EL RENACER -Quest de Tymora-

[Tymora]

Llevaba días vagando por el bosque de nevesmortas. Sóla, casi no llevaba ropa cuando los caballeros montados de la orden de la lanza helada la encontraron. Apenas le quedaban fuerzas para alzar una mano y pedir ayuda. Su voz en susurro clamaba auxilio, su rostro dañado y su frágil cuerpo.. Manchas de sangre sobre su costado y su piel presentaba signos de violencia. A primera impresión los caballeros dedujeron que aquella muchacha había sido torturada y casi quemada viva. Raudos la llevaron a la orden para curar sus heridas, dando la voz de alarma a la comandante.

Tras largas semanas de curación, investigación e interrogatorio, se supo que aquella joven había pertenecido a una hermandad de asesinos -se desconoce el culto- y al no necesitar más sus servicios, se quisieron deshacer de ella, torturándola casi hasta morir y envenenando su cuerpo de tal forma que su piel por muchos cuidados que recibiera siempre volvía a tomar un tono negruzco y chamuscado.

Uno de los caballeros informó a su comandante de un antídoto, el cual podría fabricarse a base de plantas que no eran comunes en la marca, pero con la ayuda del herborista de cumbre, lograrían conseguirlas.
Asi pues, la comandante de la orden, Iruss Oira, informó a la caballero -Sin entrar en detalles- Annie Montero, de que debía partir hacía cumbre en busca de la bolsa de plantas que el herborista le facilitaría.

Primera escena de introducción:
Personajes: Juliette, Eregul, Annie Montero, Zalcor, Korissa, Drappie, Fizz, Mongor, Pelolargo, Vadania, Liliana. (Si me falta alguno que me lo diga para añadir)

//Quest de trama general. Duración aproximada: Aun por estimar.
Se harán escenas sueltas con diferentes grupos de jugadores para todo el mundo tenga la oportunidad.
El fin de semana se lanzará la quest, hasta entonces haré pequeñas escenas de introducción.
Podeis postear lo que vivan vuestros pjs en la trama. No es obligatorio, pero os lo agradecería.

[Forigirl]

Llegó a la fuente de la Villa tras una entretenida charla con Liliana y vio que estaban ahí reunidos varios aventureros algo ajetreados y parecía que estaban tramando algo, así que ni corta ni perezosa se acercó a ellos a preguntar que que era lo que estaba pensando.

- Tenemos que ir a Cumbre, la comandante ha mandado a Annie a por unas plantas y necesita que le acompañemos.

- ¿Y cual es la recompensa? - preguntó Juliette

- Ninguna, pero tenéis que acompañarme, no acepto un no como respuesta - dijo tajante Annie

Tras discutir un poco acabó aceptando a regañadientes, además tampoco tenía nada mejor que hacer en ese momento y más divertido que extraer gemas sería. El camino fue de lo más aburrido y largo. Entre que Zalcor iba delante calmando a las criaturas que se encontraban y que a la mínima que se acercaba algún grupo de enemigos todos se lanzaban a su cuello como si no hubiese un mañana, poco tuvo que hacer más que andar, mirar y escuchar muchas, muchísimas estupideces.

Cuando por fin llegaron, fueron directamente a ver al boticario para coger esas plantas y volver, pues según estuvieron comentando por el camino era algo urgente. Pero lo malo fue que faltaba una de las plantas necesarias para terminar el brebaje, pero en cuanto preguntaron que planta era, para poder ir a buscarla y así tenerlo todo, tanto el boticario como Annie se negaron a dar dicha información, dijeron que tanto el motivo, como las plantas a recoger eran información confidencial que tan solo los miembros de la Orden podían tener acceso a ella.

- Es decir que te ayudamos a venir y todo y encima nos ocultas cosas? Ya me volverás a pedir ayuda, ya... - refunfuñó Juliette

[Rodenet]

Pues la rancia y Annie estaban en la fuente... Sabía que lo mejor era no acercarse o me empezarían a decir cosas, así que me senté un rato en un banco y me mantuve al margen.
Al poco rato me llamaron y me preguntaron que qué tal y cosas en plan demasiado amable, y me olió raro. Y tenía razón, porque querían que acompañase a Annie a por plantas, encima hasta Cumbre.Empezó a unirse más gente y acabamos llendo unos cuantos. Eso sí, Annie no veas como aprende de Zalcor, le faltó tiempo para tirar de chantaje emocional para que fuésemos Juli y yo.

Y lo peor no es eso, lo peor es que tuve que aguantar conversaciones de magos, que si este conjuro, que si no se qué... Y van y usan magia de fuego contra gigantes de fuego y nos dicen que no sabemos de tácticas. Muy listos para unas cosas, pero para otras están atontados. Menudo viajecito.

En fin, llegamos sin mucho problema (quitando el coñazo de la magia), y el viejo de Cumbre le dio un montón de plantas a Annie, pero al parecer faltaba una, y cuando Zalcor preguntó que qué planta era, empezaron que si era confidencial, que asuntos de la orden. Vamos, que para hacer de recaderos y todo eso bien que nos quieren, pero luego no nos cuentan una mierda. Pues allá ellos y sus secretos.

[Pelolargo]

CAP 1 LA MISION DE ANNIE

Nevermortas en un dia Lluvioso como era previsible. Me acerco al pozo y veo a Annie hablando con otra mujer a la que llama comandante. La Cofradia de la lanza gelida. El grupo de aventureros mas famosos de Nevermortas empieza a reunirse para cumplir la mision de Annie, decido ayudarla en lo que pueda,ella siempre ha sido amable conmigo, ademas me gustaria saber como llegar a esa villa de cumbre.

Zalcor encabeza el grupo y llegamos a Sundabar sin ningun contratiempo,acampamos a las afueras varias horas para descansar y seguimos hacia el oeste,seguimos el cauce de un rio que nos lleva hacia el norte hacia un paso interior de una montaña. Dentro de la montaña, gigantes de fuego nos reciben con hostilidad,pero no son rivales para las espadas de Zalcor ni para Eregul. Nos adentramos en el interior de la montaña por un escarpado camino hasta cruzarla de lado a lado y salimos a un paisaje nevado por completo.

La nieve dificulta el camino y nos separamos por momentos,no encontramos el camino correcto y perdemos el rastro. Por fin nos juntamos y llegamos a Cumbre. Entramos en la herbolisteria y alli le preparan a Annie una receta especifica. Mientras voy conociendo la aldea nevada,creo que pasaremos aqui la noche antes de volver a Nevermortas,hace frio y apetece una cena caliente y un descanso junto al fuego.

CAP 2 EL INGREDIENTE SECRETO

La vuelta fue mas sencilla y rapida,fuimos a toda velocidad hasta el castillo de la orden de caballeros, portando la bolsa con los ingredientes que nos dieron en Cumbre. Dentro de la bolsa una nota advertia de la falta de un ingrediente esencial. Caminabamos hacia el Rio Rauvin en busca de ese ingrediente cuando una extraña niebla verde en uno de los arboles del camino nos llamo la atencion. Aproveche para descansar mientras los mas eruditos intentaban discernir la naturaleza de esa niebla verde,ni magos ni clerigos parecian tener ni idea de ese suceso. Tras varias horas reanudamos la marcha. Cerca de nuestro destino unos espiritus en forma de serpientes y de lobos nos atacaron, algo sobrenatural no queria que continuaramos en nuestra busqueda.

Ibamos un grupo fuerte y los espiritus pronto comprendieron que no podian evitar nuestro avance y desistieron,pero todo lo sucedido impregno al grupo de mucha incertidumbre sobre quien protegia esa hierba que faltaba.El rio Rauvin aparecia ante nuestros ojos,seguimos su curso hasta las montañas y vimos como el caudaloso rio desaparecia en su interior. Escalmos por la ladera y alguien encontro una entrada a algun lugar,era donde señalaba el mapa que llevaba zalcor.

Un pequeño agujero lleno de enredaderas se adentraba en el corazon de la montaña. Fuimos bajando por el estrecho agujero hasta llegar a unas cuevas humedas.El suelo de verde cesped y las paredes de piedra humeda daba la sensacion de verdor por toda la cueva cuando algun rayo de luz se filtraba por el techo.El debil techo se venia abajo ante cualquier circustancia,dejando entrar la luz del sol como lanzas verdosas chocando contra las paredes humedas de las cuevas.Los troncos de los arboles atravesaban el techo de la cueva dando el aspecto a la cueva de estar en un bosque.

Nos perdimos y encontramos a unos trolls en un corredor sin salida.Tras muchas vueltas por las galerias encontramos una pequeña oquedad en la roca por la que se filtraba una tenue luz. Una gran estancia con un circulo metalico en su centro y una gran seta en su base aparecia ante nuestros ojos cuando,de nuevo los espiritus de las serpientes y los lobos aparecieron atacandonos. Tras derrotarlos un gran lobo de 3 metros de alto aparecio,cada paso que daba la tierra temblaba bajo sus pies,imponenete y malhumorado nos pregunto que haciamos alli. Bajamos las armas y Zalcor hablo con el Espiritu Guardian de la tierra que alli moraba.

Habia escuchado algo de los guardianes de la naturaleza y que eran sabios y poderosos,pero nunca habia estado en presencia de uno. Se puso frente a cada uno de nosotros escrutandonos y sus palabras retumbaron por toda la estancia:

"Os dejare que os lleveis la parte de la seta que necesitais y os enseñare como usarla,pero debereis replantarla y la seta tardara 10 años en reproducirse"


Gregor y Vadania cortaron parte de la seta sin dañar el resto y la metieron en un vial. Ahora la seta aun podia producir esporas y reproducirse con nustra ayuda en un futuro,pero ahora debiamos salir de la montaña y llevarla rapido al fuerte de los caballeros.

[Calor-invernal]

Estando en la Villa como es costumbre me encontré con la Comandante Iruss, me comentó que tenía una misión... Ir a Cumbre a por unas plantas medicinales, la note algo inquieta y me quedé algo preocupada ya que también me dijo que era importante que fuese en cuando pueda.
A la primera que eché el ojo fue a Kori ya que ella conoce bastantes más sitios que yo, recuerdo haber estado en Cumbre pero con uno de sus portales... así que de nada me servía, esperaba que ella si supiese el camino.
Derrepente me vi rodeada de un buen grupo de aventureros Juliette, Korissa, Eregul, Zalcor, Fizz, Esel, Drappi y un maese que se unió en Sundabar, como siempre Zalcor nos encaminó a todos... lo más peligroso del camino fue por el paso de la luna, pero con todos lo que fuimos pasamos sin problema.
Una vez allí Juliette me llevó hasta el herbolero y me entregó una bolsa con bastantes plantas... pero al parecer falta una, me dijo que fuese con prisa a la Orden y le entregue lo que me dio, dentro de la bolsa estaría el nombre de la planta que falta.

[Rodenet]

Por fin volvimos de cumbre y fuimos a la orden a ver que pasa. Y bueno, estaba también Filastro. Resulta que se han dignado a contarnos cosas, cuando no quedaba más remedio claro. Se encontraron una tía moribunda, la cuidaron y resulta que era una asesina, a la que habían torturado y cosas de esas, y encima tenía una especie de enfermedad todo contagiosa, y van y la dejan ahí en vez de matarla y quemarla, que por su culpa se ha infectado otro.

Quieren que vayamos a buscar la planta que falta, para que puedan hacer un remedio contra la enfermedad y el herborista en vez de decir donde está, lo pone en plan pista, reduciendo al zona de la búsqueda a, prácticamente, toda la Marca. Aunque despues ya se ha dicho que cerca de Felbarr, lo cual ya es algo.
La cosa es que mucho decir que defienden la Marca y demás, pero en vez e mandar a sus caballeros, quieren voluntarios a los que no pagar, diciendo que salvar la Marca es suficiente pago, pues a ellos no les he visto moviendo demasiado el culo por la causa... Al menos, por una vez, unos cuantos me han dado la razón.

En fin, que soy imbécil y he ido. Encima hay una tormenta de la leche y no paran de quejarse de que está oscuro y no se ve. El camino ha sido muy lento y encima con un montón de distracciones. Han aparecido unos dragones canijos y ahora quieren ver de donde vienen, en vez de buscar al dichosa plantita y "salvar" la Marca.

Hemos parado a hacer un campamento y he encontrado un incensario o algo así, y me he puesto a cotillear... En qué momento. Llevan horas hablando que si magia, que si druidas y chorradas diversas, encima de no cobrar y hacer de la pardilla de la orden, me están amargando con los temas de siempre... En fin, parece que nos vamos, luego seguiré...

Al parecer a algo no le ha gustado que cogiesen unos tréboles, porque algo nos ha atacado. Zalcor se transformó en el bicho ese enorme con pinzas, así que he hecho lo mismo, a ver si se veía algo. EN el río se veían como serpientes de agua muy raras y han aparecido también unos lobos que era como si fuesen de aire.
Daan ha acabado ahogada por las serpientes, así que encima de no cobrar por esto, y de calentarme la cabeza con magia y chorradas varias, he perdido dinero. Un día redondo.

Korissa.

[Poru]

El descanso...

Varios días después de la expedición de aventureros, con motivo de la extraña enfermedad. Aunque los cuerpos de estos, se tomaban un respiro de la dura batalla contra los espíritus furibundos que invadieron el bosque, sus mentes no cesaban en la búsqueda de respuestas. Uno de esos días, Lucian y Mongor dialogaban al lado del pozo en Nevesmortas. Lucian muy agudo, le pregunto a Mongor si había recavado información acerca de la extraña enfermedad y posible inicio de una plaga malintencionada. Cosa que también tenía muy preocupado al clérigo, sobre todo después de la conversación que se mantuvo en la taberna de Nevesmortas, en la que Daan y Vadania comentaban sobre una plaga que hubo en la ciudad de Noyvern. Lucian mostró al clérigo donde se hallaba la biblioteca, que resultó estaba en la escuela de magia de la villa.

El enano consagrado a Hanseath pasó toda la noche y gran parte del día siguiente leyendo cada libro, cada boletín o nota que allí se encontraba. Nada relevante...
Entonces, encaró sus pasos hacia Sundabar. Con una biblioteca más amplia y con mayor contenido. Repitiendo la operación, y sin salir del recinto, solo descansando para rezar a su dios y beberse una cerveza, prosiguió indagando en cada linea de texto, de cada pagina de cada libro que allí encontraba. Tras un día entero encerrado, volvió a Nevesmortas a cumplir con algunas tareas. Tras un par de días, relacionándose con otros compañeros y haciendo una visita a un extraño mercader en Fuerte Nuevo, volvió a su investigación en Sundabar.

Sin desistir libro tras libro, aprendió cosas sobre otros dioses de otras razas, sobre lugares que aún no conocía y criaturas que nunca había visto. Algunos de estos datos le fueron útiles más pronto de lo que pensaba. Pero en lo relevante a la misteriosa enfermedad, a los espíritus furibundos y a los poderes que se ocultaban en los bosques, nada... El fiel seguidor de Hanseath deberá seguir buscando en otro lugar. Será capaz de encontrar algo que sirva de ayuda? Solo el tiempo lo dirá.

[Rasechimba]

Como solía hacer, tras alguna de sus rutas, hizo un alto en Nevesmortas para tratar de reecontrarse con sus amigos. Esta vez en el cuentro fue junto a la fuente. Poco a poco fueron aparecieron otros. De entre los presentes, la comandante y Annie hablaron a parte. Tras la charla, la caballero pidió ayuda para un cometido. Ir a cumbre en busca de unas plantas a saber para qué. Como era habitual, Zalcor aceptó ayudar sin reproches, pero con la duda de que ocurría en la cabeza. De hecho, por más que insistió en saberlo preguntando a las dos miembros de la orden, no obtuvo respuesta que saciara su curiosidad.
El viaje fue tedioso. Acostumbrado a ir solo o con escasa compañia, en silencio y sin perturbar al bosque, esta vez el grupo era numeroso y conllevaba más atención y trabajo para que todo siguiese como debía. Cuando llegaron al destino, resulta que el benefactor carecía de una de las plantas necesarias.
Cuando por fin regresaron para entregarlo, por fin, la comandante y también Filastro decidieron hablar. Zalcor tenía claro que si Filastro estaba interviniendo es que el tema era serio. Pero como le dijo a Annie anteriormente, no dudaba de que la orden no haría nada que entendiesen como malo, pero que por noble que pudiese ser el objetivo no tendría por qué verse del mismo modo desde su punto de vista, el del bosque. En la improvisada reunión con numerosos aventurero, Zalcor se mantuvo al margen, en silencio y escuchando. Trataba de analizar cada palabra, lo que conllevaba y las posibles consecuencias. Cuando la reunión terminó, en su mente estaba indagar algo más. Pero entonces, tras escuchar su nombre, salió de sus pensamientos. Al parecer Annie le mencionó y los tres (Annie, Iruss y Filastro le pidieron que se acercara). Annie había opinado que "el mapa" debía llevarlo el montaraz. Zalcor no lo rechazó, dejó claro que si era lo que querían no tendría problema en hacerlo. Pero dejó claro que el grupo era numeroso y la experiencia escasa. La sutileza y el secretismo serían dificles te llevar acabo. Al final, salió con el mapa que indicaba la posible localizción de la planta. Fueron avanzando, el clima era raro, y lo que encontraban aún más. Raros rituales junto a arboles, dracos por todos lados expulsados de las montañas cercanas... no iba a ser simplemente buscar una planta. Tras inventigaciones se llegó a la conclusión de que el bosque se estaba defendiendo. El valle del Rauvin era extenso, y las montañas que lo rodeaban numerosas. Había varias posiblidades a seguir.
Con todo lo ocurrido, una idea se dibujó en su mente, lo que custidioba podría solucionar el problema. Por desgracia, al parecer, había dos infectados, por lo que necesitaban algo más. Su cabeza no paraba de dar vueltas. Sólo tenia una muestra, y se había destruido lo necesario para crear otro. De todos modos, aún siendo quien lo custodiaba, ¿era lo correcto ceder, olvidarse de su deber y usarlo? No era una decisión para meditar, su corazón le respondería cuando no quedase otra opción.
A las faldas de la ciudad de Sundabar, un caballero llegó a caballo. Ante la ausencia de Lady Annie quien fue llamada con urgencia (Zalcor se dio como aludido, aceptando en silencio el deber de Annie con esa misión) recibió unas indicaciones por parte del caballero enviadas por Filastro. Condujo al grupo, con calma, procurando no alargar más la situación tras lo ocurrido con los rituales y los dracos. Iba fijándose en el mapa y las indicaciones hasta que por fín los llevo a un paso, cerca del Rauvin que conducía, tras un cañón, a una humeda y antigua cueva. Al mínimo sonido, los temblores y desprendimientos eran frecuente, avanzaron con cautela, enfrentándose a trols y espiritus de la tierra (como ya habían hecho hasta sundabar). Cuando llegaron a la zona señalada, la insistencia del montaraz dio sus frutos. Encontraron un pequeño paso a una parte de la cueva donde tuvieron que lidiar con más espiritus Y tras ellos, por fin apareció el guardian, del cual necesitaban su permiso para obtener el ingrediente. Tras varios dialogos y revisión del guardián, este aceptó ayudarles, pero con un precio. Una vez más otro deber tenía que ser sostenido por los hombros del montaraz, el cual, por situación, fe y corazón, aceptó.
Las expertas manos en el manejo de frágiles ingredientes de Gregor y Vadania obtuvieron lo que necesitaban. Tocaba volver. El precio no había sido caro, sólo hacia falta que uno (el montaraz) pagara por ello. No sólo con el acuerdo con el guardián, sino también, dado que lo recolectado sólo generaba una dosis, el mismo se ofreció a ocuparse del segundo infectado.

[Daan]

Cuando entró en las habitaciones de la Orden de Caballeros de Nevesmortas, mezclada entre la multitud, lo primero que pensó es que había sido una mala idea. Primero, porque nunca le habían gustado caballeros, guardias, nobles y demás gente que necesitara una jerarquía para funcionar, y menos la que se la tomaba en serio (¡cuántos problemas se habría ahorrado Faerûn si la gente se lo pensara dos veces antes de seguir órdenes!). Segundo, porque sabía que era una bocazas y tendría que morderse mucho la lengua para no llamar la atención allí entre gente de ley, y no quería que los caballeros se fijaran mucho en ella. Sin embargo, la reunión en la plaza había sido masiva, y aquello apuntaba a que pasaba algo gordo que no se debía perder. Así que siguió al resto hacia las lujosas salas de los caballeros, con un ojo puesto en Annie -que guiaba al grupo-, y el oído atento a los rumores.

Una vez allí, Daan se quedó atrás, apoyada en una pizarra, observando a la gente por delante y escuchando a los jefazos de la Orden, que cada vez que abrían la boca elevaban su preocupación. La historia de la joven herida, la asesina torturada y enferma de gravedad, le parecía demasiado poca cosa para que los caballeros convocaran a tanta gente (¿desde cuándo se preocupaban por la vida de una asesina confesa -salvo que buscaran información-? ¿Por qué movilizar a tantos aventureros para conseguir unas plantas de tan lejos?), y se confirmó que había algo más cuando la palabra "contagio" y "plaga" surgió en la habitación elevando un murmullo consternado.

Así sí, las cosas le cuadraban más y el peligro se había hecho patente. Un escalofrío le recorrió la nuca porque contra una plaga no te sirven de nada los cuchillos, y el oportuno abandono de la víctima le parecía de todo menos casual. ¿Alguien quería mal a los caballeros y había usado a la chica como arma? ¿Sería un ataque contra el pueblo? En cualquier caso, una oleada de indignación le subió a la garganta cuando pidieron ayuda. Voluntarios. Tanta Orden y tanto elitismo para al final dejarle el marrón a otros. Y claro, siempre hay otros, gente de buen corazón y poco sentido común que acababan sosteniendo estas prácticas. La única con cabeza parecía Korissa, cuyo mal humor le salía por las orejas, como si hubiera salido escarmentada en otras muchas ocasiones.

Daan salió por la puerta después de dibujar con fallido disimulo algo obsceno en la pizarra -un pequeño desahogo, pero desahogo al fin y al cabo- para encontrarse con una difícil decisión. El primer impulso fue volver a la taberna y mandar a los caballeros al carajo. Sin embargo, había viajado mucho para llegar a La Marca y, si la plaga se extendía y seguía escapando, le quedaba ya sólo el Valle del Viento Helado o el Anauroch, y las temperaturas extremas no le gustaban demasiado. En cualquier caso, podría aprovecharse de información de primera mano durante el viaje. La compañía podía ser peor y Annie, aunque de la Orden, era bastante tolerable. La misión... bueno. Si alguien le hubiera dicho que iba a trabajar para unos caballeros buscando una seta protegida, le hubiera preguntado por las setas que había comido para que le pasara.

El viaje fue, por decirlo así, extraño (un buen viaje de setas, pensaba por el camino y se reía ella sola), y no logró quitarse la sensación de estar fuera de lugar. Lo suyo era la gente y la ciudad, no el bosque. No un bosque lleno de dracos furiosos intentando matarte, desplazados por algo muy grande que había sido invocado -o así pensaba Mongor-. No un bosque que se defendía con vete tú a saber qué trucos druídicos -no le preguntes por el incienso raro, ella sólo olía musgo-. No un bosque que se enfadaba por gestos nimios -¡que era un trébol, caray, no un unicornio!-, y menos aún un bosque que invocaba lobos de aire y cobras acuáticas que… ahogaban.


Cuando Daan despertó se enteró de que Korissa le había devuelto la vida dejándose una pasta en ello. Genial. Ahora tendría esa vocecita incordiosa encima diciéndole que le debía una muy gorda, y tendría que ahogarla con alcohol, como siempre.

*****

Llegados a Sundabar, la comitiva se dispersó. A la mañana siguiente, Zalcor dirigía al grupo con su timidez característica. Daan, al menos, estaba viva, había descansado un poco y se había tomado una copa. Eso levantaba un poco el humor.

Siguiendo el mapa que Filastro -ese pez gordo de la Orden- le había entregado, Zalcor les llevó campo a través hacia unas grutas, extrañas y bastante inestables, donde descubrieron que ellos no habían sido los primeros en entrar. Los primeros, sin embargo, parecía que no habían sido en cambio los más competentes, porque se encontraban incrustados en unos extraños árboles. Se encogió de hombros. ¿Qué se le iba a hacer?.

En la oscuridad de la cueva Daan se sentía mejor y aprovechó para ir de avanzadilla, desmontando alguna trampa por el suelo, hasta que el grupo se dio cuenta de que caminaban en círculos. No recuerda sin embargo si eso fue antes o después del combate con los trolls porque de aquel momento sólo retiene el pánico mágico que la incapacitó detrás de una roca (¡cómo aborrecía esa sensación!). Fue entonces cuando Zalcor encontró el pasadizo que llevaba a la seta, a sus protectores elementales, y al Guardián.

El primer impulso de Daan cuando vio al gigantesco lobo aparecer bloqueando su salida fue esconderse tras una roca para apuñalar por la espalda. Sí, la acción no era demasiado noble ni valiente, pero el cementerio está siempre lleno de ilusos que atacan por delante. Sin embargo, poco pudo hacer -más allá de contener los pensamientos impacientes en los que terminaba todo a golpes- cuando su mente se vio invadida por un mensaje claro del Guardián. “Te veo, listilla”. Bueno, no exactamente así, pero en esencia. Así que, desde detrás de las piedras y en el lugar más sombrío posible, Daan guardó las armas y esperó, dejando que gente más hábil que ella negociara las condiciones -las cosas sobrenaturales van más allá de su capacidad- y conteniendo el aliento cuando Gregor y Vadania tuvieron la vida de todos en sus manos, en la forma de la pequeña espora que todos habían ido a buscar.

Diez años para que creciera una seta, diez años para que Zalcor volviera a replantarla, un Guardián con muy mala leche para recordárselo, y un solo vial para curar a dos personas. La pregunta que quedó flotando en el aire fue qué pasaría con el segundo infectado, y si los caballeros usarían la cura sabiamente. Sin embargo, la pregunta que realmente le importaba a Daan era si aquello serviría para parar a quien había dejado a la chica infectada allí tirada, y cuál era el alcance de sus intenciones. Porque estaba claro que la cosa no acaba ahí y Daan quería estar al tanto... por si había que salir por patas.

[Tymora]

Texto extraído del libro que Sir Yándar Filastro tomó prestado de la biblioteca personal del rey Emerus corona de guerra.

Puede que el libro sea verdad, o una simple leyenda...

- Cuenta la leyenda que hace muchos añosun hombre encontró una gema en una cueva perdida. La gema carecía de brillo y parecía más que una gema una piedra del río. El hombre guardó la gema en un pequeño baúl y tras largos años se olvidó por completo de ella.

En una fría mañana cuando el hombre subió al desván a poner un poco de orden, se acordó de aquella gema que había guardado hace años. La tomó en sus manos y la miró fijamente. Cuando se dió cuenta la gema recobró su brillo.. y su resplandor hizo que se quedase en un estado de shock. Al recobrar las consciencia la gema ya brillante sin saber como ni por que , se había incrustado en su frente.

La gema concendió un gran poder a aquel hombre, incluso devolviéndole algo que ansíaba mucho, su juventud. Todo indicada que la gema concedería deseos a su nuevo amo, pues hasta grandes riquezas adquirió.-