Historias de una tarde nevada

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Torm3nt

Historias de una tarde nevada

Mensaje por Torm3nt »

Era una tarde nevada, con un cielo cubierto totalmente por un manto grisáceo. Apenas había vida por la calle, y solo las pisadas de los guardias se escuchaban en el exterior, a parte de aquel silbido de viento que suele haber en las silenciosas tierras invernales. Una luz de color anaranjado salía por el ventanal de la taberna de Nevesmortas, "El Blasón", donde se escuchaban también los ya frecuentes conversaciones de los guardias y de las tertulias típicas de una taberna.
En una de las esquinas, en mesa redonda, sentado estaba Arlequín rodeado de varios niños y niñas, los cuales fascinados por sus historias y fantasías lo miraban boquiabiertos y con los ojos como platos. El trovador sonriente les explicaba muchas de sus anécdotas y aventuras que había pasado durante sus viajes, y la historia de su vida. También les mostró su virtuosismo con diversos instrumentos, como el arpa, el violín, la flauta de pan e incluso la pandereta, que pese a su aspecto de sencillez, el uso que le dió el bardo fue de lo más apreciable por los estudiosos del arte musical.

Pero el plato fuerte no era ninguna de esas historias, ni de su rápida mano con los instrumentos, sino que era un pequeño fragmento que estuvo pensando durante unos días, sobre los últimos acontecimientos. El niño más curioso le preguntó sobre si haría una canción de la Dama Corrupta, unos sustantivos que escuchó en una conversación de sus padres. Él, con su adorable sonrisa, le confirmó que haría una historia o canción sobre este suceso, ya acabase bien, o mal. Aun así les prometió que haría todo lo posible para que todo volviese a la normalidad, y Nevesmortas, pese a que sería una recuperación difícil, volvería a su brillantez de antaño.

Con arpa en mano, el trovador de Candelero comenzó a tocar levemente sus cuerdas con la yema de los dedos, provocando que todos los infantes y algunos más mayores se acercaran a él para escuchar tan novedosa historia...

-"En un hermoso bosque, en el cual vivían en harmonía plantas, animales y personas, lleno de colores alegres y hermosura sin igual, las flores eran las más bellas del lugar, igual que las preciosas ninfas y dríadas que juntamente con todas estos seres convivían. Entre todos ellos resaltaba una hermosa mujer, una bella druida la cual era la que más próxima a la naturaleza se encontraba. Un corazón lleno de bondad, con una cálida sonrisa y gráciles movimientos que hacían mover las ramas de los árboles susurrando las verdes hojas de estos. Las flores, cual sol era, la miraban en su recorrido y sus pétalos añoraban las carícias de sus manos. Animales pequeños, y grandes, sentían la presencia de tan bella persona que se amansaban y la buscaban por el bosque, para contemplar tan magnánimo ser.
Todos vivían en paz y harmonía, alegría y felicidad. La bella druida amaba a todos los animales y a todas las personas que estaban junto a ella, por igual. Todos recibían sus bendiciones y era todo un placer tener una refrescante y entretenida conversa con la bella doncella.
Incluso el rumor de que tan gran persona existía que incluso los más eruditos de los lugares civilizados viajaban para verla, y compartir conocimientos y teorías, y recibir su natural bendición.
Uno de esos eruditos, fascinado por todo lo que le contaban en ciudad, quiso saber más de la druida, y viajó durante muchos días, para conocerla. Tan bien le habían hablado que no quería perder la oportunidad de conocerla en persona. Llegado el momento, nuestro erudito encontró finalmente el lugar donde descansaba la doncella, rodeada de animales y plantas, hablándoles como si fueran sus hermanos y sus hijos, y contándoles cosas que solo otros druidas y animales sabrían entender.
El joven erudito silenciosamente se acercó a ella, contemplando su hermosa espalda y los movimientos de sus brazos, su hermoso cabello y la corona de verdes hojas y coloridas flores adornaban su cabellera. Los animales sintieron la presencia del erudito y lentamente, cuando la joven druida se giró para observarle, se marcharon, dejándola sola ante un nuevo visitante.
Sus ojos se enlazaron fijamente, intentando atravesar la parte corporal de la persona, buscando el alma y el mismo ser que la componía. Sonriente la druida le dejó sentarse a su lado, y sonriente le ofreció frutas del bosque, dulces como la miel y refrescante como la nieve. Así pues pese a u poco de nerviosismo del erudito, entablaron una interesante conversación. Tanto la druida como el erudito comenzaban a beber del vino celestial, mutuamente, sintiendo atracción el uno por el otro. Un amor que se hacía cada vez más fuerte. Las palabras de cada uno penetraban por sus oídos y se almacenaban, conservando la melodía de las voces. La joven druida no sabía que ocurría realmente, nunca sintió tan hermoso calor en su corazón, y su mirada era difícilmente retirada de los ojos del joven erudito. Del brebaje de Sune bebieron los dos, y dulcemente se enamoraron, tanto uno como la otra. Su passión, su corazón y sus almas comenzaron a sentir que era el verdadero amor y la inocencia y pureza de los dos se unieron, místicamente, por un lazo del cual nunca se separaría. Sus labios, iluminados por la luz de la luna y por las pequeñas luciérnagas revoloteantes de su alrededor, se unieron en un beso de amor, con toda la calidez que los dos seres podían extraer de todo su cuerpo y concentrarla en sus labios, que se besaron con pasión.
Así pues, la joven druida y el erudito de la ciudad se enamoraron perdidamente, cuales dos tortolitos. Pasaron los días y su amor y su enlace se hizo cada vez más fuerte, y la dependencia de uno y del otro se hizo más evidente. Así pues algunos seres del bosque aceptaron que la druida tuviera un verdadero amor, y otros que lo rechazaban, creyendo que los seres de ciudad no debían llegar a tanto.

En un momento llegado, cuando uno y otro eran inseparables, un funesto mensaje para el joven llegó desde la ciudad. Sus padres habían muerto. Fue tanto el dolor y la tristeza del erudito que tuvo que marcharse, dejando por seguridad a la doncella en el bosque, prometiéndole que volvería para quedarse. Sola, esperando que algún día llegara, sonriente por tener a alguien a su lado, que la amara, y ella a él, esperó y espero su vuelta. Pasaron los días cuando un mensajero llegó, y la joven druida rompió a llorar de la grave noticia que le trajo. Su amado había sido asesinado, al igual que sus padres. La desolación, la soledad, la tristeza y la debilidad llenaron el vacío que quedó ante tan grave noticia. No se sentía capaz de vivir, su vitalidad desapareció completamente, y durante mucho tiempo el bosque no fue lo que era. Las plantas y las flores perdieron el color, volviéndose grises y marrones, los animales se ocultaban en sus madrigueras esperando protección y el cielo se cubrió con tristes nubes tapando el azul de las bóvedas celestiales.

La bella doncella, ya no tan hermosa como antes, pues sus lágrimas quedaron marcadas en su rostro, sus cabellos se volvieron negros como la noche, su piel pálida como la nieve, juró a todos los dioses que se vengaría de tanto dolor que le había ocurrido a su amado, dando culpa a todos los seres que viven en el mundo civilizado. Mataría a todos aquellos que le causaban tan profunda tristeza, y el rencor, odio, rabia y impotencia que sentía la sumergieron en una terrible locura, nublando su mente y confabulando para que en un futuro no muy lejano.... su venganza... sería cumplida...."

Los niños, y toda la taberna, silenciada, observaban con las bocas abiertas, y los ojos fijados en el trovador, como esa historia les había penetrado dentro. Las lágrimas de algunos eran acompasadas por las pisadas de los guardias del exterior, y el crujir de las maderas del piso. Había conmovido a todos los presentes, y pocos eran capaces de asimilar esa historia con gran facilidad. Posiblemente la gente se lo creería, pero Arlequín seguidamente, ante el silencio de la taberna, comentó que la otra mitad era imaginación, y posiblemente no sería verdad, pero era una forma lógica y razonable de todo lo que estaba ocurriendo, conjuntamente con todo lo que sabía del tema.

Tardo un tiempo hasta que la taberna reaccionó, con aplausos. Aun así, sus cabezas seguían centradas en la historia recién contada, pensando en todo lo que estaba pasando.
Chauntea

Mensaje por Chauntea »

*En la lejanía del Blasón, detrás de la multitud que aplaude con gran emoción al trovador, se esconde una joven dama de elegantes portes y graciles movimientos que hace sisear su falda a cada paso. Le ha estado estudiando minuciosamente, ha escuchado cada una de sus palabras, el tono dulce de su voz, la expresión de su rostro, su cualidad por convertir el horror de los más pequeños en sonrisas, adornadas por el aroma de petalos de flores que manaban detrás de cada una de sus frases...*

*Entre los aplausos de público ella ha buscado su mirada y la ha encontrado*

(Te estaba buscando..)

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//Ole! *aplaude con emoción*
Enhorabuena Arlequin. Buen relato y bastante acorde con la realidad de la Doncella Corrupta.
:D :lol: *sigue aplaundiendo*//
Torm3nt

Mensaje por Torm3nt »

Despues de que se solucionara el problema con la Dama Corrupta, los niños del poblado de Nevesmortas buscaron desesperadamente durante días a Arlequín para que les contara como acababa el relato, pero desapareció temporalmente. En un día donde el sol amanecía rojo el joven trovador llegó a el pueblo que comenzaba a ser su hogar y los niños le recibieron con los brazos abiertos, y algún que otro no tan niño. Su excusa fue simple: tuvo que ir a la capital, Argluna, para asuntos personales. Despues de su bienvenida se lo llevaron casi arrastrándolo hacia el Blasón y lo sentaron en un taburete, donde se sentó la última vez. La gente se acumuló a su alrededor y le ofrecieron varias bebidas para que su ansiada voz contara el final de tan esperada historia definitivamente. Él mismo dijo que no lo había pensado aun, y se basaría en gran parte en lo que pudo acontecer en la resolución del problema. Su sonrisa perdió en parte la alegría que antes portaba, pero apenas se percibía. Un leve tono de melanconía y la mirada buscando a alguien entre los espectadores. Cuando se dió cuenta que todos le miraban, comenzó:

-"Y llegó el tiempo prometido, por la bella doncella, que mantenía su hermosura a pesar de la malicia que su corazón mantenía. sus poderes druídicos, guiados por el pavoroso poder de un ser superior, obtuvieron el alcance suficiente para que la oleada de destrucción y sangre se fundiera en la pacífica villa de Nevesmortas. Primero fueron los animales, que perturbados por la Dama atacaban a todos aquellos humanos, elfos, enanos y otra raza civilizada que veían. Ya fueran tejones, ciervos o osos, todos atacaban a los mercaderes que viajaban de ciudad en ciudad y a los pastores que sacaban a pasturar sus rebaños. Incluso estos mismos fueron infectados por el iracundo poder de la Doncella y atacaron a sus propios amos. La naturaleza se enfrentaba al hombre, para derrotarlo en una lucha que destruiría todo aquello que se oponía a la venganza de la doncella. Lo salvaje y lo civilizado, dos frentes que chocarían de una manera estruendorosa. Pero no todos los druidas se pusieron en favor de la doncella, es más, estos mismos druidas buscaban el equilibrio y no la aniquilación urbana. Ignorando esos ideales, la Corrupta Doncella seguía con su propósito de vengar a su amor, asesinar a los mismos asesinos y restablecer su norma y de aquel que la guiaba. Sucumbieron consecutivamente en su poder los débiles trasgos, volviéndose pacíficos ante los transeuntes de las carreteras y despues los orcos y osgos atacaron violentamente la ciudad maldita de Nevesmortas. Una plaga de gusanos asoló todo el lugar, haciendo que todo aquel que se comía uno, voluntariamente o dentro de una hermosa roja manzana, se convirtiera en uno de los servidores más fieles de la furibunda Dama.
La acometida de las hordas orcas bajo el control de la dama contra nuestra pacífica ciudad ihzo que muchos de nuestros padres, hermanos y patriotas murieran por nosotros, pero no en vano. Toda vida sacrificada por algo justo va a los brazos de nuestros amados dioses, ya sean Ilmater, Tymora, Lazhander, Sune o Milil.
El viejo druida de los bosques de nevesmortas predicó el gran momento que todo druida espera, ese mismo momento en que los ruidas se reunen para tratar los asuntos más importantes, y fue en esos momentos los cuales unos verdaderos héroes se aventuraron a detener la injusticia de la Dama perversa, atravesando los multiplanos para lelgar a los más horrendos y torturosos de ellos. Los mismos infiernos se estremecían y hacían crujir sus fronteras al compararse con el plano de la Doncella del mal. Ríos de magma, paredes creadas por las mismas cenizas de la destrucción, el correteo de maquiavélicos seres torturados y a las órdenes de la Dama. El combate duró días y días cuando los valientes aventureros atravesaron finalmente el inmenso plano luchando contra todo tipo de criaturas, para contemplar finalmente a aquella que tanto dolor causó. Una aura negra, oscura, malévola la rodeaba completamente y las palabras justicieras afectaron a la Dama convirtiéndola en un ser de lo más corrupto que ha existido, la apariencia de una gran araña con una escamada piel negra que de los cortes que provocaban los héroes salía un licuoso veneno que con el contacto derretía la carne de los seres vivos. Tanto fue la furia en que golpeamos a la Dama que finalmente su poder fue reducido a las mismas cenizas que crearon el plano de ella, y de entre los restos de la gran apariencia surgió una joven doncella, semidesnuda y con una hermosura incomparable. ¡Habíamos derrotado a la Dama Corrupta! El bien siempre triunfa sobre el mal. Pero l plano comenzó a resquebrajarse y gracias a la Doncella de la Naturaleza pudimos escapar del lugar. Su bondad, su sinceridad e inocencia fueron recobrados y ella misma se disculpó a nosotros mismos porlos estragos que causó. El egoismo y el amor, mientras más juntos esten, peor es la combinación. Pero desde estos momentos, de felicidad, ella juró eternamente protger a todos aquellos que lo deseaban, al bosque, a todos los seres vivos que merecen vivir y sobre todo a sus salvadores, que como signo de gratitud, tendrían el reconocimiento que les doy con este relato. Y si de ahora en adelante veis a tan hermosa doncella, besadle los hermosos y descalzos pies, pues su amistad es necesaria para que todos semos felices, y comamos perdices, y celebremos juntos, como pueblo, como nación y como hermanos que la bondad triunfará allá donde nuestros aventureros y la voluntad de conseguira estén."

//Sorry, no me acuerdo de todos los participantes en la quest y prefiero no introducir a ninguno que a algunos. Espero que os guste, aunque dicen que las segundas partes no son tan buenas como las primeras.
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