La cosecha

[Mailo]

Al parecer la Orden había enviado más ayuda: un caballero enano y otros aventureros se unieron al grupo mientras terminaba la conversación con Pather, junto con recursos extra en forma de pociones. Toda ayuda era poca si se enfrentaban a vampiros, pero lo más importante era continuar cuanto antes o la noche se les echaría encima.

Varios conocían la ubicación de una cripta de la que nunca había oído hablar, poco antes de llegar al puente. Cuando se aproximaban, Alma se desvío hacia el lugar exacto, que no parecía tan abandonado como debería. Incluso habían introducido algo a rastras, según apuntó el cambiaformas.

Al acercarse a la puerta, Adrew se concentró y se vio abrumado unos momentos por la maldad que rezumaba aquel lugar. Casi ni se percató cuando Reise se transformó en un remolino de niebla y se coló en el interior. Al cabo de unos minutos volvió a materializarse en el exterior y se ofreció a llevar a todos dentro. Confiaba en las habilidades del siervo de Shondakul, pero eran demasiados y al parecer el prodigio le pasó factura, se le veía agotado cuando aparecieron del otro lado. Pero no era el momento para preocuparse por eso, estaban dentro.

La horrible sensación que había tenido no hizo más que acrecentarse. Estaban en una sala diáfana, sólo con un portal en el centro. Sin dudarlo, sin temor, se adentraron en él y aparecieron en un lugar aún más siniestro. Avanzaron hasta toparse con una extraña mujer, una elfa alada, pero con unas alas retorcidas que no inspiraban ninguna confianza. Y aunque tanto el lugar como ella eran bastante sospechosos, no podía estar seguro de que fuera un no muerto solo por su aspecto.

Adrew se sorprendió bastante cuando el enano de la Orden dio muestras de conocerla. Dijeron algo sobre pactos del pasado o similar… ¿Con los habitantes de un sitio así? No daba crédito. La conversación continuó y, al parecer, los vampiros culpables de los secuestros no se encontraban en ese lugar. ¿Entonces esa mujer, y lo que quiera que hubiera ahí dentro, no eran no muertos? Su confusión crecía por momentos.

La oscura mujer se marchó tras proporcionar una pista sobre lo que buscaban en una cueva habitada por osgos, cerca de allí. Una vez habían encontrado un buey abandonado en mitad del bosque, mientras patrullaba con Reise el camino, y habían investigado una cueva cercana en busca del desaparecido dueño del animal. No dieron con él, pero sí con una gruta plagada de osgos y restos de algún extraño ritual que en el momento atribuyeron a las salvajes criaturas. ¿Podría tener algo que ver con todo esto?

Mientras todas las emociones y pensamientos se concentraban en su mente, aparecieron Alma y Khonrak, que en algún momento debieron escurrirse por uno de los pasillos laterales para investigar. La guerrera mencionó un liche en un piso inferior. Al fin, algo para confirmar sus sospechas. Sin dudarlo ni un segundo la siguió escaleras abajo, bastarda en mano.

No sólo un liche. Varios. Y vampiros también. Acabaron con todos ellos y clavó su espada llameante en cada uno de los cuerpos, mientras recitaba una plegaria a Kelemvor pidiendo por una muerte definitiva para aquellas criaturas. Había visto varios lugares malditos y asolados por los no muertos desde su llegada a la Marca, pero nunca nada como eso. Tenía que quemar ese lugar hasta los cimientos. Su sola presencia era una ofensa para su dios y un peligro para las gentes de Nevesmortas.

Y la Orden de Caballeros parecía tener conocimiento de ello. Los había tomado por unos posibles aliados a su causa cuando llego a la región, gente con la que colaborar por el bien de todos. Pero si toleraban a los no muertos…

Entonces alguien llamó su atención. Aún había gente que necesitaba su ayuda. Gente atrapada por otros vampiros, que podría ser transformada si no se daban prisa. Apretó sus dientes con fuerza, hasta el punto que le dolió la mandíbula, y siguió a los demás al exterior, echando un último vistazo al lugar antes de salir. Volvería. Esto no iba a quedar así.

[Khay_Drakanan]

Informe para Sir Alton Grom, Caballero de la Orden del Fuego Místico.

Elaborado por su escudero personal, Wayd Drakanan.

Hechos:

Lady Iruss Oria, líder de la Orden de Caballeros de Nevesmortas notificó a los presentes uqe se habían producido desapariciones de aldeanos a manos de “seres oscuros”, sin especificar. Se nos encargó a los que quisiéramos participar, la misión de investigar estas desapariciones.
El testigo principal resultó ser un hombre cuya mente estaba perdida entre alucinaciones y delirios, pero describió con cierta vaguedad aunque vívidamente a unos seres que llegaron en las tinieblas, con” ojos brillantes” y que se llevaron sin mucho esfuerzo a varias personas. Parece ser que en dirección al bosque de Nevesmortas.
El cuidador de los bueyes que habita esta zona, Pather, refirió haber visto, a lo largo de sus años de estancia en el lugar, a licántropos, vampiros y drows que casarían con la descripción proporcionada por el demente.
Nos adentramos en el bosque liderados por un caballero de la Orden local de raza enana, llamado Bardin y guiados en la naturaleza por un druida de nombre Zaro. Este último parece tener un vínculo poderoso con lo natural y consiguió hacerse entender con algunos de los animales, que según su testimonio, estaban asustados por criaturas oscuras y veloces que les cazaban.
Llegamos a una torre o mausoleo en mitad del bosque, que emanaba una importante cantidad de energía negativa. Gracias al caballero Reise, conseguimos entrar en el lugar para encontrarnos con un estrecho puente a cuyos lados medraban almas en pena entre sollozos eternos.
Al cruzar el puente y bajar unas escaleras, nos recibió un ser con forma de mujer, tez pálida, ropajes oscuros y un enorme espadón resplandeciente al hombro. Para mi sorpresa, el Caballero enano y este ser se conocían. Parece ser que la Orden local llegó a un acuerdo con los seres de esta cripta para dejarlos habitar allí a cambio de no arrasar la villa. Lamentablemente, no he podido averiguar más sobre este tema, aunque pienso hacerlo. Estoy seguro de que si una orden de caballeros deja que exista un lugar así, debe existir una poderosa razón, aunque tanto a Adrew, paladín de Kelemvor, como a mí, nos pareció reprobable.
La representante de los seres de esta cripta nos comunicó que existían unos vampiros de “nueva sangre” que estaban campando a sus anchas y generando problemas no deseados por ninguna de las partes y nos dio indicaciones acerca de dónde encontrarlos, ya que todo apunta a que son los responsables de los secuestros.

Nos ponemos en marcha. Os mantendré informado.

A vuestro servicio,

-Wayd Drakanan-

[LoneStar]

Habían pasado semanas desde el incidente en las catacumbas de la Mansión Tessendar.
Los horrores allí vividos habían pasado a formar parte de esos recuerdos que uno arrincona en la mente a fin de que no perturben la armonía diaria. Con el tiempo uno se acaba enfrentando a esos recuerdos con estoicismo y terminan haciéndole más fuerte.

Pero aún no había pasado tanto tiempo desde aquello.

El ambiente de camaradería que envolvía al grupo de investigadores era contagioso salvo quizá, por el antipático (aunque eficiente) comportamiento de Alma. Así llegó la compañía al primer destino: Nada menos que una siniestra cripta en la espesura del bosque, apenas a un centenar de pies del camino que tantas veces había recorrido Maximilian durante las escoltas de mercancía.
Por fuera parecía una lúgubre torre de aspecto demacrado pero en realidad, estaba formidablemente cerrada.

Y fué allí dentro donde los nefastos recuerdos de la Mansión Tessendar volvieron a aflorar a la mente del joven.

La atmosfera estaba tan cargada de perversidad que uno casi podía sentir como si el propio mal le obstruyera las vías respiratorias asfixiándole en una pesadilla.
Aquello era más que una mera sensación. Cuando el grupo cruzó el humbral mágico que palpitaba amenazadoramente en el centro de la sala, la naturaleza del lugar se mostró en todo su horror.
El suelo de la nueva estancia consistía en una serie de pisos suspendidos sobre un abismo. La piedra que componía toda la construcción era extraña, con una talla sumamente antigua y toda serie de marcas, golpes y arañazos que resumían eones de caos y horror allí acontencidos. Lamentos sobrenaturales procedentes de planos infernales se sucedían en una grotesca ópera de terror.
Max se ajustó la capucha a fin de no escuchar aquellos aullidos de ultratumba, pero aquel sonido diabólico atravesaba cualquier medio físico y entraba en su cabeza despiadadamente.

Centrarse en la misión fué lo que le dió fuerzas para seguir. Y es que, apesar del panorama circundante, el grupo de investigadores siguió adelante a fin de introducirse en el corazón de aquel horror.

Allí estaba la mujer. ¿Mujer? Definámosla así de momento.

Lo primero que llamó la atención (de casi todos los miembros del grupo) fueron las alas membranosas y de color ceniza que ondeaban suavemente a la espalda de la mujer. Sus ojos eran penetrantes y brillaban en la penumbra con ese reflejo fosforescente con el que brillan los ojos de los cánidos cuando la luna los ilumina en la noche. Dos afiladísimos colmillos se mostraban enmarcados en unos finos labios oscuros.
Todo aquel conjunto conformaba un rostro que, si bien no dejaba de sonreír, emitía la más hiriente mofa y desprecio hacia los presentes.
Cualquiera que no hubiera perdido la razón en aquel momento podía percibir como todos los sentidos del buen Adrew estaban crispados ante aquella criatura. Otra mala señal.

La actitud de aquella mujer siniestra para con el grupo era la misma que tiene un granjero cuando está en frente de un puñado de lombrices y no sabe si exterminarlas de un pisotón, o si dejarlas vivir para que caven y aireen la tierrra.

Sea como sea la criatura colaboró. Se desentendió en gran medida de los acontecimientos que motivaban la investigación pero reveló información crucial para el desarroyo de la misma. Al parecer, los sujetos que estábamos buscando suponían una molestia para los planes de aquella mujer. Así fué como la compañía abandonó aquel lugar, no sin antes realizar una exitosa purga en el sótano del macabro paraje, hecho que ayudó al joven Max a recobrar la compostura en aquella infame atmósfera.

[PonyAmistoso]

A lo largo de mi vida, son pocas las ocasiones en que no he sido capaz de aceptar algo. Que recuerde, sólo son dos: una, cuando fui forzado a abandonar mi pueblo y mi antigua vida; otra, cuando decidí volver a tomar la lanza de mis diosas, muchos años después. Fue en esta segunda ocasión que juré afrontar todo desafío que puediera superar, pues era mi obligación como siervo divino, y como tal asumí que me encontraría con escenas terribles con gran frecuencia. Pero pocas han sido como la de esta noche. Mientras los demás caminan y discuten que hacer, yo trato de enfrentarme al mismo tiempo a tres amenazas: la primera, al cansancio que me llena desde que nos acercamos al lugar maldito, la segunda, la posibilidad de que hubiera entrado en tal sitio en solitario, la tercera, la aglomeración de vampiros, no muertos y sirvientes macabros que allí encontramos. Conté unos cuarenta, pero mis sentidos pudieron haberme fallado de la misma forma que me fallaron al tratar de comprender las señales de la joven Alma, que es la única razón por la que pudimos terminar con la danza macabra que allí estaba organizada.

Pero, incluso todos esos pensamientos palidecen en comparación a otro, pues ése es el único que soy incapaz de delegar a un segundo plano. Cuando miro a mis compañeros en esta gesta, algunos de los cuales ya me hicieron sentir igual antes, sólo veo aquello que me falta: en el los caballeros Bardin y Krushk veo baluartes de bondad y sentido de la justicia, regios, inamovibles; en Alma veo una gran guerrera, si bien impetuosa y osada, y algo similar ocurre con el enorme Khonrak, dos guerreros mejores de lo que nunca fui, o seré. Adrew, Zaro, Reise, tres personas tan distintas, y que aún así son capaces de servir a sus divinidades, o al propio equilibrio, como yo nunca hice con los míos. Incluso los jóvenes Maximillian y Wayd me superan, pues no dudaron en enfrentar su miedo cuando yo apenas podía tenerme en pie, temblando todo mi cuerpo.
¿Y yo, que soy yo en comparación a ellos, que observé con envidia la forma, los poderes de aquella mujer demoníaca de la cripta, que se planteó el utilizar un armadura impía con tal de conseguir poder, que fue el último en unirse al esfuerzo colectivo, todo en una misma noche?

Miro a la Luna, y, por primera vez, no le pregunto por qué no me ha perdonado, sino por qué las demás sí creyeron que mereciera otra oportunidad

//Estos son los pensamientos de Lavainn, que se centró en aspectos muy concretos de los sucesos de la cripta, y los contrasta, como hace siempre, con lo que ha vivido hasta el momento, para bien o para mal//

[Gonnar]

//Copia-pega del diario de Zaro, ya que es sobre esta quest la reflexión:

En esta ocasión, Zaro está solo. No ha convocado a Melusina, ha optado por quedarse a solas, consigo mismo ... y sus pensamientos:

Hmm... ¿qué es la no-muerte? ¿caso la magia en sí no es una brecha de lo natural? Con magia se puede alterar el crecimiento de un árbol, o marchitarlo, se puede conjurar tormentas, o se puede secar pantanos. Alterando así el curso natural de lo que ocurre alrededor. ¿La no muerte es una forma de vida después de la muerte? Como si una roca cobrara vida, ya que ninguno de los dos tiene corazón. Ni el no muerto y la roca. Y a pesar de ello, ambos existen. Y si existen... y los dioses lo permiten, ¿Por qué es? Quizá forman parte del todo, y siempre y cuando haya moderación, como con el resto de cosas, no perjudica al balance.
Estas dudas me surgen debido a los hechos de ayer... es cierto, ¿Zaro? El bien mayor aquí era salvar a esa gente, y por eso no considerabas importante el eliminar al súcubo y los no muertos de esa cripta. Si hay sitio para los súcubo, ¿por qué no para los no muertos? ¿Qué les hace tan diferentes a ojos del resto? Quizá sea la falta de comprensión y entendimiento de la no muerte lo que cause estos pensamientos en la gente.
Quizá con la magia podría aprender un poco más de ello, podría entender mejor sobre ello....

[Gonnar]

//Esto es todo como pasa en la mente de Zaro, como el lo ve.

Los acontecimientos se desarrollaron de forma caótica a ojos de Zaro, como no podría ser con un grupo tan numeroso y de características y caracteres tan distintos. Zaro estaba al menos contento de que los granjeros hubieran podido ser rescatados, fuera a manos de quien fuera, y no tan contento de lo que habían podido descubrir, que era ni más ni menos que los vampiros estaban haciendo tratos con drow. En la mente de Zaro, nada bueno puede salir cuando hay drow de por medio.
Zaro vuelve a plantearse cosas. Como por qué hay unos vampiros que actúan de una manera más civilizada y otros de otra más salvaje, errática, incontrolada. Le recuerda al mismo comportamiento que puede diferenciar a los humanos entre sí, u otras razas similares. Entonces ¿Qué tanta diferencia puede haber en esos no muertos?
Descender al Pozo , para ver qué están tramando, toma prioridad. Zaro va delante, como único pasable explorador, aun sin serlo, pero al menos con la certeza de que podrá ver el peligro a tiempo para avisar al resto gracias a la visión sin par que le concede su forma de cría de dragón. Ya han descendido más allá de los primeros micónidos, y cada vez la cosa parece más peligrosa y complicada. Zaro está preocupado, pero ni por un segundo considera el echarse atrás y abandonar.

[LoneStar]

Siente el viento azotando fuerte su cabello.
El aire le golpea con fuerza. Lo nota en la cara, en las manos... El ruido del constante choque contra el aire a esa velocidad es ensordecedor.

Soñar que volaba siempre era así de real. Por debajo suyo se sucedían cumbres de montañas desconocidas. Se aproximó a la cresta que ponía fin a la cadena montañosa que sobrevolaba y que terminaba de forma repentina en una caída vertical de cientos de pies. Le inundó un vertiginoso cosquilleo, como siempre solía ocurrir cuando estaba a aquella altura. Max no podía verse así mismo, pero sentía la fuerza de sus brazos y la gloria le embargaba. Podía intuir que su aspecto era grandioso y épico mientras cruzaba las nubes como un ángel vengador.
Entonces vislumbró el agujero. Un enorme cráter tan oscuro y profundo que su mero aspecto ya era una amenaza en sí. El muchacho intuyó que se había terminado la parte bonita del sueño.
Empezó a descender hacia allí. Ya no tenía el control y aquel agujero infernal le atraía de forma irrevocable. La aceleración fue en aumento y acabó adentrándose en la oscuridad a velocidad de caída libre. La negrura le envolvió y el joven deseó que aquella pesadilla terminara ya, pero seguía cayendo y cayendo.

Se despertó con un sobresalto. A su alrededor, el grupo de aventureros estaba preparándose para otra difícil jornada allí, en la Antípoda Oscura. El sueño había terminado, pero no la pesadilla.
Tenía la ropa sucia, el pelo enmarañado y un enorme reguero de baba le caía por un lado de la boca. Max era consciente de que posiblemente su aspecto en aquel momento era el menos grandioso y épico de todo el oeste de Faerûn, pero no parecía importarle a nadie más. Cada cual tenia sus propios problemas para mantenerse con vida allí abajo. Todo había empezado como lo que parecía una sencilla investigación y en apenas un par de jornadas se encontraban de camino al lugar más peligroso del mundo. Un posible pacto entre drows y vampiros... Ni en las historias de miedo más juveniles había oído de una alianza tan macabra.

Max evaluó la situación. Su pan estaba blando por la humedad, sus ojos no terminaban de acostumbrarse a la oscuridad y había perdido la noción del tiempo. Incluso orinar era difícil. Había que hacerlo en el rincón adecuado o de lo contrario alguna horrible criatura podía arrancarte el miembro de un mordisco. Bienvenidos a la infraoscuridad.

Hora de ponerse en marcha.

[Mailo]

Tras el desencuentro con la extraña mujer de la cripta y sus engendros, avanzaron siguiendo la pista que tenían. El cambiaformas encontró una entrada oculta a la cueva donde podrían esconderse secuestrados y captores. Sin pensárselo demasiado, el grupo siguió al pequeño dragón al interior.

Avanzaron por la cueva hasta detectar a varias de las criaturas hablando de sus prisioneros y preparando algún tipo de ritual. Los más impetuosos se lanzaron a acabar con ellos antes de darles tiempo a reaccionar. Adrew recibió un golpe que le debilitó bastante, pero no dijo nada, no era el momento y ya se lo trataría luego...

Había dos ataúdes al fondo de la estancia, un gran mal podía sentirse en ellos incluso sin necesidad de concentrarse. Adrew y el paladín de Mystra se dirigieron a uno. Lo abrieron con cuidado, temiendo que uno de los vampiros se abalanzara sobre ellos, pero en su lugar encontraron un pasaje. El asombro de aquellos que estaban examinando el otro denotaba un hallazgo similar.

Sin dudarlo y para no separarse, el grupo se internó por uno de los pasadizos, llegando a un lugar que algunos reconocieron como un acceso a la Infraoscuridad. Mientras lo examinaban se dieron cuenta de que algunos no habían seguido sus pasos: Reise, Lavainn y el hombre de largos cabellos que se había incorporado antes de entrar en la cueva. Adrew le quitó importancia, confiando en que Reise podría sacarles de cualquier apuro en el que se metieran.

De hecho, cuando se disponían a continuar, aparecieron sin más. Y no sólo eso, habían encontrado y liberado a los cautivos en otro lugar. Aunque sonaba sospechoso, Adrew no le dio demasiada importancia, si estaban bien ahora podía enfocarse en dar caza al que aparentemente era el último vampiro que quedaba con "vida" de aquellos que estaban buscando.

Se adentraron en los túneles enfrentándose a sharitas y otros vampiros que parecían estar colaborando entre sí. Todo se volvía cada vez más confuso y caótico. El grupo tan numeroso para la estrechez del lugar y la oscuridad imperante no ayudaban en absoluto. Y si continuaban bajando llegarían sin remedio a aquella extraña ciudad subterránea cuyos muros una vez había visto a lo lejos.

En uno de aquellos recodos volvió a escucharse ruido de pelea, y Adrew se apremió para ayudar a aquellos que se habían adelantado. La criatura a la que se estaban enfrentando decía que no podrían detenerlos. ¿Detener a quiénes o a qué? ¿Qué pretendían?

Cada vez entendía menos. Desde que llegó a Nevesmortas para ocuparse de lo que a priori parecía una tarea sencilla, todo se había complicado demasiado. La región parecía asolada por maldiciones y no muertos en varios puntos. La Orden en la que había confiado a su llegada tenía algún tipo de tratos con una mujer que practicaba la nigromancia. Y todo parecía extenderse hasta las mismísimas entrañas de la tierra, donde los cuerpos encuentran el reposo eterno.

Con varios heridos de gravedad tras el accidentado encuentro, el grupo se paró a descansar y recuperarse. No sabía que hora era, tampoco le importaba. Cerró los ojos y se concentró en sus oraciones y sus pensamientos, entrelazados como era habitual. Si al menos pudiera tener el buen juicio para no equivocarse. Su fe en su dios o en su maestra nunca flaquean, pero en sí mismo... No le causaban ningún miedo las cosas más horripilantes que habitaban el mundo, pero equivocarse y decepcionar a ambos le daba auténtico terror.

[seba172]

¿Como te sentirías si te digo que todo lo que creías esta cubiertos de mentiras?

¿Que esos caminos que andabas confiado pensando en que había peligros menores en realidad son una trampa mortal?

¿Que te salvaste de ser el bocadillo de un alguien mas poderoso?

¿PERO QUE DIGO BOCADILLO!? eso es si tienes suerte, puedes terminar siendo un esclavo, una simple marioneta.

Esto es lo que descubrí hoy, el bosque esta plagado de peligros y pocos lo saben.

Perdida entre los arboles hay una torre, una torre tan grande que te sorprendes de no haberla visto antes. Una torre que tiene un secreto. Un secreto que esconde maldad.

Un coven de vampiros se encuentra escondido dentro, un coven ancestral, mas antiguo que Tu y Yo.

Sorprendido quede al ver que se dignaban a hablar, que estaban mermados, que sin perder su altivez tomaron la opción defensiva y evitaron la lucha. Pero aun mas sorprendido quede al enterarme que ellos no son el mal mayor. Que al sur se encuentra el verdadero peligro.

Entramos en una cueva y mi corazón se revolvió, el olor a sangre y muerte que había dentro me recordó a la peor de las criptas. Si hubiese sido solo el olor quizás podría haberlo aguantado, pero no, en el aire se respiraba magia oscura, se escuchaban cánticos, se veían círculos rodeados de velas, se hacían rituales, rituales de sacrificio.

Por suerte los guerreros de lo bueno son poderosos y el viento soplo a nuestro favor. Pudimos rescatar a los secuestrados y no tuvimos que matar al perro. A cambio nos recompensaron con información. Esa información que debes tener pero no quieres tener.

El líder del nuevo coven se dirigía a la infra oscuridad a hacer un trato con los Drows.

¿Que quedaría de nosotros si esa alianza se concretase?

¿Que seria de los vivos is dejamos que los muertos afloren en esa cueva interminable?

No lo podíamos permitir, nos tocaba bajar.

Si no vuelvo solo espero que la empresa tenga éxito.

Que el viento sople siempre a nuestro favor y que todos nuestros dioses se pongan de acuerdo este dia, por que hoy libraremos una guerra de las que poco están enterados.