Lucian Siannodel
Publicado: Sab Jun 09, 2018 8:36 pm
LUCIAN EL BARDO
Lucian nació hará unos 130 años en el Bosque de Weldath, en Durmita la parte occidental del bosque dividida en dos ducados desde la llegada de la Reina Zaranda, una humana aventurera que llego a ser Reina de todo Tezhyr.
Desde pequeño una educación estricta pero liberal acompañó al joven elfo, su familia desde siempre educaba en el uso del estoque y el arco, armas élficas por excelencia junto con la espada larga. Así las horas de Lucian pasaban desde su entrenamiento marcial y por otra parte la música y el arte, así como la magia y otros escritos.
Elbereth, el padre de Lucian era un gran arcano por lo que siempre se decía y en algunas ocasiones era el encargado de representar a la Reina en reuniones diplomáticas como Dendravoz, lo veía sobre todo al caer al sol cuando el regresaba a casa con olor a biblioteca y en ocasiones a desierto.
Lucian disfrutaba de su tiempo en el bosque cuando tenía horas libres y siempre se juntó tanto con humanos como con elfos cobrizos, como con los menos sociales elfos del bosque que al final se acercaban a ver como el elfo tocaba sus canciones con su pequeña arpa o laúd de aprendizaje, Nimiël su madre pasaba la mayor parte del tiempo en casa, entre hierbas y pociones, aunque realmente ella era la mejor música del hogar siempre le había encantado la alquímia, y así de paso cuidaba de él y de su hermana Melmie.
Pero algún día algo sucedió, las discusiones de sus padres resonaban por toda la casa, Lucian intentaba no hacer ruido y se acercaba de rodillas a ver lo que sucedía, pero de todas las veces que se acercó la mayor parte de veces sus padres lo escuchaban mucho antes de que pudiera cotillear nada, una de las cosas que más le gustaba hacer al elfo, de todas esas veces escuchó dragón, algo así como alagos, y algo sobre un objeto mágico, quizás un bastón.
Pocos días después la casa Siannodel partía de Weldath en dirección a Puerta de Baldur, nunca dijeron a Lucian por qué pero parecía que algo muy grave sucedía, al llegar a la gran ciudad un humano con un báculo negro esperaba a Elberêth, y se lo llevo cogido del brazo apenas dedicando un leve cabeceo al resto de su familia.
Pasaron unos cuantos años en Puerta de Baldur, alrededor de tres décadas en las que el elfo reafirmó su maestría en el estoque y el arco así como empezó a conocer las distintas escuelas de bardos que había en Faerun, de todas la que más le gustaba era La Liga de la Bota y el Sendero, principalmente estos bardos buscan el descubrimiento y la aventura como fuente de adquirir conocimientos y así preservarlos, y leyendo de ellos Lucian se dijo que algún día sería un famoso descubridor desenterrando objetos mágicos y conocimientos de culturas perdidas hace muchos siglos.
Lucian vió a ese hombre del Báculo varias veces hablando con su padre en casa, se llamaba Khelben y parecía ser muy poderoso y un mandamás en la ciudad porque cuando él hablaba todos callaban, incluso su padre al que él consideraba el mejor mago del mundo, desde que llegaron su padre siempre portaba una especie de broche con forma de arpa en el cierre de su capa, Lucian no sabía por qué.
Cuando Lucian alcanzó su mayoría de edad ya llevaba algún tiempo viviendo en Argluna, su familía se mudó allí al parecer por órdenes de ese mago, y aunque aún pasaba mucho tiempo en casa tenía un pequeño estudio en la parte nueva de la ciudad donde pasaba el tiempo entre libros y entre las faldas de sus admiradoras más entregadas.
Pero repetir las mismas canciones de siempre, y las intrigas de la Capital empezaron a aburrirle y con el beneplácito de toda su familia decidió emprender su propio camino partiendo a la Villa de Nevesmortas, donde había oído que grandes aventureros habían comenzado a labrarse un nombre, ¿sería este el caso del elfo lunar o pasaría sin pena ni gloria?. Solo el tiempo lo diría.
Desde pequeño una educación estricta pero liberal acompañó al joven elfo, su familia desde siempre educaba en el uso del estoque y el arco, armas élficas por excelencia junto con la espada larga. Así las horas de Lucian pasaban desde su entrenamiento marcial y por otra parte la música y el arte, así como la magia y otros escritos.
Elbereth, el padre de Lucian era un gran arcano por lo que siempre se decía y en algunas ocasiones era el encargado de representar a la Reina en reuniones diplomáticas como Dendravoz, lo veía sobre todo al caer al sol cuando el regresaba a casa con olor a biblioteca y en ocasiones a desierto.
Lucian disfrutaba de su tiempo en el bosque cuando tenía horas libres y siempre se juntó tanto con humanos como con elfos cobrizos, como con los menos sociales elfos del bosque que al final se acercaban a ver como el elfo tocaba sus canciones con su pequeña arpa o laúd de aprendizaje, Nimiël su madre pasaba la mayor parte del tiempo en casa, entre hierbas y pociones, aunque realmente ella era la mejor música del hogar siempre le había encantado la alquímia, y así de paso cuidaba de él y de su hermana Melmie.
Pero algún día algo sucedió, las discusiones de sus padres resonaban por toda la casa, Lucian intentaba no hacer ruido y se acercaba de rodillas a ver lo que sucedía, pero de todas las veces que se acercó la mayor parte de veces sus padres lo escuchaban mucho antes de que pudiera cotillear nada, una de las cosas que más le gustaba hacer al elfo, de todas esas veces escuchó dragón, algo así como alagos, y algo sobre un objeto mágico, quizás un bastón.
Pocos días después la casa Siannodel partía de Weldath en dirección a Puerta de Baldur, nunca dijeron a Lucian por qué pero parecía que algo muy grave sucedía, al llegar a la gran ciudad un humano con un báculo negro esperaba a Elberêth, y se lo llevo cogido del brazo apenas dedicando un leve cabeceo al resto de su familia.
Pasaron unos cuantos años en Puerta de Baldur, alrededor de tres décadas en las que el elfo reafirmó su maestría en el estoque y el arco así como empezó a conocer las distintas escuelas de bardos que había en Faerun, de todas la que más le gustaba era La Liga de la Bota y el Sendero, principalmente estos bardos buscan el descubrimiento y la aventura como fuente de adquirir conocimientos y así preservarlos, y leyendo de ellos Lucian se dijo que algún día sería un famoso descubridor desenterrando objetos mágicos y conocimientos de culturas perdidas hace muchos siglos.
Lucian vió a ese hombre del Báculo varias veces hablando con su padre en casa, se llamaba Khelben y parecía ser muy poderoso y un mandamás en la ciudad porque cuando él hablaba todos callaban, incluso su padre al que él consideraba el mejor mago del mundo, desde que llegaron su padre siempre portaba una especie de broche con forma de arpa en el cierre de su capa, Lucian no sabía por qué.
Cuando Lucian alcanzó su mayoría de edad ya llevaba algún tiempo viviendo en Argluna, su familía se mudó allí al parecer por órdenes de ese mago, y aunque aún pasaba mucho tiempo en casa tenía un pequeño estudio en la parte nueva de la ciudad donde pasaba el tiempo entre libros y entre las faldas de sus admiradoras más entregadas.
Pero repetir las mismas canciones de siempre, y las intrigas de la Capital empezaron a aburrirle y con el beneplácito de toda su familia decidió emprender su propio camino partiendo a la Villa de Nevesmortas, donde había oído que grandes aventureros habían comenzado a labrarse un nombre, ¿sería este el caso del elfo lunar o pasaría sin pena ni gloria?. Solo el tiempo lo diría.
