Nombre completo: Stella Amblecrown
Raza y etnia: Humana (Tezhyriana)
Lugar de origen: Saradush, Tezhyr.
Alineamiento aparente: Benigno.
Deidad: Politeísta. Principalmente por orden de preferencia, Tymora, Ilmáter y Azut.
Profesión: Cerrajera y zapadora, aunque últimamente ofrece servicios arcanos.
Raza y etnia: Humana (Tezhyriana)
Lugar de origen: Saradush, Tezhyr.
Alineamiento aparente: Benigno.
Deidad: Politeísta. Principalmente por orden de preferencia, Tymora, Ilmáter y Azut.
Profesión: Cerrajera y zapadora, aunque últimamente ofrece servicios arcanos.
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Descripción física:
Una muchacha joven, de cabellos zanahoria y rostro pecoso. Sus ojos son de un azul claro agrisado que no resulta especialmente llamativo. A simple vista puede verse que está llena de energía, y suele vestir ropas prácticas sin preocuparse demasiado por su apariencia. Aún con todo, su voz resulta agradable al oído y podría decirse que le confiere de cierto atractivo.
Supera el metro sesenta de estatura y aunque está en relativa buena forma física debido a lo acostumbrada que está a trotar desbocada y a viajar, no destaca en absoluto por ser fuerte. Sí que destaca su flexibilidad y agilidad, mostrando un buen sentido del equilibrio y una gran velocidad de reacción, pero en el día a día tampoco resulta una exageración.
Entre sus ropas de viaje nunca faltan un par de vainas que ocultan dos espadas cortas, y una bolsa de la cuál sobresale una cadena, que se encuentra atada a su grimorio. Suele favorecer el uso de prendas con gran número de bolsillos, y cuando no, de su cinturón cuelgan montones de saquillos.
Supera el metro sesenta de estatura y aunque está en relativa buena forma física debido a lo acostumbrada que está a trotar desbocada y a viajar, no destaca en absoluto por ser fuerte. Sí que destaca su flexibilidad y agilidad, mostrando un buen sentido del equilibrio y una gran velocidad de reacción, pero en el día a día tampoco resulta una exageración.
Entre sus ropas de viaje nunca faltan un par de vainas que ocultan dos espadas cortas, y una bolsa de la cuál sobresale una cadena, que se encuentra atada a su grimorio. Suele favorecer el uso de prendas con gran número de bolsillos, y cuando no, de su cinturón cuelgan montones de saquillos.
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Descripción psicológica (a simple vista):
Stella es una chica risueña, optimista y pragmática. Cree profundamente en la redención de los demás, pero sabe que no todas las personas pueden ser salvadas. No, al menos, si no ponen de su parte. En cualquier caso siempre está decidida a echar una mano a los demás desinteresadamente, lo cuál le ha otorgado tanto amistades como rivalidades.
Aunque como todos los eruditos del Arte es una mujer de mente ágil, con facilidad para el cálculo o la memorización de todo tipo de datos, es terriblemente despistada. Eso la convierte en crédula, hasta el punto de pecar de ingenuidad. En ocasiones no entiende los dobles sentidos de las palabras ni las ironías, salvo que el contexto sea muy evidente. Cuando se encuentra en grandes grupos de personas tiene graves problemas para seguir el hilo de la conversación, aunque por lo general no es alguien especialmente perceptiva, ese hecho varía enormemente cuando está buscando alguna cosa de manera activa.
Aunque como todos los eruditos del Arte es una mujer de mente ágil, con facilidad para el cálculo o la memorización de todo tipo de datos, es terriblemente despistada. Eso la convierte en crédula, hasta el punto de pecar de ingenuidad. En ocasiones no entiende los dobles sentidos de las palabras ni las ironías, salvo que el contexto sea muy evidente. Cuando se encuentra en grandes grupos de personas tiene graves problemas para seguir el hilo de la conversación, aunque por lo general no es alguien especialmente perceptiva, ese hecho varía enormemente cuando está buscando alguna cosa de manera activa.
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Breve historia:
Stella tuvo una vida sencilla como gran parte de la población de Tezhyr. Nació y se crió en una de las mayores ciudades del lugar, Saradush. Su familia es muy numerosa, siendo la menor de seis hermanos. Su madre dispone de tierras que trabaja como granjera, y su padre es un artesano que dedica gran parte de su vida a las herramientas del campo.
Al ser la menor, siempre estuvo algo consentida. Cuidada tanto por sus padres como por sus hermanos mayores, Stella pasaba la mayor parte del tiempo metiéndose en líos. A diferencia de sus familiares no encontró su vocación ni en el campo, ni como artesana. Ni siquiera en la milicia en la que estuvo alistada por un tiempo, profesión que había estado muy cerca de otorgarle estabilidad.
Fue en la milicia que su vida cambió. Duró solo unos meses, pero fueron muy intenso. Aunque su terrible sentido de la orientación hizo que la descartaran como batidora, aprendió rápidamente a encargarse de los obstáculos que el resto de sus compañeros no podían solventar. Generalmente se trataba de alguna trampa dispuesta por trasgos con malas intenciones, o de destrabar el cerrojo del hogar de algún criminal.
Todo iba viento en popa hasta que una oleada de crímenes asoló los barrios bajos de la ciudad, y aunque la guardia hacía el mejor de sus esfuerzos, la situación no parecía arreglarse. Una red de esclavistas con lazos con cultistas de Bane estaba detrás de diversos altercados, y aunque Stella y sus compañeros pudieron cercar a uno de los líderes menores de aquella organización, hubo bajas.
Ver la muerte de algunos amigos la cambió para siempre, y tras ese evento decidió despedirse de su familia y su trabajo. Necesitaba un cambio de aires, ver mundo y alejarse de los malos recuerdos. Sintió que había madurado de golpe y por las malas. Aunque no es algo que demuestre demasiado a menudo.
No se lo pensó dos veces antes de unirse a la primera caravana de comerciantes que partió al norte, dejando todo atrás. O casi todo. El único hecho positivo del encuentro con los esclavistas, fue que un tomo llegó a sus manos. No contenía conocimiento demasiado avanzado, pero sí el suficiente para aprender las bases de la magia. Siempre se preguntó qué significaba la Z que había marcada en la contraportada.
En cualquier caso, tras algunas aventuras y desventuras por el camino, Stella terminó dominando algunos trucos básicos de magia antes de llegar a Nevesmortas, donde los peligros parecían acechar a cada esquina.
Al ser la menor, siempre estuvo algo consentida. Cuidada tanto por sus padres como por sus hermanos mayores, Stella pasaba la mayor parte del tiempo metiéndose en líos. A diferencia de sus familiares no encontró su vocación ni en el campo, ni como artesana. Ni siquiera en la milicia en la que estuvo alistada por un tiempo, profesión que había estado muy cerca de otorgarle estabilidad.
Fue en la milicia que su vida cambió. Duró solo unos meses, pero fueron muy intenso. Aunque su terrible sentido de la orientación hizo que la descartaran como batidora, aprendió rápidamente a encargarse de los obstáculos que el resto de sus compañeros no podían solventar. Generalmente se trataba de alguna trampa dispuesta por trasgos con malas intenciones, o de destrabar el cerrojo del hogar de algún criminal.
Todo iba viento en popa hasta que una oleada de crímenes asoló los barrios bajos de la ciudad, y aunque la guardia hacía el mejor de sus esfuerzos, la situación no parecía arreglarse. Una red de esclavistas con lazos con cultistas de Bane estaba detrás de diversos altercados, y aunque Stella y sus compañeros pudieron cercar a uno de los líderes menores de aquella organización, hubo bajas.
Ver la muerte de algunos amigos la cambió para siempre, y tras ese evento decidió despedirse de su familia y su trabajo. Necesitaba un cambio de aires, ver mundo y alejarse de los malos recuerdos. Sintió que había madurado de golpe y por las malas. Aunque no es algo que demuestre demasiado a menudo.
No se lo pensó dos veces antes de unirse a la primera caravana de comerciantes que partió al norte, dejando todo atrás. O casi todo. El único hecho positivo del encuentro con los esclavistas, fue que un tomo llegó a sus manos. No contenía conocimiento demasiado avanzado, pero sí el suficiente para aprender las bases de la magia. Siempre se preguntó qué significaba la Z que había marcada en la contraportada.
En cualquier caso, tras algunas aventuras y desventuras por el camino, Stella terminó dominando algunos trucos básicos de magia antes de llegar a Nevesmortas, donde los peligros parecían acechar a cada esquina.
