He llegado a Nevesmortas hace una semana o poco más, siguiendo el camino que la familia me ha indicado. No he tenido problemas para llegar, ni para ingresar en la ciudad. Es algo pequeña, sobre todo para un enano. Tiene su encanto, que es bastante, pero no el esplendor de nuestras grandes ciudades. Así y todo, alberga una gran cantidad de heroes y buenos amigos. Aunque quizás sean vistos por otros como simples aventureros, creo que todo aquel que se lance al llamado de la aventura ya es un héroe en sí mismo. Incluso el pequeño huérfano Frido con sus escritos.
He venido con la misión de conocer más del mundo, y honrar al pedido específico de mi padre de entablar amistad con elfos, aprendiendo de ellos. Si bien la idea no me convencía en un principio, mi primer compañero de aventuras fue el elfo Padrin, con quien compartimos especial dedicación al combate y especialización en nuestras armas. En mi caso, por supuesto, un hacha. No cualquier hacha, claro, sino un gran hacha a dos manos. Un hacha digna de Hela. La grandiosa Hela del Hacha Brillante. Que su júbilo y bendición me acompañen en batalla siempre, luchando en primera fila en nombre del bien. La he honrado con mi hacha, y actuando a su modo, con júbilo, tratando de mantener modales cordiales con todos, e intentando ver a todos como hermanos y hermanas. Sentir su presencia en mi vida me da seguridad y alegría. Intento compartir esa alegría manteniendo siempre el buen humor, y llevándolo al campo de batalla. Algunos compañeros han disfrutado de ello, otros no tanto. Eso si, la seguridad que siento quizás a veces sea demasiada. Erand y Delediel han tenido que traerme de nuevo a la vida luego de una de mis lanzadas a batalla sin premeditación. Benditos sean. Tienen dioses diferentes a los míos, pero son dignos de mi respeto. Aunque cuando les mencioné a Hela no parecieron reconocerla. Estoy apenado por ello. Nadie parece conocer a Hela por estas tierras, y provengo de una familia que ha tomado un apellido en honor a ella. Lo que me recuerda que me he cruzado con guerreros que poseían hachas con brillo. Admirable. Debo aprender a forjar mis propias armas para hacer honor e Hela portando un hacha que brille en su nombre.
Entre mis aventuras en estas tierras me he ganado la vida guiando bueyes. Y en ocaciones he perdido varios. Pero también me he unido a una expedición en busca de un dragón negro, he combatido orcos, un nigromante, trasgos, y he ayudado en diversas situaciones. Encuentro mas regocijo en ser parte de un grupo que en ir por mi cuenta. Estoy empezando a tomarle el gusto a esto de hacer alianza con otras razas. Incluso he conocido un pseudoplanar o algo así, no recuerdo bien. Zaph, un ser de fuego, clérigo de Kossut (deidad que desconozco). O al menos eso le entendí al misterioso ser.
Estos últimos días he tenido una aventura particular. Luego de llevar bueyes con el bárbaro Nöj nos dirigimos a brindar con una cerveza, pero nos cruzamos con un grupo al cual ayudamos. Y al volver de esa nueva aventura por nuestra cerveza, partimos de nuevo. En síntesis, nuestra cerveza se vio interrumpida una y otra vez por aventuras, y llegar a la taberna se convirtió en una aventura en sí misma. Anoche finalmente lo logramos. He bebido hasta caer dormido sobre la mesa. Y eso es realmente mucho. Escribo esta entrada en mi diario de madrugada (me ha despertado la cerveza en sangre que pide ser eliminada), pero volveré a dormir con gusto hasta la mañana. Quizás mis amigos ya hayan partido de la posada para entonces.
Pero definitivamente este festejo entre amigos ha sido el mejor cierre para mi inicio en estas aventuras.
Salud!
Brindo por ellos!
Brindo por Hela!
Bronn Hachabrillante
Diario de Bronn Hachabrillante
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Profesor323
Re: Diario de Bronn Hachabrillante
//Genial! a seguir teniendo aventuras y escribiendo! 
