Voces del silencio

La fuente es el lugar donde todos los acontecimientos de la Marca son comentados. (Foro "on-rol" del servidor)

Moderadores: DMs de tramas, DMs

Responder
--Savras--
DM
DM
Mensajes: 331
Registrado: Mar May 21, 2019 9:37 am

Voces del silencio

Mensaje por --Savras-- »

Las voces de visitantes y lugareños se alzan en Nevesmortas, entonando una melodía lenta que de algún modo suena a todos quienes la escuchan. Con los días son más quienes llevan la música a sus labios, y el rumor de la canción se convierte en un murmullo sempiterno que resuena de fondo en algunas zonas de la villa, sobre todo al noreste del lugar.
En la Atalaya mendigos y enfermos se aferran al cántico, y lo que al principio solo era el ritmo de una melodía se convierte en voces pidiendo piedad y misericordia a los dioses. La canción sustituye a las plegarias, pero traen armonía al lugar. Los pesares cesan, la misericordia de extraños y familiares acompaña la canción que parece avivar la llama de Lathander.
En la sala de curas los enfermos entonan la canción junto a aquella que fue encerrada en ámbar, asegurando que este vibra y acompaña a sus voces. Los enfermos y heridos se unen, y de algún modo esto calma sus dolores y pesares.
En el teatro se reúnen músicos atraídos por los rumores y ciudadanos que han encontrado en esa música un momento de calma en estos tiempos de incertidumbre y miedo. Los instrumentos parecen cobrar vida en manos de los intérpretes, que aseguran que la inspiración ha llegado a ellos. Poco a poco el teatro se llena al amanecer y anochecer de cada día, e incluso guardias y mercaderes aprovechan el final de sus jornadas para acudir.

Poco a poco, la canción se escucha en los caminos, de boca de viajeros y comerciantes que han visitado Nevesmortas. Y estos aseguran que incluso en los bosques las aves parecen acompañarlos.




Tened piedad de nosotros, dioses, conforme a vuestra misericordia, y conforme a vuestras múltiples piedades borrad nuestra inquidad.

Limpiad completamente la mancha de inquidad y limpiad nuestros pecados, pues reconocemos esta impureza y siempre están nuestros actos frente a nosotros.

Solo contra vosotros hemos pecado, y hemos hecho mal frente a vuestro juicio, pero siempre somos justos en nuestras palabras para que el orden venza bajo la búsqueda de nuestra perfección.

Pues hemos sido concebidos en imperfección, y en pecado nos concibió nuestra madre para dar forma a nuestra obra. He aquí que hemos forjado la única verdad gracias a que lo desconocido y oculto de vuestra sabiduría nos manifestó vuestros planes.

Purifícanos con vuestro silencio y estaremos limpios, pues hemos purgado mal e impurezas allí donde el miedo las había retorcido. Da a los oídos de Toril gozo y alegría, y exultarán los huesos de los caídos a un nuevo y perfecto renacer donde sus almas no serán humilladas.

Apartad vuestro rostro de nuestro pecado, pues solo fuimos la mano que guio los actos que escribisteis, y borrad todas nuestras inquidades.

Cread en ellos, dioses, un corazón perfecto y renovad su espíritu a su nueva forma dentro de la obra. No les arrebatéis esta oportunidad ni alejéis vuestros sagrados dones.

Devuélvenos la alegría de vuestra salvación y fortaleced los espíritus nobles. Nosotros enseñaremos a los inicuos el camino a seguir, y los impíos se convertirán en nosotros.

Liberad la sangre, dioses, y en su reguero forjaremos la salvación. Nuestras lenguas entonarán eternamente la perfección. Dioses, nuestra boca se abrirá, y proclamará un nuevo orden.

Pues si no habríais querido sacrificios habríais tomado nuestra vida cuando la pusimos en vuestras manos. Un holocausto no habríais forjado.

Nuestros sacrificios son debilidades forjadas y perfeccionadas, almas liberadas en vuestra eternidad. Dioses, acoged a aquellos cuyos corazones hemos limpiado.

Sed benignos, oh dioses, y en vuestra buena voluntad con Toril que vuestro silencio permita que el canto lleve paz y orden en vuestro nombre.

Aceptad los futuros sacrificios que traerán justicia o quietud. Oblaciones y holocaustos para finalizar nuestra obra. Entonces ofreceremos corazones justos y renovados que acudirán a vuestros nombres.

Nosotros os haremos perfectos. Nosotros alzaremos un nuevo amanecer, bajo los pecados de nuestros actos. Perdonadnos, dioses. Perdonadnos, y dadnos vuestro silencio.
--Savras--
DM
DM
Mensajes: 331
Registrado: Mar May 21, 2019 9:37 am

Re: Voces del silencio

Mensaje por --Savras-- »


En la oscuridad de unas viejas ruinas el joven duerme, abrazado a los restos polvorientos de la única persona de la que una vez recibió amor. Las marcas de lágrimas en su rostro son el testimonio del dolor y la pena de un alma a la que le arrebataron todo. Su boca, sin embargo, dibuja una sonrisa, pues en sus sueños le acompaña la voz de lo que ha perdido, le canta como en el pasado lo hizo, mece su descanso a un lugar donde la pérdida no es real.
En la oscuridad de unas viejas ruinas tres figuras emergen, acompañadas del silencio más absoluto. Puñales en la sombra que contemplan al durmiente, indefenso. Una de las figuras corre hacia él, sus pasos sigilosos como las sombras. La daga que porta en su mano palpita, sedienta de la vida para cuya siega fue forjada.

"Vienen a por ti." Escuchó en sueños la voz de su amada, y una caricia lo despertó.

El durmiente abrió los ojos, furioso por arrebatarle el remanso de paz en el que se había refugiado. "¿Incluso esto quieren quitarme?", pensó, sintiendo como su sangre ardía. La tierra tembló, el aire vibró enloquecido por su rabia. Y antes de poder reaccionar, todo volvió a quedar en paz. Su cuerpo cristalizado en el ámbar más puro, frente a quién portaba el puñal.

Otra de las figuras avanzó, una segunda daga que clamaba muerte. El ámbar se agrietaba, sorprendiendo a quienes contemplaban la figura del hombre al que fueron a buscar. A su alrededor incluso el aire parecía hacerse añicos, como un espejo roto. Al otro lado manos que resquebrajaban la realidad y trataban de llegar a ellos.

Un puñal atravesó el ámbar, sin resistencia, directo al corazón. El joven sintió el dolor, y de su garganta emergió un desgarrador grito que hizo añicos su prisión. La urdimbre tejida se hizo pedazos, las dos figuras cayeron de rodillas. Incapaz de pensar, llevado por la ira más absoluta tomó a una de las figuras del cuello y la alzó ante él. Quería ver la muerte en sus ojos, quería destrozarlo. Quería venganza. El puñal continuaba atravesando su cuerpo, movido por una mano invisible, fundiéndose en su carne, desollándolo desde dentro. Pero aquella agonía no era mayor que su ira.

Entonces todo cambió La calavera de aquella que había sido su mundo fue arrebatada de su lado. El miedo lo dominó. Soltó a su presa, la rabia dejó de alimentarlo, y solo quedó el tormento de aquel arma en su corazón, y la pena. Se arrastró, trató de hablar, de suplicar que no le hicieran nada a ella, pero ya no quedaban fuerzas. Mientras sentía la vida abandonarlo, una de las tres figuras se retorció de dolor, hasta que de su boca nacieron las palabras: "Recuerdos de tu hermano".
El joven se dejó caer, rindiéndose finalmente. Siempre había luchado por ella, ¿de qué servía seguir haciéndolo? Incluso el fruto de su amor ya no estaba allí. Ya había sufrido suficiente. Las lágrimas brotaron ante la mirada de la calavera que una de las figuras sujetaba en las manos. Casi pudo escuchar como le pedía que volviera con ella, suplicándole que dejara de luchar.
Cerró los ojos, y abrazó aquellas palabras que nunca fueron pronunciadas. La daga estaba en su interior, su sangre hirvió, y en pocos segundos, apenas quedaron cenizas.

En la oscuridad de unas viejas ruinas tres figuras se marcharon con el mismo silencio que llegaron. Ya habían cumplido su misión.


Imagen

Lejos, en un lugar dominado por la nieve y el frío, un llanto desconsolado tomó forma.
Responder