Los orcos que están por venir

La fuente es el lugar donde todos los acontecimientos de la Marca son comentados. (Foro "on-rol" del servidor)

Moderadores: DMs de tramas, DMs

--Talos--
DM
DM
Mensajes: 5655
Registrado: Sab Mar 12, 2011 6:34 pm
Ubicación: Ojeando desde el cielo tormentoso

Re: Los orcos que están por venir

Mensaje por --Talos-- »

//Como siempre, un relato a grosso modo de los momentos y acciones de la Escena desde un punto de vista neutro o de las facciones orcas.


Guerra
Imagen

La tormenta sacudía violentamente los territorios.
La nieve tapaba ya la vegetación y el terreno.
El agua se había congelado ante el intenso e imprevisto frio.

En las estribaciones de Argluna se impuso la zona del combate.
Una vasta extensión donde la nieve emitía el fulgor resplandeciente de un mortecino sol que se filtraba en escasas ocasiones entre las negras nubes que se arremolinaban sobre la Gema del Norte.
A un lado el campamento orco y sus huestes.
Imagen


Al otro, los defensores.
Legionarios, Guardias de plata, caballeros de la Lanzahelada, Guardias de Cumbre y Ents.
Todas, o casi, comandadas por un comandante sabido en combates y estrategias.

Con el rugir del helado viento y los tambores tribales como únicos sonidos, los Defensores aguardaban.
La tormenta rugía sobre ellos y sin previo aviso, un tornado de formó tocando el suelo.
La fuerza natural estremeció a todos mientras el violento tornado succionaba nieve y arboles.

Tal y como empezó... y mientras se desvanecía.. una voz en el viento gritó fon la fuerza de la tormenta.

- EL INVIERNO ETERNO HA LLEGADO.

Ante los defensores una enorme figura quedaba allí donde el tornado se había disipado.
Imagen
Ante un único objetivo, los Defensores se lanzaron contra la gargantuesca criatura. La cual, observando el ejercito de hormigas, atacó.

El frio y la magia mermaron a los Defensores... numerosas bajas se sucedieron hasta que finalmente la criatura se desplomó en un inmensa montaña de inerte nieve.


La tormenta comenzó a disiparse.
Y los tambores tribales cesaron, sustituidos por un griterío.

Los aldeanos de Khelb y Auvan se lanzaron contra los defensores.
Armados con picos, hachas, azadas, palas, antorchas...

Los Defensores dieron cuenta ante la fiera y ciega ira con la que atacaban... hasta que solo una figura quedó en pie.
Ángela Benders.
Imagen
Cubierta por sus plegarias, arma y escudo en sus manos, observó frente a si a todo el ejercito de los Defensores.
Amparada por su Santuario inhaló hondo y notó el tirón que obligaba a su cuerpo a moverse y a su mente cegarse por la ira.

Desató una violenta tormenta, golpeó con fuerza... hasta que fue abatida.

Muchos defensores cayeron. La moral ante la carnicería que se habían visto obligados a cometer... y el descubrir que la mayoría, si no todos, actuaban bajo algún tipo de influjo.

El silencio tras este combate fue roto por risas y gritos de burla por parte de los orcos.

Si el primer golpe había sido inesperado y violento.
Este... había sido directo al corazón y esperanzas de los Defensores.
Imagen
Sobre ellos el carro ígneo fue como ver una luz en medio de la oscuridad.
Mientras uno, o varios ents, lanzaban piedras contra la oleada que había comenzado a moverse, Alustriel descargó una andanada de urdimbre al sobrevolar el campamento orco y ver algo que le llamó la atención.

Pratora encabezaba la oleada y ambos frentes chocaron con violencia.
El hacha golpeó con fuerza. Cortando, cercenando, abollando, requebrajando... hasta que con una risa ahogada por su propia sangre... su pecho brilló... y arrasó con una violenta explosión a aquellos que le acababan de dar muerte.
La energía asoló la zona, derritiendo nieve, hielo, carne y metal...
Imagen


Los gritos de advertencia se escucharon.
El recordatorio de que los Hermanos, al perecer, devastaban el lugar donde caían.
Y aún, quedaba uno con vida.

Uno que no se hizo de rogar en aparecer con una nueva oleada del ejercito.
Imagen
Con su voz resonando en el campo de batalla alentando a las tropas.
Cuando la lucha comenzó y antes de que entretejiese su Urdimbre, un guerrero apareció ante él e infinidad de cortes aparecieron en el cuerpo de Vulkg.

- ¡Alejaos!

El Chamán cayó hacía delante mientras comenzaba a brillar y las tropas defensoras comenzaban una rápida retirada.
La nueva explosión solo cogió a unas pocas tropas que a duras penas lograban avanzar con fluidez por las heridas y la fatiga del largo combate.

Sin casi un respiro, el resto de la Horda se lanzaba sobre los pocos que quedaban en pie a estas alturas.
la lucha había sido cruenta.
El campo de blanca nieve era ahora, en muchas zonas, un amasijo de aguanieve roja carmesí.


El nuevo choque era esperado.
Los ojos de los Defensores buscaban al líder de la Horda.
Nuevas muertes y más sangre se mezclaron en la nieve... sin embargo... ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba el causante de tanto terror? ¿De tanta muerte?
Imagen
Los pasos atronaron, la nieve parecía diluirse a su paso.
Observó a los supervivientes y blandió el espadón.

Con cada mandoblazo, uno o dos defensores sufrían graves heridas.
La mole de musculo y fiereza que era el Orog se vio rodeado por las fuerzas Defensoras.
Y no por ello se vio vencido.
Heridas y muertos se arremolinaban a su alrededor.
Golpeaban los Defensores.
Golpeaba Talonar.

Incontables heridas se acumulaban en el inmenso cuerpo del Orog, quien parecía no notarlas.
El espadón continuaba su embiste...
- ¡No te esperabas eso!
El Orog sonrió ensangrentado por innumerables heridas abiertas... que rezumaron un espeso liquido lilaceo y sanaron instantaneamente.
- Ni tú eso.

En pocos segundos, un malherido Talonar volvía a estar ileso y el espadón continuaba su violenta y mortal danza.

Sin duda, no era un Orog normal.
Sin duda, era un peligro por si solo para toda la Marca.
Sin duda, tenía que ser derrotado.

Las bajas continuaban sumándose, defensores entraban al relevo de los heridos y caídos.
Una pelea que duró largos minutos, hasta que el cuerpo del inmenso orog se desplomó de bruces sobre la tierra y los cuerpos de los abatidos defensores.

Silencio.
Nada se escuchó por unos segundos.
Alguien gritó, corrió hacia el caído Talonar.
La tierra tembló, la energía crepitó y ante los ojos de todos... el Orog se reincorporó.. una vez más.

Y una vez más, con las derroteras fuerzas.
Sacando energía de cada musculo.
De cada brizna de Urdimbre.
De cada rezo a las Deidades.

Los Defensores reanudaron un combate de una guerra que creían ya finalizada.

Talonar. El Orog. Un ser que había urdido todo aquello.
Realmente parecía que lo que muchos habían escuchado era cierto. Los Dioses, al menos dos, le habían bendecido.

El último combate.
Los últimos golpes.
Y Talonar. De los Orogs. El gran Hijo. Cayó nuevamente al suelo.

Los defensores observaron por unos segundos el cuerpo, esperando que nuevamente se alzase.
Como una maldición eterna.
Como un ser que destruiría finalmente sus esperanzas. Que finalmente lograría ...

El cuerpo de Talonar se deshizo en una gran mancha lilacea, expandiéndose por la tierra, la sangre y los restos de la Guerra.


Talonar.
Había muerto.
Y de los cielos surgiran rayos que iluminaran hasta la más oscura sombra... y los truenos acallaran los gritos de panico y dolor.
Imagen
--Talos--
DM
DM
Mensajes: 5655
Registrado: Sab Mar 12, 2011 6:34 pm
Ubicación: Ojeando desde el cielo tormentoso

Re: Los orcos que están por venir

Mensaje por --Talos-- »

Epilogo.

Parte 1.
Con la Muerte de Talonar , felicidad y tranquilidad recorrieron La Marca.

Los Tatuajes que habían impuesto a muchos de los habitantes se desvanecieron. La libertad de la influencia del Orog.
Decenas, quizás cientos de personas se vieron finalmente libres de esa mancha en su piel.
Parte 2.
Los bosques se removieron.
La música del bosque sonó advirtiendo a todos los que sabían escuchar.
En la lengua druidica y Silvana una frase se repitió.
Parte 3.
- Los oigo.Son muchos.
- ¿Qué vais a hacer?
- No lo sé.
- No vayas.
- No.. lo sé.
Y de los cielos surgiran rayos que iluminaran hasta la más oscura sombra... y los truenos acallaran los gritos de panico y dolor.
Imagen
--Talos--
DM
DM
Mensajes: 5655
Registrado: Sab Mar 12, 2011 6:34 pm
Ubicación: Ojeando desde el cielo tormentoso

Re: Los orcos que están por venir

Mensaje por --Talos-- »

Como siempre: Gracias.

Por aguantar durante casi DOS años a los orcos urdiendo y haciendo sus maldades.
Porque sin Pjs que sufran y se diviertan, las Tramas carecen de sentido.

Nos vemos en La Madre. :twisted:
Y de los cielos surgiran rayos que iluminaran hasta la más oscura sombra... y los truenos acallaran los gritos de panico y dolor.
Imagen
Daro
Tejón Convocado
Tejón Convocado
Mensajes: 12
Registrado: Jue Sep 08, 2022 4:07 am

Re: Los orcos que están por venir

Mensaje por Daro »

Éoläs se encontró al poco de llegar al norte con una contienda encarnizada, el elfo llegado de tierras más cálidas no dudó en entra al portal aparecido en medio de Nevesmorta y del cual surgieron varios orcos iracundos enarbolando sus armas y atacando a quien se cruzada en su camino, junto a Gran cruzó el portal para dar con el salón del trono de Felbar, a los segundos de pasar el portal cayó inconsciente tras el mazazo de un orco y gracias a los dioses y a quien allí estaba combatiendo pudo recobrar el aliento. Con gran pesar e impotencia presenció como uno de esos orcos asesinaba al rey y por los pelos escaparon del lugar tras abatirlo.

De regreso en la villa propuso a Rel acudir con ungüentos en abundancia y pociones a ayudar a los heridos de ese combate, los enanos eran valerosos como pocos y en esos momentos estaban mermadas sus fuerzas como en la mayoría de la marca debido al desgaste de la guerra orca.

Dure y Gran los custodiaron y guiaron hasta llegar a la fortaleza y se unió Wotan en el camino, no sin pasar desapercibidos gracias a la magia entre las filas que mantenían el asedio a la ciudadela. Al llegar Rel fue requerida para atender al mismo rey que tras varios días de esfuerzos consiguió estabilizarse, muestra de la gran fortaleza que caracteriza al pueblo robusto.

Tres días estuvieron Wotan y Éoläs atendiendo casi sin descanso a los numerosos heridos y tras esto y las noticias que llegaron del exterior, tomaron senda para reunirse con los grupos que se enfrentarían a los orog en combate final. Era el momento, sería la era del orco?


Tras varias horas de viaje cada cual se dirigió a un grupo Wotan y Éoläs dieron con Zalcor que estaba con los Ents, Gran fue con los caballeros y Dure y Rel se perdieron en la nieve o al menos de la vista del elfo.

Bajo el Gran Ent, Wotan tomó la forma de uno y comenzó la batalla, orando a Mielikki y pidiendo ayuda a los elementos, cosa que no suele hacer, se preparó para el combate arco en mano y plegarias sanadoras en boca, varias oleadas de orcos se sucedieron, Orogs suicidas crearon enormes bajas al inmolarse como último acto y Éoläs acudió raudo a atender a todos los que pudo no sin caer una vez tras la primera gran explosión, gracias a la fe de Gran pudo recuperar el aliento perdido y volver a la acción.

Todo ocurrió muy rápido, o esa fue la percepción que tuvo de los acontecimientos en el fragor de la batalla, las certeras flechas de Dure volaban los conjuros se sucedían, Khrover en primera fila encaraba a las huestes tras recuperarse de la primera caída.. Cuando pudo darse cuenta, Angela estaba tendida en el suelo, cubierta de tatuajes y Zalcor expectante y atento a su cuidado. Se decidió que wotan la retendría a salvo así como con Seda posteriormente.

En un momento dado un enorme ser apareció arrollando a los guerreros que valientemente defendían la marca era Talonar en persona, un nombre que solo había conocido por referencias y un ser que hacía justicia a la fama temible que tenía.

Muchos de los valientes guerreros y aventureros le hicieron frente, numerosos soldados venidos de diversas ciudades Ents yacían en la nieve inertes, siglos de vidas sesgados por la codicia de este ser perverso y de negro corazón, El alma del druida lloraba por las perdidas sabiendo que en juego estaba el equilibrio mismo.

Talonar luchaba contra todo valeroso corazón que osaba hacerle frente y uno tras otro daba tremendos golpes a los cuerpos que los albergaban hasta que finalmente por desgaste y perseverancia fue derrotado... pero... en ese momento el elegido de dos dioses se alzó de nuevo hinchado en rabia y volvió a la carga contra todo ser viviente, la lucha duró hora, tal vez dekhanas según la percepción o tal vez unos instantes, hasta que finalmente la suma de voluntades, espadas, escudos, flechas y conjuros dieron fin y descanso a este oscuro ser.

Tras su último aliento final, su cuerpo se descompuso en un limo hediondo dando realizad a lo que albergaba en su corazón. Fue el momento de parar, respirar y atender con calma a todos los heridos, que no eran pocos, hacer recuento de caídos y darles honores en el campo de batalla y por fin, regresar y tomar un descanso.

Cuando parecía que todo estaba en calma un susurro llegó desde el bosque.. la semilla había regresado.. Algunos elfos y los druidas presentes lo escucharon, Éoläs al desconocer el significado preguntó a los presentes y algunos rostros se ensombrecieron. Estaba claro que era un oscuro augurio. Zalcor dijo algo de un enfrentamiento entre el circulo de druidas y unos malaritas pero no era ni el momento ni lugar para hablar del tema, los cuerpos de los caídos aun seguían caliente incluso sobre la nieve.

Cada cual regresó a su lugar de origen, los guardianes de la orden, los soldados de las distintas ciudades... y los aventureros y heroes decidieron tomarse un merecido descanso, comer y descansar en mullidas camas. Pero en la mente del druida solo había un pensamiento, la semilla...







A título personal:

Gracias a Talos por la sesión tremenda y a los jugadores que crean este ambiente junto al staff, llevo muy poquito pero tengo ganas de formar parte de esas historias que acaban contándose en las tabernas.

Abrazotes!
Erednor
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 70
Registrado: Lun Ago 05, 2019 12:59 pm

Re: Los orcos que están por venir

Mensaje por Erednor »

La sangre seguía cayendo por la armadura de Ángela mientras la envolvían para transportarla. Entre burlas y risas de los orcos, y el propio orgullo de haber asesinado a alguien que parecía alguien importante.

Tras el traslado, llegaron a la cabaña del propio caudillo, donde otro paquete estaba esperando a la fallecida Ángela, ni más ni menos que Seda.

No hizo falta mucho tiempo para que ambas volvieran a la vida, con algo diferente, sus cuerpos completamente tatuados y sus mentes aturdidas, hasta el punto de estar dominadas y, aunque conscientes, obligadas a servir al Gran Clan.

Ambas despertaron desnudas, frente a Talonar y los dos hermanos. Por mucho que querían intentar matarles, sus cuerpos no respondían a esas órdenes. Al poco de recuperar el sentido fueron obligadas a atacarse mutuamente, para ver si la dominación estaba siendo exitosa, y efectivamente lo fue.

Seda luchaba por resistirse y hacer daño, algo imposible y que solo le sirvió para que los orcos la vigilaran de cerca. Ángela, por el contrario, sabía que no podía hacer nada, ya solo podría luchar y esperar a causar el menor daño posible, ya que eso complicaría la batalla y el fin de Talonar.

Mientras se unían a su oleada, Seda y Ángela escucharon una voz, era Korissa. Ambas extrañadas y preocupadas por cómo llegó allí, y cómo saldría, a penas tuvieron tiempo para reaccionar a la estrategia de escape de Korissa. Su voluntad les impedía irse, siendo un fracaso dicho intento. ¿Dónde acabaría Korissa? Ángela pensó que volvió a Nevesmortas o al frente de los Defensores, idea que descartaría cuando fue revivida en el bando rival y ni la vería ni nadie preguntara por ella, al menos no que la sacerdotisa oyera. Confiaba en sus capacidades y esperaba que nl estuviera en peligro, pero de momento estaba dominada y su preocupación era otra.

La batalla final llegó, ambas equipadas y formando junto a la segunda oleada se disponían a ir al encuentro con los Defensores. Humanos y enanos fueron cayendo de manos de los valerosos guerreros, caballeros, legionarios, ents y aventureros, mientras Ángela seguía protegida en su santuario. La voz para avisar a sus verdaderos aliados no le salía, su cuerpo empezaba a moverse solo, por mucho que luchara por evitarlo. Aceptando su destino cogió aire y cerró los ojos, sabía que iba a hacer daño, así que solo le quedó resignarse.

Plegarias empezaron a salir de su boca, la energía se empezó a canalizar y su acero se alzó contra todos los defensores, era una sola mujer contra todos. El ácido y los relámpagos caían sobre sus rivales, ents y caballeros fueron cayendo en el combate, Ángela golpeaba duro, pero sus rivales eran muy superiores y terminaron abatiendo a la sacerdotisa. En menos de 3 días habría muerto dos veces, y había sido dominada, y aún así cuando sintió que se le escapaba la vida y el control de su mente desaparecía casi pudo sentirse aliviada en el instante que su alma se fugaba.

La segunda oleada había caído, Ángela y Seda fueron recogidas y envueltas en las ramas de un Ent, que se aseguraba que no volvieran a causar problemas. Se levantaba un debate, los tatuajes no estaban pero aún no eran de fiar las dos mujeres, podrían ser útiles en la batalla, pero también desastrosas. Muchos pensaban que no debían ser traídas de vueltas, otros pocos si. Finalmente, de nuevo, Ángela fue devuelta a la vida, Zalcor nl le quitaba el ojo de encima, incluso preparado para volver a dejarla fuera de combate, pero atento a su bienestar siempre. Exhausta, mareada, herida, y preocupada sin saber si era libre completamente de la magia orca, fue recuperando su mente y su control, lo suficiente hasta que la tercera oleada llegó. Le faltó tiempo para coger su espada y hacer frente, junto a los Defensores, al grupo liderado por Patrora. En un fiero combate, con numerosas bajas tras la explosión y muerte de la propia infatigable, Ángela demostró estar preparada para seguir, aunque bastante débil y por debajo de sus posibilidades.

Justo al terminar esta oleada, volvió junto al Ent, quien custodiaba a Seda, para traer a esta de vuelta. Acúmulo algo de la poca energía que le quedaba para lanzar su Resurrección y que Seda pudiera estar junto a ellos, sobre todo sabiendo que el efecto del control había desaparecido.

Siguieron llegando orcos, y fueron cayendo de los dos bandos, muchas baja que sumar a la guerra, pero todo se decantó por el bando defensor, hasta el punto de reconocer la figura de Talonar.

Todos se lanzaron por el hasta darle muerte, Ángela, aunque no por méritos propios, ayudó a completar la misión que se le encomendó, acabar con Talonar.

Cuando todo se relajó, los aventureros oyeron una frase en Silvano, idioma que Ángels desconoce pero que tradujeron al momento.

Era extraño y decidió apuntar todo, tanto el desenlace de la guerra como esa extraña frase, además de la vuelta al control de la propia Ángels sobre sí misma.

Algo le decía que no quedaría aquí la cosa.


// por concluir, agradecer a todos por los ratos tan buenos, especialmente a talos por el tiempo que tiene esté detrás, dedicación, pasión y paciencia! Ojalá los nuevos y viejos jugadores hagamos una familia fuerte y sigamos creciendo todos juntos, ha entrado aire fresco y bueno al server y eso se nota! A los viejos que os den por culo :)

Pensaba que Ángela tendría Mp cuando murió por primera vez jeje gracias por perdonarla, tuerto.
Angela Benders. Suma Sacerdotisa de la Orden de Caballeros de Nevesmortas
Dugol. La noche le confunde
Wotan
Tejón Convocado
Tejón Convocado
Mensajes: 6
Registrado: Mié Oct 12, 2022 10:41 pm

Re: Los orcos que están por venir

Mensaje por Wotan »

El joven druida acompañado de Rel, Dure y Eolas se adentro en la ciudadela enana, quedando maravillado por aquella construcción bajo tierra, tras pasar por todo un sinfín de peligrosos orcos, no pudo si no contener toda su curiosidad y escuchar a los que con el estaban, debía socorrer a todos los heridos, ayudar en todo lo que pudiera. Tres días y sus tres noches paso trabajando, limpiando vendas, llevando viandas y agua a todos los heridos, sacerdotes y demás curanderos que allí se encontraban, con su poca experiencia es lo que mas podía hacer, dejando el trabajo mas difícil a aquellos con experiencia. Tras este tiempo quedo exhausto, sus manos no le respondían, llenas de callos, arrugas, por todo el agua que había manejado.

El joven solo pudo descansar unas pocas horas, fue llamado por Eolas, debíamos unirnos a las huestes que se habían reunido para enfrentarse a la ultima batalla. Preocupado, nervioso, con miedo el joven seguía a sus compañeros a duras penas, todos ellos expertos en combate, el aun verde como su ropaje, no obstante su curiosidad iba creciendo, dándole fuerza, esperanzas y ganas de conocer el basto mundo que le rodea.
Llegaron a su destino, una planicie helada por la gran tormenta que nada natural parecía, el joven quedo perplejo a ver el enorme ejercito que se presentaba ante el, pero lo que mas le llamo la atención sin duda fue el Gran Ent, un ser enorme, bello, lleno de vida que se llevaba toda su atención, no dejaba de observarlo con admiración, casi divina podría decirse, era para el lo mas bello que había visto hasta ahora. No dudo por un momento en unirse junto con sus compañeros a la división de Ents, a si que gracias a que Eolas le había dejado estudiar a uno de sus conocidos Ent pudo adoptar la forma y unirse como uno mas.

Imagen

Llego la primera oleada, no pudo si quiera reaccionar, los defensores acabaron con ellos antes siquiera de que pudiera reaccionar, pero la segunda Ola fue la que marco un antes y un después en la batalla, dentro de ella se encontraban Angela y Seda, desconocidas para el hasta entonces, pero importantes para muchos de los aventureros presentes, tras una dura batalla con ellas donde se tuvo que acabar con su vida, se dudo si devolverlas a este plano, por lo que di un paso al frente y me ofrecí a recoger y proteger sus cuerpos inertes mientras de decidía su destino.
Imagen

De mi tronco surgieron pequeñas y suaves ramas que envolvían sus cuerpos con delicadeza, de estas hojas verdes que protegían sus ensangrentados cuerpos de miradas indiscretas, ahora estaban protegidas e inmovilizadas, no podrían volver a hacer el mal. Una vez acabada la lucha de la segunda Ola me dirigí con sus cuerpos inertes a retaguardia donde Khover devolvió la vida a Angela, parecía muy apegado a ella, debía ser su pareja de apareamiento. Cuando Angela recobro su soplo de vida, comenzó sin saber donde o que era lo que había pasado pero poco a poco pudo conocer todo lo que allí aconteció.

Cuando recobro parte de su fuerza, se decidió regresar a Seda, limpie una piedra de nieve y escombros y allí deje caer con delicadeza su cuerpo malherido, ensangrentado y sin vida, justo cuando Angela estaba canalizando su magia para traerla de regreso la tercera Ola comenzó su ataque bajo el mando de un poderoso Chaman, aquel que había colocado los tatuajes que controlaron a ambas hembras. Fue una lucha fiera, pero fugaz, con la ira que desprendía Angela, lanzo toda su magia sobre ellos, en especial al chaman acabando con todo lo que se ponía a su paso. Terminada la lucha pudo regresar a Seda, dándole su soplo de vida.

Esto no había acabado, seguían las oleadas de Orcos, Angela, nerviosa con ganas de venganza no paraba de decir que debíamos ir a primera lineal, que nos prepararemos, que íbamos a acabar con todos ellos, escalo por mis ramas una vez acabo de potenciarse con innumerables hechizos, cogí a seda con otras de mis ramas y la coloqué al otro lado y bajo el grito de Angela, nos dirigimos hacia la ultima de las oleadas.

Imagen

Corrí lo mas rápido que mis troncos (piernas) podían, gritando, rugiendo, Roaaaaarrrrr!!!!! Agitaba las ramas principales para mandar a volar a cuantos orcos se interpusieran ante mi. Sentí una gran presión en mi hombro y quede perplejo al ver que Angela cogía fuerza para saltar hacia la marabunta de orcos, ella gritaba mientras caía con la fuerza de un meteorito, cuando llego al suelo este tembló, los orcos volaron cual hojas en un día de tormenta y solo pude ver destellos de una veloz hoja de espada recorrer las gargantas de estos. Desde mi otro hombro Seda lanzaba una hondanada de hechizos o eran ballestazos, no podía saberlo, estaba demasiado ocupado ayudando a Angela, o Angela ayudándome a mi, en un abrir y cerrar de mis pesados ojos los orcos estaban masacrados bajo mis troncos.

Grite, rugí, VICTOOOORRRRRRIIIIAAAAAAAAAA, creía que todo había acabado, cuan equivocado estaba, se escuchaba, se notaba en el aire, venia, se acercaba, el causante de todo aquel mal, un orco, no, creo que no lo era, era un ser enorme, de músculos, de maldad, sin mediar palabra comenzó a atacar a todos los que habíamos quedado para esta ultima batalla, nos turnábamos, para atacarle, sus golpes eran casi mortales, algunos cayeron otros pudimos escapar para ser curados, pero tras unos minutos que parecieron años, Khover era quien se mantenía como una gran muralla frente a el, esquivando y recibiendo golpes, como si fueran simples aguijones de mosquitos, el resto solo podíamos atacar por la espalda, tras muchos intentos. pudimos acabar con el mal que se cernía sobre la Marca.

El joven Druida, exhausto, hambriento y sediento no pudo mantener su forma de ent y volvió a su pequeña forma de humano, no sin ver que todo parecía que había acabado, que podría seguir viviendo para conocer ese basto mundo que le rodea.
Última edición por Wotan el Jue Oct 13, 2022 6:43 am, editado 1 vez en total.
Ktran
Jabalí Terrible
Jabalí Terrible
Mensajes: 66
Registrado: Vie Nov 06, 2020 7:27 pm

Re: Los orcos que están por venir

Mensaje por Ktran »

La era que no comenzó


Ataques coordinados surgieron, Nevesmortas, Fellbarr, Adbar y muchos más. Tal vez debí permanecer junto a Seda y Korissa en la mansión Lanzagélida… el primer ataque fue ahí con un intruso que imitó a Zalcor… Una vez muerto comenzó el ataque. Me topé con orcos caidos por la villa entera y a las afueras Seda advirtió del ataque de Fellbarr. Junto a Zalcor nos aventuramos y si.. je, muerte por todos lados incluso aventureros caídos a los que levantaron. El salón del trono fue su objetivo y bueno, tuvieron éxito, el rey cayó y el combate se entabló a nuestro favor. Con el cadáver del rey y Korissa llevándose al orog muerto de la ciudad parecía que habíamos ganado la batalla pero.. como mencioné al principio, fue un ataque coordinado otras ciudades no corrieron la misma suerte…

Durante 3 días algunos establecían planes, otros ofrecían su ayuda, varios simplemente desaparecieron a hacer sus argucias. Yo sin embargo… dedique ese tiempo a mí mismo, tenía que estar preparado para la batalla, hallé unos libros con conocimientos de gran utilidad que estudié y puse en práctica…


Al pasar los tres días el aire se tornó frío, un viento gélido anormal se extendía por la Marca, demasiado frío, soldados partían a hacer frente a la movilización de orcos cerca de Argluna, yo en cambio cumplí con mi parte y acudí junto a los guardias de cumbre que se unieron a la batalla.


El vaho nublaba las caras de los soldados que se presentaron, hice poco caso de los demás al principio y confiado me adelanté al campo de batalla.
-El frío eterno se acerca…

Que demonios, meh.. un gigantesco muñeco de nieve que parecía el mismo invierno se abalanzó sobre el ejército, con tanta niebla y nieve era casi imposible visualizar la cantidad de urdimbre que esa cosa tejía , incauto usé unos de mis mejores movimientos que se volvió en mi contra, afectándome la urdimbre que le protegía. Yací en el hielo… tiempo pasó y otros aventureros que se unieron a la batalla me trajeron de vuelta… Tsk, seré más cuidadoso.
Las risas de los orcos no hacían otra cosa que provocarme, malditos.. veremos quién ríe el último.


Los tambores se intensificaron y la marcha de la horda se acercó, comenzó otra batalla pero no eran orcos, sino ciudadanos controlados. Incluso Seda y Ángela que ambas desaparecieron durante varios días, las muy estúpidas… a saber que hicieron para acabar así. Tras una lucha encarnizada, ellas cayeron y sus tatuajes que obviamente las controlaban desparecieron. Traje de vuelta a Ángela a pesar de las rehúsas de otros, me da igual, confío en mi instinto y la necesitaremos, y ella se encargará de traer de vuelta a Seda y algún otro caído.
Así fue… retomaron el control de ellas mismas, mientras recobraban fuerzas, los orcos comenzaron a invadir la zona, comandados por lo que parecía una orca de gran tamaño, no tuvo la menor oportunidad ante los aventureros, guardianes y soldados. Obviamente explotó como los anteriores hermanos.


Una breve calma llegó, algunos aclararon ideas y otros repusieron fuerzas para las siguientes batallas que se aproximaban…


De nuevo más tropas se acercaron, meh.. no me interesa la escoria y visualicé un gran orog que… parecía el último de los hermanos y el gran chamán, teji la urdimbre sin que le diera tiempo a reaccionar y lo hice pedazos, mientras los demás masacraron a su horda. A tiempo que la mayoría se retirara para resguardarse se la inminente explosión.
Imagen
Mas orcos aparecieron, esta vez una gran horda sin ningún comandante, pero lo suficientemente grande como para reducir número de nuestros combatientes a de manera drástica. Ninguno de cumbre sobrevivió meh… en fin.
Parecía que llegaba la calma, pero todos le esperaban, y de repente las pisadas de una gran bestia se escucharon. El gran orog Talonar apareció arremetiendo contra los aventureros a la retaguardia, mandoblazos que fulminaba los cuerpos y provocaba retiradas.


Cubierto de urdimbre le hice frente junto a los demás, el desgraciado estaba dotado de gran resistencia y fuerza pero intercambiábamos golpes mutuamente.
-Ja, eso no te lo esperabas.
Arremetí con mi mejor golpe y lo herí de gravedad.
-Esto tú tampoco.
Me contestó sanando sus heridas por completo.
Meehh.. eso solo alargó lo inevitable, reinaba la confusión y caos entre los aventureros, incluso algunos conjuraron erróneamente a otros sin acertar en Talonar.


Tras varios minutos intensos el orog cayó… Seda intentó apresurarse a su cuerpo pero tras unos destellos se volvió a alzar. Y el combate se reanudó, así que seguí combatiendo sin descanso.

Pero por mucho que insistía el orog finalmente cayó tras un golpe de gracia, me acerque a él y le arranque el ojo… pero por desgracia empezó a descomponerse junto el resto de su cuerpo transformándose en un limo morado, solo unas pocas gotas pude guardar como trofeo en un vial… tsk abría quedado bien como colgante.


Tras respirar profundamente y conseguir la victoria, voces se jubilo de alzaron alegremente pero se vieron interrumpidas por un extraño susurro del bosque.. en un idioma que para mí carece de importancia. Eolas, Rel y Wotan, druidas que acompañaron en la batalla tradujeron…
¿Semilla? Semilla de qué… Meehh..
Daan
Araña Terrible
Araña Terrible
Mensajes: 150
Registrado: Lun Dic 10, 2018 6:54 pm

Re: Los orcos que están por venir

Mensaje por Daan »

Música: Rage: Black in Mind
De victorias amargas, finales y principios

Dominación



Seda abrió los ojos, dolorida y con la boca seca, envuelta en capas de piel y cuero que fue apartando hasta tocar la madera sobre la que estaba acostada. Aturdida e intentando enfocar, bebió con avidez el agua fría que le tendía una mano enguantada en un vaso de madera, y tardó unos segundos en ver con sorpresa a Angela a su lado. También bebiendo con la misma necesidad, igual de maltrecha, desorientada, desnuda y completamente tatuada… como ella.

—Ángela, ¿qué haces tú aq…?

—Bienvenidas de regreso.

Talonar permanecía cruzado de brazos tras ofrecer los vasos de nieve derretida, flanqueado por Vulkg y Pratora. Seda los hubiera matado con la mirada, Ángela llevó la mano por instinto a una espada que no estaba allí.

—¿Ha funcionado? —preguntó apresurada Pratora.

—¡Por supuesto! Su voluntad es férrea, pero trabajar sus cuerpos primero siempre es efectivo —respondió Vulkg con seguridad, sonriente.

—¿Qué nos has hecho, puto orco? —se encaró Seda mientras ambas se recomponían poco a poco.

Talonar observó por un largo momento a la muchacha.

—Golpéala con tus poderes, Paloma.

Seda dirigió sus dedos hacia Ángela y el rayo impactó contra la sacerdotisa lanzándola al suelo.

—¿Pero qué demonios…? ¡NO! —Seda bajó la mano, horrorizada.

—Levántate y dáñala —impuso Talonar a Angela.

Angela se levantó y señaló a Seda mientras murmuraba una plegaria, con gesto de pánico. Un rayo rojizo partió de la palma de la mano de la Suma Sacerdotisa y golpeó a Seda en el pecho.

—Excelente, Vulkg. Curadlas. Ya es hora de que participen en la guerra.

La idea fue calando lentamente en la cabeza de ambas con horror.

—¿Al frente? ¿Te crees que vamos a ir a pelear por ti, cabrón? ¡Antes me arranco las manos!

Seda se lanzó contra él con puños y pies, sin efecto alguno, mientras el otro reía y Angela trataba de controlarla para evitar más consecuencias. La tienda se llenó de insultos y amenazas entre ella y Pratora, hasta que Vulkg ordenó, en voz queda pero imperiosa en sus cabezas, que cesara el alboroto.

—Suficiente. Salid y pertrecharos. Cada uno a su cometido.

Sin voluntad, ambas salieron y obedecieron. Seda intentaba luchar con todas sus fuerzas, incendiar algo, autolesionarse, quemar sus propios tatuajes… pero, aunque la vigilancia sobre ella era extrema, era también innecesaria. La habían convertido en una marioneta, y ella obedeció y se pertrechó, mientras algo por dentro de la chica gritaba, gritaba y gritaba, al hacerse realidad aquello de lo que llevaba huyendo toda la vida. Lo único que no pudieron impedirle fue una última llamada mental, para Korissa.

Tenía que transmitir la advertencia.

“Angela y yo estamos dominadas. Cuidaos de nosotras. Estaremos en la batalla.”





Para su sorpresa, la voz de Korissa sonó susurrante, en ese mismo momento y en ese mismo lugar, entre ambas.

—No os resistáis, a ver si funciona...

Y Korissa desapareció con un teleport que no pudo arrastrar a las prisioneras y dejó a orcos, habitantes del Paso y a ellas mismas, con cara de no entender muy bien qué acababa de pasar.



La batalla



Nada pudo evitarlo. Seda tomó la ballesta. No quería disparar, pero apretaba el gatillo. No quería apuntar, pero sus virotes golpeaban. Perdió pronto de vista a Angela, pero en frente veía a Zalcor entre los Legionarios, a Khorver manchando el suelo de sangre, a Dure, a Rel, Eölas y a otros aventureros que recordaba haber visto por la villa, o luchando en Felbarr contra Taark.

Y ella, cuando los veía, apuntaba a matar, hasta que llegó el momento del cuerpo a cuerpo y sacó, con un esfuerzo inmenso por no usar los poderes suerte que la IA no usaba invocaciones, el pico de gemas con el que abrió las cabezas que pudo y atravesó armaduras hasta que cayó al suelo abatida por los golpes.

Dolía, pero al menos cesaría por el momento ese horror que era aquella prisión mental.





Abrió los ojos, con la mirada apagada, con los rostros de Angela y un ent observándola atentamente. La sacerdotisa captó inmediatamente su estado de ánimo.

—No hay tiempo para lamentarse ni para sentirse mal, Seda. Tenemos que acabar con esto —la puso en marcha, explicando rápidamente el estado de la lucha y cómo el ent Wotan las había contenido hasta estar seguros de que estaban libres de influencias.

Pratora y Vulkg habían caído, los Defensores estaban exhaustos y mermados, por el combate y las explosiones de los Hermanos, y la tierra retumbaba bajo sus pies ante el avance de una nueva oleada. El ent las alzó en sus ramas, corriendo raudos a la batalla con grandes zancadas. Khorver saludó con una pulla que Seda no llegó a escuchar bien, Angela alentaba la marcha con gritos de ánimo. Había allí grandes aventureros y personalidades de renombre luchando con las últimas tropas… pero no veía todavía a Talonar. Y justo cuando comenzó a tantear la Urdimbre del tatuaje con furia, apareció el orog con un rugido y pesados pasos en la nieve.

—¡Es hora de la contienda!



El combate fue tumultuoso. Seda descendió del ent y sólo veía rojo, arrojando sobre él cualquier cosa que pudiera dañar o debilitar y comprobando una y otra vez que no lograba hacerlo. Ya no veía a los combatientes, sólo al orog que la había encadenado y apalizado tanto tiempo atrás, que la había marcado como ganado del Gran Clan, como una mascota con su maldito “Palomita”, que la había utilizado para espiar los movimientos de sus aliados, que la entregó a EnThur para ser torturada e inoculada con un parásito contra su voluntad, que se había adelantado a cada uno de sus pasos, que finalmente la había convertido en una marioneta contra los suyos… y contra el que veía que no podía hacer nada.

A su alrededor pasaron cosas. Khorver hirió a Talonar y Talonar sanó con una carcajada. Zalcor quedó envuelto en ámbar por sus errores precipitados, y sus explosiones salpicaban sin control, especialmente al pobre ent que las había custodiado. Angela cayó en la contienda bajo un espadazo del orog, pero Talonar volvió a ser abatido. Seda corrió, sabía cómo contrarrestar la explosión y quería robarle esa última satisfacción a Talonar… pero se encontró de nuevo con la mirada bicolor despierta y socarrona de Talonar, y el espadón del orog la atravesó por la mitad.

—Una menos.



“¡Daan! ¡Despierta!” El instinto de supervivencia de Bicho hizo bombear su corazón y los zarcillos negros cerraron la herida mortal. Aturdida, se puso en pie, reconoció el terreno, y corrió de nuevo hacia el orog cuando vio que Khorver estaba arrancando un ojo de Talonar, y que este parecía definitivamente muerto.

Todos se apartaban, ella avanzó hacia el cuerpo, el ent gritó que la detuviesen, pero ella quería en su ira evitar la explosión, frustrar al menos el último de sus planes. Khorver la miró con sorpresa, creyéndola muerta, y de repente... no hubo explosión. El suelo tembló, el orog se disolvió en un limo liláceo como su ojo y como las primeras gotas de Bicho. Desapareciendo completamente en la tierra.

El silencio reinó por un minuto. Y estallaron los vítores.





Desenlaces y comienzos

Tras una batalla la situación es extraña. Hay alegría por la victoria, hay tristeza e incertidumbre por los caídos. Todos buscaron entre las víctimas a los más cercanos, a aquellos que había que sanar o devolver a la vida. Otros arengaban y celebraban. Mientras tanto, por toda La Marca, los tatuajes del Gran Clan se disolvían, incluido el de la espalda de Seda, sumida en sus propios pensamientos mientras gastaba pergaminos en despertar a amigos y aliados.

No esperaba nadie el rumor que agitó los bosques con la desaparición de los tatuajes. Un susurro en las lenguas de los druidas que se extendió por toda La Marca y del que pronto comenzaron a hablar los que lo comprendían, preguntándose por una Semilla que había regresado. En ese instante, instintivamente Seda cubrió con los brazos la marca de Bicho bajo la ropa, ajena a todos porque el ser le hablaba con premura.

—Daan… Los oigo.

—¿A quienes?

—No lo sé. Son muchos.

—¿Qué vais a hacer?

—No lo sé.

—No vayas —rogó.

—No… lo sé.





Epílogo

Seda entró en el Cabildo hasta encontrar a La Voz, dispuesta a tomar una decisión que dekhanas atrás hubiera considerado una locura. Caminaba con los hombros hundidos, la mirada asustadiza bajo la capucha y bolsas al hombro, y reflexionaba. Toda su vida había sido una lucha constante por mantener resquicios de libertad, por huir de los que le imponían papeles que no deseaba asimilar. De escapar de su familia, de liberarse de Basilisco, de ser dueña de su destino y demostrar a quienes se atrevían a cruzar esa línea que era un error a pagar caro. Pero Seda había comprendido que no era capaz, que no tenía el poder para evitar ser manipulada o un peón de otros. Que afirmar lo contrario era sólo una fachada. Y eso... cambiaba todo. La había cambiado a ella.

En el Cabildo de Cumbre, Jarol estaba distraído y de espaldas con uno de sus libros. Le pidió tiempo con el índice cuando la escuchó llegar, y cuando finalmente se giró hacia ella (quizás sorprendido de que no protestara), no pudo contener una exclamación de sorpresa ante el cambio de actitud de Daan, que había perdido su habitual tono desafiante y jovial.

—He venido a unirme al Censo, si la oferta sigue en pie —le dijo la chica con voz baja.

—¿Qué? ¡Vaya! Eso es… inesperado.

—Lo sé. Pero necesito ayuda.

—Está bien, está bien. Si decides hacerlo por propia voluntad y estás convencida…

Lo estaba.

Quedaban cosas por venir.





Gracias Talos por esta campañaza que he tenido la suerte de poder jugar desde el principio, y que he jugado con gusto aunque Seda ha recibido palos hasta en el carnet (especialmente el del alineamiento). Para la próxima, sólo una sugerencia: ¡No hagas a los villanos tan jodidamente listos, mamón! :P Y, por supuesto, gracias al resto que habéis estado en la campaña, viejos y nuevos. Las horas roleando y tramando cosas han sido un gustazo.
Daan - Perista profesional y lianta ocasional en paradero desconocido
Seda - Brujipícara y juerguista en paradero conocido (cualquier taberna)
Troy - Metomentodo a sueldo de pelo verde
Nin - El ki al servicio de Selûne
Talhoffer - Tan sólo una espada
Responder