Cuidado con los Tejones...

[Daan]

En 1372 cuatro medianos de Luiren que formaban una pandilla de amigotes, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos, y ya olvidados por las autoridades, sobrevivieron como mercenarios de fortuna. Así nacieron Los Tejones Hin, y si usted tiene algún problema y se los encuentra quizá pueda contratarlos...

Los Tehines han sido el refugio de todo aquel mediano discriminado, descastado y demasiado vivaracho para la sociedad y leyes que les rodean. Con una lealtad absoluta a la Compañía y sus compañeros, recorren el mundo dispuestos a realizar las misiones más descabelladas encomendándose a Brandobaris, cuyos colores ostentan con orgullo.

Se rumorea que últimamente se les ha visto recorriendo el norte con sus piececitos peludos y capas marrones, frecuentemente acompañados por montones de tejones. Si se encuentran con ellos, mantenga precauciones. Son altamente peligrosos y es posible entre todos les arranquen una sonrisa, la bolsa y los calzoncillos.

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/* Todas las escenas que prosiguen son el resultado de la colaboración, escritura, lluvia de ideas y ocurrencias de los Tejones en conjunto.*/


Mamá Tejón cerró la puerta del pabellón, del que no dejaban de salir ruidos y maldiciones, meneando la cabeza. Miró con cara compungida a sus compañeros: allí estaban Rompepiernas, Chispita, Cerrojo y El Colonias esperando noticias.

- Nada. La Capi no mejora. Tenemos que encontrar a Amanita cuanto antes.

Los otros asintieron y comenzaron a recoger rápidamente el campamento, en un bullicio de actividad.

Se despidieron alegremente de los gitanos y avanzaron hacia Nevesmortas, para encontrar a su compañera.

[Daan]

- ¡Pega como un gorrino, patea como un asno! - repetía sin parar El Colonias, sacudiendo a un bandido que lloriqueaba en el suelo mientras el mediano, arrodillado sobre su pecho, reía y le atizaba de lo lindo.

- ¿Estás seguro de que era así? - preguntó Rompepiernas mientras atizaba con su palo en las rodillas al bandido, haciendo gala a su nombre.

- Juraría que era, pega como una almeja, pues así los enemigos aprenderán con pasión esta alegre moraleja: no te metas con un tejón.

- ¡¡Está claro que no es así, pero me gusta!! - dijo con total entusiasmo Cerrojo, vaciando los bolsillos del humano llorica.

- ¡¡Atiza como una almeja!! - gritó El Colonias atizándole en ambas mejillas a la vez con las palmas abiertas.

- ¿Ves? ¡Un golpe muy rítmico! - asintió con satisfacción Chispita rasgando las cuerdas de la ballesta mientras preparaba la flecha -. ¿Qué hacemos Mamá Tejón?

- Estamos buscando a Amanita, no jugando con bandidos tontos.

¡Clank! La flecha salió disparada, clavándose en la frente del pobre humano.

- ¡Lo siento, fue sin querer, no estaba bien afinada la ballesta!

Mamá Tejón suspiró, pasando sobre el cadáver sin mucha preocupación hasta colocarse frente a sus amigos y compañeros, brazos en jarra y ceño fruncido.

- ¡Tenemos prisa, la Capi nos necesita!

- ¡Pero es que eso está lleno de gente grande y mucha gente aún más grande!

- Qué somos, ¿tejones o cagones? - preguntó Mamá Tejón.

- ¡¡Elfos de pequeña estatura!

- ¡El Colonias se ha ido a cagar, es un cagón!

- ¡Un genio de la porra!

- ¡¿Qué decís de un melón?! - es se escuchó tras un arbusto.

Mamá Tejón suspiró, quitándose la bota y esgrimiéndola como el arma mortal que era.

- ¡Al tajo! ¡¡Poder Hin!!

Todos salieron corriendo huyendo de la amenazante bota, dejando tras de sí el eco de gritos de "Poder Hin", o cosas parecidas.