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XXXVII

Publicado: Vie May 31, 2019 8:40 am
por mr_aku
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La historia de Treintaisiete no es heroica ni trágica, y tampoco es especialmente interesante. Treintaisiete no persigue grandes objetivos, no busca venganza por la muerte de un ser querido ni busca un artefacto ancestral de poder inimaginable. Treintaisiete es un superviviente, y su "historia" no es mas que una sucesión de eventos a los que el semiorco ha sobrevivido sin una mayor trascendencia. Treintaisiete vive el presente, raramente piensa en el futuro y jamás vuelve la vista hacia el pasado.

Treintaisiete ha luchado en las arenas de gladiadores de Manshaka, regando el suelo con su sangre y la de sus enemigos. Allí aprendió el sonido del látigo, el sabor de la muerte y la importancia de golpear primero.

Treintaisiete ha surcado el Mar de las Estrellas Fugaces a las ordenes de un infame corsario. A bordo de su nave aprendió a acatar órdenes, a tomar por la fuerza aquello que necesitaba y a temer al mar.

Traeintaisiete ha pasado largas noches encadenado al muro de una estrecha celda de Marsember, con el cuerpo entumecido y sin mas compañía que las ratas. Allí conoció la crueldad de los humanos, y aprendió que nunca jamás hay que dejarse capturar.

Treintaisiete ha recorrido los senderos del Bosque Extenso, en compañía de cazadores furtivos, criminales prófugos y asaltantes de caminos. Junto a ellos aprendió la importancia del oro, y que todo en esta vida tiene un precio.

Los eventos han conducido ahora a Treintaisiete hasta la Marca Argéntea, una región fria e inhóspita, distinta a cualquier otro lugar que hubiese visitado antes. Lo que Treintaisiete aprenderá en estas tierras solo el tiempo lo dirá...

Re: XXXVII

Publicado: Mié Jun 12, 2019 11:56 am
por mr_aku
Un día mas.

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La reja de metal se levantó con un agónico chirrido, y un par de humanos surgieron del interior con paso decidido.

Treintaisiete los miró a ambos, evaluando la situación. El de la izquierda empuñaba un pesado martillo con ambas manos, parecía fuerte pero apenas llevaba protección. El de la derecha era mas pequeño pero estaba mejor protegido. Empuñaba un tridente y un escudo de metal desgastado.

Treintaisiete decidió empezar por el del martillo.

Esperó a que ambos avanzasen hacia él separándose para flanquearle por ambos lados, y entonces se abalanzó como un relámpago contra el humano de su izquierda. Con un certero golpe de su descomunal hacha Treintaisiete alcanzó a su oponente en plena clavícula, haciendo manar la sangre a borbotones. Un segundo golpe un poco por encima del primero le seccionó el cuello matando al humano en el acto.

Un dolor lacerante alcanzó a Treintaisiete en el costado. El otro gladiador había conseguido acercarse los suficiente como para hundirle el tridente entre las costillas.

El semiorco se giró a la par que lanzaba un furioso rugido al aire, golpeando con su antebrazo el mástil del tridente y arrancándolo de las manos de su oponente. Después embistió contra el humano, que trató de protegerse con su escudo. El hombro de Treintaisiete impactó en el metal, empujando al otro gladiador, que deslizó sus pies por el suelo levantando una nube de polvo antes de tropezar y caer de espaldas en la arena.

Treintaisiete se dejó caer sobre el humano, inmovilizándolo bajo su peso. Le arrebató el escudo sin esfuerzo y lo utilizó para machacarle el cráneo hasta convertirlo en una pulpa sanguinolenta.

Otro combate ganado. Treintaisiete viviría un día mas.

Re: XXXVII

Publicado: Jue Jul 04, 2019 11:34 am
por mr_aku
Tormenta

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Treintaisiete avanzó con torpeza por el pasillo, tambaleándose a causa del vaivén. Sobre su cabeza las vigas de madera crujían de manera demencial, y a su alrededor se escuchaban los gritos de los hombres amortiguados por la tormenta.

Después de esquivar a un humano que corría en dirección opuesta, Treintaisiete alcanzó la escalera. Un torrente de agua descendía por ella formando una cascada. El semiorco ascendió con dificultad y salió a la cubierta superior para enfrentarse a la tormenta. Era noche cerrada y el agua caía a raudales, formando un denso telón que apenas dejaba ver.

Avanzó a ciegas movido por puro instinto, hasta que un relámpago surcó el cielo iluminando momentáneamente la cubierta. Treintaisiete pudo ver como a escasos metros de él, dos humanos arrastraban el cuerpo de un tercero hacia la cubierta inferior, antes de que la oscuridad lo envolviese de nuevo.

Continuó avanzando a través del diluvio, hasta que una fuerte sacudida lo hizo tambalease y caer al suelo. El barco se inclinó y él resbaló por cubierta, agitando los brazos en busca de un asidero.
Impactó contra el mastil principal, que detuvo su movimiento en seco. Se aferró al cordaje del mástil y se incorporó con esfuerzo, mientras el barco recuperaba su posición horizontal.

Un segundo relámpago arrojó su luz sobre Treintaisiete, permitiéndole ver un tentáculo de monstruosas proporciones que precipitaba a gran velocidad sobre la cubierta. La oscuridad volvió justo antes del impacto, que sacudió con fuerza toda la embarcación e hizo volar por los aires al Semiorco.

Traintaisiete aterrizó de espaldas, golpeándose la cabeza con fuerza contra el suelo. Durante unos instantes se quedó allí tendido, aturdido y dolorido. Hasta que, unos metros por encima suyo, algo crujió con una fuerza ensordecedora seguido de un sonido de desgarro. Treintaisiete trató de incorporarse, pero algo lo golpeó de lleno, lanzándolo de nuevo por los aires, solo que esta vez no aterrizó en cubierta.

El semiorco se hundió como una piedra en las frías y negras aguas del Mar de las Estrellas Fugaces con un solo pensamiento en mente:

-"Treintaisiete perder hacha"