Delor Kensbane

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Ktran
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Delor Kensbane

Mensaje por Ktran »

Nombre: Delor Kensbane.
Raza: Elfo lunar.
Edad: 119.
Alineamiento: Legal Neutral.
Deidad: Corellon.
Lugar de origen: Aguas Profundas.
Complexión: Atlética.
Tatuajes: Si.
Aptitud: Buen humor, algo bromista en ocasiones.

Me crie en el distrito comercial de Aguas Profundas, allí compartía mi vida junto a mi madre, que se dedicó al comercio raíces, plantas y pociones.

Como era común, solía recoger las mercancías de frascos y vidrios que descargaban en los muelles, que no es un distrito particularmente conocido por su amabilidad. Tengo el suficiente ingenio y destreza para no meterme en líos, pero las cosas no ocurren siempre como uno espera…

Solía tener controlado los horarios de paso de las muchas bandas que se pasan a través de mi sendero. Aunque... existen variables, la casualidad de que un pirata llamado Brak pata-corta, junto a un par de bribones, se cruzaron en mi camino.

Al verlos, intente corregir la marcha de la carretilla (que para mi gusto pesaba demasiado), con tal mala suerte que una de las ruedas se quedo metida entre dos adoquines en mal estado.
Y claro, en vez de pasar más desapercibido, montaba más jaleo con el sonido del vidrio chocando entre sí, por intentar desatascar la carretilla.

Capte la atención de Brak, que, aunque, el no me conocía, tenía un curioso afán con los elfos. Al acercarse con lentitud, por motivos más que evidentes en su nombre, lo primero que aprecié fue el profundo olor a alcohol que salían de sus sucias bocas, induciéndome una cara de asco que ellos mismo notaron.

Cuando por fin saque la rueda, ya estaba abordado por su compañía… Uno no tiene que ser muy inteligente para saber que las palabras, no siempre te libran de problemas.
Arrolle a Brak con la carretilla con la esperanza de dejarlo atrás en carrera, él perdió el equilibrio y callo, pero al empezar la marcha uno de sus camaradas lanzó su pesado martillo hacia mí, lo esquive sin problema, pero callo sobre la carretilla con tal brusquedad, que frenó y salí disparado por encima de esta.

La caída no la recuerdo del todo bien, pero se que mi cabeza tocó el suelo. Lo siguiente que recuerdo es que me arrastraban por el pelo por las calles, mientras aún seguía atontado. Al poco rato intentaba soltarme, pero eran demasiado fuetes para mí y nadie por las calles me ayudaba, casi desistí en resistirme hasta que...

La mano que me sostenía el cabello, perdió fuerza, aun continuaba agarrándome, pero me detuve. Me giré a mirar, y vi a los bribones asustados mientras uno chillaba como un gorrino por su mano amputada. Un individuo los intimidó de tal manera que ni siquiera se pararon a defenderse, se echaron a correr.


Al fijarme en dicho individuo me percate de que era un Elfo Lunar, sostenía una espada larga brillante, elegante y bastante fina, la envainó, y me ayudo a levantarme.

Era un elfo bastante longevo y rebozaba de sabiduría y batallas a su espalda, su presencia me fascinó. Tras ello, continuó su marcha.

Obviamente lo seguí, el sigilo como anterior mente no es mi fuerte, pero en ningún momento me detuvo. Se alojaba en una taberna en el barrio comercial.

Al día siguiente, bastante temprano volví a la taberna a esperarlo, tras varias horas apareció nuevamente, insistí en hablar con el y presentarme, pero siempre me ignoraba.

Tras varios días de insistencia, un día no me ignoró y se presentó como Earaldor Dy’enelle, antiguo guerrero de Evermeet, me ofrecí a que me educara, y el curiosamente… aceptó, aunque algo me dice que realmente él quería adiestrarme desde el primer momento que me conoció.

La marcha no fue dura, es mas mi madre parecía entusiasmada con la idea, y yo sabia que estaría bien sin mi, no está sola en la comunidad.

Tras ello, me acogió como su último pupilo y me enseñó los principios y los cantos de cuchillas, su magia era asombrosa, pero lo que más me dejaba sin palabras era la melodía que sonaba al blandir su espada.

Pasé casi medio siglo viajando con el por el sur de Fâerum, adopté su estilo, el estilo del Gato y recorrimos bastantes aventuras.

Hace algo mas de un año que se marchó, quería pasar sus últimos momentos en paz de vuelta a Evermeet. Ahora continuo mi viaje hacia el norte, pasaré por la Marca Argéntea, quien sabe que me esperará…
Ktran
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Re: Delor Kensbane

Mensaje por Ktran »

El resumen por el paso por la Marca Argentea, hasta el momento.
Después de varios meses de viaje por fin llegué a Nevesmortas, un curioso lugar, frío y húmedo, debido a mi anterior aventura perdí mi arma y equipo así que no me quedó mas remedio que buscar trabajo, ratas, recados, viajes, e incluso dar caza a seres malignos…

Aquí conocía a Alderwin, un curioso sujeto que cambia de forma a su antojo, la verdad que le agradezco sus enseñanzas, aprendí a moverme por las cercanías con soltura, además de recordarme viejos hechizos que sirven de utilidad.

Poco después conocí a un curioso trío de aventureros… Ransell, Dred y Vordreth, junto a ellos corrí una mis primeras aventuras en grupo, dimos caza a varios trasgos y arañas. Nada que destacar de la pequeña aventura, pero fue un buen comienzo.

Escuché que existen problemas con los Orcos, poco se de sus incursiones en estas tierras y movimientos, pero estaré atento, por lo pronto me encargué del líder que acampa cerca de Nevesmortas (no tuvo nada que hacer ante mi estoque y sutileza, Corellon estaría orgulloso), no obstante no parece que haya hecho mella ya que…

En uno de mis viajes de exploración acabé perdido en el desierto, no recuerdo el tiempo que pasé en el, pero fue un periodo suficiente largo como para visualizar una pequeña parte del problema. De repente me vi rodeado de una horda orca, intenté combatirlos, pero ante su superioridad numérica, tuve que huir… creo que los alteré mas de lo que pretendía, pero mejor luchar otro día.

También conocí a un elfo muy curioso... Sirion, bastante educado y agradable, hermano me llama, posee un gran conocimiento arcano y una facilidad para encargarse de los no-muertos, e incluso me ha sorprendido en combate, no se que clase de estilo usará, pero no me es familiar.

Incursión al inframundo… una curiosa noche se planteo ante mí, hablando con Ransell y Dred en Nevesmortas empezaron a sumarse un pequeño grupo, que poco a poco se agrandó, recuerdo algunos de ellos, Aristraelle (una dama muy “expresiva”, con la que he compartido algún viaje), una “Bruta” con un hacha enorme y una aptitud que deja mucho que desear (creo recordar que se llamaba Alma, pero me quedo con “Bruta”), también un personaje “Alado” y varios más que apenas recuerdo, y Sirion que nos acompañó parte del camino. Hablaron de una entrada a una fortaleza drow que se esconde tras el bosque donde se albergan las almas en pena

Fue una bajada llena de muerte, acólitos defendían el lugar, los combatimos, pero con problemas. En la bajada nos encontramos incluso micónidos, hacía mucho que no veía una criatura como esa. Fue una bajada dura sin duda, y que sin duda no recomiendo hacerla en solitario.
Tras varios pisos y muchos obstáculos nos encontramos con más criaturas… y bastante peligrosas, basiliscos, los atacamos a distancia, ya que su mirada podría convertir al más valiente en piedra. Avanzamos un poco y empezamos signos de edificación drow, la “Bruta” continuó y se adentró, el grupo la siguió. Ella mostraba un claro odio hacia los drows, dio una pequeña explicación de ello, a la que no entraré en detalle pero que respeto y comprendo (Todo esto me recordó a una historia de mi pasado con drows…).

Poco después avistamos dos milicianos drows a lo que el “Alado” llamo la atención de uno de ellos, fue un combate rápido, cuando empezó la batalla, el “Alado” tuvo problemas, pero la “Bruta” rebanó de un tajo al drow, poco después vino el otro, al cual también calló. No suficiente con ello, la “Bruta” se agachó y mutiló a los drows, recogiendo lo que parecía sus orejas como un “trofeo”, comparto su odio, pero ni me molestaría en conservar tal escoria.

Ante el posible peligro inminente lancé un conjuro de regreso para ponerlos a salvo.

Bueno, ya conozco varios de los peligros a los que me tengo que enfrentar … no-muertos, drows, gigantes, hasta un dragón con escamas azuladas, y por supuesto orcos. Creo que me quedaré un tiempo en estas tierras, puede que necesiten una espada más a su lado.
Ktran
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Re: Delor Kensbane

Mensaje por Ktran »

La bajada a las profundidades.
Varios intentos me han llevado explorar tales territorios, e incluso, acompañado con diferentes compañeros, pero finalmente me adentré con Sirion.
Sirion es un personaje bastante... curioso digamos, tiene bastantes conocimientos, de los cuales algunos de ellos los comparte, pero ocasiones pide algo a cambio.

Me habló de los Illicidos, dado que mi experiencia en la infraoscuridad ha sido escasa, mi contacto con ellos ha sido nulo y los únicos conocimientos de tales criaturas, eran de historias y libros.

Sirion me comentó que necesitaba unas gemas extrañas, de color azulado, a cambio el me enseñaría algunos conjuros.
El descenso se tornó algo problemático, no recuerdo el tiempo que nos llevó bajar (uno pierde la noción del tiempo en esos lugares), además que fue una de las peores experiencias vividas… esclavos.. y esos drows… decenas eran, no nos quedó otra alternativa que evitarlos, debido a su número y nosotros ser solo dos, era muy arriesgado, nos ceñimos a la búsqueda de las gemas.
Al pasar los dominios drows, empezamos a toparnos con duegars… pero parecían enajenados, ataban sin pensar, pronto descubrí por qué.
Cabezas alargadas, ojos saltones, tentáculos faciales…, creo que después de cualquier drow… no vi cosa tan, repulsiva, suerte que estábamos protegidos contra sus poderes psiónicos y telepáticos [Mente en blanco], nada más con mirar a sus ojos denotaba las intenciones de entrar en mi mente.
Me sorprendió los frágiles que eran, si inutilizabas sus poderes, cuerpo a cuerpo no suponían demasiada amenaza (siempre que mantuvieras sus tentáculos lejos de tu cabeza… claro). Pero no pasó demasiado para que se complicara.
Encontramos uno que destacó entre los demás, sin duda, la situación empezó a tornarse en nuestra contra.
Cada vez eran más poderosos, sin lugar a duda eran rivales extraordinarios, nos adentramos en sus construcciones, y luchamos con fiereza, se denotaban más hábiles cuerpo a cuerpo y tengo que reconocer el poder de Sirion, sin lugar a duda gracias a él pudimos mantener la situación bajo nuestro control.
Nos topamos con algunas pocas gemas de las que Sirion me habló y nos adentramos más y más, hasta finalmente encontrar un gran cerebro, estaba bien custodiado y su aspecto, no era anda agradable, varios tentáculos sobresalían de su habitáculo.
Ahí es cuando empecé a notar algo siniestro en Sirion, comprendo su ansia de conocimiento pero su forma de hacer las cosas… hacen a uno mismo dudar de sus intenciones.

Diseccionó varios de esos tentáculos, no se si formaba parte de alguna de sus investigaciones, pero sin duda, disfrutaba cruelmente…
Ktran
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Re: Delor Kensbane

Mensaje por Ktran »

*Historias del Pasado*
Edad: 75 Años.
Lugar: Sur de Amn.
“El asalto”

Ya hacía un tiempo que viajaba con mi maestro Earaldor Dy’enelle (¿? Elfo Lunar DG:4d10+8d4+18d8+60, Guerrero4/Mago8/HojaCantante18 Fue:20 Agi:14 Con:12 Int:20 Sab:10 Car:12 CB), exactamente unos 5 años, y 1 año asentados en Amn.

He de reconocer que mis raíces en Aguas Profundas me desvincularon demasiado de mi cultura élfica, pero gracias a él adopte sus costumbres y comencé adorar a Corellon de un modo más devoto. Adopté las enseñanzas de un viejo Hoja Cantante y aunque, yo no estaba tan bien disciplinado como si me hubiera criado en Siempre Unidos o Evereska, noté que empezó a sentirse orgulloso de mí. Con todo esto empiezo mi breve relato:

Era una noche tormentosa y bastante lluviosa, después de un duro viaje pensamos buscar un refugio, para poder pasar aquella tempestad. Ninguna cueva era lo suficiente profunda como para poder pasar la noche sin empaparnos, tras una extenuante búsqueda, vimos ante tanta oscuridad una luz… al acércanos vimos una casa enorme, más una mansión de madera y piedra.

Nos apresuramos, con la esperanza de encontrar cobijo. Afortunadamente al llegar a la entrada un anciano (Albert) (~65 Humano DG:3d5+6, Mayordomo3 Fue:12 Agi:12 Con:12 Int:12 Sab:10 Car:10 LN) nos abrió las puertas y nos dejó entrar. Fue una bienvenida reconfortante, nos acurrucamos junto a la chimenea para calentar nuestros cuerpos y secar nuestras ropas.

Al poco rato escuchamos el crujir de las tablas de la planta de arriba, el amo y señor de las tierras bajó a presentarse y atendernos en persona, Edmund “Mano de Plata” (~41 Humano DG:2d10+2d6+5d10+18, Guerrero2/Bardo2/Explorador5 Fue:12 Agi:14 Con:12 Int:16 Sab:10 Car:16 CN), junto a él bajaron sus dos hijas Elvira (~7 Humana DG:1d4 Niña1 Fue:8 Agi:10 Con:10 Int:12 Sab:9 Car:12 CB) la hija menor y Emilia (~18 Humana DG:2d6+2d4+4 Picara2/Maga2 Fue:10 Agi:16 Con:10 Int:17 Sab:10 Car:14 CB) la mayor, de unos 18 años de edad.

Su nombre fue concedido obviamente por su oficio, gran comerciante y fundidor del mineral que le da su nombre, además de que tiene una de sus manos completamente cubierta de anillos de plata, al menos 3 por cada dedo y varios brazaletes.

Earaldor Dy’enelle, como buen elfo lunar con unos cuantos siglos a sus espaldas, es capaz de establecer buenas relaciones con los humanos y junto a sus dotes de interpretación y de entretenimiento, les agradeció su hospitalidad con algunos relatos de sus viejas aventuras.

Por mi parte fui más neutral en la conversación y agotado me dirigí a una de las habitaciones que nos prepararon para pasar la noche.

Tras una hora de sueño fue interrumpido por un fuerte estruendo que venía desde la planta de abajo, me recompuse como pude y salí de la habitación.

Una vez fuera escuché los lamentos de una de las hijas de Edmund, suplicando por su vida, al llegar a las escaleras salté de golpe al recibidor principal donde, sin apenas poder reaccionar me topé con una de las peores situaciones de mi vida.

Desde la puerta principal la joven Emilia corría hacia a mí, donde en unos instantes su vida y su cuerpo se desvanecieron delante de mis ojos…
Jamás vi un hechizo ser utilizado tan vil mente en otro ser vivo, siempre recordaré su expresión antes de convertirse en polvo…
Y si no fuera eso poco tras las cenizas de Emilia divisé dos siluetas al fondo… disfrutando y riéndose del espectáculo.
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Era la primera vez que los veía en persona, drows… la maldad personificada, poco recuerdo después de la situación, supongo que la furia me cegó, y aunque fue una mala idea me abalancé hacia ellos sin pensar.

Uno de ellos vestía unas túnicas negras con motivos arácnidos (¿? Drow DG:16d4-16 Mago16 Fue:10 Agi:16 Con:8 Int:21 Sab:10 Car:12 CM) y el que estaba a su espalda poseía una armadura oscura imponente (¿? Drow DG:8d10+8 Guerrero8 Fue:16 Agi:14 Con:12 Int:13 Sab:10 Car:13 CM), además de un espadón gigantesco y físicamente un aspecto mucho más joven.
Al correr hacia ellos el guerrero se interpuso en mi camino, esquivaba fácilmente mis estocadas, no conseguí acertar ni un golpe y tras una horrible sonrisa me golpeó fuertemente en la cabeza con su espadón de plano.

Instantáneamente me aturdió y derribó, con la vista nublada desde el suelo… vi al Drow empuñar su mandoble al revés, levantando sus brazos apuntando directamente hacia mi cuello para darme el golpe de gracia.

Justo antes de que sucediera una flecha silbó y el drow para parala no le quedó más remedio que soltar una de sus manos del mandoble y dirigirla directamente hacia la flecha, que atravesó la mano de este fácilmente.
A pesar del dolor que pudiera producir tal herida, simplemente partió la flecha por la mitad y se la quitó, volviendo a empuñar su mandoble para establecer combate.

Pero antes de que estuviera del todo preparado Edmund se avalanzó sobre el con dos espadas cortas que se clavaron en sus trapecios hasta casi llegar a sus pulmones, se mantuvo agarrado a el con sus piernas rodeando el cuerpo del drow, haciendo que no pudiera combatir y matándolo poco a poco de una hemorragia.

Era tal su agonía que el Drow guerrero no es estaba quieto, impidiendo que su acompañante mago lanzara un conjuro efectivo sobre Edmund.

Finalmente, con un movimiento fortuito, sacó una de las espadas del cuerpo del Drow y le asestó un tajo mortal en el cuello. Con el cambio de tornas el Mago Drow no contuvo su poder y alcanzó con un hechizo gélido a Edmund, que por su desgracia le afectó malhiriendo su cuerpo.

Exhausto intentó acercase al drow que aún en la entrada de la mansión empezó a conjurar de nuevo… pero su conjuro se vio interrumpido dado que en un momento su cabeza rodó.
Earaldor que se encontraba fuera, le rebanó la cabeza al drow. Él también portaba marcas y signos de batalla.
Earaldor se acercó a mi y me ayudó a reincorporarme, atendió como pudo a Edmund, que, a pesar de estar herido, se pondría bien. Me dirigía a las afueras para intentar comprender que había sucedido entonces vi la escena... unos ocho drows yacían en el suelo, claramente hubo un combate épico que escapaba a mis posibilidades.
Entre los drows destacaba el cadáver de una, posible clériga y cabeza de familia, que a partir de ahora su cometido sería alimentarían los pastos con su vil cuerpo.

Aún no se el motivo de aquel asalto, o si era un grupo aislado o pertenecían a un ejercito mayor, pero afortunadamente en esta historia no nos topamos con ningún grupo más en las cercanías.

A pesar del luto por la joven Emilia, Edmund agradeció nuestra presencia en aquel momento, comprendía perfectamente que sin mi maestro, aquello habría sido más fatal y que su otra hija, que estaba a salvo junto a su mayordomo, podría no haberlo contado.

Edmund obsequió a Earaldor con algunos de sus artilugios de plata más importantes, que al menos nos ayudó para seguir viajando por Faerûn.

Unos treinta y nueve años han pasado de este suceso, posiblemente la Elvira aún viva en aquél lugar o eso me gustaría pensar.
Ktran
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Re: Delor Kensbane

Mensaje por Ktran »

Hace unas lunas ya de esto, pero reconozco que fue un momento agradable que a su vez me trajo buenos recuerdos.

Un tranquilo día al norte de Nevesmortas, estaba Maximilian, en su momento reciente pero buen amigo. Posee unas habilidades un tanto curiosas, domina una gran espada y conjura la urdimbre. Además de dichas habilidades, lo mismo se puede decir de su aspecto, piel algo escamosa y unas alas dracónicas.

Se le veía algo frustrado y acudió a mi para consejos. Al haberme visto combatir se percató de mis cualidades, que aunque son bien diferentes a las suyas, tienen matices en común.

No conseguía focalizar sus habilidades y no canalizaba correctamente sus conjuros al combatir, obviamente su urdimbre es diferente a la mía ya que lo suyo parece más innato y no aprendido, aun así le mostré de lo que soy capaz con el fin de guiarle en su camino de alguna manera.
Naturalmente no puedo enseñarle mi arte pero, entrenando con él me hizo parecer a mi maestro cuando empezamos nuestro viaje.

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He de reconocer que el proceso no fue nada fácil, me tomó varios años conseguir escuchar mi propia hoja. Al principio del viaje aprendí a manejar el estoque en las montañas de la costa de espada.

Con el tiempo, aprendí, y poco a poco mi hoja pronunció sus leves notas. Y como no olvidar los cantares de mi maestro, su hoja se expandía por el eco de las montañas dando asi un gran cantar que deleitaba a cualquiera que estuviera lo suficiente cerca de la costa de la espada.

Finalmente Max, concluyó sus propias metas, sin duda el posee una fuerza extraordinaria, tal vez por su sangre dragón, y por lo tanto ha de seguir su camino por su senda natural, pero ha de tener paciencia, como yo la tuve en su momento.
Ktran
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Re: Delor Kensbane

Mensaje por Ktran »

Después de varias semanas de viaje, estábamos cerca de Brost, el viaje fue justo después de la estancia en casa de “Mano de Plata”.

En el camino, Earaldor (¿? Elfo Lunar DG:4d10+8d4+18d8+60, Guerrero5/Mago8/HojaCantante18 Fue:20 Agi:14 Con:12 Int:20 Sab:10 Car:12 CB) tomó un desvío, eso me produjo un aura de duda, ya que pensaba que nuestra parada sería Brost directamente, me podían las ganas de descansar en una buena cama y un techo firme tras tanto viaje (si es que en el fondo soy un elfo de ciudad…).

Tras ese semblante notorio que crecía sobre mi persona, Earaldor se limitaba a sonreir, además de que esa duda se incrementaba exponencialmente al ver grupos de aventureros rondar por el área.

Hasta que un grupo llamó la atención de Earaldor. Sin duda a mí también me llamó la atención, parecía un grupo muy experimentado y a la cabeza iban tres enanos de un aspecto algo intimidante.
Mi maestro se acercó a ellos sin dudar y cuál fue mi sorpresa que, al acercarnos, el que iba a la cabeza comenzó a despotricar e insultar por doquier a Earaldor, quien imitando la jerga enana le devolvió varios de ellos, hasta que se encontraron frente a frente y se abrazaron.

Sin duda eso era nuevo para mi, resultó que eran viejos amigos, más de una aventura compartieron. Torgrum Ruddlebear (201 Enano Guerrero17/Maestro de armas17 DG34d10+34+102+40 Fue:26 Des:13 Con:16 Sab:10 Int: 13 Car:8 LB [Valiente enano de Felbarr, su maestría con el hacha era famosa en toda la region, aunque sirvió en la milicia de Felbarr, cambio su rumbo por el comercio y la explotación familiar de minerales]) era originario del norte de Faêrum, de la ciudadela de Felbarr, junto a él estaban sus dos hermanos Dulthrum Ruddlebear (192 Enano Clérigo11/Sacerdote de guerra8/Guerrero8 [Moradin] DG11D8+16D10+27+91 Fue:16 Des:8 Con:16 Sab:19 Int:10 Car:13 LB [Su pericia en el combate y en los salmos clericales son bastante destacables, tiene una fuerte fe que siempre le acompaña en sus batallas, tiene un ojo ciego junto una cicatriz en la cara producida por una batalla])y Lagnar Ruddlebear (52 Enano Caballero20/Enano defensor10 DG30d12+30+120 Fue:23 Dex:13 Con:18 Sab:10 Int:10 Car10 LB [Un enano que a pesar de ser joven, ha destacado por su honor y valentía entre los demás, con un talento extraordinario en el combate, antepone la vida de los demás a la suya, siempre va con un escudo a su espalda de un tamaño mayor a el mismo]).

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Además de los tres enanos junto a ellos se encontraba Oxton(29 Humano Mago21 DG: Fue:10 Des:14 Con:14 Sab:12 Int:21 Car:10 LN [Un mago bastante experimentado, parecía un coleccionista de objetos mágicos, aunque algo me dice que su pasado no era del todo bondadoso]), Fenvyre (28 Mediana Pícara14/Danzarín Sombrío4 DG: Fue:10 Des:22 Con:14 Sab:8 Int:14 Car:12 CN[Una mediana de apariencia algo gamberra, siempre tenía la manía de tener algo para morder entre sus dientes]), un explorador llamado Sersej(31 Humano Explorador10/Tirador de la espesura9 DG: Fue:14 Des:20 Con:12 Sab:14 Int:10 Car:10 NN [Serio y silencioso, fue el que mejor me cayó del grupo, no me dirigió la palabra en toda la estancia, aunque extrañamente, no estaba acompañado de un animal, como suele ser costumbre en los exploradores..]), además de otros 5 mercenarios que les acompañaban.

A pesar de que venían de un lugar tan lejano su paso por estas tierras no era aleatoria, se hicieron famosos por buscar y explotar minas. Y claro se dirigían a una mina descubierta recientemente por su cuarto hermano que les había avisado de unos problemas que estaban sucediendo.
Pero antes de tomar rumbo a la mina coincidimos en visitar a una pareja algo peculiar, a la cual les adjudico mi pasión por mi profesión. Que como mencioné bien al principio, en mi breve resumen antes de llegar a Nevesmortas, aunque mi madre fuera una experta en la fabricación de pociones, jamás produjo ningún interés por mi parte.

Después de una hora de camino un árbol enorme que poseía un hueco a modo de entrada, poco a poco accedimos y una puerta bloqueo nuestro camino. Tocaron una especie de campana para avisar al propietario y tras unos instantes la puerta se abrió. Un gnomo fue el que se encargó de abrir. Su apariencia dejaba que desear claramente, poseía unos ojos saltones y ojerosos, pelos alborotados, las cejas se rizaban en una larga espiral, al igual que su bigote que poseía un tamaño casi tan grande como si cabeza, además de ciertos rasgos que mejor no nombrar. Se presentó como Polk (172 Gnomo Mago(Ilusionista)16 DG:16d4+48 Fue:8 Des:14 Con:16 Sab:12 Int:20 Car:10 LN [Sin duda de los seres más amables que he visto, a pesar del mal aspecto antes nombrado, acostumbra atender bien a sus clientes en sus amplias estancias, se portó especialmente bien conmigo]).

Seguidamente nos indicó el camino a través de unas pequeñas grutas hasta llegar a una cocina con un salón, el grupo de enanos y mercenarios se sentaron mientras el gnomo nos recibía amablemente. A los pocos minutos parecía una taberna digna de los barrios bajos de Aguas Profundas. No sabía que un grupo de enanos y mercenarios pudieran hacer tanto ruido, es más, ese día creo que hasta descubrí nuevos sonidos que un cuerpo es capaz de producir.

Ante el escándalo apareció otro gnomo gritando [-¡¡Silencio!! ¡¡Silencio!!]. Era Pilk (66 Gnomo Pícaro5/Mago5/Bribón Arcano6 DG:5d6+11d4+32 Fue:10 Des:18 Con:14 Sab:10 Int:16 Car:12 CB[Claramente algo menor en edad que Polk, y con un carácter más fuerte que Polk, aunque tal vez en apariencia o simplemente hay que conocerlo, tenía mucha rapidez con las manos y gran agilidad mental, desde luego un gran artesano del que aprendí mucho]). Comprendía su frustración… Me fijé en el y estaba lleno de yescas, polvo y trozos de minerales por toda su cara, guantes y su pelo áspero y rizado. Por el contrario que el otro gnomo este tenía una apariencia más joven y sin vello, pero si poseía unos anteojos de aumentos.

Con tal entrada se produjo un breve silencio, pero tras una pequeña mirada volvieron a ignorar al gnomo y siguieron hablando entre sí. Así que después de tal acto Pilk refunfuñó y se retiró a trabajar, Polk continuó con nosotros y nos acompañaba en la conversación.
Después del desahogo la conversación cambió de tono. Torgrum explicó a Earaldor los motivos reales del viaje. Su hermano estaba al encargo de buscar, comprar y explotar minas, siempre iba el delante y se encargaba de todo hasta que ellos llegaban, pero esta vez era diferente. Se tuvieron que apresurar ya que pocos días del descubrimiento fueron avisados de que estaban pasando una serie de problemas y desapariciones, por eso organizaron el grupo con los mercenarios a toda prisa.

Y aunque nuestro encuentro fuera casual lo adjudicaron a una intervención divina y querían que Earaldor los acompañará en la expedición, lo conocían y sabían que podría ser de ayuda.
Después de la reunión, salí a explorar la cueva, aunque tenía varios salones, tampoco era demasiada grande, de fondo escuché varios golpes, me acerque y encontré el Taller de Pilk y Polk. Pilk estaba refunfuñando nuevamente mientras golpeaba un mineral con un pequeño cincel y su hermano colocaba unas bolsas y herramientas por el taller, este mantenía una sonrisa mientras Pilk recriminaba el hecho de acoger a tantos individuos, aunque de nuevo tenía toda la pinta de que se conocían de hace tiempo.

Curiosee poco a poco el taller hasta que se dio cuenta de mi presencia, y aunque aparentemente tenía mal genio, en el fondo era solo apariencia. Comenzó a interrogarme, ¿Quieres algo? ¿Eres un ladrón? ¿Por qué no estás con el otro elfo molestando en otra parte? Polk se acercó a mí y me dijo que lo ignorara. ¿Tienes curiosidad? Me dijo, obviamente si la tenía. Parecía que estuvieran haciendo algo bastante interesante.
Me enseñó el taller y la mesa de trabajo, le quitó la gema que acababa de tallar Pilk de las manos y me la mostró, una esmeralda preciosa pensé, aún desprendía el calor de los golpes, y me produjo una sensación de satisfacción.
Pilk al ver mi expresión cambio de repente de aptitud y empezó a sacar con mucho orgullo varias gemas para mostrarme su trabajo. Sin duda era un artesano muy bueno.

Creo que Earaldor me observaba desde las sombras sin que me diera cuenta y tras perderme un buen rato en el taller fui a buscarlo, pero cuál fue mi sorpresa que ni él ni los enanos se encontraban. Me habían dejado atrás…
Polk me dijo que no me preocupara y esperara con ellos aquí, que me podía quedar hasta que volvieran, así que eso hice.
En ese tiempo me mostraron como trabajaban, Polk usaba su magia para encantar las gemas de Pilk, sin duda hacían una buena pareja de trabajo, y eso fue lo que hizo que me enamorara de esta profesión. Poder dar cualidades únicas y especiales a objetos engarzando las gemas que uno mismo tallaba, sentía que producía una enorme satisfacción.
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Así fue que, cuando emprendí mi viaje en solitario y llegué a Nevesmortas me alegré de que Jáskar tuviera un taller disponible, gracias a eso pulí mis habilidades y aunque aún me falta llegar a ser un gran maestro, voy por buen camino.
Estos últimos días he seguido puliendo mis habilidades y recopilando más gemas aquí y allá, aunque la verdad que, echo de menos un Polk, últimamente escasean artesanos del encantamiento que yo conozca y ahora que lo recuerdo … Seda creo que quería comentarme algo sobre los engarces…


Pasé horas y días en el Taller de a Pilk y Polk, gemas, armas y armaduras pasaron por sus manos, claramente comprendí el tránsito de aventureros por la zona, su trabajo era altamente demandado, y aunque mi mente conseguía evadirse y distraerse, presentía que el viaje de Earaldor no estaba siendo un camino de rosas….

//Esta es un relato del maestro de Delor que bien no influye en su trasfondo directamente, si lo hace en su mentor y me sentí inspirado para relatarlo, además de que puede ayudar e inspirar por si en un futuro se quiere hacer alguna trama en el server relacionado con alguno de estos pj, sus características y descripciones son de libre interpretación y orientativas//

Mientras tanto….


Tras la salida del grupo de los domingos de los gnomos se dirigieron a las minas aún sin bautizar, no les llevo más de un día de camino.
Gilgrom Ruddlebear (81 Enano Guerrero10/Enano defensor2 DG:12d10+12+36 Fue:18 Des:13 Con:16 Sab:10 Int: 12 Car:10 LN [Sin duda a pesar de ser casi el más joven de los cuatro hermanos, fue el que más interés mostró con los negocios familiares en vez de la lucha, aunque no era mal luchador no destacaba tanto como sus otros hermanos]) los recibió muy cabizbajo, resumió la explotación de la mina que todo parecía normal, la calidad del mineral era bastante buena, además de que tenían vetas de varias gemas preciosas pero todo se fue al traste desde que descubrieron una ruta que ampliaba la mina, desde entonces no ha pasado otra cosa que desgracias.

No sólo desapariciones, la mina se ha impregnado de un olor a muerte indescriptible que ahuyenta a cualquiera que ose asomarse.
Siendo Earlardor, Torgrum, Dulthrum, Lagnar, Oxton, Fenvyre, Sersej y los demás mercenarios se prepararon para adentrarse en la mina.
El aire que atravesaba las grutas resonaba tales susurros de muerte en las cabezas de los aventureros, no vacilaban ya que desconocían que mal estaba corrompiendo el lugar, la mayoría sostenían sus armas, y los más confiados simplemente se preparaban para desenvainar.

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Tras unas horas de una “tranquilidad” desesperante, encontraron la gruta misteriosa, los mercenarios se adentraron primero, seguido de los enanos y por último mi maestro, aunque este hecho la mirada atrás desconfiado.
Tras unos pasos el suelo empezó a notarse extrañamente diferente, algunas partes blandas otras putrefactas, parecía un antiguo cubil de alguna criatura antigua, hasta que un paso en falso y un fuerte crujido de unos huesos que se postraban en el suelo de un minero hizo resonar toda la caverna.
Esto puso más nerviosos a los aventureros ya que ni el más valiente de los soldados estaría preparado para lo que sucedería en aquel lugar.

Tras el tropiezo dos de los mercenarios se posicionaron alejándose del grupo, fue su fatal error que tras un destello rojo rubí, cayeron abatidos en un suspiro. Las luces se alejaron tras la atónita mirada del resto del grupo que ni sabían lo que había pasado.
Dulthrum, intento asistirles, pero una magia de muerte de mucho poder les arrebató la vida irremediablemente. Tras ese acto el grupo comenzó a prepararse, ritos de clérigos, magia arcana, la urdimbre rebosaba.

Siguieron puna de las rutas a cuál fue su sorpresa que encontraron lo que parecía un viejo nido, tesoros ocultos, algunos muy desgastados por el tiempo, e incluso un artefacto poco usual, un bastón que Oxton, no dudó en examinar el primero ante los ojos vigilantes de Earaldor.
Tras no encontrar nada más intentaron regresar por sus pasos, pero algo parecida interceder y confundir al grupo. Varias veces pararon a descansar ya que parecía que el camino no acababa, perdieron la noción del tiempo y más de un delirio hubo que calmar.

Lo importante es que no se separan ya que aún no sabían a que se enfrentaban y que si aún estaban vivos, era ya sea porque la criatura estaba jugando con ellos, o prefería deshacerse de ellos por separado.
Pero la desesperación poco a poco se apoderaban de ellos, Fenvyre aprovecho un despiste para escabullirse de los demás con la esperanza de salir de ahí, no hay tanto oro que pagara aquella situación, pero antes de que se dieran cuenta otro fogonazo rojo destello la cueva. El grupo se acercó y la encontraron ya sin vida, sea lo que fuere, era la suficiente inteligente y poderoso para que nada se le escapara.
El mago tenía nuevas preocupaciones ya que empezó a comprender que hacía el artefacto, parecía que se usaba para viajar entre planos o lugares, pero parecía casi agotado, tal vez la criatura lo había usado en épocas pasadas para viajar o algún aventurero que acabo en el lugar y momento erróneo, pero tal vez pudiera usarse para salir de ahí.
Ante sus comentarios, Torgrum, negó rotundamente y afirmó que sea lo que sea habían vendido a solucionar el problema que huir no era la opción.
Unas horas después, mientras el grupo tomaba un descanso, la criatura, tal vez sea porque se cansó de jugar, o le apeteció presentarse, se plantó ante nosotros…

Una cabeza flotante enorme, sin ya expresión … no poseía ni pieles ni músculos, tan solo una gran esfera roja resplandeciente en su cuenca ocular y diez más pequeñas flotaban a su alrededor tales como pequeños ojos que miraban en todas direcciones.
Desprendía una cantidad ingente a muerte, inteligencia y soberbia. Un tirano de muerte, sin duda… estaban en problemas.

Mientras los aventureros intentaban asimilar lo que tenían delante, ya fuera por estar aturdidos tras el descanso o simplemente no comprender que tenían delante. El tirano comenzó a lanzar rayos, algunos pudieron esquivar o defenderse de ellos. Lagnar, sin duda a pesar de ser el más joven, era el más robusto, con su escudo y fortaleza pudo parar la mayoría de los rayos, flechas y hechizos se dirigieron hacia el tirano que, de poco valían, mucho de los hechizos simplemente fallaban y las flechas no penetraban en sus huesos.

Tras ni un minuto de batalla, otros 2 mercenarios acabaron sin vida y Dulthrum, exhausto y herido, así que mientras los otros dos enanos cubrían, Earaldor planeo la retirada. A pesar de las pérdidas pudieron continuar, los dos enanos aparecieron corriendo satisfactoriamente riéndose del esquinazo que le dieron al tirano.
Aunque dudaban de que realmente fuera así…
Estaba claro que se enfrentaban a un enemigo muy superior que, a pesar de ser unos aventureros bastante experimentados, no estaban a la altura de dicha criatura, no les quedó remedio decidir que… o se enfrentaban a ella directamente y se lo jugaban a matar o morir, huir, dejando a esa criatura suelta o… aprovechar la última posible carga del artefacto para desterrar a la criatura del lugar.

Obviamente no era tarea fácil, pero entre mi maestro y el mago consiguieron investigar lo suficiente el artefacto como para intentarlo, podían invocar un plano lejano para capturar a la criatura, sin más opciones todos aceptaron el plan, pero esta vez querían tomar ellos la iniciativa.

Ya con algo más de experiencia, dedujeron mejor los caminos de la caverna y los pasos del tirano, y buscaron una sala grande para la emboscada…
El plan fue el siguiente… Dulthrum debería de mantenerlo a raya todo lo posible junto a los demás, que deberían de dar toda la cobertura posible para que ninguno de los orbes del tirano fijase su rayo en Oxton y poder invocar el portal y bueno... fue algo así...
Tras posicionarse el tirano como querían después de haberlo seguido durante unas horas (tal vez se dejara seguir dado su arrogancia), Lagnar, tomo la iniciativa de fue directamente a el envistiéndole con su gran escudo, Earaldor, son su gran soltura y piruetas lograba esquivar los rayos mortales a la vez que le propinaba tajos certeros con su espada. Las flechas llovían tras las cabezas de los aventureros dando de lleno en el ojo, a pesar que la mayoría de estas rebotaban, confundían y cabrean al tirano. Salmos sagrados comenzaron a sonar y caer sobre el tirano y aliados, la gran batalla comenzó y parecían tener la ventaja. Incluso el último mercenario valientemente propinaba martillazos al cráneo gigante.

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El Mago comenzó su ritual mientras los demás hacían su trabajo. De repente la furia se apoderó del tirano y se agitó, golpeando a varios de los que estaban más cerca, el mercenario callo a varios metros inconsciente, Torgrum impasible continuaba propinando hachazos sin descanso, un rayo fortuito le alcanzó pero no era un enano cualquiera y eso no bastaba para detenerlo. Más rayos salieron y magia de muerte comenzó a inundar al tirano. De repente fulminó al explorador y sin previo aviso hirió de gravedad a Dulthrum, dejándolo abatido en el suelo, Earaldor, se retiró y comenzar a dar apoyo con sus conjuros para que Lagnar intentará hacer retroceder al tirano hasta el portal que se abría a su espalda, retrocedía demasiado lento y poco a poco el grupo se desgastaba. No quedó más remedio Lagnar, al ver a todos que casi no podían más tomo la decisión, empezó a cargar con todas sus fuerzas contra el tirano, que este intentaba desesperadamente quitárselo de encima con sus rayos, pero de poco le valió, ya que el enano puso toda su fortaleza y voluntad en simplemente empujar, empujar.. y empujar.
La fuerza fue tal que no le quedó más remedio que arrastrarse a sí mismo por el portal para poder meter al tirano, además fue tal la consecuencia de la fuerza que produjo una implosión que afectó lamentablemente al mago que se situaba al lado del portal, absorbiéndole sin que pudiera hacer nada, cerrándose tras su paso.

Earaldor, Torgrum, permanecían en shock y exhaustos, pero el mercenario que despertó tras el estruendo, pudo espabilar a los aventureros que, llevaron a Dulthrum a rastras por las grutas, que ahora parecían más despejadas y encontraron la salida fácilmente.

Earaldor permaneció unos días más en las minas a la espera de algún cambio y de que Dulthrum, se pusiera mejor, pero únicamente ocurrió lo segundo, tras su mejora. Earaldor regreso conmigo que esperaba junto Pilk y Polk.

Al llegar sabía de antemano que nada bueno ocurrió, tan solo había que ver las pintas que tenía. Fue el tiempo quien hizo que me contara lo que ocurrió realmente…
Ktran
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Re: Delor Kensbane

Mensaje por Ktran »

Se suponía que era un corto viaje, entregar un simple paquete en el paso a Argluna.
Tras entregar el paquete, Seda, Gregor, Yono y yo, decidimos continuar hasta Argluna, pero al llegar a Khelb, Yono nos dejó y Seda quería inspeccionar la cripta en busca de una famosa runa elemental… tras la épica batalla en planos llameantes salimos victoriosos y volvimos a Khelb.

La escena era aterradora… demasiado silencio… y lo vimos. un enano estaba despedazando a los habitantes del pueblo, una escena horrorosa… [Un enano ensangrentado devorando con sus propias manos los cuerpos, varios de ellos asesinados con un martillo] cuando nos acercamos nos vio y tras una sonrisa se dispuso a atacarme…
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Intenté dejarlo inconsciente ya que no quería matarlo sin saber que estaba pasando… pero a Seda se le fue la mano.
Inspeccionamos la escena, el “pobre” enano estaba lleno de marcas y cicatrices… y escrituras enanas… hambre, muerte y miedo destacaba entre ellas…

Tras inspeccionar un poco más conseguimos hablar con los supervivientes que nos indicaron que vino desde las montañas.
Seda y yo nos dirigimos y tras avanzar un poco vimos otra escena, cadáveres de enanos de la ciudadela Felbarr y gigantes. Sin duda fueron asesinados entre ellos, además observamos unos grilletes que parecían ser de un prisionero…

Buscando más, encontré un estuche, que tras la insistencia de Seda… se lo dejé para que le diera un vistazo.
Efectivamente, el enano que matamos era un prisionero que se volvió loco, un clérigo de Moradin.

En resumidas cuentas, lo que ponía en el pergamino era que el muy idiota sucumbió a la influencia de un Gnoll y el dios Yeenoghu… poco se acerca de esas bestias pero su hambre creció … un hambre voraz que quería engullirlo todo.. hasta se comió al propio gnoll… pobre desgraciado.
Finalmente cargamos con su cuerpo de vuelta a Khelb hasta Argluna… donde lo entregamos junto el estuche… aunque el guardia no parecía muy agradecido de facilitarle su trabajo.
Ktran
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Re: Delor Kensbane

Mensaje por Ktran »

Ha sido un largo camino desde que salí desde Aguas profundas a mi corta edad, y desde luego que ya llevo un tiempo en tierras de la Marca Argentea, he pasado por buenos , duros y malos momentos, pero algo me dice que se avecinan cosas peores.


Pero antes de continuar, retomaré un poco la historia de mi juventud después de irnos del hogar de Pilk y Polk.


Tras pasar por Brost y reabastecernos, desviamos nuestro camino hacia las montañas “Dientes pequeños” (Ciertamente fue mi maestro quien me contagio su afán por las aventuras y los caminos difíciles). Mientras atravesábamos un acantilado tranquilamente, él hablaba y cantaba sin cesar, yo algo más cansado me quedaba cada vez más rezagado (tal vez no estaba de ánimos para escucharlo). Un viento soplaba, y sentí un aleteó. Tal vez mi inconsciencia o mi calama hizo que no viera venir lo que se avecinó, Earaldor estaba demasiado lejos para socorrerme, no le dio tiempo y en un instante... tras un golpe... me vi ¿VOLANDO?...

Sentía un asfixiante y contundente agarre a través de mi delgado cuerpo, intente zafarme pero las vistas al vacío hicieron que desistiera… y entonces alcé la vista... un Wyvern.. un Wyvern me había atrapado... tenia un aspecto bastante joven y un tamaño algo pequeño, pero lo suficiente como para coger mi poco pesado cuerpo.

Quizás fue eso lo que me salvo la vida… tras unos minutos de desesperación el Wyvern cansado descendió para dejarme en el suelo y... seguramente rematarme para darme un bocado… Gracias a mi agilidad nada más tocar tierra, conseguí rodar y rodar… el Wyvern intentó morderme, pero yo seguí rodando y rodando, sin ponerme de pie, tan solo rodé… pero recordamos que estamos en unas montañas... no todo es plano…. Una pendiente me ayudó a rodar más rápido hasta el punto que perdí el control, tan solo podía evitar que las piedras afiladas no me alcanzaran o... caer por un desfiladero.
El Wyvern corría tras de mi… hasta que en una zona menos empinada pude controlarme y ponerme de pie, seguí corriendo hasta casi perderle de vista.

En ese instante aproveche para observar a mi alrededor y vi una pequeña cueva a la cual no lo pensé y accedí a meterme. Justo al entrar sentí el golpe del Wyvern que casi me coge uno de mis pies… me metí más profundo, él me seguía, pero cada vez la cueva era mas estrecha… el Wyvern desesperado me siguió hasta tal punto que, se quedó atascado… no podía mover ni un ala.
La situación se tornó… e incluso me dio lastima, tras verle en ese estado no opte por otra cosa... esgrimí mi estoque y le atravesé con todas mis fuerzas desde la parte blanda de su mandíbula. Intente que no sufriera demasiado.
Acto seguido, escalé por encima de él y conseguí salir de la cueva… miré a mi alrededor y no veía a nadie, estaba perdido.
Con el estoque aun ensangrentado, comencé a bailar y esgrimirlo, como mi Earaldor me enseñó y, tal vez fue la inspiración o el momento, pero conseguí unos de mis mejores cantos de mi vida.
Así fue que al poco rato Earaldor me encontró y sin decir nada, orgulloso, comenzó a preparar unos materiales, tinta y agujas.. todo esto sin yo parar de esgrimir.

La luna estaba esplendida, me pidió que me quitara mis ropajes, cogió la aguja, realizó unos salmos y comenzó a tatuarme… (Motivos algo parecido a gatos tribales recorren el cuerpo de Delor).

Y justo ahora casi me pasa lo mismo, pero como dije al principio he recorrido mucho camino y ya no soy el mismo, después del ataque a Sundabar, su asedio, recuperación, la aparición de ese norme orco llamado Talonar, ahora … se me cruza de nuevo un Wyvern… ¡Pero un Wyvern enorme! Luché con él en el camino helado hacia Adbar, sin duda fue una dura batalla, pero salí victorioso, conseguí que huyera hacia el bosque frío (Que resulta, según Seda… que es la mascota de unos Gnomo loco que quiere revivir a un archidemonio).
Pero esto solo ha comenzado tal vez sea hora de presentar mis respetos como es debido y además de mis aliados, pedir a Corellon que nos ayude contra estas amenazas.


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Hoy ha llegado el momento, me crucé con Seda en Nevesmortas antes de partir a mi destino, se ofreció a ir conmigo, pero es algo que debía hacer solo, así que puse rumbo a Sundabar y a su vez, al paso de Tornapetrea. Es un camino arriesgado ya que lo habitan demonios y otras espantosas criaturas.

Al llegar a las ruinas comencé… Tras presentar mis respetos a Corellon comencé mi ritual, saque la tinta y la pluma, a la cual imbuí con magia (una pluma corriente no atravesaría mi piel) coloque un espejo frente a mí.

Y tras los salmos, comencé a tatuarme el rostro yo mismo, imitando los tatuajes que en su momento Earaldor me hizo.
Tras finalizar levanté mi estoque y rogué a Corellon…

[Wilsa cilla oyamjilla Ianyalailmeilla tyilmil ilomelanilm cilla weoenyycanilwala hay laa ilelanyelill, hay iyalaanmela alasevela nylevill illana lelaeanmela. Falwwenya se ilmsil a ilcsil a irilmé hay ala nyilstyaól Talonar nyilevil.]


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//Nuevo rostro de Delor, también adjunto en formar de portaits por si lo quereis actualizar y usar//
https://mega.nz/file/mcwixCTB#5IQTBBWbF ... qjhA78InzI
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