La cosecha

[Tymora]

Comienzo de quest que durará tres sesiones. Hemos finalizado hoy la pirmera. Como siempre agradecería que posteaseis aquí las vivencias de vuestros personajes en la quest. Cabe decir que no es obligatorio pero si recomendado.

Npcs:
Iruss Oira: Comandante de la orden de caballeros.
Bram: Campesino repudiado a Villanieve sur por sus idas de cabeza.
Gaffer: Da la voz de alarma de las desapariciones de los granjeros.
Pather: Protector de los bueyes y defensor de las panteras saca-ojos. Aporta algún dato sobre lo que acontece

Pjs:
Zaro, Nalia, Lavainn Kille'mitore, Maximilian Quayrion , Alma , Reise Walker , Adrew Kaelmaudr, Krushk Kolsen, Wayd Drakanan, Bardin bardinson.
//Si tu personaje está en la quest y no en este texto, avísame y lo incluyo

Normas de quest:

1) Prohibido el uso de barras salvo si es para dar un aviso. Todo lo demás por wisper o canal dm.
2) Prohibido el uso del canal grupo salvo que el dm lo pida.
3) Comer, dormir, rezar, beber y demás necesidades del personaje deben ser roleadas siempre. No se permite hacerlo off rol.
4) Objetos: Solo se podrán usar los objetos que se lleven equipados al inicio de la quest. Si alguien cambia de objeto sin previo rol, la ranura del objeto quedará vacía sin opción a volver a equipar el inicial.
5) Muertes y heridas: Todo se rolea, si el personaje cae de herido de muerte deberá rolear en consecuencia. Si el personaje muere por motor, se roleará un estado de pérdida de memoria por el golpe, atontamiento lo que más os guste, pero nadie muere en mis quest (No hasta llegar al paredón)
6) Las tiradas las pide el Dm. Se enviarán al canal Dm las acciones que pretende hacer el personaje. Hacerlo vía canal de rol sin previo aviso supone que el dm ignore la acción.
7) Cuando el dm pide STOP todo el mundo deja de rolear y se aplica la norma 1.

[Gonnar]

1 Zaro seguía al grupo. No es alguien a quien le guste ni se sienta cómodo dirigiendo, prefiere dejar que los demás tomen la dirección e intervenir si es necesario. Las desapariciones podían responder a cualquier cosa, pero a Zaro le interesaba más saber si había alguna motivación mayor detrás. Después de escuchar el relato del loco Bram, Zaro no tenía dudas de que algo extraño estaba sucediendo. Y si ocurría en los bosques, tal y como decía el Loco Bram, él tenía que saber más sobre ello. No podía permitir que nada perturbara el equilibrio o pusiera en peligro a los bosques.
Aunque se hablaba de vampiros y no muertos, Zaro no las tenía todas consigo, intuía algo más confuso, más engañoso, pero no sabía el qué.
La conversación con Pather no le sorprendió por ser poco interesante. Al fin y al cabo, Pather vive en los lindes del bosque, en su casa, y rara vez sale de ahí. Sin embargo... Zaro confía en que podrá sacar algo de información de los animales del bosque.. o incluso a las malas, si fuera necesario, de los Osgos que habitan esos terrenos.

Con respecto a la gente a la que acompaña, Zaro ya está familiarizado con la mayoría de ellos. Y aunque a algunos nos les guarda especial simpatía, no es alguien que se deja llevar por las emociones. Tener un paladín en el grupo le enerva, aunque siente cierto alivio al saber que es de la orden de Mystra. Y aunque el carácter y actitud de Alma le parecen desagradables, es consciente de lo útil de sus habilidades como guerrera. Al final, Zaro es práctico, y trata de ver la utilidad de cada cosa en su debido tiempo, dejando de lado lo que el considera impresiones sin tanta importancia.

//añado post del Diario de Zaro que habla directamente sobre este asunto. http://www.marcaargentea.net/joomla/php ... 88#p114288

[QM-Tiamat]

1 *Krushk se acerca a las puertas de la Orden de Caballeros, entregándole un pergamino enrollado a uno de los guardias*

-Reporte sobre los recientes secuestros de campesinos. Un grupo de aventureros y yo nos disponemos a echar un vistazo por la zona. Cualquier novedad os la haré llegar.

*Realiza una inclinación marcial a modo de despedida, y posteriormente, dando media vuelta, retoma su camino*



"Verificada la presencia del susodicho con información entre Villanieve y Sutchard, por lo visto acampado en las tiendas de campaña de aquellos dos humildes enanos. No parece completamente cuerdo, lo que merma las posibilidades de que su testimonio sea cierto.

Con una euforia sectaria, y un entusiasmo digno de una persona poseída, lanzando gritos al aire sobre lo que él creía ser los responsables de dichos secuestros:
-Seres de la noche, criaturas espeluznantes y similitudes con la parca, reiterando en varias ocasiones la palabra guadaña.

En cierto momento destaca la palabra sangre y verifica que ciertos secuestros pueden haberse producido tanto de día y de noche.

Con el demente señor señalando a los bosques colindantes, y reiterando la desaparición de gente, bajo consenso grupal de la gente que me acompaña se llega a la conclusión de que es buena idea echar un vistazo a los bosques colindantes a Gaffer y Pather.

Se aprovecha para preguntar sobre los incidentes al anciano bueyero Pather, demostrando su típica actitud despreocupada y quitándole importancia al asunto.

A media conversación se plantea por el anciano la posibilidad de ser un ataque Drow, aún así también entra en juego la localización de una cripta antiguamente frecuentada por vampiros en la cercanía.

El grupo se dispone a echar un vistazo.

Krushk Kolsen."

[Lerdopatan]

Escucha. Esa dama de nombre perifrástico tiene un porte sorprendente, y parece ser digna de ser escuchada. Comparta o no su estilo, aprecia que ante ella no habla una cualquiera. Solicita ayuda a los aventureros de la plaza, en la que se agolpan diversos individuos, además de ella misma.

Provoca. Porque lo suyo es conseguir lo que pretende. No parece que esta vez vaya a cobrar por una misión, mas le alegra saber que nada le ata, si hay que salir corriendo nadie podrá objetar nada en su contra.

Actúa. Lo de quedarse parado no es útil, ni efectivo, cuando el tiempo apremia. Son muchas las vueltas que se le da a una misma situación. Perderse en vagas palabras tan solo juega en su contra, y a favor de quien necesita minutos para seguir su camino.

No juzga. O quizá sí, porque piensa que ese hombre está loco. Comprender lo que dice es casi imposible, ¿un bosque? ¿un rapto? ¿oscuridad? Lo mejor será dar luz a tales hechos, de lo que está segura es de que hay que moverse en menos de lo que un dado para de girar cuando se lanza. La fortuna es para quien la persigue, y la guerrera ya ha lanzado sus dados. Su opinión nadie la sabe, pero si le miran verán que se marcha camino al bosque. Quizá su error sea no intentar comprender más, obtener más información, pero eso a ella no le preocupa. Allá ellos. Que el loco, Gaffer y Pather no den pistas claras no es su culpa, pero por lo visto hay que encontrar una cripta.

Sonríe. En las criptas suele haber tesoros escondidos tras los peligros que moran en ellas. Superar el peligro y arrasar con el tesoro. Ese plan le gusta, seguro que reporta los beneficios que la Dama no pudo asegurar. Que alguien se atreva a arrebatárselo.

[PonyAmistoso]

Tras el interrogatorio al bueyero, me alejo del resto, que discuten sobre lo descubierto, y me siento en un tronco no muy lejos, con intención de sumergirme en mis pensamientos. Desde el comienzo tuve una sospecha, al escuchar sobre las desapariciones, de que podría haber algo más oscuro en juego. Deseaba negarlo, convencerme de que se tratarían de trasgos, osgos como mucho, y que nuestro oficio se limitaría a una caza de esas criaturas y el rescate de los pobres secuestrados. Y, sin embargo...
Miro a la Luna, o trato de hacerlo, pues las nubes la cubren casi por completo. Creo que mi expresión se vuelve triste, al menos, noto tristeza al pensar que Sehanine no desea ni dejarse ver ante mí. Vuelvo a pensar en aquel anciano y sus divagaciones, sus locuras, y cómo hablaba de criaturas de la noche, oscuras, y clamaba como clama el seguidor de un dios macabro. Recuerdo mi secuestro no hace tanto, y las criaturas igualmente macabras que encontré junto a estos mismos muchachos que ahora acompaño, y me pregunto si acaso no volveré a enfrentar a tales seres. Y entonces, las palabras del bueyero resuenan en mi cabeza, su afirmación sobre los avistamientos de vampiros, licántropos. Drows.
Suspiro, y mis ojos se alzan de nuevo hacia el cielo, mi mano se mueve al pendiente que cuelga de mi oreja derecha sin que me de cuenta, juega con las plumas que cuelgan de él. "No importa qué sea Lavainn", me digo, creo que susurrando, "Has de enfrentarlo, salvar a los que hayan atrapado, o vengarlos si ya no siguen en este mundo. Es otra prueba más, sólo eso, y estás preparado para afrontarla, esta vez lo estás". Trato de convencerme, con poco éxito. Miro de nuevo al grupo, y algo abatido, me reafirmo "Y si no, ellos podrán suplir la fuerza que me falte" con una sonrisa de abatimiento, y vuelvo a acercarme a ellos, pues no hay tiempo que perder.

[Mailo]

Adrew conversaba con Lavainn en la plaza de la villa. El elfo tenía inquietudes sobre un reciente visitante que podría estar practicando artes oscuras. La multitud empezó a arremolinarse del otro lado de la fuente y ambos se acercaron para ver que estaba ocurriendo.

Una mujer con porte de caballera llegaba poco después, requiriendo la ayuda de aventureros. Cuando se identificó, el pulso del muchacho se aceleró. Era Lady Iruss Oira, la fundadora de la orden de caballeros, de la que Lady Mara le había hablado al enseñarle dicho lugar. No daba crédito al encontrarse ante una figura de tal renombre, pero no era momento para distraerse...

Lady Oira habló a los presentes de una serie de secuestros que se venían sucediendo los últimos días. Enseguida se le pasaron por la cabeza los cuerpos que había rescatado desde su llegada a la región, enumerando a los posibles culpables entre nigromantes, orcos o incluso los trasgos del norte, que ya se habían llevado antes algún aldeano como sacrificio a su oscuro dios. También sospechó por un momento del hombre del que Lavainn le había hablado.

Pero entonces la elfa mencionó como único testigo a un anciano al que se tachaba de loco. Era un lugar por donde empezar, el tiempo apremiaba y mejor no juzgar a nadie por habladurías.

Cuando todo parecía estar dispuesto, Alma, esa mujer a la que antes respetaba, pidió una recompensa a cambio de su ayuda. Una mirada inquisitiva, casi inapreciable, cruzó su rostro en gesto de desaprobación.

Finalmente se dirigieron al sur de Villanieve, donde podrían averiguar más al respecto. Por desgracia los rumores parecían ser ciertos y el testigo, el pobre Bram, no tenía pinta de estar en sus cabales. Decía frases incoherentes, pero algunas parecían tener cierto sentido entre ellas. Al menos para Adrew, tal vez por el sesgo de confirmación que solía sufrir cuando algo podía tener que ver con no muertos, todo apuntaba con total claridad hacia vampiros. Vampiros en un bosque cercano.

La noche amenazaba una de las típicas ventiscas de la zona, así que consideró dar unas monedas al anciano, suficientes para pasarla con un lugar y plato calientes.

Cuando llegaron a la entrada del bosque de Nevesmortas, Pather, el encargado de los bueyes, confirmó la teoría. Adrew terminó de desechar el resto de posibles hipótesis cuando el hombre les habló de una cripta habitada por vampiros. Se había topado con criaturas así desde su llegada a la Marca, pero... ¿Tan cerca de la villa? Sintiéndose estúpido por no haberse enterado antes, se llevó la mano a la empuñadura de la espada bastarda que cargaba a su espalda y, palpando el símbolo de su dios, pidió la fuerza necesaria para derrotar a aquellos engendros impíos y poder liberar a las pobres almas que habían apresado, antes de ser condenadas a compartir ese mismo destino.

[Khay_Drakanan]

Mucha gente en la plaza.
Una misión.
Inocentes desaparecidos en la noche, arrastrados por seres oscuros.
Un testigo demente y vagas pistas que señalan en una dirección: el bosque.
Para Wayd, la cosa está clara, algún tipo de ser de ultratumba es el responsable y el modus operandi apunta a vampiros.
Podrían estar llevándose gente para alimentarse durante un tiempo o incluso engrosar sus filas.
Hay que encontrarlos cuanto antes.

[LoneStar]

Muchas cosas habían cambiado en la vida de Max desde que él y su diminuta compañera llegaron a Villanieve en el corazón de una noche sin luna.

En apenas un año, nuevos camaradas de aventura, nuevo equipo y nuevas aptitudes habían colmado la vida del joven. Pero desde luego, el cambio más significativo se había producido tras su audiencia con Lady Maria y Niobe.
Aquella enigmática mujer y su familiar habían arrojado luz sobre las penumbras más siniestras que se arremolinaban en corazón del muchacho y ahora su actitud era mucho más positiva. Ahora podía enfocar el futuro con esperanza y por ello, su comportamiento derrochaba seguridad y confianza.

Quizá por ese motivo, o tal vez por caprichos de la diosa fortuna, se encontraba ahora en el foco de atención de una improvisada comitiva de investigación.

Cuando la Comandante Iruss Oira en persona solicitó ayuda a los aventureros presentes en Nevesmortas, Maximilian se puso a su servicio de forma totalmente incondicional. Había gente corriendo peligro y era necesario poner en marcha una investigación sin demora.
Como uno más, el joven expuso los criterios de actuación para el cometido que tenían por delante tan bien como su inexperta cabeza le pudo conceder.
Sin embargo, todos los presentes, tanto veteranos como novicios parecían escucharle con la atención y el respeto, que recibe un sargento por parte de su pelotón.

Aquello era nuevo. En un instante, el peso de la responsabilidad hundía sus hombros como si de una coraza de piedra se tratara.

Por suerte para él sus camaradas, los pacificadores Reise Walker y Zaro estaban allí. Sabía que podía depositar plena confianza en ellos de modo que le pareció prudente recomendar a Reise como guía de la comitiva allí donde les llevaran sus pesquisas.

La primera parada fué desalentadora. Bram era un hombre apartado de la cordura y su declaración era un desvarío a ratos explicito, a ratos ambiguo. Por sus delirios bien podían estar enfrentándose a cualquier cosa: bandidos siniestros, fanáticos de Talona, drows, vampiros... Pero al menos sí aportó una pista. El bosque.

La siguiente gestión fué la entrevista con Pather. El viejo gruñón no era precisamente un ávatar de Selûne pero si hay alguna virtud que se le puede reconocer al granjero, es su celo por la cría de bueyes. Aquel criadero era lo que daba de comer a su familia y cuando una enorme (y aparentemente dócil pantera) abatió y destrozó una de sus reses todos en el grupo temieron una reacción por parte de Pather que podía perjudicar seriamente las declaraciones del hombre.

Pero no fué así... Su comportamiento apacible era tan extraño como la presencia del mismísimo felino autor de la carnicería.

Todo era cada vez más extraño y confuso. Las declaraciones de Bram, la actitud de Pather, la presencia de la pantera... Solo una cosa parecía estable y era la fe que el grupo de investigadores había puesto en el muchacho.

Max confiaba en que, una vez en la espesura del bosque, Zaro tomara las riendas de la comitiva para llevar a buen término aquella esperanzadora empresa....

[cloudiar]

La comandante en persona le había pedido que investigara el asunto, tal vez bajo la sospecha de quién podría estar detrás de esos ataques....le dijo que había pedido ayuda a algunos aventureros voluntarios, aunque no estaba preparado para tal cantidad de gente, se sorprendió gratamente en ver que la villa contaba con tan valientes voluntarios interesados en la seguridad de la villa. De aquí podrían salir nuevos escudos pensó para sus adentros.

Partireon raudos en cuanto estuvieron listos e intentó quedarse algo atrasado para ir viendo cómo se desenvolvían los jóvenes aventureros, no tardaron demasiado en ir demostrando cada uno sus cualidades, Bardin no perdió detalle y solo interrumpió cuando creía necesaria su intervención. Hasta que llegaron al interior de una vieja cripta la cual por desgracia ya conocía...poco a poco mientras se adentraban, sus recuerdos se iban desenmarañando, recordando los motivos que le trajeron antaño a este lugar horrible de depravación y muerte.

En ver a la mujer lo recordó nítidamente y no dudó en adelantarse para erigirse cómo muro protector entre ella y sus jóvenes acompañantes, estaban bajo su protección, o al menos así lo interpretaba él. Sabía que si el encuentro abocaba en pelea, habría bajas, demasiadas bajas, inasumibles. No estaban preparados para una pelea así que mantuvo la calma e intentó sacarles de allí sin incedentes. Resultó que ella no era la responsable a primera vista, les puso en el camino indicado y después de algunas amenazas veladas, se marchó para tranquilidad del viejo enano.

Salieron de ese lugar lo antes posible, no sin antes acabar con una plaga de muertos alzados y vampiros iniciados que parecían haberse rebelado contra los designios de sus maestros...quién sabe, tal vez esa noche todo pueda terminar bien para todos, rezaba para sus adentros.

[Gonnar]

//Todo esto es solo el punta de vista de Zaro, en su mente todo era así.

Todo empezó mal en la mente de Zaro. La guerrera Alma, de indudable fuerza, también resultó ser de indudable estupidez. Estaba claro que algo se movía por los bosques, y la idea de preguntarle a los chamanes osgos era de indudable valor. Pero Alma solo pensaba en pasar el rato cortando cabezas, y eso no ayudaba. Resignandose a esa opción, Zaro decidió contactar con los animales del bosque, encontró a un ciervo blanco, asustado, detrás de un árbol. El ciervo le comunicó cosas terribles. Criaturas rápidas, en busca de sangre. El bosque entero estaba aterrado. Eso era una brecha del equilibrio, y él tendría que ponerle fin.
Pese a que las indicaciones indicaban otra cosa decidieron ir a una especie de torre en los principios del bosque. Había rastros encontrados por Zaro que indicaban que algo pesado se había arrastrado, y finalmente, gracias a la habilidad de Reise, pudieron entrar dentro de la torre a investigar.
Un lugar que según los paladines irradiaba maldad. Y pronto descubrieron por qué. Un súcubo de aspecto suculento y temible a la vez les aguardaba.
Negó toda implicación con los hechos, pero nadie le quiso creer en un principio. Algo comprensible tratándose de una criatura así. De igual manera, Zaro le ofreció algo valioso a cambio de la información. Una piedra ioun mayor. La súcubo aceptó el trato y les confirmó que había, en efecto, un grupo de neófitos que se había descarriado a causa del hambre que tenían. Se les había ofrecido guiarles y ayudarles a pasar con disimulo, pero se habían rebelado al sistema, y ahora ya no eran asunto de ellos.
Tenía sentido, la diferente ubicación, el comportamiento inusual. Zaro entendió que esas criaturas habían estado ahí durante mucho tiempo, pero que habían mantenido un perfil bajo para pasar desapercibidas. Algo que para él era suficiente. Bien, mal, conceptos abstractos carentes de valor frente al todo del equilibrio. Para Zaro, esa explicación era motivo suficiente para salir de ahí y marcharse.
No ocurrió así, porque de nuevo la guerrera Alma decidió tomar las cosas por su cuenta, y forzar a todos a bajar al piso inferior. Muchos no muertos, vampiros, liche. De poco poder, pero no muertos en número. Los eliminaron, algo que no era mala cosa, pero sí había sido algo innecesario en esos momentos. Había gente desaparecida, que cada minuto podría significar la diferencia entre la vida y la muerte para algunos de ellos. Pero a la guerrera eso parecía no importarle, o eso pensaba Zaro, ella solo pensaba en matar y destruir. Estupidez.
Ahora sí, dispuestos a poner rumbo al lugar que les había indicado la súcubo, y Zaro dispuesto a poner fin de cualquier manera a ese grupo de seres que había violado la tranquilidad y normalidad del bosque y de la villa.