Ruavia Starfall, los elfos salvajes proscritos

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Ruavia Starfall, los elfos salvajes proscritos

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Ruavia fue la hermana mayor, la hija del jefe de una tribu de elfos salvaje conocida como las "Panteras de medianoche" por la agresividad que poseían y sus constantes luchas nocturnas contra sus enemigos, que aprovechaban gracias a su vision en la oscuridad.

Al igual que su hermano Ori, fue entrenada desde pequeña por los mejores guerreros de la tribu, bajo la atenta mirada de su padre y la dirección espiritual de su madre, a la cual respetaban por su sabiduria.

En los tiempos quepor fin pudo sostener un arma, empezó a salir de caza, y con el tiempo se volvería una de las cazadoras más reconocidas, aprendiendo a dominar la espada bastarda y el arco, con soltura.

Todo iba bien, hasta que Argun, el hermano pequeño nació, y al crecer, empezaron a suceder anomalias a su alrededor, pues era un brujo. El escepticismo y la congoja asoló a la tribu, que lo vieron como una señal divina de que algo malo iba a suceder, y empezaron a meter pressión al padre de los jovenes para que expulsaran el joven y así salir airosos del funesto destino que creían que les aguardaba.

Sin embargo, el jefe no cedió a la presión, y la madre simplemente guardaba silencio. Fue gracias al jefe, y a sus hermanos (incluida Ruavia) que el joven Argun pudo crecer en relativa calma y criarse en familia. Hasta que un dia murió el jefe algunos dijeron que fue un accidente, aunque Ruavia que era astuta, creyó que habia sido envenado, y asi informó a sus familiares.

Con la sospecha a flor de piel, veian enemigos en todas partes y era cuestion de tiempo de que fueran a por Argun, ahora que el jefe ya no estaba para protegerle.

-No te preocupes, yo seré la jefa y a mi lado nunca te tocarán -dijo Ruavia a su hermano.

Eso aceleró la traición, pues a los dias, vino su madre rodeada de los mejores guerreros e instó a Ruavia a desechar a su hermano al exilio, si queria que se produjera el ritual de ascensión como jefa de tribu. Su respuesta fue clara:

-Vendes a tu hijo, miserable cerda, y pretendes que compartamos el peso de la traición? NUNCA. Padre se removería en su tumba si te viera. Ya no eres mi madre, fulana, nuestro s padres murieron junto al jefe, y sólo a él le debemos respeto. Para mi estás muerta, tu y todos, prefiero ser una proscrita que traicionar a mis hermanos!

Lo que vino después, fue un revuelo. Los guerreros no necesitaban muchas excusas para blandir las armas, pues tenian ganas a Argun, así que Ruavia estaría dispuesta a vender cara su piel antes que entregarlo, y empezó a sesgar las vidas de sus antiguos camaradas, mentores y hermanos de armas, sintiendo que una parte de ella se desgarraba.

Pero lo peor no fue eso, sino sentir que la mujer que los había parido estaba de parte de ellos. Que habia traicionado a su marido y a sus hijos. Estaban rodeados, y aunque luchabann con fiereza tanto Ori como Ruavia, el resultado era poco esperanzador.

En esos momentos, Argun que salía del shock de ver a su madre traicionarle, reaccionó y convocó a un enjambre de murcielagos que aparecieron de la nada y asolaron a los elfos, infundiendo un terror supersticioso, en esos momentos de respiro, Ruavia miró hacia Ori y asintió.

Ella agarró una antorcha y quemó la cabaña dónde habian vivido, provocando fuego y humo, mientras luchaba. Aprovechando el Caos, Ori logró aproximarse a la madre, susurrarle algo y clavarle la espada.

Aunque no pudieron acabar con todos, y eran proscritos, habían provocado muchas bajas, y se habían quedado sin lideres, por lo que la tribu estaba condenada a desaparecer. Ellos sin embargo, fueron al establo, y robaron 3 caballos de gente que ya no lo iban a necesitar y huyeron lejos. Tenian que volver a empezar.
Nunca olvidarian a su amado padre, ni la traición de su madre, juraron desde ese dia renunciar al Seldarine y confiar únicamente en la familia que les quedaba, mientras que Ruavia se juraba a si misma, que sería la madre que sus hermanos nunca tuvieron (aunque a ella siempre le faltaría esa figura, como se lamentaría en secreto).

Desde entonces, viajan sin rumbo en busca de fortuna, como auténticos salvajes, esperando que algun dia encuentren un sitio al que llamar hogar y, esperando agun dia, encontrar a los supervivientes de su tribu para terminar la venganza.
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Re: Ruavia Starfall, los elfos salvajes proscritos

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Durante un tiempo Ruavia se mantuvo al cuidado de sus hermanos, mientras se asentaban por la marca, en busca de botines, alimentos y quizás un nuevo hogar. Aún con el dolor que llevaria siempre encima a causa de la Traición, supo contener la miseria y ser fuerte por sus hermanos que de ella dependían.

Por ello, les forzó a hacer cosas imposibles, a perseguir metas improbables y a arriesgar el pellejo cada dos por tres, a veces bajo la cálida dirección fraternal y a veces bajo la amenaza no demasiado sútil de un cabezazo bien conectado o una patada en el trasero. Pero les hizo fortalecerse, y estuvo orgullosa de ello y de ellos.

También se fijó, en sus propias virtudes y defectos y que podía aprender de sus hermanos.

Orinthul practicaba el complicado arte de la lucha a dos espadas, junto a Laydan la "Dadora de carne", y comprendió que esa técnica de espada doble podría tener mucha complicación y estilo pues requería de una coordinación excelente, pero que si la dominaba, podría esviscerar el doble de rápido y obtener por lo tanto más recursos en menos tiempo.

Se inspiró en su hermano, aunque variando ligeramente su técnica balanceando el equilibrio con la fuerza bruta. Estuvo orgullosa de Orinthul.

De Argun, aprendió a perserverar ante las situaciones más adversas y a no quejarse nunca. A diferencia del repeinado de Orinthul, Argun solía aceptar su sino con firmeza, y protestaba menos durante los entrenamientos intensivos de Ruavia. Era probablemente, de los Starfall, el que más culpable se sentía, pues anque Ruavia fue la que se opuso en pleno al complot de su madre, y Orinthul la hoja asesina, de bien seguro que Argun no cesó jamás de pensar en que si su existencia no hubiera ocurrido, su padre y sus hermanos tendrían el futuro que merecía. Y con todos esos males perserveró, y Ruavia supo que no importaba que le sucediera a ella, jamás debía quejarse, aunque tuviera tanto rencor en su interior, debía sonreir por ellos. Debía ser fuerte.

Se inspiró en su hermano, si el pequeño no iba a ser la pata que cojeaba, ella tampoco lo sería. Estuvo orgullosa de Argun.

Durante ese tiempo en la marca, Ruavia tuvo a bien de darle nombre a las ciudades y poblados, así como a las criaturas con las que se encontraría, y nunca aceptó que la corrigieran los de la Marca, con sus actitudes pomposas paternalistas de "civilizados"; cómo si ellos tuvieran la única verdad. De ahí, saldrian varias jergas que empezarían a mezclarse entre los que la rodeaban.

Ejemplos de ello, habrían en las tribus de piedras [ciudades con casas de roca], la tribu de Nevestortas, la tribu de piedra de cuernicaballos [Sundabar], la tribu del Camino muerto [Fuerte nuevo], la Tribu de Medio hombres nevados [Abdar], la tribu de piedra del Camino [posada bifurcación], la tribu de los cara tapadas [bandidos del camino real], los cuernicaballos [bueyes], los trancos [bancos] y un largo étcetera.

Ruavia no aceptaría jamás las leyes de los hombres de piedra, como tal, pues los consideraba débiles, pero aceptaría por consenso familiar en aras del futuro de sus hermanos, aceptar sus extrañezas y no destruirlas demasiado abiertamente, en aras de la vecindad. Gracias a ello, trató de entender un poco a esos hombres de piedra y metal, y el por qué de sus comportamientos extraños.

Así que entre cacerías, y persecuciones de gallinas, ciervos u orcos a los que devorar (pues el corazón de sus presas era fuerza para ella), ayudaría a una investigación de un asesinato en Nevestortas. Curioso seria para ella, sólo por empezar, el concepto de "investigación". Su primer impulso al entrar en la casa dónde se cometería el crimen, fue saquear los cuerpos en busca de botines que ya jamás usarian. Sería un tal Logan y una tal Angela, las que le dirian que se tenia que investigar el crimen. Por lo que entendería, los hombres de piedra perdían el tiempo con los muertos tratando de saber porque morían y a mano de quién, cómo si eso importara al muerto o al hecho de que estaba muerto.

Pero deseosa de adaptarse y no llamar la atención, decidiría colaborar. Empezaría tratando de abrir a cabezazos una puerta atrancada, algo que despertó la conmoción general, salvo a Argun que se había colado en la casa no hacía mucho (y tras preguntarse los hermanos, el uno a la otra y viceversa, si habian sido ellos los asesinos y decirse que no), se lanzó a la carrera a aporrear la puerta con su cabeza. Porque a Ruavia le gustaba mucho usar la cabeza para resolver situaciones.

Para su sorpresa, el mago, logró contenerla con su cuerpo, y eso le hizo pensar que o bien su magia era poderosa, o había comido algo en mal estado. Pero lo dejó estar porque matar al mago habría generado otra investigación y estaba hasta arriba de los procesos burocráticos de los hombres de piedra. En vez de eso, decidió ser constructiva, así que cuando vio a un hombre a punto de colgarse en una soga entre llantos, lo agarró por la cabeza, lo alzó a su altura con una mano, sin que sus pies tocaran el suelo y le estampó varias veces la cara contra la pared, exigiendole una confesión, mientras miraba sonriente a Angela y Logan, sabiendose orgullosa de su aportación a la investigación.

Tras esos golpes, el hombre empezó a hablar, pero Ruavia no prestaría atención, sabiendo que su tarea habia acabado, y dejó las palabras para el resto, que fluían tan rapidas e intensas como los golpes que propinó. Al final descubriría que se le daba bien investigar.

Por supuesto, esa no fue la única contribución de Ruavia en todos los sucesos de la Marca, habrían muchas más situaciones, algunas generadas por aventureros, como Laydan, la Dadora de carne, que le enseñó a moverse por los bosques locales y a entender un poco más las costumbres de las tribus de piedra. Laydan, recibiría el título de Dadora de carne, cuando le otorgó varias piezas muertas para alimentar a su familia. A raíz de ello, Ruavia respetaría a Laydan, y la incluiría en sus cacerías, formando un vínculo muy intenso, que se reforzaría durante la época en la que Orinthul había desaparecido y Laydan la ayudó a buscarlo, regirando toda la marca y amenazando a viandantes y al propio Orinthul, durante el proceso de búsqueda, a recibir un par de azotainas si no se presentaba ante su presencia de ipsofacto.

Sin embargo, Ruavia se había ganado el respeto de aquellos que la conocían, pues cada vez menos trataban de "domesticarla" y la aceptaban como era, incluso recibió muestra de respeto, por su fuerza envidiable de aquellos aventureros que la admiraban o temían a partes iguales. Pero, en una ocasión, no sería un aventurero, sino un Conde (una especie de cacique tribal no nómada) quién le mostraría su respeto.

Fue durante un paseo, que se encontró con Neloz, una especie de chamán medio animal, al que decidió permitirle su presencia durante la caza, cuando unas nieblas repentinas rodearon el lugar. Aparecieron de repente licantropos, a los que Ruavia mataría a cabezazos y tajos, amputando incluso los cadáveres con furia repentina, mientras salpicaba con la sangre de los caídos a Neloz y a si misma.

Neloz, que se preocupaba demasiado con la niebla (pareciera que nunca hubiera visto alguna, se reía Ruavia) se percató demasiado tarde, que Ruavia ya había empezado a esviscerar a un licantropo y a comerse sus entrañas y su corazón, asegurando que la fuerza del licantropo ahora era suya. Más tarde, Ruavia concluiría, que la dieta del licantropo debía estar falta de vitaminas, porque sintió un poderoso mareo y ganas de vomitar, por lo que se fue al estanque y vomitó, remojandose la cara, para evitar el mareo.

En aquellos momentos, unos manos esqueléticas salieron del agua, la agarraron y la hundieron. A cabezazos, patadas y mordiscos, trató de liberarse, mientras sus labios trataban de evocar bajo el agua una sarta de improperios que habrian hecho palidecer a Shar, la Diosa de la oscuridad, pero por desgracia solo salía "glu glu glu" para alivio del universo en general. Fue bastante providente que Neloz colocara su bastón en el agua, dónde Ruavia se agarró y logró salir, para luego escupir hacia el agua alzando el puño.

Neloz trató de dilucidar con Ruavia sobre lo que ocurria, pero Ruavia ya no escuchaba y se adentró en la niebla, y Neloz fue detrás sin más remedio si no queria quedarse sólo. Y finalmente vio un castillo. En su mente pasó montañas y montañas de botines, así que sacó su bastarda y cargó por el puente hacia el castillo, en busca de fortuna, con su cabeza inclinada hacia delante para el cabezazo de cortesía.

Lo que encontraría allí, serian unos tipos encapuchados que saludaban y decían no se qué de "el gran dia", pero Ruavia ya había cargado hacia delante y se sentiría muy estupida si se frenaba a hablar, así que agarró al primero y lo tiró del puente al precipicio, exigiendo la rendición de los presentes y la entrega de sus botines. Algo pasó posteriormente, que ella no recuerda bien, pero estaba aturdida, quizás habia bebido demasiado aquél dia.

En cualquier caso, los presentes invitaron a ella y a sus hermanos a una boda, dónde se les agasajaria con botines, mientras reian siniestramente por que "El gran dia" se acercaba. Contenta de que les darian botines, aceptó la propuesta y se rió con ellos por la llegada del Gran dia.

Mientras tanto, Ruavia seguiria cuidando de sus hermanos, mientas los acontecimientos de la marca sucedían...
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