Historia de Eriador Astaqebrada

[Kharma]

Un viento helado golpeaba sin cesar el costado de la carreta meciéndola suavemente, los dos bueyes que tiraban de la carreta no hacían mas que aumentar el traqueteo durante todo el viaje. Las impresionantes montañas Nether iban creciendo poco a poco mientras se acercaba a su destino, el viaje desde Everlund no había sido tan duro. El constante frío no era una molestia para Eriador ya que estaba acostumbrado, el paisaje merecía la pena ser observado pero se contentaba con estar en la parte trasera arropado tras su capa. El interior de la carreta conservaba aun el olor de los productos frescos que el viejo transporto a la ciudad, era un olor penetrante que le desagradaba, así que se concentraba a su alrededor para distraerse. Se encontraba en una tierra extraña y sus ojos no perdían detalle alguno, su mano cerca de la empuñadura, atento a cualquier peligro que pudiera presentarse. No se fiaba del bello paisaje, sabia que escondía grandes peligros para un par de viajeros incautos.

Antes de darse cuenta la carreta paro y el conductor dio dos fuertes golpes en la parte trasera donde Eriador estaba, habían llegado a su destino. Con agilidad bajo de un salto al suelo, un agudo chirrido y sus ropajes al vuelo demostraron que portaba una vieja armadura. Sin dignarse a mirar o despedirse del carretero que le trajo ajusto su arma al cinto y camino hacia el pueblo. Cumbre parecía la típica pequeña villa de la región pero Eriador sabia que había mucho mas, conocía muy bien a los hombres que vivían en el. Estaban hechos de otra pasta y aunque parecían querer huir de su pasado, nunca podrían dejarlo atrás. Eriador siguió caminando entre las casas del pueblo, atento a las furtivas miradas que le dirigían los aldeanos, aunque estaba preparado para la lucha no era tan idiota de mostrarse hostil. Al poco tiempo reconoció una de las caras, se trataba de un herrero que a esas horas comenzaba a calentar la fragua. Al principio el hombre intento ignorarle pero cuando vio que Eriador se dirigía a el, con un suspiro dejo lo que estaba haciendo y le mostró una cara de pocos amigos.

- ¿Que haces aquí? - el tono del hombre era frío – No deberías haber venido.
- Ya sabes porque estoy aquí – le respondió Eriador ignorando la arisca reacción.
- Por desgracia puedo imaginarlo – su tono volvió a suavizarse – pero tu búsqueda solo nos traerá problemas...
- ¿Entonces la has visto? - por primera vez sus ojos reflejaban un extraño brillo - ¿Donde se encuentra?
- ¿Alessa? - desvió la mirada y siguió su mirada – porque no dejas en paz tu pasado como hemos hecho nosotros.
- Porque yo no soy un cobarde – la voz de Eriador demostraba desprecio.
- ¡Cuidado con lo que dices muchacho! -el herrero lo apunto con el dedo – nos hemos merecido poder vivir en paz aquí y mucho mas, ¡tu no sabes nada crío imberbe!
- Si creéis que podéis escapar de la sombra del Alcázar Zhentil es sois unos ilusos – su cuerpo estaba en tensión esperando de un momento a otro el comienzo de la batalla... pero nunca llego.
- Ya me da igual lo que hagas, no es mi problema – parecía resignado- creo que Alessa se dirigió hacia Nevesmortas – volvió a mirarle a los ojos – olvídate de ella.
- Ella ya no me importa – su siguiente frase fue dicha con un odio y desprecio infinito – es a ese perro inquisidor de Cyric a quien busco... el pagara con su sangre lo que le hizo a mi padre.

Sin esperar respuesta se dio la vuelta y se alejo de la herrería con grandes zancadas, el otro hombre solo pudo ver alejarse sus anchas espaldas. Ya tenia un nuevo destino... Nevesmortas.

[Wuivre]

Esto... ¿esto continuará, no?

Por que es que... ¡Yo quiero más!

¿Quien es ella? ¿Quien es el? ¿Que pasó?!! xP

[Kharma]

Claro que tiene continuacion pero actualmente la estoy desarrollando en el servidor que es la parte de la busqueda de Alessa. Bueno algo dificil para Eriador porque Alessa es otro personaje mio, asi que nunca se encontraran fisicamente

Ya cuando vea que la trama pueda avaanzar pues ya añadire lo suyo. De momento habra que aguantarse para conocer todos los detalles de la historia...