Drows en Nevesmortas

[Bhaal]

- ¿Cómo?¿Está seguro de lo que dice?

- Sí señor, tenemos varios testigos que lo confirman.

Aquella noticia no podía llegar en peor momento, como si no tuvieran bastantes problemas con los orcos, los trasgos y todos esos dichosos aventureros en busca de fama y oro. La cara de Mánnock parecía haber envejecido 10 años de golpe.

- "Drows..." . Pensó en voz alta.

La entrada a la infraoscuridad estaba vigilada día y noche, y no había habido signos de actividad drow por la zona. Probablemente se trataba de algún elfo oscuro solitario, como ya había pasado con anterioridad, pero no podía arriesgarse. La protección de la liga dependía precisamente de la vigilancia de aquella mina abandonada.

- "¿Señor?" El guardia no se había movido un ápice de su posición y esperaba las ordenes del capitán.

Ensimismado en sus propios pensamientos, Mánnock tardó en contestar:

- "¡Búsquenla y arréstenla de inmediato!" dijo mientras apretaba los puños contra su mesa.

El odio que sentía por los drows era profundo. Al igual que la mayoría de la gente de la Marca sabía de lo que eran capaces esas sucias alimañas, pero él, a diferencia de los demás había sufrido en sus propias carnes las abominaciones de esos seres del inframundo. Con gusto hubiera ordenado que la mataran, pero antes, tenía que averiguar por qué estaba aquí y quién la estaba ayudando.

"Alguien debe estar ayudándola..." Ese último pensamiento le dió nauseas ¿Quién sería tan idiota como para ayudar a un sucio drow?

El guardia se disponía a cruzar el umbral de la puerta cuando el capitán lo interpeló.

- "¡Ah! y abran bien los ojos, debe de tener cómplices... Me temo que tenemos traidores en nuestra villa."