Huldan Luminor
Publicado: Dom Dic 30, 2007 5:57 am
Bueno la historia ya estaba montada antes, pero estaba algo incompleta, ahorita he decidido montarla bien. Y resumiendo partes irrelevantes.
El comienzo
Se encontraban en cormyr una pareja de recién casados, ambos comerciantes ambulantes, con un estilo de vida estable. Habían hecho una parada en dicha ciudad debido a que la mujer estaba dando a luz a un joven rubio de ojos azules; este niño lo nombrarían Huldan Luminor, y le darían una crianza llena de moral y modales.
Huldan tenía todo lo que podía querer, unos buenos padres, una buena vida que quizás era muy movida para su gusto, pero no podía quejarse de nada más. Así pasaron sus primeros 4 años de vida, viviendo alegremente viajando de un lugar a otro comerciando junto a sus padres. Y siguió así hasta aquel terrible día en el que sus padres fueron asesinados por una banda de bandidos, y para empeorarle las cosas, Huldan fue capturado para usarlo como su nuevo pupilo.
Fue así como pasó los siguientes tres años de su vida, encerrado en una cueva húmeda y oscura, donde solo podía escuchar susurros de traición y oído. Día tras día tener que dormir apoyado a una roca con la ropa sucia y aguantando el fuerte hedor de alcohol y suciedad que la cueva despedía. Hasta que un día logro encontrar una forma de escabullirse a mitad de la noche y escaparse de dicha cueva tan rápido como sus pierdas le daban para correr atemorizado con lagrimas en sus ojos.
En su huida no paraba de correr con cada ruido cercano que escuchaba, le hacían creer que eran los bandidos que venían a sus espaldas, y sin mirar atrás seguía corriendo hasta el cansancio. Con los pies casi desnudos debido a los agujeros de sus zapatos, se vio obligado a aguantar la arena caliente del desierto, y cuando llegaba la noche los trapos sucios que portaba como ropa no lo cubría lo suficiente del frio, pero seguía corriendo atemorizado, pensando en que tarde o temprano seria alcanzado.
Un día entero le temo a Huldan encontrar civilización, una enorme ciudad llena de lujos, una ciudad bastante excéntrica, una ciudad llamada Calimshan. Huldan no presto mucha atención a las grandiosas estructuras del lugar, estaba mas preocupado en conseguir agua y comida, estaba deshidratado y muerto de hambre. Dando giros en medio de una enorme plaza, poso sus ojos sobre un hombre obeso de edad media, a quien pensó poder robar sin ser notado; Pero se equivocaba.
Huldan había sido atrapado por los guarda espaldas que el hombre obeso, y a simple vista adinerado, poseía, y mientras miraba a los guardias con miedo, el hombre se acerca a Huldan con una amable sonrisa, y le empieza a hablar como si se conocieran de hace tiempo orientándolo acerca de cuanto mal estaba haciendo con intentar robarle su bolsa de dinero.
En otra ocasión y otra persona habría llevado a Huldan ante la guardia o lo habría echado de la ciudad donde se lo comerían las ratas. Pero en esta ocasión, el chico tubo la suerte de que este hombre adinerado le ofrecería hogar y educación, lo criaría como a su propio hijo y lo haría asistir a la iglesia de Tyr, donde se suponía que los instruirían mejor acerca de lo que es correcto y lo que no. Y fue así como Huldan paso los siguientes años, viviendo entre lujos, hasta la edad de 14 años, cuando el baja fue asesinado por los mismos bandidos que en un pasado habían capturado al joven.
Huldan Molesto por la perdida de su segundo padre, se sintió mas impotente que nunca, y corrió lejos de la ciudad donde lloraría en soledad, o al menos eso creía hasta que un elfo de vestimentas verdes y negra cabellera, apareció frente a él ofreciendo su ayuda.
Sin pensárselo dos veces, Huldan acepto, y ambos se lanzaron a la guarida de los bandidos, donde se enfrentaron a ellos con ayuda de la guardia, y con ello dieron fin una amenaza que había estado asaltando a viajeros y a los mismos habitantes de Calimshan por un largo tiempo.
El elfo llamado Atharas, junto a Huldan, una vez cumplida su venganza, partieron en un largo viaje donde Huldan aprendería diversas cosas de aquel extraño elfo que apareció frente a en el momento oportuno. Ambos se conocieron mutuamente, se hicieron amigos, y durante 1 año compartieron sus historias mutuamente. Pero debido a problemas que se le presentaron al elfo, se vieron obligados a separarse, y fue entonces cuando Huldan empezó a viajar en solitario.
Las noches cada vez eran mas largas, y los días más cansados, los viajes parecían eternos y cada día se iba sintiendo más y más pesado. A punto de rendirse casi dándose por vencido, se topo con una caravana que parecía ir dirigida por un robusto enano de una gris y espesa barba. La caravana se freno apenas ver al joven Huldan en mitad del camino, y considerando que la ciudad mas próxima quedaba a días de distancia, se ofrecieron a llevarle sin costo alguno.
Entre los días que viajaron juntos, Huldan logro conocer a las personas que estaban en la caravana, la mayoría de ellos carecían de importancia, pero su interés se afinco en dos seres, un humano y un enano que se encontraban peleándose entre si. El humano parecía ser 1 año mayor que Huldan, mientras que el enano ya parecía ser un poco mayor, pero eso no le evitaba gritarle al muchacho y darle unos cuantos golpes de vez en cuando. El enano se llamaba Torgrim, y el humano Baesthios, parecían estar viajando juntos, y si su intuición no lo engañaba, Torgrim era el maestro de armas de Baesthios, razón cual Huldan se vio incentivado a acercarse al enano, aun cuando no solía acercarse a nadie.
-Señor, ¿es usted un maestro en las artes de combate con armas?- Preguntó Huldan con un tono un poco tímido.
-¿Y que si lo soy?- Respondió el enano de mala gana.
-Es que me gustaría alguien que me enseñara a defenderme- Respondió Huldan aun más tímido ante la respuesta del enano.
-Bueno, pues en vista de que tengo a este soquete a mi lado que no aprende por si solo, supongo que no le vendrá mal un compañero. Esta bien, bienvenido a mi escuela.- Terminado de decir esto, el enano empezó a enseñarle cuales eran sus normas y el por que tenia que obedecerlas.
Pocas noches después de que Huldan empezara sus clases junto a Baesthios y Torgrim, Huldan empezó a tener sueños consecutivos con Tyr, donde este le ofrecía su bendición si este aceptaba seguir el Dogma que tanto se había estudiado. Y dado esto, Huldan decide aceptar el nuevo sendero que le habían marcado, y junto a Baesthios empezaron a seguir la causa de esta religión. Ambos bajo la tutoría y los gritos de Torgrim, pasaron 3 años de viajes consecutivos, hasta que se sintieron lo suficientemente preparados para emprender un viaje solos, pero Torgrim solo les dejaría ir, si estos aceptaban ir juntos a un mismo sitio, y fue así como llegaron a la Marca Argéntea, al fin libres del enano, y frente a un sendero que los marcaria de por vida.
Y ya esta.- Asi esta mejor y mas explicita que la otra ^^[/b]

El comienzo
Se encontraban en cormyr una pareja de recién casados, ambos comerciantes ambulantes, con un estilo de vida estable. Habían hecho una parada en dicha ciudad debido a que la mujer estaba dando a luz a un joven rubio de ojos azules; este niño lo nombrarían Huldan Luminor, y le darían una crianza llena de moral y modales.
Huldan tenía todo lo que podía querer, unos buenos padres, una buena vida que quizás era muy movida para su gusto, pero no podía quejarse de nada más. Así pasaron sus primeros 4 años de vida, viviendo alegremente viajando de un lugar a otro comerciando junto a sus padres. Y siguió así hasta aquel terrible día en el que sus padres fueron asesinados por una banda de bandidos, y para empeorarle las cosas, Huldan fue capturado para usarlo como su nuevo pupilo.
Fue así como pasó los siguientes tres años de su vida, encerrado en una cueva húmeda y oscura, donde solo podía escuchar susurros de traición y oído. Día tras día tener que dormir apoyado a una roca con la ropa sucia y aguantando el fuerte hedor de alcohol y suciedad que la cueva despedía. Hasta que un día logro encontrar una forma de escabullirse a mitad de la noche y escaparse de dicha cueva tan rápido como sus pierdas le daban para correr atemorizado con lagrimas en sus ojos.
En su huida no paraba de correr con cada ruido cercano que escuchaba, le hacían creer que eran los bandidos que venían a sus espaldas, y sin mirar atrás seguía corriendo hasta el cansancio. Con los pies casi desnudos debido a los agujeros de sus zapatos, se vio obligado a aguantar la arena caliente del desierto, y cuando llegaba la noche los trapos sucios que portaba como ropa no lo cubría lo suficiente del frio, pero seguía corriendo atemorizado, pensando en que tarde o temprano seria alcanzado.
Un día entero le temo a Huldan encontrar civilización, una enorme ciudad llena de lujos, una ciudad bastante excéntrica, una ciudad llamada Calimshan. Huldan no presto mucha atención a las grandiosas estructuras del lugar, estaba mas preocupado en conseguir agua y comida, estaba deshidratado y muerto de hambre. Dando giros en medio de una enorme plaza, poso sus ojos sobre un hombre obeso de edad media, a quien pensó poder robar sin ser notado; Pero se equivocaba.
Huldan había sido atrapado por los guarda espaldas que el hombre obeso, y a simple vista adinerado, poseía, y mientras miraba a los guardias con miedo, el hombre se acerca a Huldan con una amable sonrisa, y le empieza a hablar como si se conocieran de hace tiempo orientándolo acerca de cuanto mal estaba haciendo con intentar robarle su bolsa de dinero.
En otra ocasión y otra persona habría llevado a Huldan ante la guardia o lo habría echado de la ciudad donde se lo comerían las ratas. Pero en esta ocasión, el chico tubo la suerte de que este hombre adinerado le ofrecería hogar y educación, lo criaría como a su propio hijo y lo haría asistir a la iglesia de Tyr, donde se suponía que los instruirían mejor acerca de lo que es correcto y lo que no. Y fue así como Huldan paso los siguientes años, viviendo entre lujos, hasta la edad de 14 años, cuando el baja fue asesinado por los mismos bandidos que en un pasado habían capturado al joven.
Huldan Molesto por la perdida de su segundo padre, se sintió mas impotente que nunca, y corrió lejos de la ciudad donde lloraría en soledad, o al menos eso creía hasta que un elfo de vestimentas verdes y negra cabellera, apareció frente a él ofreciendo su ayuda.
Sin pensárselo dos veces, Huldan acepto, y ambos se lanzaron a la guarida de los bandidos, donde se enfrentaron a ellos con ayuda de la guardia, y con ello dieron fin una amenaza que había estado asaltando a viajeros y a los mismos habitantes de Calimshan por un largo tiempo.
El elfo llamado Atharas, junto a Huldan, una vez cumplida su venganza, partieron en un largo viaje donde Huldan aprendería diversas cosas de aquel extraño elfo que apareció frente a en el momento oportuno. Ambos se conocieron mutuamente, se hicieron amigos, y durante 1 año compartieron sus historias mutuamente. Pero debido a problemas que se le presentaron al elfo, se vieron obligados a separarse, y fue entonces cuando Huldan empezó a viajar en solitario.
Las noches cada vez eran mas largas, y los días más cansados, los viajes parecían eternos y cada día se iba sintiendo más y más pesado. A punto de rendirse casi dándose por vencido, se topo con una caravana que parecía ir dirigida por un robusto enano de una gris y espesa barba. La caravana se freno apenas ver al joven Huldan en mitad del camino, y considerando que la ciudad mas próxima quedaba a días de distancia, se ofrecieron a llevarle sin costo alguno.
Entre los días que viajaron juntos, Huldan logro conocer a las personas que estaban en la caravana, la mayoría de ellos carecían de importancia, pero su interés se afinco en dos seres, un humano y un enano que se encontraban peleándose entre si. El humano parecía ser 1 año mayor que Huldan, mientras que el enano ya parecía ser un poco mayor, pero eso no le evitaba gritarle al muchacho y darle unos cuantos golpes de vez en cuando. El enano se llamaba Torgrim, y el humano Baesthios, parecían estar viajando juntos, y si su intuición no lo engañaba, Torgrim era el maestro de armas de Baesthios, razón cual Huldan se vio incentivado a acercarse al enano, aun cuando no solía acercarse a nadie.
-Señor, ¿es usted un maestro en las artes de combate con armas?- Preguntó Huldan con un tono un poco tímido.
-¿Y que si lo soy?- Respondió el enano de mala gana.
-Es que me gustaría alguien que me enseñara a defenderme- Respondió Huldan aun más tímido ante la respuesta del enano.
-Bueno, pues en vista de que tengo a este soquete a mi lado que no aprende por si solo, supongo que no le vendrá mal un compañero. Esta bien, bienvenido a mi escuela.- Terminado de decir esto, el enano empezó a enseñarle cuales eran sus normas y el por que tenia que obedecerlas.
Pocas noches después de que Huldan empezara sus clases junto a Baesthios y Torgrim, Huldan empezó a tener sueños consecutivos con Tyr, donde este le ofrecía su bendición si este aceptaba seguir el Dogma que tanto se había estudiado. Y dado esto, Huldan decide aceptar el nuevo sendero que le habían marcado, y junto a Baesthios empezaron a seguir la causa de esta religión. Ambos bajo la tutoría y los gritos de Torgrim, pasaron 3 años de viajes consecutivos, hasta que se sintieron lo suficientemente preparados para emprender un viaje solos, pero Torgrim solo les dejaría ir, si estos aceptaban ir juntos a un mismo sitio, y fue así como llegaron a la Marca Argéntea, al fin libres del enano, y frente a un sendero que los marcaria de por vida.
Y ya esta.- Asi esta mejor y mas explicita que la otra ^^[/b]