La Partida.

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--Talos--
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Re: La Partida.

Mensaje por --Talos-- »

Caminando por la montaña
en la gélida pradera
todas han nacido ya,
todas tienen su hermosura,
ondulación, fragancia.
Flor a flor entenderé la tierra,
paso a paso hasta la línea del ocaso.
De pronto una brisa de aire agita y ondula los bellos campos salvajes.
Salta el vuelo de un pájaro desde mis pies,
el suelo lleno de blancas flores de pétalos sin nombre,
brilla de pronto como un mar de luz,
esbeltas flores estrelladas de diferencia infinita.
Cada flor me saluda,
a veces con un rápido centelleo azulado
o con la pulsación de su perfume fresco, fino y amargo.
Las minúsculas flores se coronaron de cielo,
y a cada pequeña hoja llegó una dirección de luna y llanto.
Tomé una flor blanca y azul nacida en la gélida pradera.
¿De dónde, de qué fondo tu rayo azul extraes?
La levanté en mis manos y la miré como si el universo viviera en una sola flor,
como si en el combate de la tierra y las llamas, una flor levantara un pequeño estandarte de fuego azul.
De paz irresistible,
De indómita pureza.
Jarol dejó de acariciar las cuerdas de la guitarra mientras simplemente sonreía y chasqueaba los dedos.
Y de los cielos surgiran rayos que iluminaran hasta la más oscura sombra... y los truenos acallaran los gritos de panico y dolor.
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--Talos--
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Re: La Partida.

Mensaje por --Talos-- »

Hace unas dekhanas.
Tras separar los labios de los de la elfa, sonrió y se acercó a su oído para con un susurró:

- Evita pasar una temporada en Sundabar. Las trompetas sonarán. Las calles se llenarán de sangre, gritos y risas. Sundabar caerá y uno de sus devotos siervos desaparecerá.






Hace pocas horas..


El gigantesco gnoll de melena roja se abrió camino a través del pasillo.
Con un gruñido se dejó caer de rodillas ante el trono.
Sin alzar la vista sacó 7 objetos que fue colocando cuidadosamente sobre la alfombra.

La figura que ocupaba el trono se levantó y avanzó unos pasos, examinando los objetos mientras se mesaba la perilla con una mano y con la otra usaba el tridente a modo de bastón.

- ¿Sabes lo que me gusta del tiempo?

El gnoll ladró antes de responder en tosco común. - ¿Qué, señor?

- Te da paciencia. Te da perspectiva. Y te da esa pequeña costumbre de fijarte en los pequeños detalles.

A un simple gesto, uno de los siete objetos fue engullido en una llama azul para aparecer en su palma.

- Tu Liche ha sido derrotado hace ya tiempo... por no fijarse bien en los detalles.

Con una leve presión el objeto se convirtió en polvo negruzco que cayó hacia el suelo.

- Seis es mejor que nada. ¿No te parece? - Dijo al gnoll mientras el resto de objetos desaparecían entre llamas azuladas.


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--Savras--
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Re: La Partida.

Mensaje por --Savras-- »

--Savras-- escribió:
El enorme gnoll sonrió al ver la caída de Quilmeash, notando como se liberada de aquella carga. A su alrededor reinaba el caos. Las tribus que el liche había conquistado a la fuerza huían aterradas, los bedins supervivientes se abrían paso a fuerza de espada contra aquellos gnolls que aún trataban de retenerlo. Los fanáticos de Yeenoghu disfrutaban de la carnicería, siguiendo a los Colmillos del perverso demonio en su estela de destrucción, regando el desierto de sangre hasta que lograron abandonar el campamento. Aquellos gnolls criados como soldados por el propio Quilmeash permanecían inmóviles, observando la brecha. Confusos, perdidos.

- ¡Ree, GhawpawlEeGr neEyipGr, raeEepeE eyeEepGreEewrGreEeyeeaw wraw onghgRlpepawGrwaRa, yeeeEepeE awlp epGrEewereE wraw awaayeaaw awyipèraragRyeeeE! - rugió él, golpeándose el pecho. Su enorme tamaño lo hacía destacar entre el resto, que lo observaban entre risas nerviosas y terror.

Uno de aquellos gnolls de pelaje oscuro se abrió paso entre los demás, elevando sus rugidos sobre las carcajadas aterradas hasta plantarse frente a Melena Roja, alzando su rostro hasta que sus miradas se cruzaron.

- ¡¡Aww raawyeeeE, raeEepeE waawr AnghEewreE raeEepeEGrEewrGrEeyeeeaw!! - bramó el gnoll, empuñando sus dos cimitarras y haciéndolas girar a su alrededor con gran maestría.

- Ghwaí waaw - asintió Melena Roja, empuñando su arma.

El combate terminó en un simple golpe. La hoja de Melena Roja cercenó el cuello de su rival en un tajo rápido y limpio. El cadáver cayó a sus pies, en silencio. El corpulento gnoll observó las tropas zhayinas a la par que limpiaba la hoja ensangrentada. Todos se llevaron la mano al pecho, arrodillándose ante él como hicieron en el pasado ante Quilmeash. Sonrió, orgulloso, satisfecho, mirando al noroeste.

- Vuelvo a casa, señor.

Aquellos magos rojos que trataban de recuperar el control del campamento, solo encontraron la muerte al paso de la hueste gnoll.
--Talos--
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Re: La Partida.

Mensaje por --Talos-- »

Dejó la taza de té cuando los tres entraron en la estancia.
El murmullo sobre ellos se había extendido mucho antes de que sus botas pisasen la densa nieve.

- Hay una guerra en ciernes. Los orcos parecen estar agrupandose. Por seguridad la Dama Alustriel ha encomendado la evacuación de Cumbre y Puntalhaven.

- Un dicho muy común es que para que un perro te persiga, lo que debes hacer es salir corriendo.
- No hablamos de perros. Si no de varios Clanes orcos reuniéndose bajo un mismo estandarte... Señor.

Retomó la taza, dio un leve soplido al humeante té y bebió un escueto sorbo.

- Agradecemos las intenciones de Alustriel para con nuestra seguridad. Pero son tierras frías e inhóspitas. El Rauvin es grande y dudo que aquí tengamos algo que pueda resultarles de interés.
- Pero es...
- Sin embargo, si vienen, defenderemos nuestros hogares. Pero no vamos a vaciar y dejarlos a su disposición.
El Legionario resopló y miró a su compañero de la Guardia Sortílega.
- Creo que no entiende ni el peligro, ni el mandato que traigo.
- No es un mandato. Es una recomendación. ¿no es cierto? La tomamos en cuenta y agradecemos el interés de Alustriel. Por nuestras partes, pueden proseguir senda hacia Puntalhaven. Gracias.

Les observó alejarse a través del humo del cálido té con una sonrisa.
- Ciego es quien se niega a ver.
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Re: La Partida.

Mensaje por --Talos-- »


Melisandre.
Un nombre olvidado.
Cambiado.
Una vida tan simple y a la par tan compleja.

Observó la firma en el libro. Escrita con trazo furioso. Firme. Decidido.

Tomó la taza de té que flotaba cerca suya y dio un sorbo mientras cerraba el grueso libro.
Los cierres metálicos se cerraron solos.

- Una deuda siempre debe ser saldada. Y generar una nueva a veces. - Se alejó del atril rumbo a las cámaras. - Capitán, oh mi capitán. Es hora de dar otro paso.
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Re: La Partida.

Mensaje por --Talos-- »

- ¿Has terminado?
- Si, mi Señor. Nuevamente conocidos de la zona. La preocupación por la supuesta guerra y el evento de Alhazarde aumenta.

Sentado en el trono acarició la perilla mientras observaba a Jarol.

- Siéntate, Voz del Cabildo.

Jarol tomó asiento en uno de los bancos.

- Bien, Capitanes. - Se levantó del trono y observó a los allí sentados- Sigamos debatiendo... ¿Participaremos?
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Re: La Partida.

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Sofocaba largamente la risa mientras trataba de dejar la taza de té.

Su acompañante de biblioteca alzó la cabeza, cesando en su escritura.
- ¿Un buen chiste, Jarol?

La sofocada risa estalló en la biblioteca mientras Jarol se reía a mandíbula batiente.

Dejó la pluma de hueso sobre la mesa y entrecruzó los dedos observando a su acompañante.
Un largo minuto después Jarol cesó de reir.

- Por un camello. Por un camello. - cogió la taza que flotaba en el aire y dio un leve sorbo.

- ¿Algo más?

- ¿Sabes lo que son los Zhents?

- No.

- Entonces no te haría gracia. - Sonrió dejando la taza nuevamente en el aire.

- Camello. Zhents. ¿Es relevante?

- ¡Oh, eso si! - terminó el contenido de la taza velozmente. - Tengo que decirle que debemos reducir el número de tropas a enviar.

- ¿Reducir? Creí que habías designado un reducido contingente para enviar a esa guerra.

- Pues, más reducido. Sigue con lo tuyo, Ramu. - Jarol se levantó de la silla dejando únicamente sobre la mesa la taza vacía.

A los pocos segundos la punta de la pluma de hueso volvía a rasgar el papel de lino.



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Re: La Partida.

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La taza flotaba plácidamente en el aire.
El humo del te caliente comenzaba a disiparse.
El hombre sonreía levemente... y la taza cayó.
La taza se convirtió en un montón de pedazos de cerámica y el liquido quedó sobre la madera.

El Cometa giró...
La flecha ardió...
El árbol engulló un sacrificio y estalló en llamas rojas y azules.

Aplaudió con fuerza.
- ¡Maravilloso! - A un gesto la taza se recompuso y volvió a quedar flotando en el aire pese a estar ya vacía.

Arlheza fue depositada sobre la cama con sumo cuidado.
Las pesadillas. Los tics. La forma de hablar.
Todo debía haber terminado.
Aya colocó el pelo de la Dama mientras le atendía las heridas en la cara producidas por Seda.
Comprendía la furia. La rabia. Frutos de la desesperación.

Sacó la hoja doblada y la leyó.

- Una advertencia. Por supuesto... El mundo en la palma de la mano. - negó despacio.
- Espera... -releyó de nuevo. - Oh.... no...

Se mesó la perilla observando.
Quizás tuviesen el poder necesario. Quizás.
El leve susurró llegó a los oídos del arcano.
- Poder.... Una sensación maravillosa... ¿Quién no desearía más?

Unas suaves llamas azules brotaron en las yemas del arcano.
La amenaza del cielo, comenzó a invertir su avance y sonrió.

Lo estaban logrando.
Pese al sacrificio de una de ellos para debilitar el pórtico.
- Es la hora del final, Condesa.
La moneda recorrió los nudillos con un rápido movimiento.

Se recostó en el trono y cerró los ojos.

En el árbol, una marca grabada en la corteza, imperturbable por el tiempo pasado, brilló con fuerza.
A las llamas que devoraban la corteza, se le sumaron otras azuladas provenientes de aquella marca.

Solo unos pocos atisbaron entre el fuego, el brillo azulado de esa extraña I.
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Re: La Partida.

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Los guantes de cuero crujieron y con voz fría...
- Han tardado en darle muerte. Más de lo que esperaba.

La pesada túnica crujió cuando se desplazó hacia un libro en el que habían aparecido nuevas líneas. El dedo enguantado recorrió las lineas.

- Tendré que hacer que me visite. - Se volvió a una mesa donde viales, pergaminos y un tiesto con un brote de árbol aguardaban. - Veamos que sucede ahora. - Pasó los dedos por encima de las hojas del pequeño árbol.
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Re: La Partida.

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Una linda sonrisa... puede ocultar un ser horrible.
Y una cara horrible... ocultar el corazón más puro.

Una taberna de mala muerte puede servirte la mejor comida que hayas probado...
Y la más fina y bella mansión...estar podrida hasta sus cimientos.

Hace tiempo... vi el mar devorar la arena.
revelar huesos de criaturas antiguas. Olvidadas.
Armazones de barcos, de barcazas de pesca... infinidad de ellos.

Hace tiempo... me perdí en una vieja cueva. Profunda y húmeda.
Conjuré una leve luz, la oscuridad retrocedió como una criatura asustada...
... y se revelaron Glifos en las paredes, osamentas de criaturas y un sin fin de estalagmitas y estalactitas.

Siempre hay un secreto esperando ser ocultado eternamente.

Pero... Nunca permanecen ocultos eternamente.
No para mi.
Y eso... es algo que siempre me divierte.
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