La Marca Argéntea

Y allí estaba ella. La mente ardía y el cuerpo ya no le respondía, así que permaneció sentada... O más bien tirada.
Su ojo, "negro como mi alma" solía decir, contemplaba el árbol arder a ese lado; "Al menos ha funcionado, así que no es puede decir que haya sido una completa locura" pensó.
Echó la cabeza atrás, apoyándola. Muchos ojos se fijaban en ella, pero eso ahora no importaba. A su mente vinieron varias personas y resopló "Me van a matar"
Volvió a posar su mirada en el árbol. Cenizas y polvo era lo único que quedaba. "A la mierda -suspiró y cerró los ojos- necesito dormir un rato"

Abrió los ojos. Dormir le había sentado bien... Quizá demasiado bien. Se sentía con más vitalidad que nunca, más fuerte, la mente despejada... Radiante.
Se frotó la frente "Supongo que algo bueno tendrá", pensó.
Se estiró y se sacudió la ropa. "Bueno, hay cosas que hacer" dijo y se encaminó a cruzar el portal mientras se ajustaba el cinturón con su estoque.
"Necesito un baño" pensó mientras caminaba de nuevo por Nevesmortas.

Una figura emergió entre las sombras, acercándose al trono donde la mujer estaba sentada, pasándose la mano por donde la corona se aferraba a la cabeza.
-Te has enredado demasiado en asuntos sin importancia. Convendría que no te demorases más con los problemas de otros y te centres en los tuyos. Has desperdiciado mucho de lo que apenas te queda: tiempo.

La mujer en el trono alzó la vista, suspiró, se levantó y se acercó a quien le hablaba.
- Tengo algo que hacer.
- Espero que algo productivo...
Pasó la mano por el pelo de la mujer en una caricia, y le quitó la rosa que llevaba en el pelo.
- Cada vez se marchitan antes, deberías darte prisa, es una pena que acaben así con lo que te gustan.

Un portal se abrió, dejando ver Nevesmortas en la distancia. Vio que la mujer lo atravesaba y cómo cortaba una nueva rosa, poniéndola en su pelo.
Miró por última vez a la mujer, dedicándole una sonrisa mientras el portal se cerraba.