Berserkergang (historia de Khonrak)

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

Moderadores: DMs de tramas, DMs

Drein
Tejón Convocado
Tejón Convocado
Mensajes: 2
Registrado: Sab Nov 23, 2019 11:44 am

Berserkergang (historia de Khonrak)

Mensaje por Drein »

La vida en las montañas de hielo no es fácil, pero es ese tipo de vida y costumbres la que hace brotar a los guerreros más duros e intrépidos. La historia de Khonrak es una historia de gloria y castigo, de done y maldiciones.

La tribu nómada del cuerno blanco, siempre en continuo movimiento para encontrar mejores zonas de caza y donde menos castigase el clima tenía que hacer frente a innumerables peligros, desde enormes animales salvajes, tribus orcas o hasta los temidos gigantes.
El niño creció empapándose de ese ambiente y más siendo el hijo del jefe, el cual le obligaba a estar ante los asuntos de la tribu desde que tenía conciencia, para aprender a manejar las preocupaciones y los asuntos de esta. Conoció los secretos de los páramos, aprendió a rastrear y a usar su instinto para luchar, ya que estas gentes no conocen la disciplina de las armas en sí, si no usar la intuición o ese instinto de supervivencia para combatir.

Siempre nervioso y de agrio carácter, con un tono áspero y cansado en su voz, nunca intentaba desviar los caminos o evitar las rutas si éstas tenían detrás la oportunidad de blandir un arma y sentir la adrenalina y los latidos de su corazón en la garganta… y eso a su gente no le gustaba. Las miradas de los suyos se volvían toscas y aunque era respetado, más le seguían por miedo que por su pericia como futuro líder tribal, hasta que un día todo cambió.
En el asalto que sufrieron al cruzar uno de los pasos del páramo con la tribu de orcos del colmillo roto, los guerreros lucharon con fuerza y tenacidad para salvar sus vidas y la de su gente, pues iban con carromatos ancianos y niños, pero el gigante pelirrojo en el fragor de la lucha no pensaba en su gente ni en los ancianos…ni tampoco en los niños.

Viéndose rodeado al no prestar demasiada atención a la estrategia, acosado como un jabalí encerrado algo se encendió dentro de él, una furia salvaje y primitiva conocida por su gente como el Berserkergang hizo que sus músculos se hinchasen y sus ojos se tornasen blancos en una niebla roja que no distinguió nada, sólo poseerlo para desatar su frenesí sobre incontables pieles verdes que no tuvieron oportunidad ante tal bestia humana. Su alarido llenó la tundra y atemorizó los corazones orcos y los de su clan para luego caer desmayado por puro agotamiento tas una masacre que dejó un enorme rastro de cuerpos tras de sí. La furia y el instinto en esta gente es sabido por todos, pero esto era algo fuera de lo común, rozando el don o la locura.
Tras despertar, fue llevado ante los sabios y más viejos de la tribu para escuchar unas palabras que le marcarían para siempre:
-Te has convertido en algo muy peligroso para nosotros y para ti… nuestras costumbres nos obligan a luchar para sobrevivir y para nosotros es una necesidad, pero tu sientes una furia dentro de ti que un día acabará llevándonos a la destrucción, por eso…no puedes quedarte.
Despojado de su clan, obligado a vivir solo, no le quedó más remedio que coger sus pocas posesiones y encaminarse al mundo de la aventura. Un arma sin propósito, sin bando ni intención alguna, solo la de sentirse vivo y dejarse llevar. Las tierras del sur a más debajo de las montañas apreciaban sus servicios a cambio de dinero, siempre queriendo mantenerlo lejos de sus gentes y “dándole el honor” de cumplir las tareas más peligrosas… pero si él podía desatar su furia, desprenderse de esa energía y dormir por la noche había sido suficiente, fue así hasta que un día encontró una modesta y austera capilla en la ladera de una montaña y un hombre mayor de largas barbas blancas…con sólo una túnica hajada y una espada vieja, no le hizo falta mucho tiempo a aquel hombre para saber de los problemas del bárbaro.

-Vagas de aquí y allá sin un propósito ¿verdad? crees que tu vida no tiene sentido y que sólo encontrarás la paz cuando alguna bestia digna se de un festín contigo…pero eso demuestra que no eres consciente del don que se te ha otorgado… de quién puedes llegar a ser. El mundo y la vida son conflictos… la guerra es el estado natural del mundo y del hombre. La guerra es el cambio y el filtro de las sociedades, y tú amigo mío estás en los ojos de Tempus como un canal de ese propósito. Gánate el favor de sus dones persiguiendo el conflicto allí donde esté y desata la calamidad. Unos luchan por el poder, otros por dinero y otros se camuflan bajo el honor y la galantería para llevar sus guerras a otros lugares… pero los que luchan sin ocultarlo con el único propósito de sentirse vivos, de ser la corriente de un ciclo que nunca acabará podrán llegar al descanso del guerrero pletóricos y satisfechos, porque siempre habrá batalla.

Tras compartir esa charla con el anciano y despertar a la mañana siguiente pudo comprobar que donde estaba era una chabola en ruinas, que no existía tal capilla y que por supuesto aquel viejo no pareció haber estado nunca allí. ¿Sería una visión? ¿demasiada cerveza y soledad la noche anterior?... sea como fuere recordaba a fuego esas palabras en su interior, y esa vez se echó su enorme mazo al hombro con una sonrisa torcida, cuando la soledad le atormente o el pesar de no crear una familia pesa sobre su conciencia… brota de él ese sentimiento homicida que hace que todo vuelva a brillar con fuerza e intensidad y la vida cobre sentido.
Un día tempos… conseguiré ser tu campeón.

¿¡Quién de vosotros será el siguiente!?
Responder