrás ni un dedo sobre ella, ¿eh gigantón? Con una grata sonrisa acepté el trabajo, aceptando también armar un equipo para la tarea. Éowÿl, Lainus y Liucil fueron los primeros en llegar a mi mente; seguidos de cerca por Blackword, el mercader que vendería a su madre por el precio adecuado... Pero faltaba alguien.
Avisé a Lainus y dejé que la palabra se esparciera en los círculos adecuados para llamar la atención de Éowÿl y Hagane. Pero aun no daba con la parte restante del rompecabezas.
Y justo ahí, frente a mí, se encontraba ese alguien: Zerina, la arcana más despiadada que he conocido. Su mente más afilada que cualquier daga y su alma tan negra como la oscuridad que envuelve los planes de Máscara. No dudé en ofrecerle el trabajo, si no lo aceptaba por el oro, lo habría hecho por el mero aburrimiento... Supongo, los arcanos son difíciles de predecir, y más aun manipular.
La cuestión es que aceptó, y eventualmente regresamos a las calles de la villa, donde un informante me dejó pasar la noticia de que las Cazadoras se habían aparecido en los Pináculos de la Flecha del Destino. No tardamos mucho en llegar y escuchar de que la invasión de los ogros era inminente.
Se nos acababa el tiempo, y me sería imposible contactar al resto del "equipo" antes de que toda la Horda estuviera a la espera de la batalla, lo que dificultaría significativamente las cosas. Tendríamos que actuar rápidamente.
Mientras los presentes se entablaban en la disputa de quien iría y quien no a salvar la Horda, Zerina y yo aprovechamos para adelantarnos y llegar hasta el destino donde completaríamos el trabajo.
Los bárbaros, aun cuando son bravos guerreros y poderoso aliados (o contrincantes), no saben prestar demaciada atención a su alrededor. Colarnos a la cabaña del curandero no fue mayor problema. No perdí tiempo en una charla con el hombre, o dejando una marca para que se reconociera el trabajo del Lobo Asesino. Convocando la agilidad presentada por mi entrenamiento, lancé con mi cimitarra un primer golpe horizontal al cuello del hombre, dejandolo en shock cuando sintió el frío metal de la cimitarra anularle su única posiblidad de gritar por auxilio, mientras que mi daga conocía íntimamente sus tripas y estómago. Golpes discretos pero definitivos.
Listo, la primera fase del trabajo estaba listo. La segunda era el deber de la arcana.
Cinco minutos, cinco horas... No estoy seguro de cuanto esperamos para dar la señal, pero cuando finalmente fue el momento, ví las huellas de Zerina moverse a través de la nieve, en dirección a nuestro objetivo. La seguí solo para sentir como la seducción de la Magia impregnaba el aire, de la manera en que solo los pocos elegidos para comprender sus Secretos logran llenar la atmósfera. Un éxtasis que eriza cada vello en tu piel, no puedo siquiera imaginar la sensación de poder que sentía esa poderosa arcana al momento.
En un abrir y cerrar de ojos dos llamas se materializaron frente a ella, destruyendo con su explosión todo lo que tenían alrededor, mientras sentía que el lugar se alejaba de mis pies, para ser reemplazado por la villa de Nevesmortas.
Un trabajo muy improvisado, pero exitoso al final de cuentas.
Última edición por Dae el Dom Mar 22, 2009 9:49 pm, editado 1 vez en total.
En la antigua torre a la luz de una vela Zerina estudia un antiguo tomo arcano, tiempo hacia ya que no salía de la torre, cansada cierra el tomo y apaga la llama de la vela con sus dedos.
-Va siendo hora de saber que ocurre por la región- Piensa Zerina mientras desciende las escaleras dirigiéndose a la puerta. Allí apoyado se encuentra su bastón, lo recoge y observa al necrario que tiene su maestra como sirviente, sonríe levemente y sale de la torre.
Corto es el camino que la separa de Nevesmortas, una vez en la aldea se dirige hacia el tablón de anuncios, en la fuente se encuentra la semidragona llamada Nerea, poderosa criatura así que la saluda con un cabeceo y sigue hacia el tablón, allí encuentra a uno de sus informadores.
-Vaya el montaraz Astinus- sonríe levemente, no entiende cómo ha podido elegir un nombre tan estúpido para su falsa identidad.
-¡Zerina! mi gran amiga- tanto en su tono de voz como por el gesto de su rostro se nota el sarcasmo característico que tiene cuando trata con la arcana.
-Suerte que encuentro aquí, vamos a la posada que te invito a tomar unas copas-a pesar de decir esas palabras en su rostro no se muestra amabilidad alguna.
El asesino asiente y se dirigen a una de las habitaciones de la posada para tratar los últimos asuntos importantes que la arcana se ha perdido, la conversación llega a un rumbo especial cuando el montaraz ofrece un trabajo a la arcana, era la primera vez que esto sucedía, iba a ser el asesino quien pagara a la arcana y no al revés como solía pasar.
-Hay una reunión el Pináculos de la Flecha, asistamos y así llamaremos menos la atención-dice Daedelath mientras se dirige hacia la puerta para emprender el camino.
Ambos Llegan al lugar encontrándose con un gran grupo de barbaros, leve es la conversación que mantienen en el patio pero llega a entender que los barbaros han sido reunidos porque su tribu puede estar en peligro. Una vez en los pináculos observa a las exploradoras elfas, parece ser que son ellas las que están detrás de todo el asunto. Una de ellas, hace aparición junto a un unicornio, una criatura majestuosa a la que muchos se quedan embobados mirando. Al parecer una tribu orca liderada por unas brujas orcas están invadiendo la zona nevada de Adbar, han reclutado gnolls y trolls y son una gran fuerza de ataque. Tras un ritual que celebra la sacerdotisa de la Flecha descubren que se dirigen hacia la tribu bárbara y que el ataque es inminente, orgullosos los barbaros rechazan toda ayuda que les es ofrecida y están seguros de poder repeler la invasión con solo sus músculos.
La reunión pierde sentido así que el asesino y la arcana deciden abandonarla para encargarse de su tarea. Mediante la magia logran llegar en poco rato a las afueras de la tribu bárbara, poco interés tiene la arcana en los asuntos de los humanos, si fuera por ella dejaría que se mataran orcos y barbaros por igual, poco debe hacer más que sacar al asesino de ahí cuando acabe su trabajo.
La entrada en la tribu es fácil, logran colarse en la cabaña del curandero y el asesino realiza su trabajo con gran precisión, una primera puñalada lo paraliza y una segunda acaba con su vida sin saber si quiera que es lo que ha ocurrido. Una vez finalizado el trabajo salen de la cabaña, han de dar la señal oportuna para que comience el ataque, una primera oleada asalta la tribu, el asesino avisa, es el momento de su retirada. Tal vez no satisfecha por su actuación o simplemente por diversión la arcana lanza un par de bolas de fuego hacia el rio helado llamando la atención de los barbaros, cuando estos se dirigen hacia ella detiene el tiempo a su alrededor toca el hombro del asesino y lo tele transporta a una zona segura.
Era tarde, unos leves rayos de sol sobresalían de las montañas, en el norte de Nevesmortas un elevado número de aventureros estaba reunido. Como suele ocurrir al ver grupos en el norte todo aventurero que pasaba se quedaba para intentar saber si ocurría algo. Radha se encontraba hablando con Nerea, estaba algo desanimada, desde que era caballero la gente la miraba diferente y cargaban contra ella cualquier problema que tenían en los caminos tachándola de no hacer su trabajo bien. En esos momentos un apurado escudero se acerca hacia ella buscando a un caballero, Jaina aparece desde otro punto preocupada por si pasa algo. El escudero pregunta por el caballero de mayor rango y Jaina no tarda en saltar diciendo que es ella, Radha simplemente calla y deja hablar a su compañera.
El escudero informa que un grupo de elfas están en el patio de Orden y que solicitan hablar con un caballero y con los aliados que tienen en la región. Todos se dirigen al patio de la Orden, algunos porque conocen a las cazadoras otros por mera curiosidad. Una vez allí y hechos los saludos convenientes las cazadoras exponen el motivo de su visita. Como habían informado ya otras personas la tribu bárbara del norte ha sido tomada por el ejercito orco, pero un problema mayor puede aparecer si no lo impedimos, las brujas preparan un ritual de apareamiento para aumentar su ya elevado ejercito. Es una tarea difícil pero los aventureros de la Marca se prestan a ayudar en todo lo posible. Su táctica será atacar a los orcos desde dos puntos diferentes, un grupo atravesara el paso del orco muerto mientras que el otro ira por el tramo de Adbar.
Casi sin darse cuenta Radha es nombrada líder del grupo que atravesara el paso del orco muerto, una vez deseada la suerte a ambos grupos se dividen. El camino hasta el paso es relativamente tranquilo, Alud se encarga de batir la zona mientras una primera fila de combate formada por cuatro enanos asegura una gran defensa. Los problemas comienzan cuando entran en el paso, un grupo de orcos defienden la entrada, con gran valentía los bravos enanos atacan cortando a los orcos con sus hachas, en sus rostros se dibuja una sonrisa, alegría de derrotar a aquellos enemigos que tanto odian. Una vez pasado el primer obstáculo miran los cuerpos, hay orcos del clan colmillo ensangrentado, pero también del cráneo roto, el peligro puede ser aún mayor si ambos clanes se han unido.
El camino es largo y nada fácil, deben caminar entre rocas y cualquier paso en falso puede pasar factura al grupo, el final del paso esta cerca pero ahí apostados encuentran una verdadera defensa. Gran cantidad de orcos cierran el paso, una gran figura resalta entre todos ellos, es un troll de guerra al parecer aun quedan algunos de ellos sirviendo a los orcos. Durante unos instantes el tiempo parece ralentizarse, los enanos cargan y chocan contra los escudos orcos, los arqueros desde atrás disparan sobre los chamanes entorpeciendo así sus conjuros, pero el troll combate duramente frenando incluso la acometida enana. Una figura aparece desde atrás, una cimitarra corta el viento y acaba con la vida del troll de un solo golpe. Nerea quien acompañaba al grupo había hecho lo que varios no podían, acabar con un troll con un solo golpe.
Los guerreros descansan tras la lucha y las cazadoras vuelven a aparecer, el ritual esta justo después del túnel que da paso a la zona nevada de Adbar, un pequeño grupo de cazadoras están apostadas en la ladera este, esa es la zona idónea para comenzar el ataque. Intentando no llamar la atención el grupo llega a la ladera, no hay noticias del otro grupo y el ritual esta a punto de comenzar, no pueden perder ni un minuto más. Los enanos de nuevo se impacientan, aun no han tenido suficiente y ansían bajar a combatir.
Tras preparase la batalla comienza, los orcos distraídos por el ritual son arrollados por los aventureros, el combate se complica cuando la bruja hace uso de sus poderes, pero no es su día pues Zenhit ya habituado a luchar contra ellas logra llegar hasta la bruja para acabar con su vida. Los orcos huyen, y el grupo puede al fin tomar aire. Aseguran la zona pues deben esperar a que la luna este en su punto más alto para que las cazadoras puedan destruir lo que queda del ritual. Pasa poco tiempo cuando unas figuras aparecen en la oscuridad, es el otro grupo han conseguido atravesar las barreras orcas y están al fin en su destino. Los aventureros se hacen fuertes en el lugar pero una última acometida orca intenta acabar con ellos, luchan valientemente hasta rechazar el ataque, el tiempo pasa y las cazadoras hacen su parte, el ritual ha sido interrumpido y queda una bruja menos. Ahora es tiempo de descanso pero aún queda mucho por hacer…
Alli ,se alzaba la fortaleza de Felbarr con los habituales enanos protegiendo las murallas por cualquier incursion que se pudiera dar.
Dulin se adentro saludando a viejos conocidos mientras sus pasos se hacian rapidos pues algo importante tenia que anunciar a su señor Emerus "Corona de Guerra".Tardo poco en adentrarse en los salones interiores pidiendo una audiencia con Emerus a lo que los guardias reales le contestaron que preguntarian cuando podria ser recibido, asi que Dulin espera paciente la respuesta de su señor Emerus.....
. Espero que al menos unos cuantos caballeros puedan ir.
