Jennefer

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Celes
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Jennefer

Mensaje por Celes »

Aquí estoy iniciando una especie de… diario que nunca pensé que tendría pero siento que lo necesito. Dicen que sienta bien a las personas que han vivido ciertas experiencias difíciles de asimilar y también para poner en orden algunas ideas. En fin, yo lo usaré para eso y para documentar todo lo que estoy descubriendo en esta villa que cada vez me está pareciendo más y más tétrica. E irónicamente es lo que me impide marcharme a pesar de haber sido la primera en decirles a Marshall y a Dana que solo estaríamos de paso. Bueno… allá va. No estoy del mejor humor del mundo esta noche pero como no puedo dormir, relataré lo que ha ocurrido en la zona sur de la villa. Y mi historia… supongo que ya escribiré sobre ella. Cuando me encuentre con ganas y sobre todo, fuerzas.

La espada negra
Marshal y yo habíamos vuelto de un viaje a Sundabar y nos disponíamos a descansar en La Rosa y El Martillo cuando Reise y un elfo que le acompañaba nos saludaron. Nos preguntaron si olíamos algo extraño pero siendo sincera… yo no olía absolutamente a nada. Marshall sí parecía notarlo y comentaron que se trataba de azufre. Les seguí hacia la zona sur de Nevesmortas donde suelo acudir para dirigirme a la mina de la villa aunque para esa ocasión sería para descubrir un hecho escalofriante. Allí el olor a azufre era casi insoportable, obligándome a taparme la nariz con la mano. Nuestros pasos fueron guiados por esa peste hasta un gran árbol que tantas veces había visto, no obstante, ese día lucía diferente… Aparte de emanar aquella pestilencia, en el suelo que lo rodeaba había una densa bruma y para acabar, una marca en la corteza que en un principio no logré identificar.
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Todos estábamos estupefactos y sin tener mucha idea de lo que hacer. Yo me dispuse a rodear el árbol para inspeccionarlo mejor, intentar ver algo que el resto no hubiera visto por el momento para al menos ayudar en el asunto. Fue entonces cuando me percaté de que la marca que había en la corteza aparte de estar marchitándose, rezumaba una savia negra y espesa, aparte, en el suelo donde se hallaba la bruma también habían unos extraños gusanos que se retorcían. Se me puso la piel de gallina. Mientras, Marshall estuvo hablando de quemar del árbol para acabar con el problema, abriéndose así un debate sobre lo que hacer. Reise se evadió de ello para entrar en la acción, por lo que se dispuso a concentrarse antes de emitir una plegaria.

Mientras tanto, volví a observar el árbol, especialmente la marca marchita que lucía en la corteza y entonces, como si de una iluminación celestial se tratara… caí en su procedencia. Supe que estaba relacionado con demonios aunque no pude decir de quién se trataba. No dudé en comunicarlo al resto para que entendieran que lo mismo nos superaba y que iba siendo hora de acudir al templo de Lazhander. Comenzaba a ponerme muy nerviosa, con más razón cuando Reise declaró que el árbol estaba maldito de “algo” que trató de poseerle.

Llegaron más aventureros que poco a poco se fueron aglomerando alrededor del árbol, incluido nosotros… y vaya error… Fuimos incautos y estúpidos por no habernos alejado en su debido momento porque al poco experimenté algo que dudo mucho que olvide algún día. Como si ya no tuviera hechos traumáticos con los que lidiar, se me sumaba uno más.
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De pronto me vi sumida en una escalofriante ilusión aunque para mí fue muy real, de hecho aún tengo mis dudas pero me lo callo para que no me tomen por loca. Mi cuerpo fue sacudido por un intenso dolor que me hizo retorcerme y mi cabeza parecía que iba a estallar. Cuando me quise dar cuenta me encontraba rodeada de llamas… Otra vez. Fuego ardiente. Llamas bailando a mí alrededor, caldeando el ambiente y devorando mi piel. Pude sentir su roce, al igual que pude sentir la presencia de enormes criaturas que se movían entre el fuego. Vi sus enormes formas, sus movimientos. Estaba histérica. Me recuerdo gritar como una histérica y caer al suelo presa del terror. Durante esos agónicos minutos no supe qué pasaba a mí alrededor. Todos mis sentidos estaban atentos a esas criaturas que me acechaban y que cada vez estaban más cerca de mí hasta que todo fuego desapareció.
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El entorno cambió abruptamente para encontrarme entonces frente a una enorme montaña de hielo y en cuyo centro algo había encerrado que me observaba, muy fijamente. Es algo de lo que estoy muy segura porque lo sentía en mi interior. Y cuando pensaba que esa criatura terminaría por ejecutarme, algo me saca de ese gélido lugar. Reise. Aun no le he dado las gracias por haberme sacado de ese trance pero no estaba en condiciones de hacerlo en esos momentos, demasiado asustada.

Habían venido más aventureros que antes no estaban, ¿Cuánto tiempo estuve así? Entre ellos se encontraba Ángela que junto a Reise trataban de purificar el árbol o lo que fuese para que dejara de estar maldito. Necesité varios minutos más para tranquilizarme, un elfo vino a mí para adelantar el proceso y pude por fin levantarme. Expliqué lo que me había pasado aunque no sé si lo hice bien o solo soltaba frases sin sentido, no me acuerdo, aun me sentía mal y aterrorizada.

El suelo empezó a temblar y el árbol se resquebrajó al tiempo que era rodeado de la bruma que se alzó. El ambiente se caldeó por la desagradable brisa ardiente que procedía del árbol. Uno de los presentes, el espadachín, cayó al suelo, levitó y estuvo a punto de ser tragado al interior del árbol pero el resto logró salvarles. Todo sucedió muy rápido. Y entonces, después de que se oyera un desgarrador alarido, surgieron demonios que no dudaron en atacar a los que allí estábamos. Yo no participé en el combate, quedé oculta tras el edificio. Nunca antes los había presenciado. Eran enormes, fieros y emanaban malignidad por cada parte de su ser. Afortunadamente lograron derrotarlos y de ese modo, el árbol, que ya se había convertido en un portal, estalló en llamas lo que atrajo consigo a todo aquel que estuviera cerca pero no hubo que lamentar ninguna pérdida…
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Ante nuestros ojos vimos que ya no había rastro de la bruma, solo los gusanos que seguían retorciéndose en el suelo. Y la marca… La marca dejó de expulsar aquella savia negra pero se seguía viendo. Todo parecía haberse acabado hasta que la pronunciación de un nombre extraño me provocó una nueva punzada de dolor en la cabeza y la visión de la montaña helada que guardaba algo malévolo que me observaba.
“Bulbinbenbul… La espada negra dentro de una montaña”
Shondakul brindó a Reise con más información del demonio responsable de lo ocurrido, al menos se tenía un nombre y yo por desgracia, unas vivencias ilusorias que describían bien la montaña donde se alojaba ese mal. Hoy no, ni mañana… Pero me encantaría visitar a Ashnar para hablar sobre el tema, para saber qué sabía sobre lo ocurrido porque no por nada acudía cada semana a reforzar las protecciones que sellaba el portal.
Celes
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Re: Jennefer

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Hoy fui al templo que rinde devoción al dios del alba. No lo hacía para orar o buscar un consejo del clero pues solo Hoar representa mis creencias, lo hice para informar de lo que había ocurrido con el portal demoníaco si es que no lo había hecho alguien antes.

Por lo que me contó, hace ya tiempo que el mal se aloja en ese árbol y que algo lo despertó. Antaño allí mismo se abrió una puerta al infierno, éste se abrió paso por ella y arrasó toda la zona. No quiero imaginar el horror que debieron pasar todos los ciudadanos, viajeros y aventureros. Entendí que por ese motivo Áshnar fortalecía las protecciones cada semana ya que aunque cerraron la puerta les fue imposible purificarlo, de ahí que quedara marcado y maldito.

Le conté la visión que sufrí dándole todos los detalles que pude, transmitiéndole tanto lo que vi como lo que sentí. Fue entonces cuando reveló el nombre de La espada negra dentro de una montaña, Levistus. Debo admitir con cierta vergüenza que en un principio pensé que sería Bulbinbenbul, por más ridículo que sonara ese nombre para un demonio tan poderoso, pues hablamos de un archidemonio de la quinta capa del infierno. Esa confusión se debió a lo que escuché del propio Reise cuando entró en comunión con el dios que venera, que tampoco era culpable, a veces los mensajes que nos dejan los dioses pueden ser un poco confusos pero ya todo quedó aclarado.

Me contó que Bulbinbenbul es un gnomo hechicero que estuvo implicado en unos sucesos ocurridos hacía meses. Estuvo preso en Fuerte Nuevo por realizar experimentos peligrosos pero que logró escapar después de que algunos aventureros por la implicación de varios aventureros. Por lo que escuché más tarde, las cosas no salieron tal como quisieron y esperaban, acabando con la huida del gnomo que está implicado con el tema del portal. No cabe duda si llegó a mis oídos que poseía un libro en el que se mencionaba la espada negra dentro de una montaña. Imagino que planea liberar a Levistus de su confinamiento helado… algo que se debería evitar a toda costa.

Áshnar me aconsejó que no había que ceder al miedo, como si eso fuese tan fácil. Quienes poseen una fe inquebrantable a su dios y son bendecidos con su poder, lo tendrán mucho más fácil pero no para alguien como yo, con toda una serie de inseguridades, traumas, y temores, pero oye… habrá que intentarlo.

En fin, la cosa no pinta bien, ese árbol está recuperando su fuerza porque algo está ocurriendo en el mundo terrenal, eso ha quedado ya más que claro. Al menos ya transmití lo que había que hacer, sobre todo ir con cuidado, cosa que no hicimos cuando nos acercamos tanto a la bruma que rodeaba el árbol. No estábamos preparados ni advertidos, ahora sí. De ese modo podremos evitar que esa maldición se alimente de todos nosotros. Espero que a todas esas personas que poseen un vínculo poderoso con la deidad que veneran entendieran mis palabras que no eran otras que las del mismísimo Áshnar y que se prepararan, así como que no dudaran en pedirnos ayuda a los que no dependíamos de la ayuda extra que ellos poseen porque si algo se complica, según él, podemos salvarles incluso. Áshnar reconoció que sucumbió a un mal semejante, viéndose quebrada su fe pero que al cabo de un tiempo la recuperó. Imagino que seamos más o menos creyentes, todos sentimos, tememos y dudamos y de eso se aprovechan los demonios, afectándoles mucho más a quienes son como él.

Muchos aventureros han seguido con las investigaciones y ya se sabe que el gnomo escapó hacia el bosque frío y que utiliza wyverns. La cosa mejora ¿eh?... En fin, lo dejo ya, debo seguir con la búsqueda de gemas. Espero que mi “mula” particular no me de mucha la lata hoy… No calla ni un puñetero minuto.
Celes
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Re: Jennefer

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Problemas de ocho patas


Se me amontonan las experiencias vividas, desde luego que no hay un día que no ocurra algo especial en Nevesmortas. Pero bueno, hoy escribiré sobre arañas, que fue lo que nos llevó a la posada que hay en la bifurcación. Allí Írvag nos contó que tenían una plaga de arañas en los pisos superiores. Esto ocurrió hace mucho, casi al llegar a la villa y junto a otros aventureros logramos derrotarlas aunque algunas escaparon hacia el norte. Allí conocimos a Reise y… sinceramente, no recuerdo a quién más.

El caso es que la segunda vez que pisamos esa posada, volvía a necesitar ayuda para limpiar la tercera planta de arañas pero mientras se esperaba a la llegada de más aventureros a Marsh no se le ocurrió otra cosa que ponerse a beber. No se conformó con tomarse una o dos cervezas, no, sino que se metió entre pecho y espalda por lo menos media docena y más. Terminó ebrio, muy ebrio, viéndome obligada a abandonar la ayuda y llevármelo a una habitación para que durmiese. Por fortuna otros aventureros pudieron hacer el trabajo, supongo.

Y ya la tercera vez que visitamos la posada se reunió bastante aventureros dispuestos a encontrar el nido de esas arañas que por lo visto no eran muy naturales, al menos no pertenecían a este mismo plano, o eso me pareció entender de las palabras de Reise. Esa vez fuimos más aventureros, de los que conocía, estaban Amil, Reise, Cañamo, Marsh, Seda y Azar. Cuando salimos, nos dirigimos hacia el norte, donde se encuentra el Fuerte de Ghorin. Allí empecé a observar un rastro en el suelo que nos fue guiando hasta que nos fuimos topando con espesas telarañas pero éstas tenían un aspecto diferente y eran especialmente pegajosas. Una vez muertas, pude observar más de cerca una de esas arañas gigantes, percatándome de la razón de las palabras de Reise. No eran de este plano, de ahí lo difícil que resultaba acabar con ellas.

Seguimos el surco que yo había visto hasta toparnos con un enorme cráter lleno de telarañas en el suelo. Habíamos encontrado el nido y ahora había que bajar. Era difícil ya que su telaraña era tan dura como la piedra. Cáñamo usó un conjuro de lluvia de ácido que fue poco a poco ablandándolas y Marshall hizo… lo suyo, tirarse dentro y liarse a dar hachazos. Fue el primero en caer abajo en cuanto las telarañas cedieron. No sé por qué me molesté en quejarme de su temeridad si debería estar más que acostumbrada pero me cuesta resignarme.
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Abajo hallamos una cueva no demasiado grande pero estaba llena de más telarañas y varios capullos que empezamos a inspeccionar. Lo que había allí eran presas que habían capturado para luego devorarlas. En la mayoría de los capullos había animales pero creo que alguien descubrió alguna persona en ellos… Decidimos continuar pues eso había que acabar con ese nido por lo que seguimos adelante hasta que encontramos una pequeña grieta de la que surgía aire caliente. Estuvimos un rato discutiendo qué hacer pues no cualquiera podía colarse por esa rendija y no sabíamos si abrirla más sería buena idea. Se sacaron varias ideas pero al final se decidió que Reise descendiera en forma de gas, algo que le habíamos visto hacer días anteriores. Estuvimos esperando algo preocupados, al menos yo lo estaba, a que regresara y así lo hizo al cabo de unos minutos informándonos que la cueva se abría mucho más bajo nuestros pies y que había una caída considerable hasta llegar allí.

El otro aventurero que nos acompañaba, Mot me parece que se llamaba… Nos empequeñeció con un conjuro y descendimos gracias a la tela de una araña que realizó una convocación de Cáñamo. Una vez abajo, se pudo notar un gran sofoco por las altas temperaturas. Había lava allí y arañas y más de sus telas. Definitivamente habíamos hallado su nido. Destruimos cualquier bicho de ocho patas que nos encontrábamos hasta que de pronto vimos una enorme araña en el centro de la gruta aunque yo la vi de refilón, lo admito ya que repentinamente se subió al techo de la gruta y por un momento le perdí de vista. Eso duró poco, pues a los pocos minutos calló esa enorme mola de ocho patas y ojos para intentar devorarnos. Su piel era extremadamente dura y mis ataques no servían de mucho. Uno a uno empezó a tumbar a los aventureros, lo que me obligó a abandonar la lucha y a esconderme.
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Tuve tiempo de ver como los restantes la hirieron de gravedad hasta el punto de obligarse a huir y menos mal porque no habríamos contado de haber seguido persiguiéndonos. A los caídos los rodeó con tela de araña, convirtiéndolos en capullos pero los sacamos de ahí al instante y les ayudamos a reponerse. Después de eso nos marchamos a informar al posadero.

Muchos de nosotros llevábamos pruebas de que habíamos luchado contra las arañas para que nos diera esas preciadas diez mil monedas, que como comenté, prefería luchar contra decenas de arañas que llevar un buey a Sundabar. Pero no me sentí muy bien y para nada satisfecha. Se había escapado la mayor de todas, la que podría volver a poblar aquel nido pero en fin, si eso ocurriera, volveremos a por ella.
Celes
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Re: Jennefer

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La canción del camino
Hablaré sobre el día que hubo un espectáculo en el teatro de Nevesmortas. Por lo visto, Azar iba a actuar con una bardo que a la vez era la consejera de la Dama Lanzagélida, llamada Aya Lovehill. A mí no me hacía mucha ilusión, la verdad, no soy muy dada a las aglomeraciones de gente pero en fin, a Marshall le hacía ilusión así que me dejé llevar. Quién sabía, tal vez me sorprendía el espectáculo. La música me gusta siempre y cuando no sea demasiado escandalosa.

Se concentró bastante gente en el teatro, grandes personalidades de la villa e incluso algunos aventureros. Estábamos todos esperando la actuación de ambas artistas pero el espectáculo fue muy… diferente. Subieron al escenario todo aquel que quiso, como Maelis, Iona, Cuarto y cómo no, Marshall, que le encanta dar la nota (aunque siempre la da sin que lo sepa).
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Aya los animaba a hablar sobre los caminos, lo que se podían encontrar en ellos, las sensaciones que sienten y Marshall y Cuarto en conjunto contaron sus impresiones tratando de rimar. Aunque se debieron confundir porque no tenía mucha relación lo que decían con lo que habían pedido, pero bueno, la gente se divertía y hasta le pedían que se desnudaran. Eso fue cosa de Seda apoyado por Milo… Aquel día me pregunté de qué barrio bajo había salido. Y debo admitir que Marshall lo estaba haciendo verdaderamente bien, estaba allí en su salsa, destacando sobre otros con sus ocurrencias.

El resto también participó en el espectáculo y también fue entretenido. También Azar, que se autodominó La Voz del Camino, cuya actuación no tenía nada que envidiar a la de Aya. No obstante, Aya terminó con la función hablando de Nevesmortas de un modo que logró inspirar a la gran mayoría de los presentes. Comprendí que teniendo en cuenta los sucesos que ocurrían en toda la zona, era necesario realizar una función así para subirle la moral a cualquiera que piense seguir su camino y no quedarse para que se lo piense dos veces. Les hace falta aventureros como el comer. En fin, que me dejó con una sensación extraña en el alma. Me dio que pensar y me hizo sentir bien. No sé muy bien si fue simplemente por el mensaje o por la manera que lo transmitió pero me hizo estremecer.
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