Sannish

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

Moderadores: DMs de tramas, DMs

Responder
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

La moneda bailaba entre los dedos de Sannish como si fuese parte de él. A veces le gustaba ver como su cuerpo se movía. Como se tensaban los músculos bajo la piel. Debía estar orgulloso, era un buen cuerpo. Arrojó la moneda al aire y la dejó caer al suelo, rebotar y girar, hasta mostrar la cara sangrienta. Sannish sonrió, mirando por la ventana. Ya quedaba menos para la gran luna, para que su dama trajera su bendición a ese lugar.

Con las piernas cruzadas sobre la cama, colocó la carta del colgado frente a sí. Sannish seguía pensando qué significaba. Por sí sola podrían ser tantas cosas que tratar de averiguar cual era la correcta era poco más que una entretenida pérdida de tiempo. ¿Significaba que debía esperar? ¿O hacía referencia a un sacrificio? Sannish no quería pensar en esa parte, era demasiado grande para él.
Imagen
No quería recordar nada, no quería el pesado y molesto equipaje de otro en su cabeza. No quería los pensamientos, ideas y problemas de nadie más. Le gustaba la persona que era en ese momento, una persona feliz. Sí, era alguien feliz, una persona que solo trataba de ser el reflejo de lo que quería ver en el mundo.

"Soy Sannish. La otra persona está ardiendo en el infierno del que nació. Está muerta, y no yo. Él era solo alguien que ocupó este cuerpo lo desaprovechó. Lo abandonó, y ahora es mío."

Se levantó de un salto, riendo ante su gran suerte. La dama pálida estaba contenta, le había dado otra oportunidad para extender sus dones entre aquellos humanos que caminaban ajenos a todo al otro lado de la ventana.

"Otra vez él".

Notó algo revolverse en su interior al distinguir al joven escudero en las calles de Nevesmortas, andando entre sus habitantes como uno más. Agitando sus relucientes y bonitas alas, formando parte de ese orden que tanto pregonaba. A Sannish no le gustaba Rendar, nada de nada. Lo despreciaba profundamente. Era una mancha de luz que eclipsaba el colorido caos. Le ponía nervioso tenerlo cerca, le alteraba como nada lo había alterado hasta ahora. Le hervía la sangre ver esos rasgos tan puros y perfectos. Y aunque notaba el odio bullir en lo más profundo de su ser, eso, en parte, le agradaba, le divertía. Sí, Rendar era divertido. Muy divertido. Le hacía sentir vivo, le hacía tener ganas de destrozar algo bonito y angelical. Deseaba poder enseñarle que por más rápida que sea la luz, la oscuridad siempre está allí, esperándola.

Clavó sus afiladas uñas en la carne de su antebrazo, rasgándola, estremeciéndose de placer al sentir la sangre recorriendo su piel. "Rendar", repitió el nombre para sí, relamiéndose los labios mientras dejaba que la imaginación de Sannish jugara con él, regresando a la cama y escuchando con gozo el tamborileo de las gotas de sangre precipitándose al suelo.

Observó la carta una vez más. Sí, Sannish debía seguir esperando.
Última edición por Ark Roywind el Mié Jul 03, 2019 6:03 pm, editado 4 veces en total.
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Re: Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

Voces en la sangre
- Una historia asociada a Sombra y Sangre -
Las noches eran largas y frías en Villanieve y, si Beshaba ponía sus ojos en ti, podían ser definitivas. El olor a sudor y alcohol revelaba la alegría de aquellos que habían tenido suerte buscando oro y la pena de quienes volvían con los bolsillos vacíos. Una situación que podía cambiar en un segundo bajo el brillo de afilados cuchillos en la oscuridad.
Un laberinto de campamentos de optimismo y pesadumbre, de luces y sombras, de sudor y sangre, de oro y miseria. A Sannish le gustaba Villanieve. Allí la vida podía dártelo todo o arrebatartelo sin piedad algun. La Doncella era caprichosa, y había que aceptar que cualquiera podía ser el siguiente en recibir su beso. Sannish lo sabía, y sonreía ante cada nuevo amanecer abrazando todo lo que le ofrecía.
Sannish caminaba con soltura y despreocupación, saludando con una agradable sonrisa a los pilluelos y los estafadores, a las prostitutas y los matones, a los buscadores de fortuna y los que pedían limosna. Las caras cambiaban, pero los papeles eran siempre los mismos. A Sannish Villanieve le parecía una obra maravillosa en su cruda imperfección, un crisol de decadencia y oportunidades. Todos soñaban con la gloria del oro, sin importar cuan vacíos estuvieran sus bolsillos. Sannish a veces escuchaba divertido las plegarias a Tymora en busca de un golpe de fortuna. ¿A cuántos les sorprendería saber que en un lugar así su suerte tan solo dependía de en qué lado de la daga te colocaras?

Imagen


Las esperanzas de los humanos nunca dejaban de sorprender a Sannish, y eso era algo que adoraba.

Era curioso como la vida siempre guardaba sorpresas para Sannish. Desde aquel día en el Anaurokh, donde entró en escena con nada más que una moneda en la mano, un colgante enredado en la muñeca y un desgastado naipe sobre el pecho, no había dejado de asombrarse ante los pequeños detalles que componían su peculiar existencia.
Eso es lo que realmente le diferenciaba de los demás. A pesar de la evidente broma divina que era su vida, Sannish trataba siempre de disfrutar de ésta como solo alguien llamado Sannish podía hacerlo. Gracias a ello había descubierto muchas cosas que le gustaban a Sannish.
Le encantaba la voz de Noctis, disfrutaba al verlo estudiar su grimorio.
Le gustaba Treintaisiete, tan sencillo como una piedra. Tan impredecible como una tormenta.
¿Y qué decir de Percival? Sannish estaba deseando ver donde estaba el límite de la codicia del mediano.
Sí, sí, Sannish se deleitaba en las delicias que se desplegaban frente a él.
Sentía su sangre hervir de placer al ver como la gente trataba de aferrarse a la vida con desesperación a pesar del inevitable final.
Reverenciaba la belleza del reluciente oro. Como la avaricia lo convertía en una llave capaz de abrir cualquier puerta.
Le maravillaba despertar desnudo con flores perfumadas entrelazadas en el cabello y un hombre a su lado. O una mujer.
O ambos.
Todo eran nuevas experiencias que entreabrían ventanas a la vida de otro hombre que ocupó ese encantador cuerpo, y estaban a su alcance con tan solo desearlo.

Sannish era feliz siendo Sannish.

Amaba la obra de teatro que todos interpretaban a su alrededor, el baile de máscaras y sonrisas falsas en el que todos jugaban a intentar parecer mejores de lo que eran.
A Sannish le gustaba actuar sin guión, improvisar sin importarle cual era su papel, sabiendo que en manos de la Doncella del infortunio el entretenimiento en la obra estaba garantizado. Solo tenía que ser Sannish, y a Sannish le gustaba Sannish.
Cada nuevo acto hacía la vida más interesante, y descubría cosas que quedaron sepultadas en la arena junto a la otra persona antes de ser Sannish. Algunas eran más interesantes que otras, claro.

El olor de la sangre aún impregnaba sus fosas nasales, pero lo que mejor recordaba era el cadáver en mitad de aquella choza al sur de Nevesmortas. El lamentable e inocente minero que yacía boca abajo en la alfombra, quién resultó no ser tan inocente pero igual de lamentable; con la cascada carmesí manando de su gaznate y sin un corazón que palpitara en el pecho, habló con palabras mudas a Sannish. La visión de aquella farándula fue como si alguien abriera un telón polvoriento para mostrarle una escena que él y solo él podía vislumbrar.
Sí, a Sannish le encantan los secretos, saborearlos lentamente, y aquello olía a gran secreto. Secretos que Sannish había ocultado a Sannish. ¿Acaso no podía ser la vida tan maravillosa como desesperante? Esa mezcla agridulce componía el sabor perfecto que tanto complacía a Sannish, y lo había degustado ahí mismo, frente a todos aquellos ojos que no eran capaces de ver lo que su sangre susurraba. Esa escena, interpretada por sombras silenciosas danzando sobre un mar escarlata que amenazaba con inundarlo todo, tenía de fondo una canción conocida por Sannish. Recordó que nunca la había olvidado, y entendió.
Sannish comprendió feliz que puede que fuese hora de volver a bailar.

El murciélago había sigo cegado por una luz que nunca lo aceptaría, y acabó precipitándose hacia las sombras, donde murió.

¿Dónde estaría el Grillo? Sannish agudizaría el oído, por si el insecto dejaba sonar su melodía.
Tal vez pronto las noches de verano serían más silenciosas...
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Re: Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

Tener a esa persona especial cerca de Sannish cuando Sannish lo necesita, es algo tan agradable y placentero... Sannish estaba muy contento, eran momentos especiales para él y su amado y odiado amigo especial. Se miró ante el espejo, probando su nuevo modelito, girando para ver cómo le quedaba. "¿Qué te parece, cariño?", preguntó al chico que le miraba sin parpadear desde un rincón de la choza. Era un hombre joven y rubio, con rasgos atractivos y vestido con ropas humildes. Entre los claros cabellos del muchacho sobresalía una pequeña pluma blanca e impoluta. "¿Verdad que resalta el color de mis ojos?", susurró mientras se acercaba a él riendo de forma cantarina, recordando la reacción que tuvo al verlo aparecer de ese modo en mitad de la noche para sorprenderlo. Sannish sabía que era tan encantador como una serpiente, tan grácil como un inocente cervatillo y adoraba llevar felicidad a los demás y cumplir sus deseos. El pobre había caído rendido a sus pies nada más verlo, claro, y Sannish había hecho al joven perfecto para él. El afortunado solo necesitaba la pequeña pluma para serlo, para convertirse en objeto de su amor, y de su odio. Al principio no sabía si deseaba apuñalarlo o besarlo, si quería estrangularlo o acariciar su perfecta e inmaculada piel. Ambos caminos le parecían igual de satisfactorios.
Se agachó junto al muchacho que le observaba con muda admiración, acariciando su rostro y disfrutando de su dulce aroma. Besó sus silenciosos labios, degustando su sabor.
Imagen
"¿Por qué no bailamos?", ofreció al chico, inclinándose ante él con elegancia. Cogió sus manos con delicadeza, tarareando una canción que nacía de su interior, de los secretos que el otro escondía, e inició una lenta danza, girando y girando. "Te noto callado esta noche. ¿Sannish ha dicho o hecho algo inapropiado?". Siguió dando vueltas, recorriendo la alcoba, marcando con sus huellas los pasos de su deliciosa danza. Sannish estaba feliz, había descubierto que le gustaba bailar. Apoyó su cabeza en el hombro de su acompañante, sonriendo. "Ojalá este momento no se acabara nunca...".

En uno de sus movimientos, sus piernas se cruzaron con las del chico, haciéndolo tropezar y terminando así desprendiéndose la pluma de su cabello. Sannish se quedó paralizado, mirando el cuerpo frente a él. "No... ¡No!". Lo arrojó furioso contra el suelo, pateándolo. "¡No sabes hacerlo bien, él bailaría de forma perfecta, no me pisaría!". Tomó una larga bocanada de aire, dejando que su sonrisa volviera a dibujarse. Recogió la pluma y se fue con ella a la cama, abrazándose a ella mientras disfrutaba de su aroma.

El cuerpo frío y sin vida continuaba sangrando en el suelo, con un profundo corte en el cuello. Besarlo o apuñalarlo, ¿qué camino escoger? Al final Sannish había decidido tomar los dos. Es la mayor muestra de amor que Sannish podía imaginar, no guardar deseos ocultos para esa persona especial.

Acarició la delicada pluma, susurrando solo para ella:

"No te preocupes. Algún día seremos realmente felices, solos tú y yo, cariño".
Última edición por Ark Roywind el Lun Jun 17, 2019 10:23 am, editado 1 vez en total.
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Re: Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

Imagen
No fue un final amargo, como la última gota de una copa
que hay que apurar. Arrojó la moneda bajo la luna, aguardó su suerte,
y flaqueó envuelto en sombras y sin ropa.
Se borró su sonrisa, la sangre cobró su precio, miró a los ojos a la muerte.

Lentamente levantó su mano, un último aleteo
buscando el vuelo. En ella un brillo y una canción besando su piel,
como la nieve súbita, como la hiel.
Abrazado por la oscuridad está y no estuvo, como un flirteo.
El tiempo quema y en sus ojos nace una voz, su memoria infiel.
Recordar es obsceno, peor: es triste. Olvidar es vivir en un bloqueo.

Con poca dignidad él murió en la arena.
Con una sonrisa, como una flor, Sannish nació de ella.
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Re: Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

VOCES EN LAS SOMBRAS

- Una historia asociada a Sombra y Sangre -
Sannish colocó cuidadosamente los almohadones en su sitio. Las marcas de quienes ya no estaban lo ponían nervioso. Caminó grácilmente hacia el escritorio y volvió a dejar sus notas tal y como debían estar. Sí, los curiosos siempre tienen que encontrarlo como Sannish quiere que lo encuentren. Se mordió el labio al ver la página superior, asintió conforme con sus pensamientos y escribió una nueva frase. "El Pavo Real no ayudó a la Mofeta". A Sannish le gustaba su elegante caligrafía. Satisfecho limpió la pluma y, con meticuloso cuidado, la colocó en el lugar exacto de dónde la había cogido. Sí, cada cosa debía tener su sitio, Sannish tenía un buen hogar.

Se desperezó con un gemido agradable, desprendiéndose de la ropa conforme se paseaba por el interior de la caravana, sin preocuparse de donde quedaba cada prenda. Observó su desnudez con agrado en el espejo, pasando la punta de sus finos dedos sobre la maraña de cicatrices que cubrían su cuello. Le había gustado el mordisco frío del metal de Quarrel en su nuca, Sannish ya había conocido antes el afilado beso de las armas en su cuello, sí, ahora lo recordaba. O más bien el otro. Sí, el otro ya no estaba pero se empeñaba en seguir hablando a Sannish. Había repartido muchos besos cortantes a desconocidos, amigos y amantes. Sannish no tuvo remedio, hizo lo que tenía que hacer, aunque fue agradable ver el color escapar de su interior. Así era mejor para todos sí, un mundo de rojo brillante y feliz. Ahora la peste ya no le molestaría, a nadie. Ese olor estaba siendo demasiado penetrante, no podía seguir extendiéndose.
Sannish lo había hecho bien, podía estar feliz. Había guiado a las bonitas mariposas a recoger el néctar de sus flores. Ya había una flor espinosa menos en el jardín sombrío, gracias a Sannish. Sí, sí, Sannish era bueno con sus amigos, ¿verdad? Los ayudaba a ayudarle.
Imagen
La mano de Sannish recorrió su cuello, haciéndole sonreír ante la agradable sensación de su delicado tacto, notando como se le erizaba la piel. Descendió por su brazo derecho, pluma a pluma grabada sobre su piel, embelesado ante aquel bello colorido. Los ojos ocultos entre las plumas, el trazado imperceptible de las letras mezcladas con los vivos pigmentos de la exquisita cola de Sannish. Sí, las sombras bajo sus tatuajes aun observaban, en ocasiones hablaban, y Sannish siempre escuchaba. Sannish aprendía.
Giró lentamente para contemplarse en su totalidad, disfrutando de aquel regalo que se le había otorgado, riendo feliz y jugando con su cola a cada movimiento. Era genial ser Sannish.
Una vez se aseguró de que el cuerpo no tenía nada nuevo que contarle sacó el pequeño ave de su zurrón. El cuervo estaba muerto, claro. A Sannish no le importaban los cuervos, le gustaban. Eran hermosos, misteriosos, elegantes, y su oscuridad le hacía desear darle un abrazo y hacerla disfrutar como solo alguien como Sannish sabe hacer. Pero los perros siempre son animales más fieles. Sí, Sannish lo había aprendido gracias al Hurón. Los perritos bonitos, fieles y serviciales, eran perfectos para alguien que no quiere más problemas en su vida. Demasiado unidos, sí. Un perrito y un pajarito que caminan muy juntos.
¿Qué harían cuando la lista disminuyera más aún? Mofeta estaba de su lado, y ya no está. ¿Para cuantos era el sendero en el que habían decidido adentrarse?

Acostado, desnudo sobre la cama en la oscuridad de su alcoba, Sannish arrancó las plumas del ave una a una, pensativo. Estaba deseando ver qué ocurriría. Fuese lo que fuese, pensaba convencido Sannish, sin duda prometía ser divertido.
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Re: Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

FAUCES ABIERTAS
- Una historia asociada a La larga Noche -
Era una buena noche, una noche preciosa, fría e iluminada por la bella luna. Sannish sonrió a la pureza de la luz que desprendía. Una luz hermosa que pintaría la nieve de un rojo bonito y resplandeciente cuando más brillase. Sannish estaba expectante, en la próxima luna llena podría ver a todos sus amigos jugar y divertirse juntos. ¿Cuántos quedarían cuando el juego acabase? ¡Estaba deseando descubrirlo!
Entregó la llave al mediano, compartió con los demás el plan que había trazado, dibujó con sus palabras en sus rostros bellas sonrisa. Pero, de momento, solo debían esperar la señal.Así que Sannish esperó. Jugó con su moneda haciéndola aparecer y desaparecer de sus manos, bailar entre sus dedos como si estuviera viva, hasta que por fin la señal tomó forma a lo lejos. Ahí estaba, ruidosa pero organizada. Una guarnición de guardias de Nevesmortas y un gran contingente de caballeros se dirigían al norte, hacia el objetivo de su teatrillo. Al fin era la hora de comenzar la función, Sannish podría ver en directo los frutos de su pequeña obra familiar.
Se despidieron de Percival y, junto al bueno de Treintaisiete, se puso en marcha para "ayudar mal".

El Hospicio olía a miedo, a tensión, un aroma excitante y placentero en todos los sentidos. No solo los caballeros y los guardias habían acudido ante la alarma. Sannish sonrió satisfecho al ver que un buen número de aventureros habían llegado atraído por la seductora e hipnótica llamada de una masacre inminente. En el fondo todos deseaban la sangre, Sannish lo sabía. Esperaban impacientes que entraran en la función los licántropos, bonitos licántropos que habían sido avistados rodeando el Hospicio, y todos aguardaban un ataque inminente. Todo gracias a Maina, era tan buena. A Sannish le gustaba, siempre cumplía su palabra, era fácil para él tratar con ella. Sannish no tenía que buscar puñales en las profundidades de su mente que clavárselos y abrirla en busca de lo que quería, ella era perfecta de ese modo. Era apasionada, intensa, y eso le divertía. La gente que se tomaba la vida tan en serio era digna de su admiración. Ella se la había ganado. Sannish guardaría, cuidaría y alimentaría los secretos de la hermosa loba.
Imagen
Un aullido anunció el primer acto, y los licántropos asaltaron la colina, detenidos eficazmente por los defensores. Mientras Treintaisiete luchaba sin demasiada emoción, tratando de dar forma con sus actos a las palabras "ayudar mal", Sannish se movió entre las sombras, oculto a la vista de todos gracias a los trucos de Sannish. Treintaisiete era lo suficientemente ruidoso como para atraer todas la miradas hacia él mientra con la elegancia de un pavo real Sannish hacía lo que Sannish sabía que debía hacer. Mientras todos luchaban por sobrevivir, abrió las puertas del Hospicio invitando a todos sus amigos a su interior. Era su trabajo dar tiempo al buen mediano en su gran papel tras el telón de aquella función, y Sannish siempre intentaba ayudar como mejor sabía sus buenos amigos. O, al menos, de la forma que más le entretuviese. Y debía admitir que le encantó la expresión de terror y confusión que deformó sus bonitas caras cuando vieron como los lobitos se encontraban las puertas abiertas de par par y comenzaron a entrar en el Hospicio sin que nadie pudiera impedirlo. El segundo acto había empezado.
Lo que siguió fue música para los oídos de Sannish. La batalla se trasladó al interior del Hospicio, arrancando gritos del público. Los licántropos trepaban, cruzaban la entrada y llevaban sus colmillos y entusiasmo animal a cada rincón del lugar. Rugidos, maldiciones, metal y garras despertando a la sangre y pintando la nieve de rojo. Era una buena obra dar color a un lugar tan triste y gris. Sannish se relamió observando el bonito adelanto de la obra de Maina.

Sí, sí. Sannish cada vez tenía más claro de que era muy feliz por vivir en la piel de Sannish, en ese momento, en ese lugar, con todas esas agradables personitas. Deseó que llegara pronto la larga noche, y que la luna pintara el mundo de vivos colores en los que poder bailar desnudo y reír junto a todos ellos. Eran buenos tiempos para servir la Doncella.
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Re: Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

Aquí están, tuyas son. ¡Dispón de tu destino
Como víctima dócil! Entrégate a los hados
Cual hoja seca al raudo torbellino
Que la arrebata como a un corazón amado.
Imagen
Tuyo es. ¡Aquí está! La Doncella todo lo puede.
Su capricho es mi ley, sacia su saña.
Y sabe el destino que a Sannish no engaña
La sonrisa falaz que ella hoy le concede.
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Re: Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

Danza de Aves
- Una historia asociada a Sombra y Sangre -
Sannish se dejó caer en los cómodos y coloridos almohadones de su alcoba, sonriendo ante la agradable visión de los dos medallones que colgaban de sus delicados dedos. Las estilizadas eses de sus emblemas se entrelazaban en un elegante abrazo, un símbolo que representaba bien la visión del bonito Cuervo. Pobre, pobre cuervo, había perdido a su adorado perrito. No puedo evitar reír, ¿quién lamería ahora sus heridas? ¡Sannish estaba deseando ver a dónde la llevaba su aleteo!

Lanzó la moneda al aire, contento. Sannish estaba muy contento. Búho seguía viva, sí, sí. ¿Debería Sannish visitarla? Su risa resonó en el interior de su carruaje, feliz como un niño ante un nuevo juguete. Un sonido cálido y musical para algunos, el siseo de una serpiente para otros. La moneda bailaba en los dedos de Sannish, que recordaba las palabras del pobre umbra. Había amenazado a Sannish, sí, sí que lo había hecho. Cuervo debe mucho a Sannish, ¿lo ha olvidado? No, no, seguro que no. ¡Pero estaba desesperándose, sí, eso era! Seguro que Lechuza tenía mucho que ver, por eso pidió palabras a Sannish para el elegante pajarraco. ¡Sannish tenía muchas palabras para todos, algunas secretas, otras esperando salir! ¿Qué pasaría cuando las liberase? Sannish quería verlo, sí, sí.

Imagen


Se levantó de un salto, entusiasmado. Comenzó a desnudarse paseándose por la sala mientras contoneaba la cola, dejando el fascinante frasco sobre el escritorio. Búho, Cuervo, Lechuza, ¿quién tendría las garras más afiladas? Sannish se pasó los dedos sobre el colorido tatuaje de su brazo derecho. Seguro que las bonitas Sombras comenzaban a preguntarse en qué bando estaba el Pavo Real, pensó Sannish mordiéndose el labio, sintiendo como se le erizaba la piel ante el placer de la visión de las bonitas aves picoteándose unas a otras. Sí, sí, tal vez lo hacían, pero el Pavo Real estaba de parte del Pavo Real, como siempre, y sus bonitas plumas bailarían para el que le proporcione un mayor entretenimiento. La pregunta era, ¿de qué parte estaban esos pajaritos nocturnos? Tanto tiempo en la oscuridad les había vuelto un poco aburridos. ¡Debían aprender a disfrutar de la excitante paleta de colores que ofrece el mundo!
Sannish besó los medallones con sus suaves labios azules y los colgó de su bonito espejo. ¿Hacia donde volaban los pajaritos? Sí, Sannish lo vería, Sannish lo sabría.
Se cubrió con las sábanas de seda roja, disfrutó del aroma de la impoluta pluma que guardaba con gran amor, la abrazó y cerró los ojos. Había sido un buen día para Sannish, un día de bonitos sueños.
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Ark Roywind
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 61
Registrado: Lun Abr 02, 2018 7:42 am

Re: Sannish

Mensaje por Ark Roywind »

Imagen

Imagen

Imagen
Lothar, tuerto alcohólico con una espada grande
Sannish, dramático artesano del infortunio
Agh, ...
Gonnar
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 62
Registrado: Sab Mar 21, 2020 9:04 pm

Re: Sannish

Mensaje por Gonnar »

//Narro aquí la experiencia de María a petición del propio jugador.

A María le habían encargado un exótico encargo. Conseguir una oreja de sacerdotisa drow. No la aceptó por el dinero, no la aceptó por hacer un favor. La aceptó por la aventura, por el riesgo, por el desafío.... y aquí se narran a continuación sus pensamientos mientras se prepara y lleva a cabo dicha misión:

"Bien... lo primero de nada es asegurarme de que llevo suficiente curación, pociones de invisibilidad a sabiendas de que no me servirán contra la mayoría de enemigos que encuentre ahí abajo... y sobretodo que memorizo los conjuros adecuados. Eso, sin duda, será lo más importante.... ay.. mira que habría sido sencillo si hubiera sido la oreja de cualquier otra criatura. La podría haber aislado, inmobilizado, y cogido la oreja sin tener que hacer ningún mayor esfuerzo. Sin tener que matar. Pero una sacerdotisa drow? jajajaja, eso no hay manera de conseguirlo sin colarse en la ciudad y hacer rodar algunas cabezas. Bueno, en mi caso más que hacerlas rodar supongo que sería explotar... o... ay, céntrate María. Venga, vámonos, y la mansión para después de los basiliscos...."

María caminó por el pozo, por la infraoscuridad, pasando por los cultistas de shar, los micónidos, las arañas y los basiliscos, sin dejar uno solo de todos ellos con vida en su camino. No necesita más razón que el saber de su malvada existencia para hacerlo. Una vez pasado el tramo de los basiliscos y cruzado el primer puenta que lleva directo a las cercanías de la ciudad Drow, María conjuró una puerta mágica que le llevaría a la mansión de mordekainen donde podría preparar a conciencia para el asalto. Después, salió, despació y se dirigió hacia las murallas... pensando así:

"Vale, máxima concentración. Fuera todo pensamiento innecesario, deja fluir tu plan, no dudes, actúa, María.....
Invisible por ahora, el conjuro de Santuario Mayor tiene una duración limitada y no queremos que se gaste antes de tiempo. Puertas, lanzar portal silencioso para abrirlas. No debo acercarme demasiado a nadie, podrían oirme. Reconocimiento previo a la ciudad, buscar mínimo 3 rutas de salida alternativas por si la magia no funciona o si me rompen el conjuro...
Bien, templo localizado, salidas de emergencia localizadas. Santuario mayor activado para el templo, pero antes detectar magia para asegurarnos de que no hay ningún conjuro de guarda activo en este instante que pueda destruirme o delatarme. Bien, comprobado, todo limpio, listo. Primero entrar, examinar el templo, posibles salidas porque seguro que dentro no puedo usar la teleportación, contar enemigos, bien, son 6... no, 7 con el que está escondido tras las escaleras. Prioridad para con las sacerdotisas. A la cuenta de tres, uno.. dos... tres!"


*María usó sus habilidades para cerrar la puerta forzando la cerradura, lo cuál hizo ruido, pero instantáneamente lanzó un conjuro de parar el tiempo, moviéndose a una velocidad a la que no podían reaccionar ni los hábiles drow. Dos conjuros de evard bajo los pies de las sacerdotisas y una explosión solar para cegar a toda la sala. Para cuando quisieron darse cuenta de qué pasaba ya era tarde, pues los tentaculos se habían clavado en todas las partes de sus cuerpos, impidiendo que pudieran lanzar conjuros. Los Drow milicianos se avalanzaros a ciegas sobre María. Ella lanzó el conjuro de Desvío, y después una tromba potenciada. En cuestión de segundos no quedó nadie en pie.

"Corta la oreja, y coge dos más por si acaso. Ya están aporreando la puerta, están a punto de entrar. No importa, ya tienes unas orejas, deja que tiren la puerta abajo y cuando lo hagan aprovechas. Listo! santuario Mayor, correr entre los guardias, se lanzan visión verdadera, pero les llevo la ventaja de sabir a dónde voy y por dónde. Giro a la derecha, aquí está la plaza. Teleportar. Hasta luego, Drows..."

*Y así, envuelta en las sombras de su Escudo Sombrió, María se teleportó de vuelta a Nevesmortas, lanzando -de nuevo- un conjuro de mente en blanco para prevenir conjuros de adivinación sobre su persona y que no le pudieran seguir el rastro.

"Tendré que lavar estas orejas..." *Fue lo último que pensó, sin poder evitar que una sonrisa brotara de sus labios al sentir su corazón latir más rápido que nunca. Lo había hecho. Reto conseguido.

// Imagen de los hechos..
https://ibb.co/Yyr6Ky5
Responder