XVII - Las Hijas de Maggris ( El Hormiguero - IV )
Nos conduce a una especie de caseta de madera situada en la parte trasera de la cabaña, junto a un huerto. A mí, más que una casa como el anciano afirmaba, me parece el cuarto de los trastos. Aún así, se desembaraza de mi brazo y aporrea la puerta cerrada, insistentemente.
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¡Furín, sal! ¡Tienes visitas! ¡Aquí fuera hay un montón de gente que quiere hablar contigo! -Al otro lado del cobertizo, la respuesta no se hace esperar.
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¡Déjame, viejo, no pienso salir! ¡Diles que se vayan! ¡No quiero hablar con nadieeee!
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¡Sal de una vez y no me hagas quemarte la casa como la última vez! -Asiento asiento, y luego pienso en las palabras del anciano. ¿Quemar la casa? Me entrometo de forma apresurada.
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¡Señor Furín! ¡Sólo quiero hablar un momento con vos, será un par de minutos, lo prometo! -Alzo la voz, para que me escuche al otro lado.
Se hace un momento de silencio prolongado. O quizá sólo me lo parezca a mí, ya que el tiempo corre en mi contra, y en la de Unebril.
Después, la puerta se abre lentamente, chirriando ligeramente. Tras ella, una figura menuda y sonriente que tan pronto aparece, pasea su mirada por el grupo y después la clava en mi escote, inamovible.
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¡Hola, moza! ¿Qué quieres de mí? -Me observa con picardía y yo dibujo en mis labios una sonrisa encantadora.
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Furín Piernaslibres, ¿verdad? Venimos buscando información sobre un libro que trataba de Maggris, La Reina Araña, y que se perdió hace un tiempo -Observo su sonrisa desvanecerse, su mirada desplazarse de un lado a otro antes de volver a mí.
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¿Libro? ¡No sé de qué me hablas! Yo es que no soy de mucho leer, ¿sabes? -Dice apresuradamente, de forma atropellada, mordisqueándose las uñas. Miente. Me siento a horcajadas delante de él, dejando mi rostro a la altura del suyo. Le miro a los ojos, ampliando una sonrisa dulce y empleando una voz intencionadamente melosa.
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Oh, vamos... he venido desde muy lejos sólo para encontrarte, ¿y me vas a dejar así? Soy una gran admiradora de ese libro y, quizá, después de hablar de él... -El mediano me mira con los ojos brillantes. Después, toma mis manos y las lleva a sus labios, besuqueándolas insistentemente (y llenándomelas de babas, puaj).
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¿Después te casarás conmigo? ¿Eh? Di que sí, ¡di que sí! -Me mira de nuevo a los ojos y yo le sonrío, ladeando levemente la cabeza.
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Claro, quién sabe... pero primero, la información...
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¡Miraa, a tu hermanita ya le ha salido otro admirador! -Le susurra Katy a Norisse, dándole un ligero codazo, ambas se ríen.
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¡Mírala, está utilizando la técnica del escote! ¡Atento al despliegue de persuasión femenina, amigo! ¡El mediano no tiene nada que hacer! -Alud cuchichea con Relenar, sonriendo ambos.
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Lo sé, lo sé, por eso la quiero tanto. Aprendió del mejor -Y sonríe triunfal. Relenar, como de costumbre, echándose jardines enteros encima.
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...claro, claro, ¿pero para qué quieres ese libro? ¡Ni siquiera lo puedes leer, ya sabes lo que dicen las leyendas!
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¿Las leyendas...? -Apoyo el codo en mi rodilla, dándome toquecitos en los labios con dos dedos, pensativa. De pronto caigo en la cuenta-
Oh...
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¿De qué leyendas habla, Lyn? ¿Qué pasa con el libro? -Relenar abandona su charla personal para mirarnos con curiosidad.
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Una vez leí algo al respecto en Sundabar. Se dice que, debido a una maldición que el propio autor lanzó sobre su libro, aquél que lo lea será visitado por las hijas de Maggris.
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¡Pero eso es perfecto! -Exclama Relenar, tan sonriente. ¡Claro, cariño, y hacerse amigo de Gólems de Gema también! Pienso para mí misma, mirándole con incredulidad.
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¿¡Me puedes explicar qué tiene de perfecto que un montón de arañas nos visiten?!
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Confía en mí, tú consigue el libro -Le miro sin comprender, pero un confía en mí es suficiente. Me giro al mediano.
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¿Podrías dejárnoslo, entonces?
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Sí, pero primero ven conmigo... Ven, que yo te doy lo que tú quieras, moza.
Me coge de la mano y tira de mí, hacia el cobertizo. Un refunfuño rompe entonces la calma. Rogdek se acerca haciendo sonar la armadura, con el ceño fruncido y el rostro rojo de ira.
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¡Suelta a la chica y danos el librro de una vez!
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¡Eh, eh! -Digo, a la vez que el enano- ¡Con calma! ¡¿Así no vamos a entendernos, eh?! -El mediano se ríe.
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¡Tranquila, sólo te estaba poniendo a prueba! -Y de pierde dentro del cobertizo-
¡Dame un momento, que no sé ni dónde lo tengo!
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Brbrbrbrbr... Pataslarrgas libidinosos... -Rogdek vuelve a alejarse tras la valla, maldiciendo.
Al rato, el mediano vuelve a salir de la caseta con un libro de aspecto ajado y polvoriento entre sus manos. Extiendo las manos para recibirlo, sonriéndole a modo de agradecimiento.
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¡Te espero para nuestra boda, a tu vuelta!
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¡Claro, ya nos veremos, cielo!
Y me giro hacia Relenar, negando con una sonrisa. Le tiendo el libro para que le eche un ojo. El mediano parecía tener mucha prisa en deshacerse de él, y yo tengo la misma. ¡Cualquiera vive pensando en si tiene arañas por el pelo! Por si acaso, me lo palpo para comprobar. Todo bien, por el momento. Menos mal.
Relenar conjura algo sobre el libro, concentrado en él. Mientras tanto, el resto del grupo discute sobre dónde deberíamos leerlo.
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¿Por qué no mandamos a la maga a que lo lea en otro plano y dejamos a la Madre Araña ahí encerrada? -Aventura Celline, que no se cuándo ha llegado ni de dónde ha salido.
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Ya tienen problemas con Fuerte Nuevo, ¿quieres que se convierta en algo interplanar? -Se ríe Alud, negando.
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Creo que debería ser en un espacio amplio, dado que no sabemos el tamaño de las arañas. Y también en un entorno extremo, que les afecte -Dice Shein, rompiendo su imperturbable silencio. La miro inmediatamente, ella suele ser la voz de la razón.
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Entonces, Anaurokh o Cumbre -Propone Relenar.
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Pero las hijas probablemente sean inmunes al fuego, como la madre -Recuerda Ricewen.
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¿Entonces Cumbre? -La pregunta aflora de los labios de Norisse.
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Brbrbr... Cumbrre es imposible, el Rrauvin está infectado de licántrropos -De no ser por Rogdek... ninguno de nosotros había caído en ello.
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No podemos estar debatiendo ésto todo el día, chicos -Les corto-.
Shein, ¿tú qué crees más idóneo?
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El camino de Adbar.
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Sea pues. Yo confío en Shein, y vosotros habéis confiado en mí. Iremos al camino de Adbar.
Todos asienten. Ricewen lee un pergamino y crea un portal en el centro de la compañía de aventureros que, sobre todo, son amigos arriesgándose por un problema que ha surgido de mí.
Algún día encontraré el modo de agradecérselo.
Camino de Adbar
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Éste me parece un lugar apropiado -Sentencia Shein, con esa seriedad que le caracteriza. Con el bastón en la diestra y el libro en la zurda, me parece una de esas magas poderosísimas que salen en las historias. Realmente tiene mucho poder, y me doy cuenta de que estoy orgullosa de ella, de que es una amiga.
No encontramos en una especie de explanada nevada, junto al río. Shein se posiciona bajo un árbol, y el resto formamos un círculo bordeando el terreno.
Recito los versos que poco a poco he ido componiendo en todo éste tiempo, protegiéndonos así a mi hermana y a mí. Relenar ya se ha encargado del resto, y los arcanos de sí mismos.
Por último, antes de que el libro empiece a ser leído, la voz suave y cálida de Relenar nos envuelve a todos como un mante agradable de seguridad que nos hace, al menos a mí, olvidarnos por un instante de las dudas.
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¿Todos listos? -Pregunta Shein. Asentimos-
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Adelante, Shein -Dice Relenar, y luego mira hacia el grupo-
Estad alerta.
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Maggris... La Madre Araña de Fuerte Vérluzh...
Comienza Shein. Miro a mi alrededor, tensa. Los arcanos se preparan para conjurar, el resto blandimos nuestras armas espectantes.
Es sin duda el ser más despreciable que he visto en toda mi pequeña vida. Sus enormes y peludas patas ocupaban toda la zona centro de la cueva de Verluzh, ni siquiera los trasgos montados tenían cabida bajo ellas.
De ningún punto en concreto empiezan a surgir un montón de arañas, algunas más pequeñas, otras más grandes. Nos rodean. Los arcanos y arqueros, posicionados en un saliente en las alturas, comienzan a verse rodeados mientras los que luchamos cuerpo a cuerpo combatimos abajo. Mi hermana y yo, entendiéndonos con una sola mirada, subimos en su ayuda.
No paran de surgir, ¡es una locura!
Dos grandes y amenantes ojos, centraban su visión en la mia... claro, eso pasó cuando llegué a verla, pues a simple vista y sinó fuera por mi conjuro de visión verdadera, no hubiera sido capaz a avistarla.
El grupo se ha dividido y las arañas cada vez nos superan más numéricamente.
Un par de arañas más grandes surgen de las palabras malditas que pronuncia Shein, enviadas seguro de alguna de esas Deidades Malignas que tienen el ojo puesto en nosotros, sobre todo en mí.
Corro tan rápido como puedo, pero las telarañas que cubren la nieve me impiden moverme con libertad, y no llego a tiempo.
Veo a Erurk caer, rodeado por un montón de ellas.
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¡Shein, cuidado! -Pero no me escucha, sigue leyendo.
La velocidad, observé que no era su fuerte, es lógico que un ser tan grande y ancho no pudiera dar grandes zancadas como la de un gigante, asi que comprobé que se movia bastante despacio, lo que en un principio me dió ventaja.
Y antes de que pudiera alcanzarla, o decir nada más... vi a la segunda de esas arañas abalanzarse cobre ella.
El resto del grupo también se había dado cuenta. La lluvia de flechas procedente de arriba, los proyectiles mágicos cruzando por entre nosotros, las espadas cortando, hundiéndose, sesgando.
Conseguimos, así, abrirnos paso hasta el centro y deshacernos de las arañas.
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Abrid paso -Dice Relenar, acerándose con un pergamino. Yo ya estoy rebuscando en mi mochila-
. Puedo encargarme de uno.[/i]
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Y yo del otro -Asiento hacia él y me arrodillo, apoyando el pergamino en el cuerpo de Erurk antes de leerlo y observarlo desvanecerse.
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¿Quién tiene el libro? -Dice Shein cuando se incorpora, trabajosamente.
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Unebril -Le indico, y cabeceo hacia él.
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Ya te lo devuelvo, Shein... sólo puede ser leído por ti.
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Tenemos que terminar de leerlo.
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Vayamos allí, lucharemos en la pared y formaremos un semicírculo ante Shein, no dejaremos que pasen de nuevo.
Rápidamente, hacemos lo acordado. Shein se pega a la pared, con Unebril y Ricewen, uno a cada lado de ella.
Los arqueros permanecen en la parte trasera del semicírculo, Norisse se agazapa tras un árbol, escondiéndose.
El resto permanecemos en primera fila, armas en mano, con la respiración agitada.
Shein, nuevamente, comienza a leer por donde lo dejó.
En mi pueblo siempre fuí el mediano más veloz, tanto de piernas como lanzando mis flechas de fuego, pero al llevar a cabo el primer ataque comprobé que el fuego la hacía crecer y no le afectaba.
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¡PORR EL MARRTILLO DE MORADIN, LUCHAD SIN TEMORR!
Y el enano es el primero en lanzarse a la carga, cómo no. Siguiéndole, Celline, una guerrera experimentada.
Relenar y yo nos mantenemos un poco más atrasados en un principio, combatiendo a las arañas que pasaban la muralla del enano y la amarg... y Celline.
La muy maldita aparecía y desaparecía por arte de magia, cortándome los ataques certeros. Intenté trepar hasta su lomo, pero me fué totalmente imposible, ya que sus miles de telas de araña, las cuales había tejido antes de primer ataque me hacian resbalar. Nota: Las telas le sirven de escudo, asi que las flechas son inútiles.
Katy asesta unos golpes terribles con "Cris", su nuevo arma, que se puede decir que es algo así como mi ahijado. Yo le puse el nombre, Crisantemo. Porque es redondo, y mortal.
Norisse, siempre cubriéndonos, aprovecha los puntos débiles de las criaturas cuando se entretienen en golpearnos a nosotros.
Ese fué mi primer encuentro con ella, y a mi pesar no fué el último, pero sin duda lo único que pude pensar en ese momento, era salir de ese lugar y buscar ayuda, ya fuera para destruirla o devolverla a su agujero...
Relenar se adelanta para luchar codo con codo con Rogdek y Celline, viendo que nosotras tres nos desenvolvemos bien solas.
Realmente, me sorprendo a mí misma luchando mejor de lo que habría imaginado. Hace no mucho me dedicaba a correr y esconderme. Pero ya no, y se lo debo a Alba.
Ricewen y Unebril defienden a Shein de un nuevo ataque de arañas, con tormentas de hielo, trombas de proyectiles y aliados convocados.
Poco a poco, según la voz de Shein se va apagando, la fiereza del combate desciende en intensidad... hasta que todo se vuelve silencio cargado de respiraciones jadeantes y entrecortadas.
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No puedo leer más, chicos... lo lamento. Hay una segunda parte, pero está conectada con un conjuro, como la primera a la cubierta. Necesitamos la otra parte.
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¿Tenemos que encontrar la contraportada, entonces?
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Eso es. Lo siento.
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No, Shein, has estado muy bien. Sin ti no tendríamos nada...
Intercambiamos una sonrisa.
Bueno, no ha ido del todo mal, ¿no? Todos estamos vivos.
Les he llevado a una muerte probable, pero no segura. Es un avance.
Y ahora...
La búsqueda continúa.
// ¡Sin resumir ni un ápice, como te prometí! (¿Ahora te arrepientes, verdad?)
Ahora en serio, me encantó la quest de anoche, Tymora. El final, sobre todo, fue una pasada.
¡Muchas gracias! Y gracias a los jugadores también, por la paciencia xD
PD: Alba, yo impongo mucho, pelona
